Salí de mis pensamientos un poco y volví a recordar las palabras que no quería escuchar de ella.

- Ben... tengo que decírtelo!!!! – gritó entre gemidos. Yo solo tapé su boca no quería escucharla quería seguir así sin palabras. Ella beso mis dedos y logró excitarme mucho más. – Ben...

- Shhh por favor no lo arruines... - ella frunció el ceño y luego se relajó. Cuando estábamos llegando al clímax habló.

- Te quiero... te quierooo.... – yo instantáneamente paré, la miré a los ojos su mirada era compasiva, tenía lágrimas. Me recosté sobre ella unos segundos tratando de ordenar mi cabeza. ¿cómo había pasado?

Me levanté de golpe. Me dirigí al baño. Me apoye en el lavabo agaché mi cabeza. Veía la traspiración en mi cuerpo en mis brazos. Era un maldito idiota. Me tomé los minutos necesarios y volví. Ella estaba sentada en la cama, en mi cama mirándome, esperando algo quizá una respuesta. Me senté dándole la espalda ¿Qué iba a decir?

- No necesitas decir nada – acuñó.

- Es que – me tomé la cabeza con una mano- no sé qué decir.

- Entiendo, quiero que sepas... que

- Ya basta Lily por favor... tu sabes...

- Como es la realidad si.- se me adelantó, se acercó y posó su cuerpo junto a mi espalda. – sé que no soy ella. Pero...

- No la nombres.... - salté

- Es algo que surgió... yo lo siento...

Volví a salir de mis pensamientos. Era una completa basura por años soporté los rechazos de Kate y permití siempre que me usara a su antojo solo por quererla. Hasta que un día comprendió que yo estaba frente a ella y me amó. Y yo sigo de pié ahí amándola. No creo que haya sido buena la separación pero ambos no nos entendíamos.

Tenía en mano la invitación con mi nombre en mi mano. Leí por debajo de ella que la organizaban varias fundaciones y entre ellas estaba la biblioteca donde Kate trabajaba. Era obvio que la encontraría pero no estaba preparado para verla. Habían pasado muchos meses de distancia de silencio de parte de ambos y no quería encontrarme con una realidad diferente. ¿Qué haría si estaba acompañada? Me sentía en una situación tan estresante. ¿Pero que podía yo hacer?

- Ya es hora de que te vayas a tu habitación.- dije tajante. Lily se levantó se acomodó en la cama y me observó.

- ¿estas nervioso?- yo solo la miré.

- No, pero necesito pensar.

- ¿en ella no?

- ¿Porque siempre la traes a colación?- dije ofuscado.

- Porque siempre va a estar en el medio.- la miré receloso.

- Ya sabes cómo son las cosas. Y hoy estará ahí, no necesitas hacer ningún escándalo porque no somos nada y lo sabes.

- Se perfectamente cuál es mi lugar no sé porque estas tan inseguro.- se levantó desnuda buscó sus bragas.

- Mejor.

- Algún día me amarás estoy segura, y cuando lo hagas...- sus ojos estaban llorosos.

- Por favor Lily.... – ella se acercó y rozó mis labios. Y salió por la puerta.

- Soy un completo estúpido- dije fuerte y Salí tras ella.

Caminé unos pasos y la encontré en el pasillo. La tomé por el brazo y ella me miró confundida.

- Lo siento – dije

- No te hagas problema por mí. Yo tengo la culpa por dejarme usar.

- Shhhh- la calle con el dedo, ella me empujó contra una pared y me besó.

Sentí en ese momento un flash pero no le di importancia ¿Quién podría estar tomando fotos en un hotel? Era muy ingenuo. No pensé que esa foto que nos habían tomado podía arruinar todo.

