Caminamos durante un rato en silencio. Mi cabeza era un tormento, Lily estaba junto a mi abrazada a ella misma sin omitir sonido. De vez en cuando veía que me observaba pero no se limitaba a decir nada. Tomé asiento en el primer banco que vi junto a una enorme plaza que ni conocía. Ella se sentó junto a mí. Seguía sin hablar.

- Disculpa por todo esto – atiné a decir.

- No tienes por qué. – suspiró. La observé un poco veía su rostro confundido como si debatiera algo en su mente. - ¿sucede algo?

- Nada que puedas arreglar. – abrí mis ojos y miré hacia el frente. – creo que me metí en algo que no corresponde- dijo, volví a mirarla.

- Creo que somos dos. – volví mi vista al frente.

- ¿puedo...?

- Mi vida se va al demonio. – dije sin pensar.

- ¿Me hablas en serio? ¿Tu Benedict cumberbacht?- reí

- No soy omnipotente sabes.

- Lo sé, pero justo tú. ¿tiene que ver con...?

- Si- dije ofuscado. – no se en que momento dejé que las cosas cambien el rumbo.

- ¿dejaste? ¿y ella?

- Está muy rota por dentro. Sigue teniendo los mismos demonios de antes.

- ¿no entiendo?

- La lastimaron mucho. Yo también la lastimé. – ella se acercó más a mí.

- ¿entonces, como vas a resolver esto? – tocó mi cabello, yo dejé que lo haga.

- No lo sé, estoy confundido.

- ¿Cómo?- sentía su respiración

- Contigo.- logré decir y la miré directo a los ojos. Ella los abrió como platos y desvió su mirada.

- No deberías hacerlo. No soy lo que piensas.

- Pues creo que no. – ella se alejó.

- ¿la dejarás?

- No lo sé, porque la amo demasiado, más que a mi vida. Pero veo que esto no está funcionando.

- Yo también amo.- la miré- y soy correspondida pero siento que me falta algo.

- Ambos estamos en una encrucijada.

- Pero no deberíamos Benedict. ¿te iras a verla ahora que tendremos libres algunas semanas?

- Si- prendí un cigarro. – estoy mareado debería irme.

- Claro. – le di un beso en la frente y comencé a andar.

- Benedict!!!! – me di vuelta. – yo lo dejaría por ti. – me quedé pasmado. Le di una calada al cigarro.

- Pues no deberías Lily ambos estamos confundidos y amamos a otras personas. No lo arruinemos. – ella sonrió, se dio media vuelta y deje que avance para el lado contrario al que me encontraba. Sus palabras me habían sorprendido. Necesitaba urgente ver a Kate hablar con ella y arreglar todo esto. Pasase lo que pasara.

(Kate)

Me quedé observando lo alto y grande que era la fachada del departamento de Thomas. Era la hora de la cena. Al principio no quería ir pero me instinto me llevó a que en algún momento de la vida tenía que resolver cosas que me habían quedado en el tintero de mi relación con Thomas. Los últimos dos días no había sabido nada de Ben, me preocupaba pero me la venia venir. Algo no andaba bien. Tonta no era. Durante esos días me quedé refugiada en mi casa pensando y atormentando mi mente hasta que había decidido salir al café de siempre y encontrarme con Thomas sin querer.

Cuando iba a tocar el timbre, el portero que ya me conocía abrió la puerta saludándome amablemente. Tomé el ascensor y llegue al piso de Thomas. Me sentía nerviosa, recuerdos de nuestra relación comenzaron a inundar mi mente.

Cuando toque la puerta no habían pasado unos segundos que Tom estaba frente a ella haciendo un ademán para que pasara. Entre deje mis cosas y me quedé esperando que me invite a la mesa que previamente ya estaba preparada.

Luego de cenar cosa que me temía comenzó el cuestionario por parte de él.

- ¿te sientes bien? ¿has comido bien?

- Claro, muchas gracias Thomas.

- Todavía sigues con eso. Tom – reí ante su comentario.

