Narra Elif

Una semana después estábamos todos reunidos en el gran salón del instituto, estaban muchas personas importantes, al frente de nosotros tanto de lado izquierdo como del derecho se alzaban quince tronos y en el medio estaba el gran trono del rey. Derek había tomado una decisión, una muy importante tanto para su vida como para la de Anais cuando la encontráramos, lo iban a coronar. Al fin después de darle largas al asunto, meditarlo con su familia y también haberlo debatido con nosotros, llegamos a la conclusión que por el bien de nuestra hermana era mejor que tomará posesión de su titulo, iba a ser el rey de los vampiros, tendría total disposición de sus recursos, de sus contactos y tropas a nivel mundial, iba a ser un todopoderoso. Nos encontrábamos en la tercera fila, a mi lado estaba Megan, Tessa y Aaron. Los doce miembros de la corte estaban sentados, escucho la melodía ceremonial dando a entender que estaban entrando los monarcas a la sala. Todos giramos nuestra mirada hacía la entrada y allí venían Derek y Louis, escoltados por Patrick y Lizzeth. Los tres hombres traían un traje antiguo de ceremonia y su hermana un hermoso vestido corte campana de color violeta hasta sus tobillos, en el altar estaba Deneb que llevaría acabo su coronación. La última vez que Alemania y la Corte Imperial Vampírica había coronado un nuevo rey había sido hace 350 años cuando Louis había tomado la sucesión de su padre. Habían diferentes jerarquías al rededor del mundo, muchos reyes y reinas, pero está en especial tenía un vinculo más estrecho con los Cazadores de Demonios. Empezó la ceremonia de cuerpo presente; "Hoy nos encontramos aquí presentes para ver llegar al trono un nuevo rey, un nuevo líder, un nuevo monarca". Todos nos sentamos, palabras ibas, palabras venían realmente estaba ansiosa, "Alemania Oriental no ha tenido un nuevo rey desde hace 350 años. Su majestad el rey Louis II ha gobernado con mano firme, pero bondadoso y ha decidido de manera libre y voluntaria cederle el trono a su hermano el príncipe Derek Karim". Realmente no me interesaba mucho lo que estuvieran diciendo o qué protocolos estuvieran siguiendo, yo me perdí en mis pensamientos. Los doce miembros de la corte no se mostraban muy contentos de ser gobernado por el príncipe bastardo que han detestado todos estos años. Según lo que nos había dicho Derek es que se opusieron de mil formas, pero no lograron evitarlo, él tenía el apoyo de toda la familia real. Para nombrarlo rey Lizzeth, que era la sucesora al trono después de su hermanos debió cederle el control absoluto de su titulo renunciando a ser reina hasta que algunos de sus hermanos muera, el consuelo es que es inmortal y puede esperar todos los años que desee ; "Rey Louis ¿vino aquí voluntariamente?" Él asintió; "Príncipe Derek, ¿Está dispuesto a ser un rey justo, decidido, bondadoso y sobre todo un buen líder para sus súbitos" Derek asintió. Solté un suspiro. Margared, Benjamín, y todos sus hermano lo miraban con un orgullo que me hacía sonreír. Todos sabíamos que él no quería ser rey, no quería su corona, mucho menos su titulo. Mis hermanos y yo sabíamos que no habría hombre más digno de Anais que él, estaba renunciando a su paz, privacidad, calma y una vida completamente normal solamente para adquirir los recursos suficiente para seguir buscándola. Él la amaba, en serio que lo hacía, incluso Aaron había empezado a aceptarlo. Se arrodilló frente a Deneb, él le puso la corona; "Ante ustedes, su nuevo líder el Rey Derek Karim Cranwell Hartmut Stoker Draculea, arrodillaos ante él" Note que para la corte era casi una humillación hacerlo, aún así lo hicieron y todos también. Oficialmente Derek era el Rey de los vampiros y mi hermana su reina.

...

-¿Quieres ir hoy con los Cranwell o prefieres quedarte con nosotros?- Le pregunté a Megan, ella estaba mirando por la ventana de la habitación, soltó un suspiro.

-¿Crees que puedas llamar al máximo líder para que me enseñe a manejar mi don?- Me preguntó de un momento a otro, fruncí el ceño- Ana iba a enseñarme como caminar entre sueños antes de desaparecer.

-Quizá ella no te lo explicó pero... Los dones aparecen después de los 16 años Megan- Ella me miro- El de Anais apareció después de los 16, si eres una caminante de sueños lo descubrirás en unos años.

-Soy una prodigio como mi mamá, los dones en mí son diferentes, se manifiestan a cortas edades- Me explicó- Leí en un libro que los caminantes de sueños no pueden recorrer el mundo onírico si los inducen a un sueño apropósito, quizá Anais no se comunica con nosotros por que no puede. En ese caso debo ser yo quién la busque, pero no sé cómo- En serio que a veces Megan me sorprendía.

-Te prometo que hablaré con Deneb, ¿de acuerdo?- Ella asintió satisfecha- Debo ir a hablar con Derek, ¿te quedas?- Le pregunté.