Entrando a la Gala nos recibieron con unas copas de champagne. Todos los del elenco fuimos juntos y estábamos sentados en mesas diferentes también lo que me pareció raro. Lucas y David se me acercaron junto con Nicholas, Marcos y otros amigos que no veía seguido. Se me paré del elenco con la mirada de Lily. Y fui a sentarme con ellos. Necesitaba verlos. Sobre todo a Nicholas y Marcos.

Mi mirada buscaba a Kate pero no la encontraba. Trataba de estar en las conversaciones pero era inevitable.

- Amigo... deja de buscarla.- lo miré confundido.

- ¿Lucas... que dices?

- ¿Qué crees? Estas buscándola.

- ¿Cómo sabes?

- Todos sabemos quién organizo esto amigo- dijo David

- Ya cállense.

- Mi buen amigo cumberbacht ¿Cómo has estado? – John y luke ambos amigos de Hiddleston se acercaron a la mesa.

- Siempre tan sarcásticos ustedes dos.

- Tranquilo venimos en paz.- reí

- ¿en dónde está su amigo hiddleston?- pregunté curioso.

- Con Kate.- abrí los ojos como platos mi corazón se congeló. Ambos se echaron a reír.

- Deberías haber visto tu cara cumberbacht. – seguían riendo.

- Son unos idiotas – dijo Lucas.

- Imbéciles- les grité

- Lo sentimos era una broma- ambos levantaron la mano. – está en los Ángeles con asuntos... ya sabes...

- ¿de polleras?

- No está trabajando mucho le han ofrecido hacer unas obras y está cerrando ese tema.

- Mejor no hablemos de él- dije con voz ronca.

Ellos siguieron conversando cuando de golpe de abrió una puerta y apareció Cleo. Su amiga. No sé porque mi pulso cambio y se aceleró. Mi corazón latía cada vez más fuerte. Sentí que en ese momento detrás de ella saldría Kate también pero la puerta se cerró y con ellas todas mis expectativas de volver a verla.

La cena trascurrió cálidamente de vez en cuando observaba que Lily estaba mirándome como queriendo llamar mi atención. Ya en el postre en nuestra mesa apareció Ed. Las cosas no habían quedado mal pero nos habíamos distanciado primero por lo de Kate y segundo por la sencilla razón de que el defendió en su momento a Ámbar. Creyendo que yo era una reverenda mierda. Su saludo fue cortés pero seco mucho no me importó. Me excuse con mis ganas de ir al baño debía salir de ese lugar por un momento la presencia de Ed me molestaba, de solo pensar que él había besado a Kate hervía mi sangre.

El pasillo que llevaba a los baños me era familiar me hacía acordar a cierta situación con Kate luego de habernos distanciado anteriormente durante un año. Nuestro primer encuentro. Sólo que esta vez el pasillo estaba poco iluminado pero tenía cuadros de artistas plásticos importantes de Londres.

Me llamó la atención uno me dejé que mi mirada de posé un momento ahí mientras mis pies seguían su rumbo. Como no tenía idea para donde estaba caminando choqué con una persona. Una jovencita muy linda a la que le pedí disculpas por no haberla dejado pasar. Esos cuadros llamaban tanto mi atención que volví a chocar con otra persona pero esta vez, bien en el fondo era la que quería encontrar. Obviamente ella venia mirando el piso lo que ya sabía que era despistada. Levantó su mirada y se quedó petrificada. Ambos nos quedamos callados unos segundos observándonos. Se notaba que había subido de peso lo cual me alegraba porque verla tan delgada me partida el alma. Había cambiado su color y lo había puesto un poco más castaño con el pelo recogido por unas hermosas trenzas. Llevaba un vestido holgado con unas mangas negras de tul , brilloso como a ella le gustaba. Tenía un sobre en su mano y sus uñas estaban pintadas de rojo furioso como su boca. Fueron los segundos más largos de mi vida. Pero ella estaba ahí. Tan hermosa y radiante como siempre.

- Kate... - logré decir. Ella se ruborizó como hacía de costumbre.

- Be... Benedict.