- Es que no puedo después de tantos años

- Claro Kate después de tantos años y de conocernos tanto. ¿Cómo va todo con Cumberbacht?

- No lo sé. – el abrió los ojos.

- ¿Cómo dices?- tomé un sorbo de vino, si iba hablar necesitaba un poco de vino para desenvolverme.

- No sé no hemos hablado en estos días. Los rumores...

- Espera – pensó- ¿rumores? ¿todavía te afectan?

- No soy como tu Thomas.

- ¿perdón? ¿Me dices desalmado?

- Algo así- reí – no sé porque hablamos de esto cuando...

- Cuando tuvimos una relación que marcó a ambos durante años. – asentí con la cabeza. – es raro sí, pero tienes que poder hablar de estas cosas Kate, es un proceso, eso te ayuda a madurar.

- ¿lo has hecho?

- Claro que sí, tú me conoces como nadie y sabes como era antes y como fui. ¿sabes? Estos meses años o como quieras llamarle cambiaron muchas cosas de mí, las experiencias, la gente que conocí y sigo pensando de la misma forma algunas cosas. Se lo mal que me comporte, se cuándo no di batalla cuando debería haberlo hecho, se cuándo me dejé vencer.

- ¿Lo dices por mí? – dije asustada

- En parte- tomó un sorbo de vino- ahora que me encuentro del lado en el que estuvo Cumberbacht hace años entiendo todo. Como no vi las cosas que debería haber visto. Como se sintió.- agache mi cabeza.

- En parte en mi culpa.

- Nuestra culpa- me corrige.- pero nada que no se pueda resolver. Tengo claro mis sentimientos y ...

- Tom creo que no...

- Y conozco los tuyos en estos momentos. – respiré aliviada. Thomas seguía pareciéndome hermoso pero no eran los mismos sentimientos que afloraban cuando era más chica y me moría por él.

- No es lo mismo de antes Tom. Yo me siento mal y no confío en nadie.

- ¿y en ti misma?

- Tampoco.- el abrió los ojos.

- ¿lo amas?- me quedé pensando.

- Con mi vida – el frunció el ceño. Vi como sentía su dolor.

- ¿Por qué lo vas a dejar ir?

- ¿Cómo sabes que estoy pensando eso?

- Te conozco, cada parte tuya fué y sigo sintiéndola como mía Kate. Aunque me duela. ¿crees que no me cuesta? Tenerte en frente y no poder tocarte abrazarte, besarte hacerte mía. – empecé a incomodarme

- Siento incomodarte.

- ¿tanto me conoces?- pregunté sorprendida.

- Tarde me di cuenta de las cosas, pero eres la única mujer que amé y sigo amando. Conozco como te mueves como piensas.

- Me das miedo Tom. – el comenzó a reír.

- No te haría daño.

- lo has hecho

- si, por lo inmaduro que era, pero supe cuando era mi retirada.

- Me confundes- tomé vino.

- No es mi intención, perdóname.

- Estoy muy vulnerable a todo en este momento. Lo siento. Creo que debería irme.

- ¿tan pronto?

- Creo que el vino me está afectando.

- ¿por qué crees que te lo di?

- No es gracioso- me levanté tome mis cosas.- perdóname por traerte estos problemas que no te corresponden. – él se acercó, tomó mis manos y las llevo a su boca.

- Todo lo que viene de ti me corresponde. De la forma que sea. No puedo tenerte lejos, haga lo que haga, salga con quien salga, conozca a la persona que conozca Kate.- mi nervios comenzaron a hacerse notar. - ¿todavía no admites que te digan cosas lindas no?

- Sabes que no.

- Realmente envidio a Benedict. – me solté de su agarre-

- Debo irme, gracias por todo. – me di media vuelta y agarre el picaporte de la puerta

- Kate no te alejes de mí. De la forma que sea te necesito. – se colocó en mi espalda. – mi cuerpo se erizó. - Por favor...

- No lo haré- me di vuelta para mirarlo a los ojos. – pero soy yo ahora la que necesita ayuda. – le di un beso en la mejilla y salí.