Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12 Uno Solo

Desperté poco a poco, por una ráfaga de viento frío que entró por las grandes ventanas de cristal, me removí en mi cama, la cabeza empezaba a dolerme, los ojos me ardían y no podía mantenerlos abiertos por mucho tiempo, había llorando mucho, incluso creo que me deshidrate por completo. Miré el reloj digital en la mesa de noche, era la 1:51 de la madrugada, trate de volver a dormir y realmente se me dificultó mucho. Había dormido todo el día y gran parte de la noche, creo que era normal que se me quitará el sueño. Solté un suspiro, me levanté de la cama y fuí hacía las ventanas, afuera todo era calma, las olas del mar eran tranquilas y empezaba a caer algunas gotas, el viento soplaba y me hacía dar mucho más frío. Miré hacía el viñedo y de nuevo esa sensación de ser observaba me invadió, ahí justo arriba de la rama de un árbol estaba él. Daxon, me miraba sonriendo mientras se fumaba un cigarrillo, el humo desaparecía en la atmósfera. Me hizo un ademán con las manos en forma saludo. Él tenía razón, literalmente siempre me estaba observando. El día que estuve a punto de morir, recupere algunas de mis memorias bloqueadas. Una de ellas era de mi madre y de Daxon, el la amaba. Estaba dispuesto a todo por ella, tanto así que por años, busco una cura para sacar mi sangre de demonio. Poco después, de que cumplí los doce años ella me borró las memorias y obligo a Daxon a que nunca más volviera a casa, lo hizo por que sabía que en cualquier momento podrían encontrarnos. Sin embargo, el nunca dejo de mantenernos observadas, a pesar de que era una de las personas más buscadas por la corte imperial vampírica. El término su cigarro y aún en la rama, salto al suelo cayendo perfectamente de pie y sin doblar un poco sus rodillas. Se quitó un sombrero imaginario he hizo una reverencia cómo despedida, sin más desapareció de mí vista. A decir verdad, me sentía un poco segura, al saber que él siempre estaba por ahí vigilandome de vez en cuando. Cerré las ventanas y me di la vuelta, entonces solté un solloso y cubrí mi boca para no soltar un grito de sopresa. Abrí mis ojos de par en par, mientras recuperaba en aliento, él me había pegado el susto de mi vida. Derek estaba sentado en la esquina más oscura de la habitación, al frente de mi cama, sus ojos relucía con intensidad. Este hombre iba a matarme.

-Derek. Por el ángel, acabas de darme el susto de mi vida. ¿Hace cuánto llevas ahí?- pregunté, sorpredida. Él se encogió de hombros.

-Lo suficiente- contesto- Hola- lo miré, más que sorpredida. Me alegraba que al menos estuviera aquí, pero no deme olvidaba que estaba enojada con él, está vez no sería tan fácil. Me cruce de brazos.

-No deberías estar aquí- le dije, el se puso de pie, traía los mismo jeans de está mañana pero traía la camisa toda desabotonada, trague saliva al ver su perfecto torso.

-¿Por qué?- preguntó arqueando una ceja, y se veía tan jodidamente sexy.

-No es apropiado. Derek, vete- siguió acercándose a mí, di un paso hacia atrás- Además. Renata te está esperando- el se detuvo, eso... Quedaté ahí y no te acerques más- vete.

