Capítulo 22 Frente al Mismo Rostro
-Anais- Me llamó Derek, solté un suspiro preparándome mentalmente para el regaño que se me aproximaba, él se detuvo en seco, frunció ligeramente- Estas herida, huelo tú sangre.
-Me hirieron, no fue nada de gravedad- Contesté, habíamos acabado de llegar a la casa, no iba ni saliendo del auto cuando Derek ya estaba saliendo por la puerta, Liz estaba detrás de él disculpándose con la mirada, asentí, James venía conmigo él había salido conmigo pero se había quedado en la puerta del vehículo. Derek miró por encima de mí hombro.
-¿No es el Detective?- Preguntó, sentí-¿Qué hace aquí?.
-Era mi amigo mucho antes de que me fuera a vivir con mi padre, hoy me atacaron enviados de la bruja y él me defendió no tuve otra opción más que contarle la verdad- Abrió sus ojos de par en par, sabía que se iba a alterar.
-Anais, cómo pudiste hacer algo así, es un completo desconocido estás consciente el peligro en el que nos expusiste, sabes perfectamente bien que ningún humano puede saber de este mundo- Realmente me estaba sintiendo como una niña pequeña siendo regañada de ese modo.
-No me regañes como si fuera una niña, le conté de mi por que no tenía opción, no es estúpido no podía mentirle en su cara. Si tú secreto lo que te preocupa puedes estar tranquilo obviamente no le conté de ustedes.
-Si no quieres que te traten como una niña, no te comportes como tal- Nos miramos desafiantes, de verdad que estaba odiando está faceta de él.
-Basta hermano- Lo regaño Carson, no sabía en que momento había aparecido- Deja de comportarte como un completo estúpido, ni siquiera le has preguntado por su herida y ya la estas regañando.
-Venía a cambiarme y decirles lo que había ocurrido, pero veo que no se va a poder, nos vemos luego- Derek me sujetó del brazo.
-No te atrevas, Anais.¿Cómo es posible que confíes más en él que en nosotros?- Preguntó.
-Por que tú me estas ocultando cosas todo el tiempo, no te atreves abrirte a mi y la única que se atrevió a ser un poco sincera conmigo fue Liz, no sé de quién me enamoré por que en este momento eres el mismo bipolar, manipulador y antipático de hace tres años. ¿Cómo me pides confianza cuando tú mismo no me la das?- él cerró sus ojos, sabía que se estaba controlando.
-Si no te importa. Anais, iré contigo- Me dijo Carson, asentí. Me giré para empezar a caminar de nuevo al auto, en serio que no sabía cómo era posible que Derek se comportará de ese modo. Entré de nuevo en el vehículo mientras James conducía. Él me miró antes de ponerse en marcha.
-Eso fue fuerte- Habló después de un rato- ¿Es tu novio?- Mire por el retrovisor, Carson nos seguía en la moto.
-Creo que estoy enamorada de él- Contesté con la mirada perdida sin restarle importancia.
-¿Crees?- Volvió a preguntar.
-Es complicado.
-¿Tanto como para hacerte dudar?.
-Tanto como para no querer hablar.
