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Cap 16... Perdóname tu a mi.


Volví a sonreír por su respuesta pero igualmente me sentía atareado. Las imágenes pasaron a un Hidleston un poco más bronceado de los común haciéndole muchas preguntas. David apagó el televisor y me observó.

- Maldición, maldito hiddleston.- grité

- ¿Qué vas hacer?- hablo mi representante.

- Maldita sea siempre tiene que estar en el medio de nosotros.- Lucas solo me observaba. Sabía lo que decía su mirada. – no lo sé.

- Sí que sabes Benedict - soltó mi amigo. – llámala lo antes posible.

- Pero esto no se puede resolver de esta forma. – respondí

- Perdóname ben pero Kate siempre te trae problemas. No la entiendo.

- David, antes de sacar conjeturas deben hablar además ella se lo dijo en cámara sin importarle lo que dirán. – asentí un poco nervioso. Mi cuerpo estaba todo sudado, prendí un cigarrillo y tomé mi móvil. Temblaba mientras marcaba su número.

Por mi cabeza pasaban miles de preguntas. Me sentía nuevamente en la misma posición y situación de la que me encontraba cuando ella creía amar a Thomas años atrás. Estaba frustrándome de nuevo ¿es que nunca sería feliz? Dejé que suene unos segundos, tragué en seco cuando escuché su voz.

- Benedict – la notaba un poco ansiosa.

- Kate- hice un silencio – yo...

- Benedict tienes que escucharme antes de ... - me interrumpió

- Kate déjame hablar...

- De ninguna manera- hizo una pausa corta- si no has llegado a ver por los medios lo que sucedió deseo explicarte antes de que saques...

- Ya lo sé, lo vi.- dije temeroso, ella se quedó en silencio, fueron unos segundos.

- Yo no tengo nada que ver con él. Créeme. – mi corazón latía con más rapidez, la sentía insegura, molesta. Cerré los ojos imaginándome como estaría. – necesito verte- dijo con seguridad.

- Kate... va a ser imposible.

- ¿Cómo? Ben no me hagas esto si es por lo que viste... por favor- rogo.

- No estoy en Londres. – ella hizo un silencio – me vine a Liverpool. Vine con David y Lucas por unas entrevistas y reuniones con guionistas.

- Me has dejado- comencé a sentir una opresión en el pecho cuando sentí su llanto del otro lado. – me dijiste que no lo harías, has desaparecido... yo...

- No es así- corté tajante- volveré mañana e iré a verte, esto es demasiado para mí.

- Me has dejado, me has dejado. – repetía una y otra vez.

- Kate cálmate. Mañana estaré allí, siento haber actuado así entiende necesitaba tiempo.

- ¿Me haces esto por lo que viste no? Piensas que es por Tom – sentir su nombre en sus labios hizo que mi cuerpo se tensé y comience a sudar.

- No tiene nada que ver esto, estas mezclando las cosas. – me estaba poniendo un poco nervioso la situación, era obvio que ella no iba a atender mi alejamiento.

- No, no puedo entenderlo.

- Escúchame mañana iré por ti, hablaremos. - concluí

- No, no vengas por mí. Déjalo así – colgó- me quedé con las palabras en mi boca. Tiré el móvil al sillón.

Estaba arrepentido de haberla llamado esto empeoraba más las cosas, ella entendía que mi alejamiento fue por lo que vi hoy y estaba sacando conclusiones erróneas. Sin si quiera pensarlo tomé el móvil y llamé a Kia su amiga. Seguramente me mandaría al demonio pero necesitaba que vea que no haga nada extraño ni alguna locura.

Mi vida se estaba convirtiendo en un infierno. Pero era esto con ella o solo y sin vida. Amaba a Kate con todo mí ser y creo que esto necesitaba una solución definitiva, y si era necesario hacer terapias, consultar a médicos por sus estados de bipolaridad lo haría pero junto a ella.

Llamé a kia hablamos un buen rato, al principio no quería escucharme pero luego de rogarle le conté como era la situación desde mi punto de vista, le pedí por favor que vaya la departamento hacerle compañía.

Traté de conciliar el sueño pero estaba ansioso, mal, angustiado, mi vida era una calesita, no sabía cuál sería el rumbo. No debía perder los estribos sino la tormenta me arrastraría con ella. Deje de pensar, me levanté, tomé mis cosas y salí.

