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Cap 29... Acuerdos tristes

(Benedict)

Estaba parado apoyado en el ventanal. Fui hasta la cocina y preparé un wiski, necesitaba algo que me queme, algo que me diga que todo esto era verdad, que siempre que las cosas se arreglaban con Kate, duraban un tiempo y luego se iban al demonio. Lo tomé de un sorbo y aventé el vaso contra la pared, haciéndolo pedazos. Comencé a llorar, me senté en el sofá donde tantas veces habíamos hecho el amor.

La mayoría de las veces en el amor solo tienes que priorizar cosas y elegir. Mi corazón estaba congelado. Me había planteado varias veces si había hecho bien en volver a ver a Kate, por mí por mis sentimientos y por ella y los suyos. Mi cabeza me atormentaba con ideas que eran descabelladas para mí pero eran la única forma de parra todo esto y estar bien los dos. Separarnos. Estaba en una colina, mi corazón era como una balsa que se aleja en una separación infinita y va más allá de los recuerdos hasta el pesado mar sin estrellas en la noche cerrada y oscura.

No sé cuántas horas habían pasado yo seguí estático en ese sillón, el nuestro. Mirando la nada escuché como ya entrando la madrugada las llaves de la puerta aturdían mis oídos. Mi mirada perdida seguía mirando una pared con un cuadro mientras apoyado estaba mi brazo en una parte del sofá con un vaso de vodka en ella. Vi una sombra acercarse, era Kate.

- Lo siento... pensé que estabas dormido. – dijo con voz compungida.

- No podía dormir – articulé- nada me deja hacerlo. . seguí sin mirarla.

- Entiendo- se quedó callada unos segundos - ¿quieres que...hablemos?- levanté la mirada y vi como estaba destrozada, me sentí mal conmigo mismo pero ambos estábamos de la misma forma

- ¿crees que podamos seguir haciéndolo?

- Si, por eso vine.

- Es tu casa también.

- Lo sé... pero es necesario...- subí mis pies desnudos al sillón y esperé que tomé asiento.

Ella pasó por adelante mío, se sentó. La notaba tensa, nerviosa como si quisiera decir algo que su cuerpo y su mente no soportarían. En esos momentos entendí lo que podía llegar a venir.

- Ben... yo – en mi mente sabía lo que podía decirme, de golpe mi corazón comenzó a doler.- no es como decirlo, maldita sea...

- Necesitamos espacio Kate- la ayudé, ella sintió con la cabeza- esto no nos está haciendo ...

- Bien – dijimos al unísono. Sentí como me partía en pedazos y veía las lágrimas que comenzaban a brotar de sus ojos.

- No sé, yo te amo Benedict pero creo que esto así no está funcionando.- Tomó sus manos y las puso sobre su rostro.

- Creo que necesitamos estar solos, pensar.- esas palabras eran las peores que podían salir de mi boca, sin darme cuenta yo también comencé a llorar. –Me iré lo antes posible de aquí y te dejaré tranquila.

- Espera- me tomó del brazo- no tiene que ser así, tú has comprado el departamento.- me apoyé de nuevo sobre el respaldar del sofá. - ¿Cómo dejamos que pase esto Ben?

- Yo me hago la misma pregunta- resople

- Lo siento tanto... yo te amo demasiado pero tengo que....

- Yo también lo hago Kate. Esta es la decisión más difícil que me ha tocado vivir. No sé qué haré.

- ¿realmente crees que estamos haciendo bien?

- No, pero es necesario para ambos.

- No sé qué haré sin ti, maldita sea mi vida- ella se paró y comenzó a caminar. - ¿dime? Como hago- su llanto se acrecentó, sabía que esto no podía seguir así. Estábamos destruyendo nuestro futuro, todo. De pronto ella calló al suelo llorando desconsoladamente. De inmediato fui abrazarla, a decirle que yo también estaba como ella. Pero nos estábamos haciendo mal. Ella levantó su mirada centrándola sobre la mía, sus hermosos ojos rojos, cansados tristes. - ¿me amas realmente?

- Eres el amor de mi vida, eres mi vida – dije- mi amor- y uní nuestras frentes. – pero es necesario para los dos. No es un adiós esto es un hasta luego.... Hasta que sanemos.

- ¿y si no lo hacemos? ¿crees que pueda?

- Claro que sí, ambos podremos.

- Ayúdame por favor Ben, pensé que lo tenía controlado pero todo se me fue de las manos.- la abracé como nunca ahí los dos sentados en el piso, recordaba las veces que habíamos peleado.

- A mí también se me fue de las manos. Perdóname por todo, no te merezco.

Ella me soltó, me observó y me besó. No pude resistirme la amaba con todo mi ser, pero ninguno tenía las fuerzas de seguir pero tampoco de separarse. ¿Si sabía si estaba haciendo bien? No lo sé. Solo quería besarla una última vez antes de que me dejara, antes de que dejara nuestro apartamento. La tomé fuertemente, la levanté y me dirigí hacia la habitación, necesitaba tenerla una vez más, decirle que la amaba y dejarle mi marca. Estábamos tan mal los dos que hicimos el amor toda la noche, diciéndonos que nos amábamos, ella dejó marcas en mí y yo en ella.

Nos amábamos con todo nuestro ser, pero la relación no odia ser ahora, en otro momento seguro nos encontraríamos y yo haría lo posible para hacerlo. Nuestra relación tuvo muchos vaivenes duramente todos estos años. Pero si queríamos estar para siempre tendríamos que hacer sacrificios como esté. La amaba tanto que iba a dejarla ir. ¿Y si encontraba otro amor? Estaba seguro que no lo haría pero si el destino me jugaba una mala pasada trataría de entenderlo. No sé si podría soportarlo, creo que no podría. ¿Y si yo era el que lo encontraba? No lo sé, jamás me lo había planteado. Mi vida sin ella no era vida. Y ahora estaba entendiendo el calvario en la que se iba a convertir.

Esa mañana fue terrible, todavía recuerdo como se estrujaba mi corazón, como aquel día comenzaba a morir de nuevo como aquella vez que nos separamos, pero esta vez fue diferente, lo elegimos nosotros.

Las semanas era eternas y los días más, cada día que pasaba me convertía en un bloque de hielo. No me interesaba nada, alejarnos era una tortura, pero lo necesitábamos, no sé en qué momento de mi parte pensé que nos haría bien porque cada día pensaba más en Kate. Todos los días observaba el vestidor de ella vacío. Una sensación que tenía desde que nos habíamos alejado. La había dejado libre pero ella también lo quiso así y eso trataba de salvarme un poco de mis malos pensamientos.

Estaba tan sumido en la ruptura, donde medios de comunicación hablaban y decían cosas sin sentido, donde me atribuían nuevas parejas y a ella también, su supuesta vuelta con Hiddleston que no creía y demás hombres que mi peso había bajado, fumaba un poco más de lo que hacía y esperaba ansiosamente comenzar a rodar para tapar mi mente.

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