(Kate)

Cuando era pequeña soñaba con saber que se sentía besar a la persona que uno amaba, era una pregunta que siempre estuvo en mi cabeza hasta que sentí mi primer beso. No fue como yo lo esperaba pero fue una experiencia al fin, luego de los años llegan más besos y experiencias a tu vida, algunos más recordados otros no tanto.

Recuerdo los besos de Thomas que me hacían sentir querida, hermosa, admirada sentimientos lindos que me llenaban mi cuerpo. Creía sentir felicidad plena. Pero estaba equivocada. Mi cuerpo estaba cegada a sus caricias y a sus besos dejando de lado que Benedict también lo hacía años atrás. Los besos de él ahora que recuerdo eran cargados de angustia, celos, protección, amor. Él siempre me había querido de una forma diferente a lo que yo veía, el me miraba como la mujer que era.

Si me pregunto ahora que siento en este momento donde su lengua hace maravillas con la mía, siento felicidad, deseos, comodidad, libertad. Podría describirlo como si estuviera comiendo una fruta jugosa y dulce que mientras más la comes más te dan ganas. Estaba perdidamente enamorada de él. Lo quería para mí y solo para mí.

Mis brazos fueron a su cuello apretándolo más, temía perderlo, perder sus besos, que insegura e idiota me sentía. Él sonrió por mi gesto y posó sus brazos junto a mi cintura acercando más su cuerpo al mío. Mis deseos comenzaron a flotar por mi cuerpo, necesitaba su calor, lo necesitaba a él. Esta vez sería diferente haría lo que fueses necesario para no perderlo. Si él necesitaba tiempo se lo daría. La que se había equivocado era yo. Comenzamos a caminar en dirección al sillón. Comencé a guiarlo sin importarme nada, necesitaba hacer el amor con él. Dios un año era demasiada espera por sentirlo. No podía más.

Él se fue acostando y yo quedé encima suyo con ambas piernas a su alrededor, era completamente mío, yo estaba a su merced y él también. Frotaba mi espalda con mucho ímpetu. Cortamos el beso por falta de aire en nuestros pulmones. Nos miramos unos segundos y juntamos nuestras frentes, tratando de ver a traes de la mirada que podía pensar el otro.

- Te amo – le dije ahogada- te amo por favor no me dejes... - fue lo único que suplicaba mi corazón. Él sonrió y acarició mi mejilla.

- No voy a dejarte... - el hizo una pausa, suspiré aliviada por sus palabras – mi amor... - volví a sonreír. Traté de besarlo pero él tomó mi cabeza y la puso en su pecho. Su corazón estaba acelerado, respiraba entre cortado, luego de unos minutos levanté mi cabeza y lo miré extrañado. Tenía los ojos húmedos pero lagrimas no salían.

- ¿Qué sucede? – Benedict solo sonrió.

- Guardé todos los recuerdos y sentimientos hacia ti bien en el fondo de mi ser. Y ahora han revivido. – besé su mejilla y luego sus labios. – todavía tengo que sanar, y borrar el rencor que tuve, es difícil para mí.

- Lo entiendo- dije a mi pesar, y ahí comprendí que él estaba tan herido como yo. – si necesitas tiempo puedo esperarte lo que sea necesario- con lágrimas que salieron sin permiso ahogue esas palabras. Él las secó con sus manos.

- Eres tan hermosa, no llores – solo asentí. Salí de su alcance y me acomode a su lado acurrucada conmigo misma. A los pocos minutos él deshizo mi agarre y me tomó de las manos. Nos quedamos en silencio mirando la nada uno junto al otro. Acomodé mi cabeza sobre su hombro y cerré los ojos sintiendo su respiración. El cansancio comenzó a vencerme y mi cuerpo fue relajándose de a poco. Fue ahí cuando entre sueños creí escuchar...

- Yo también te amo Kate. – apenas una mueca y me dormí.

(Benedict)

Me levanté del sillón donde ella se encontraba, miré mi móvil una llamada perdida de David y dos de Lucas. Fui hasta la cocina y me preparé un café. Tomé asiento en el desayunador tecleé el número mientras observaba a Kate dormir plácidamente sobre el sofá.

- Hermano que ha pasado? Pudiste resolver la situación.

- Lucas... digamos que sí y no.

- ¿Cómo?

- Kate está durmiendo en el sofá.

- Ahhhh estuviste con ella.