-Sí, quiero quedarme hoy contigo- Le sonreí asintiendo, le di un pequeño beso.

-No salgas de aquí- Salí de la habitación y baje las escaleras. Derek debía estar en la oficina de la directora, al terminar la ceremonia todos siguieron con sus labores, él debía organizar algunos asuntos pero eso lo haría luego. Golpe la puerta suave y después del permiso entré. Derek estaba hablando con Carson allí- Hola- Saludé.

-Que bueno que llegaste Elif- Contestó Derek- Sabemos que Anais sigue con vida solo porque Carson la ve en el futuro, eso ya se los había dicho. Quiero que tomes de la mano a mi hermano.

-¿Por qué?- Pregunté.

-Necesitamos un algo que nos conecte a ella de una forma indirecta, lo habíamos estado haciendo con Derek, pero no sabemos por qué ya no funciona- Aclaró Carson- A ver si contigo funciona- Asentí, me senté a su lado y él tomó mi mano. Cerró sus ojos soltando un suspiro, reguló su respiración y relajo. Pasaron quizá cinco minutos hasta que volvió abrir los ojos, pero los tenía blancos, estaba susurrando cosas casi inaudibles para mí, dió un pequeño respingón y sus ojos volvieron a la normalidad, su respiración estaba pesada un poco- Niño y niña- fue lo primero que dijo, al principio no comprendíamos muy bien- Tus hijos Derek, los veo, niño y niña. Los tres están bien, pero debemos encontrarla antes de que de a luz.

-Espera Carson, ¿Puedes ver algo más?- Pregunté.

-No, ya me desconecte. Pero debemos encontrarla antes de que de a luz, exactamente en un mes.

-¿Un mes?- Preguntó Derek.

-Si, un mes- Fruncí el ceño.

...

Deneb estaba escuchando con atención lo que le decía Megan, ella estaba explicándole sus sueños recurrentes, le decía cómo se sentía, qué percibía y cómo lo hacía. Mientras la escuchaba me quedaba más que sorprendía, Megan era una niña más que extraordinaria, con solo 8 años ella entendía todas las problemáticas que teníamos, lo sufría también, habíamos intentado mantenerla muy al margen de todo esto, pero la había subestimado demasiado. A pesar de todo esto, ella seguía siendo una niña, su inteligencia y su capacidad de razonar no la mantenía exenta de lo que sentía, de lo que realmente ocurría en su ser. Le contaba a Deneb todo lo que Anais le había enseñado, todo lo que ella sabía del mundo onírico y cómo se iba allí. Después de hablar con Derek y Carson, fui con el gran líder y él, por supuesto, accedió a ver a la niña y así como yo, a él también lo había dejado completamente anonadado. Mi hermana jamás nos comentó mucho de ella, solo lo necesario, que estaba sola y era hija de su tía Samirah. Jamás preguntamos más y nunca nos importo, lo único en lo que realmente nos habíamos enfocado era que darle amor y apoyo, Anais más que nadie, ella realmente a adoraba tanto que decidió apelar su custodia ante el juzgado del conclave y antes de desaparecer, estaba a punto de firmar para adoptarla oficialmente. Era extraño todo esto, el quién la había secuestro aún era un misterio completo, nada de huellas, vídeos de seguridad o antecedentes, nada, no había nada. Era alguien invisible en una era donde eso realmente era imposible. Con toda la tecnología y los dispositivos de rastreo, era prácticamente imposible que alguien desapreciara sin dejar el más absoluto rastro y eso, básicamente era lo que había echo el captor de Anais, la había desaparecido. Una alarme se escucho en todo el instituto, fruncí el ceño si entender, tomé a Megan de la mano y despacio salí con ella, sonaba como la alarma de incendios o la de los sismos. Bajamos las escaleras, cuando íbamos a medio camino, la voz de la computadora sonó por las bocinas. "Alerta, esto no es un simulacros, repito, no es un simulacro, el instituto está siendo atacado, repito, está siendo atacado" ¡MIERDA! Nos desviamos hacía el comando de control, sin despegar a Megan de mi mano, en el piso subterráneo se encontraba la directora Hood, y algunos profesores mirando por las cámaras de seguridad. Las salvaguardas de seguridad del castillos estaban alzadas y el bosque se veía muy oscuro, demonios, los demonios estaban atacando las protecciones del recinto. ¿Por qué estaban intentando entrar? Jamás se habían acercado tanto, si habíamos tenido ataques al los alrededores pero no de está manera. Querían tumbar las salvaguardas de seguridad. Le pedí a la niña que no sé moviera de allí y corrí junto a los demás al salón de armas. Allí ya estaba Tessa... Tomó su arco, flechas, municiones y corrió conmigo y un grupo considerable de centinelas. La noche estaba fría, oscura y al llegar al lugar donde se suponía estaban los ataques no había nadie. Un silencio de sepulcro cruzo por el bosque lo cuál era aún más aterrador, mi hermana me cubría la espalda. De un momento a otro y sin previo aviso nos vimos rodeados de al menos 7 personas, Assassin's.