Lo odiaba, realmente lo hacía, él era la impredecible, no sabía cuando su humor iba a cambiar o cuando me iba a tratar de la mejor manera. Odiaba está faceta de él, por que hace años atrás me prometí a mí misma no estar en una relación en la me sintiera dudosa, nunca había dudado de mis sentimientos, nunca me había cuestionado sobre él. A veces me hacía sentir la mujer más dichosa del mundo, me costaba creer su cambio porque siempre me había dejado tomar mis propias decisiones sin importar lo estúpidos que fueran. Nunca me importó el pasado de Derek, después de todo, pasado es pasado, pero ahora realmente lo hacía, si confiará en mí me hubiera contado la verdad sobre la procedencia de sus habilidades, me hubiera contado que era hijo de un Demonio. En el instituto nos había dado una clase sobre los hijos del infierno, muchos de los reyes del infierno adoptan criaturas de las sombras para su beneficio, a cambio les otorgaban habilidades como ninguna otra. Sin embargo, nada de eso era gratis, la ley del intercambio equivalente. Un hombre jamás puede recibir sin dar algo a cambio, regularmente era magos o brujas. Me preguntaba, ¿qué había sacrificado Derek para obtener sus sombras? ¿qué tenía de especial un vampiro para un Demonio? Nos dirigimos hacía el hospital psiquiátrico, llevaba el papeleo correcto para sacarlo de allí y ponerlo en un lugar seguro. Sabía lo que buscaba Macristen, lo buscaba a él por que tenía la fórmula correcta para fusionar lo divino con lo demoníaco eso era lo que ella quería, quería un ejército, uno que la respaldará para una guerra que posiblemente nos cambiaría a todos, si lograba desestabilizar la balanza de los dos mundos, nuestra vida como la conocemos acabaría para siempre, la existencia de los cazadores sería expuesta al mundo mortal y eso provocaría un holocausto mortal para todos. Los mundanos no estarán nunca preparados para esta verdad, por lo regular le tenemos miedo a lo diferente, aquello que no conocemos y a pesar de que si tienen de qué temer, exponer el mundo de las sombras sería un gran desastre. El hombro me dolía muchísimo pero por suerte había detenido la hemorragia con una venda improvisada, volví a ver hacía atrás y Carson seguía pegado a nuestros talones, ya casi nos acercabamos a nuestro destino. James se introdujo por el camino de piedra y aparco en la entrada, este lugar en serio me daba escalofríos. Baje del auto, junto a mi compañero y momentos después llegó Carson y descendió de la moto.
-¿Ese quién es?- Preguntó James.
-Es un amigo- Conteste... Carson alzó una ceja- Bueno, un conocido- él puso los ojos en blanco.
-Anoche deje todo listo para que pudieras sacar a tu padrino hoy de aquí, contrate a los mejores doctores de Virginia para que lo traten- Me explicó Carson, asentí.
-No sabes cuanto te lo agradezco- Contesté. Los tres ingresamos al edificio y me encontré con el mismo chico que nos había atendido ayer en la recepción- Hola- Salude y le extendí la carpeta que traía en las manos- Este es el papeleo que pidieron para sacar a mí padrino Alexander Octovos de aquí- Él asintió, pero no miró los documentos.
-Lamento decirle señorita Franklyn a su padrino se lo llevaron esta mañana, un familiar vino primero que usted y se lo llevó, dijo que lo trataría desde casa- Contestó el chico.
-¿Qué?- Preguntamos al unísono.
-Es... Eso es imposible, yo soy la única familiar que le queda legalmente.
-No señorita, mire- el hombre giró el monitor para mostrar el archivo- La mujer se presentó como Maggie Braus- solté una enorme carcajada que resonó en todo el lugar.
-Le estoy diciendo que eso es imposible, Maggie Braus era mi madre y ella murió hace cinco años- masaje mis sien, estaba comenzando a estresarme. Sólo había una forma de que alguien se hiciera pasar por ella, un cambia forma o un hechizo. Carson me indico que nos fuéramos de es lugar, setía muchas ganas de llorar, todo esto se estaba saliendo de control. Miré por última vez al chico, luego empecé a caminar hacía afuera. Al llegar de nuevo al auto le di un golpe a la puerta, sentía mucha rabia.
-Ana, esto no ha sido tú culpa- Me dijo Carson.
-¡Claro que sí!- Exclamé- Yo tenía que protegerlo en su estado él no podía hacerlo. Ella lo matará cuando le saqué toda la información- Algunas lágrimas rodaron por mis mejillas, luego las limpie, no podía mostrar debilidad- Tenemos que volver a Blacksburg rápido- Él asintió.
-Si te parece bien. Anais, puedo poner una investigación de suplantación de identidad y falsificación. Podríamos dar con el paradero de tu padrino más rápido- Habló James. Carson sin mediar palabra empezó a caminar hacía su moto. Mi otro acompañante y yo decidimos ir hacía el vehículo. Decidí que yo manejaría esta vez, me metí en el asiento del piloto y James al copiloto. Empecé a conducir en silencio, estaba algo estresada y un poco confundida, ella estaba un paso más adelante siempre, ahora yo no sabía cómo vencerla, de hecho si me ponía a pensar había estado estancada siempre- Has cambiado- Mencionó él después de un silencio largo, pero no incómodo. Le di un mirada fugaz y luego volví a poner la vista al frente- Nunca estés con alguien que te haga dudar. Vanesa- Fruncí ligeramente el ceño y sonreí.