- No como piensas, ganas no me faltan estoy desesperado pero no puedo tomar el camino fácil.

- Entiendo ¿Qué harás?

- Estoy confundido Lucas, la amo sí, pero el miedo está apoderándose de mi mente.

- ¿y dónde está el gran Dr. Strange? – ambos reímos por el comentario. – esta asustado? Desde cuando Benedict te asustas por una situación así. Ambos se aman ¿cuál es el problema?

- No quiero pasar de nuevo por otra decepción amorosa con ella. necesito tiempo hacer las cosas bien de ambos lados.

- Entiendo y si lo ves desde ese punto tienes razón tú has sufrido mucho.

- Ambos.

- Bueno ambos.

- Empezaré de cero.

- Me parece bien de apoco y tranquilo. – observé como Kate se removía de su lugar y apuré mi llamada.

- Te dejo amigo te llamaré- y colgué.

Enseguida recibí un mensaje de David.

Tengo novedades de la serie y la semana que viene viajaremos es necesario que te vea mañana idiota. – reí por la calidad de su trato.

Okay mañana nos vemos idiota- enviado. Deje mi móvil en la mesada y me dispuse a levantar a Kate. Para llevarla a mi habitación. En el camino ella abrió sus ojos y sonrió.

- Me he quedado dormida. – sus ojos estaban muy pequeños

- Si – hice una pausa - estaba llevándote a mi habitación para que duermas mejor.- ella salió de mi agarre.

- No es necesario gracias, es tarde debería irme. – la tomé de la muñeca

- ¿Quieres que hablemos?

- Creo que necesitas tiempo Ben y estoy dispuesta a dártelo. – sólo asentí y sonreí. – solo... ¿prométeme que no me dejarás? – mi cuerpo y mi alma no quería hacerlo y esta vez cumpliría mi promesa, si teníamos que separarnos seria por otras causas pero no por mí. Las palabras salieron del fondo de mí ser.

- No te dejaré.- ella se paró de puntas tomó mi rostro y me beso nuevamente.

Busqué mi chaqueta tomé las llaves del auto y la llevé hasta su apartamento el camino fue silencioso pero el ambiente estaba diferente. Ya no estaba tenso como al principio. Ambos bajamos nos quedamos frente a frente yo me acerqué para besarla.

- Fuiste, eres y quiero que seas siempre tú. Recuérdalo Benedict –me dijo entre besos- mi corazón se derritió y esta vez fui yo quien lo intensifico, nuestras lenguas se encontraron y luego de unos minutos me retiré sin dejar de decirle que la llamaría.

No sabía si al otro día o al otro o al siguiente pero estaba seguro que esta vez ambos tomaríamos las decisiones correctas para no lastimar ni lastimar al otro.

(Kate)

Me acosté pensando en todo lo que había sucedido esa noche. Volver a sentir los labios de Benedict hacían que mi cuerpo se estremezca, necesitaba tenerlo pero el en cierta forma me había pedido tiempo. Me detuve a pensar en el tiempo que estuvimos separados yo buscando una meta un objetivo, pero siempre por alguna cosa me perdía, sin él me sentía perdida. Me di cuenta nuevamente que siempre mi vida y mis conductas dependían de él. Recordé sus caricias y mi cuerpo comenzó a tensarse, estaba mojada por dentro no recuerdo haber estado así por nadie, estaba tan sola, tan vulnerable que si algún hombre pasado por mi cuerpo poco me importaba.

No sé porque esos pensamientos me llevaron a bajar mis brazos y comenzar a tocar mi ombligo pensando que sería el, el dueño de esas manos bajé a mi ropa interior y con mis dedos recorrí mi parte intima, por un momento dudé en hacerlo pero luego me dejé llevar por mis pensamientos, mi cuerpo lo deseaba. Deseaba tener a Benedict adentro mío, haciéndome suya como antes. Seguí estimulándome hasta que un sonido me sacó de mis pensamientos dejando en evidencia lo que estaba haciendo. Me avergoncé por eso y tomé mi móvil.

Kate necesitamos hablar por favor, ámbar- recibido.

Me quedé pensando en el mensaje. No podemos culpar a los demás por los errores que cometen, también tienen derecho a errar, la decepción es un mal necesario para aprender a elegir y tomar mejores decisiones. Hablaría con ella y luego me alejaría. No podría mirarla a los ojos nuevamente.