-Hermanas Franklyn- Esa voz la conocíamos perfectamente.

-Sofía- Dijimos al unísono.

-¡Qué gusto verlas!- Exclamó, Tessa fue hasta ella y la abrazo.

-Que bueno que llegaste Sofía- Habló Tessa- Pensé que no te abría llegado mi mensaje.

-Si me llegó, tarde. Pero llego- Habíamos estado intentando contactar con las personas con las que Ana haya familiarizado, para que de una forma u otra, nos ayudarán a buscarla.

-Sofía, gracias por venir- Le agradecí.

-No es nada.

-Volvamos adentro- Todos asintieron.

-¿Qué saben hasta ahora?- Nos preguntó.

-Nada realmente- Contesté.

-Desapareció de la noche a la mañana, no dejo rastro alguno, no sabemos quién lo hizo, cómo o desde cuándo lo tenía planeado- Agrego Tessandra. Volvimos a la entrada del instituto, la directora Hood estaba allí y saludo con cordialidad y amabilidad a Sofía. Los Assassin's y los Cazadores de demonios había formado una alianza muy buena. Nos reunimos en la sala de vigilancia y nos sentamos en la gran mesa de vidrio. Estábamos Derek, Aaron, la directora, Tessa, Sofía y yo. Le dimos todo lo que sabíamos a ella y le mostramos los vídeos de seguridad, después de un rato ella soltó un suspiro. Uno de sus compañeros le pasó una carpeta y la extendió a nosotros.

-Los Assassin's aún tienen muchísimo contactos alrededor del mundo, somos una red de información muy importante- Adentro de la carpeta habían fotos de un hombre, fotos viejas, actuales, autoretratos, documentos con diferentes nombres he identidades- Les presento al que actualmente se hace llamar Cam. Su verdadera identidad la desconozco, a los largo de los años se ha llamado de muchas maneras, mis informantes recopilaron esa información, es muy, muy, poca, tampoco nos asegura que sea él quien la tiene. Pero por lo menos es algo.

-¿Quién es?- Preguntó Derek con sumo entusiasmo.

-Cam es un fantasma, no saben de su pasado y lo que saben es por esas fotografías y autoretratos. El mundo de las sombras habla, dicen que es un inmortal de hace eones de años. Aseguran incluso, que es un personaje bíblico. Aunque nadie lo sabe, no deja ratros, ni huellas, no tiene familia, antecedentes o testigos. Este hombre es invisible es una era en la que eso es prácticamente imposible.

-¿Qué te hizo poner tu atención en él?- Preguntó Aaron.

-Hace unos días vino a nosotros buscando algo muy raro, muy elegante el hombre, educado, cordial y cuando le dijimos que no podíamos ayudarle se fue de la menera más amable posible. Algo andaba mal.

-¿Qué buscaba?- Pregunté.

-Dos cosas, un hombre moribundo con el que pudiera hacer investigaciones y sangre de demonio- Fruncí el ceño

-¿Por qué?- Preguntó Tessa.

-No lo sé. Si busca sangre de demonio, tiene que ver con Anais. Mis contactos lo están buscando... Pero como les digo, es invisible.

...

-¿Me recuerdas?- Le pregunté al verla descender del cielo.

-Por supuesto que te recuerdo, jamás olvidó un rostro. ¿Por qué me haz invocado?- Contestó, seguía igual de elegante a la primera vez que la vi, su mirada coqueta, sus ojos verdes y su cabello rojo cobrizo que la hacía ver muy hermosa.

-Mi hermana Anais ha desaparecido, la han secuestrado y necesito encontrarla.

-Díselo a los suyos... Es problema del cónclave de los Cazadores de Demonios- Contestó cortante, estábamos en el pórtico de la casa de mi padre.

-Hemos intentado buscarla por todos lados, pero no la hemos encontrado. Lleva dos meses desaparecida Aradia, Anais está embarazada. No sabemos que intenciones tenga la persona que la secuestro, no solo corre peligro su vida, sino también la de sus bebés.

-Lo siento mucho Elif, tu hermana me cae muy bien. Pero no puedo intervenir soy neutral, no me puedo entrometer en los asuntos humanos o en este caso de cazadores, eso podría poner en peligro el balance entre los dos mundos. De verdad lo siento mucho y espero de todo corazón que puedan encontrarla- Saco sus alas al descubierto para marcharse.

-La neutralidad en una situación de estas, es complicidad Aradia. Mi hermana ya ha sufrido mucho, por favor, ella es mi otra mitad y no podría imaginarme un mundo dónde ya no esté. Por favor pídeme lo que quieras y te lo doy ¿qué es lo que deseas?.

-Soy el ser más viejo viviente en la tierra y todo lo que he deseado lo he tenido. Lo siento mucho, pero no puedo interferir- Y se fue dejándome ahí, con las esperanzas en el suelo.