-Para ser sincera ese nombre jamás lo he usado desde que murió mi madre, casi siempre me han dicho Ana- Vanesa, era muy raro volver a escuchar ese nombre después de tanto tiempo y si mal no recordaba solo él me llamaba por ese hombre- A veces me pregunto si esto es realmente lo que merecemos, está vida yo nunca la pedí- Le dije pensativa. Mire por el retrovisor hacia atrás, había un auto muy cerca a nosotros, Carson venía a nuestro lado manejando, marque su número en el tablero del auto y espere a que contestara- Carson, creo que nos están siguiendo.
-Desvíate, yo iré detrás- Sin más colgó. Miré a James.
Pise el acelerador y me adelante a dos autos al frente de mí. Aumente la velocidad para poder perderlo por que al ver que yo me adelante éste me siguió, giré en una curva pase justo a tiempo un semáforo en verde, sin embargo, mis perseguidores pasaron derecho sin importar el semáforo en rojo. Solté un maldición, debía perderlo antes de llegar al centro. Avance hasta el lado norte, en los barrios de mala muerte, muy lejos de la casa donde nos estábamos quedando. Miré brevemente a James él venía mirando hacía atrás y sosteniéndose fuerte del cinturón de seguridad. Carson venía detrás del vehículo que nos estaba alcanzando. Aceleré más a fondo, luego giré a la derecha, crucé la manzana y volví a girar pero a la izquierda, seguían en nuestro talones, bufé mientras ponía los ojos en blanco. Que personas más insistente. Como iba, estaba violando muchas reglas de tránsito, lo sabía porque una patrulla de policías me interceptó cuando giré en la siguiente curva. Dirigí mi mirada de nuevo a mi acompañante, el me indico que siguiera adelante y no me detuviera, por la interrupción de la patrulla parecía que los habíamos perdido, baje la velocidad por que me iba a detener, al frente un auto se acercaba y se estrellaron con nosotros de frente. Solo sentí el impacto, mientras me iba hacia adelante y si no hubiera sido por el cinturón de seguridad hubiera salido disparada contra el parabrisas que se volvió añicos, muchos cristales rotos cayeron. Estaba aturdida, mis tímpanos hacía un molesto ruido, como un pitido, por un segundo el ruido desapareció, veía todo parcialmente nublado. Abrí como pude la puerta del piloto, solté el cinturón y me deje caer al suelo, miré hacia el cielo mientras intentaba mantenerme despierta, hoy había perdido mucha sangre por la herida de bala y el atentado me había dejado lo suficientemente cansada como para querer caer en la inconsciencia. Mi subconsciente me dio un golpe fuerte, haciendo que el ruido volviera de forma abrupta a mis oídos, me giré boca abajo alzado un poco la cabeza, la patrulla de policía se había estrellado con la parte de atrás de nuestro auto. Sentí como me tomaban del cabello y ponían mi cuello hacía atrás no podía ver quién era la persona, pero sentía su respiración muy cerca de mí. Estaba muy débil para forcejear, incluso para moverme, el cuerpo me dolía de una forma increíble y sentía mucha debilidad. Sentí una presión en el hombro que me hizo girar, quede totalmente acostada en el suelo de concreto a mitad de la carretera, la vista aún no se me aclaraba, pero veía la silueta de una mujer, su risa se escuchó, una risa cargada de cinismos y burla. Se puso en cuclillas al frente de mis ojos y me sonrió. Poco a poco y con mucha dificultad pude ver su rostro y me espante, éramos tan idénticas que por un momento pensé que había un espejo frente a mí.