(Kate)

Estaba junto al desayunador, angustiada débil, derrotada. Odiaba a Thomas las últimas veces que aparecía en mi vida era para darla vuelta y generarme más problemas de los que tenía. Ben era mi todo, mi ser, la parte que me complementaba. Lo amaba demasiado para volver a renunciar a él. Tomé un vaso de agua y tragué. Tenía muchas alternativas para pasar mi dolor pero me había dado cuenta que ninguna servía porque al otro día el dolor estaba ahí y crecía constantemente. Me senté en el sillón.

La sensación que tenía era la misma de hace un año estaba perdida, tenía que aprender a no volver hacia atrás, miraba mi vida estos meses y sentía vértigo. Al fracaso. ¿Desde cuándo me había vuelto así tan apagada, tan negativa, tan frustrante, tan inútil? Me detuve a pensar. Busqué en los rincones más escondidos de mi alma, esta no era yo. Siempre quise controlarlo todo, y todo me salió mal. Quise hacer las cosas de la única manera que conocía y se me había ido de las manos. Quise tener a dos personas siendo inconscientemente el centro de sus vidas. Y logré apartarlos. La única culpable era yo. ¿Cómo podía revertirlo? Ese era mi problema, no es que quería volver a controlarlo todo, solo quería ser feliz. Y tenía que empezar conmigo misma. Lo había intentado cuando dejé a Benedict hace un año y había logrado todo lo contrario hundirme más en las desesperación. Tenía que cambiar pero esta vez concretarlo, lucharía por Ben y dejaría el capricho de lado.

El timbre de abajo sonó sacándome de mis pensamientos. No esperaba a nadie. Pensé en Ben pero él me había dicho que no vendría esta noche cuando se lo pedí. Atendí y me encontré con la vos de Kia. Me tranquilicé por eso y la dejé pasar.

Abrí la puerta y ella se sorprendió que no estuviese tomando o haciendo alguna estupidez. Entró y tomamos un café bien cargado. Le conté lo que había pasado y ella se sorprendió. Nos quedamos altas horas de la noche. Hablando. La puerta sonó esta vez dejándome helada, era muy tarde quien podía ser.

Kia me animó para que abra y me encontré con Benedict en la puerta, su mirada no estaba apagada, al contrario sus ojos brillaban se quedó estático en la puerta. Unos segundos después entró y me abrazó. Me tomó por sorpresa su efusividad, me apretó contra su pecho, y besó mi cabello. Sonreí por eso y lo abracé más fuerte.

Se alejó de mí unos segundos y con su mano acarició mi mejilla. Sentir tu tacto hizo que mi corazón y mi cuerpo necesiten de él. Comencé a llorar, el seco algunas lágrimas y acercó su rostro rozando sus labios con los míos.

- Perdóname por alejarme y dejarte sin respuestas. – dijo angustiado, seguí con mis ojos cerrados. – no sabes lo duro que fue. – abrí mis ojos y observé la humedad en los suyos. Éramos los dos. Los minutos des detuvieron sin importarnos nada.

- Perdóname tu a mí – dije

- No tienes idea de cómo me siento ahora que estas aquí conmigo- logró decirme, sonrió.

- ¿Sientes que tu cuerpo se estremece cuando tocas a la otra persona, tu corazón late con fuerza y tienes miedo porque piensas que esta por salir de tu pecho, y tus labios necesitan urgentemente tocar los otros porque no puedes esperar más?

- Digamos que algo parecido. – dijo, ambos reímos. – si eso siento. –acortó la poca distancia que nos separaba y sentís sus labios sobre los míos.

Estuvimos así unos minutos devorándonos explorándonos y sintiendo la angustia que tenía el otro ante tan acto de desesperación. Nos separamos y juntamos nuestras frentes rozando ambas narices sonriendo como si fuera nuestro primer beso. Cada beso con él era único, inexplicable.

Cuando regresamos al lugar nos dimos cuenta que Kia estaba ahí. Sonriendo y bebiendo su café como si eso fuera un espectáculo de cine. Benedict se acercó a saludarla y le agradeció su compañía. Fruncí el ceño por no entender de qué hablaban. Mientras servía otro café observaba como charlaban. Ellos podían llegar a ser grandes amigos. Pensé en Alice. Que estaría haciendo en estos momentos, la extrañaba tanto como a George. Ella no estaba enterada de nada, porque Kia estuvo acá para ayudarme.

Me acerqué a Ben. Le tendí su café y me agradeció. Kia anunció que se iría a su departamento a dormir y la acompañe hasta la puerta agradeciendo su charla y sus concejos. Ya era una amiga. Me quedé parada y regresé junto a Benedict. Él me miró. Se acercó a mí, tomó mi mano.

- Debemos hablar... - dijo sin más. Yo solo asentí. 





Bueno creo que hay cosas que se van resolviendo... buen 2017... 

Jo

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