-Que débil, mírate, hubiera podido matarte y no harías nada- Era como estar frente al mismo rostro- ¿Qué carajos vio Derek en ti? a sí, ya lo recordé, eres mi doppelganger- No podría describir la rabia que sentía en ese momento- No te preocupes, no te mataré de eso se encargará Derek, bueno a menos que no te haya contado de la maldición- no pude hacer nada por que perdí el conocimiento sin darme cuenta.
...
-Debes decirle la verdad, por que tus secretos la están afectando y la vas a terminar perdiendo más rápido de lo que piensas- Escuché la voz de una mujer, pero logré descifrar de quién se trataba, posiblemente era de Margared. La cabeza me dolía de una forma horrible, sentía que todo me daba vueltas mientras trataba de enfocar mi mirada, traté de incorporarme un poco de la cama y solté un gruñido al sentir un dolor punzante en el costado de mi cuerpo- Anais, cielo despertaste.
-Mi amor- la voz de Derek resonó en mis tímpanos- ¿Cómo te sientes?.
-Como si me hubiera pasado un auto encima- Margared y Derek me miraron de mala manera- Bien, mal chiste.
-Iré a decirle a los chicos que has despertado- Agregó ella, yo asentí. Derek se quedó mirándome, sentía que aún estaba algo idiota por la anestesia tal vez. Luego, por un breve momento recordé las palabras de Renata.
-¿Te duele?- Preguntó después de un momento, asentí. Él se acercó a mí, me alzó un poco la blusa que traía puesta dejando al descubierto mis costillas, hice un mueca cuando trato de tocarme- Benjamín dice que tienes dos costillas rotas, el resto sólo son pequeños hematomas- Iba a decir algo, pero mis palabras se interrumpieron cuando la puerta se abrió dejando ver a todos lo miembros de la familia. Megan vino a mí para abrazarme y acostarse a mi lado, Liz se sentó a mis pies, donde se encontraba Derek el cual se había puesto de pie cuando todos llegaron. El señor Cranwell vino a mi para verificar el suero que estaba conectado a mis brazos, realmente no me había dado cuenta que lo tenía. Los demás se quedaron en el marco de la puerta. Patrick si entro a la habitación y se hizo sentó al lado de la niña, estaba a punto se soltar algún chiste de eso estaba segura. Tres, dos, uno.
-Bueno, cuñada. Me da la impresión que te quieren matar- Dijo Patrick.
-Gracias por mencionarlo. Patrick Cranwell, no me había dado cuenta- Contesté.
-Patrick, cállate ¿quieres?- Mencionó Benjamín- Vas a estar bien, ya suture la herida en el omóplato, perdiste mucha sangre.
-Una mujer quiso matarme- Les dije, miré a Carson que me miraba desde el umbral de la puerta, se tenso al instante, comprendí lo que sucedía- No vi quien fue, estaba muy mal herida.
-Tú amigo el policía también salió muy herido, está en el hospital, nada de gravedad realmente. Preferimos traerte aquí a ti- Habló él y me sonrió. Tuve que parpadear porque realmente no sabía si Carson me estaba sonriendo o si lo imaginé.
-Recuerdo que la mujer mencionó a Derek y una maldición- Miré a Derek de mala manera- ¿Me lo explicarás?- y se lo pregunté delante de todos porque sabía que no podía negarse, soltó un suspiro y cerró los ojos, estaba tenso.
-Bien, te contaré la maldición del príncipe de la oscuridad- Contestó.
Mis chicos, ¿cómo están? yo espero que todos ustedes se encuentren de maravilla, yo estoy muy bien, algo aburrida encerrada pero bueno, hay vamos.
pregunta, ¿recordaban que Anais tenía un segundo nombre y es Vanesa? bueno solo se ha mencionado un vez en los libros, para los que no recuerdan y quieren reforzar es el capítulo de "Me observan" es titulado "guitarra" creó no estoy segura.
Ustedes qué creen, ¿Anais y Macristen se enfrenten rápido o aún no? ¿Los hermanas de Ana y ella se encuentra en California o en Blacksburg? y lo más importante ¿de qué maldición estará hablando Derek? Déjenme los comentarios de sus teoría me gustaría escucharlos. Dedicaré el próximo cap al comentario más acertado.
sin más nos leemos pronto.
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