-Tú sabes perfectamente bien, que lo que dije sobre Renata es mentira- dió otro paso hacia delante- Jamás te dejaría por irme con ella. Anais, ni que no me conocieras al menos un poco- dió otro paso hacia adelante y yo otro atrás- Lo que pasó, anoche con Renata no significó nada. Anais, ella me besó y de inmediato me aparte. Yo te amo a ti, te lo he demostrado de muchas maneras. Yo te comprendo en todo, Ana, sé que todo esto es realmente difícil para ti, pero entiéndeme a mí, te veía tan preocupada, todas las noches con pesadillas, llorando. Anais, me partías el alma y lo único que podía hacer era no darte más carga de la que ya tienes. Te pido perdón Ana, por todo lo que dije hoy, soy un estúpido, egoísta, pero este egoísta te ama con todo su corazón. Me desesperé cuando me terminaste- yo, no había querido terminar, pero fue lo único que se me ocurrió en ese momento. Sus ojos me suplicaba, era tan sincero, dió otro paso a mí y yo me aleje- Me enoje, me desesperé, no supe más que hacer. Pero te juro que Renata no significa nada para mi- sus ojos se llenaron de lágrimas- Ana, yo te perdí una vez y hace poco, casi te pierdo para siempre. Yo sé que soy una mierda, un egoísta y mentiroso. Pero no me dejes, necesito más tiempo para demostrarte que puedo cambiar, que contigo soy mejor persona y eso cualquiera puede decírtelo- algunas lágrimas de deslizaron por sus mejillas, volvió a dar un paso hacia mí y yo quedé acorralada contra la pared. Pegó su cuerpo al mío, puse sentir su torso contra mí cuerpo y su respiración en mi rostro- Ana, yo te amo. Eres libre de irte si así lo deseas yo no te detendré y no quiero usar esto como un chantaje para que te quedes. Pero yo sé que tú me amas, no puedes negar los que sientes por mí. Te prometo que desde ahora no habrán más mentiras, te juro por mi difunta madre. Anais, pero por favor dime que no era en serio cuando me terminaste.

-Estas tratando de distraerme para que se me olvide que estoy enojada contigo- le dije, él seguía pegado a mi cuerpo- Derek... Me heriste, no puedes venir y pensar que todo se arregla con una disculpa- el miró lo que traía puesto, lamió sus labios y trago saliva, entonces caí en cuenta que sólo traía un camisón que apenas cubría la mitad de mis muslos. Mierda- Derek, debes irte- lo tenía muy cerca y mis hormonas estaban alborotadas, además estaba enojada con él sólo me estaba distrayendo, con su mano tiro uno gran mechón de cabello hacia atrás, dejando ver mi hombro, pasó su mano desde el pómulo de mi oreja hasta llegar a la clavícula. Se acercó a mí, su respiración en mi cuello me hizo estremecer.

-Te deseo- dijo de un momento a otro, mi respiración se hizo mucho más irregular... Yo estaba enojada con él, no lo iba a perdonar... Mierda, que se aleje- No sabes desde cuándo- puso su mano en mi cintura... Que se detenga. Me acerco más a él- Ana... Perdóname- suplicó, mordió el pómulo de mi oreja y bajo dando besos húmedos hasta mi cuello. No estaba pensando con claridad- Dios. Anais, me estás torturando muchísimo. Por favor perdóname, así podré hacerte el amor- me dió un pequeño mordisco en el cuello haciéndome soltar un jadeo. Ana, controlate.

-N... No- balbucee. Dios, Derek en serio que me estaba torturando. Lo deseaba muchísimo, desde que empecé a tener sueños eróticos con él y estaba usando eso en mí contra. ¿Y si es otro sueño?. Me dió otra mordida está vez más fuerte, me hizo gemir cerré mis ojos un segundo. Puso su mano en uno de mis pechos y empezó a madajearlo, por encima del camisón y con la otra mano me mantenía pegada a él. Reprimí un gemido, tenía que detenerlo.

-¿No?- Abrí mis ojos cuando se detuvo, el me miraba con un ceja arqueada. Mierda... Mierda... Mierda, lo deseaba, no tenía idea de cuánto, pero no lo perdonaría. Aún me mantenía pegada a él, pero se separó, respiré de forma agitada, necesitaba recuperar el aliento- Creo que es mejor que me vaya- habló, sólo se había separado de mi unos centímetros.

-¿Que?.

-Anais, te deseo. Muchísimo, no tienes idea, me estas matando. Pero no quiero obligarte a nada que no quieras y aún estas enojada conmigo- De hecho lo había perdonado desde que lloro pidiéndome perdón, pero no lo iba a admitir tan fácil. Solté un suspiro. Lo deseaba y no iba a permitir que se fuera. Lo tome de la camisa, lo jale hacia mí y lo pegue a mi cuerpo, lo abracé para que no se separará de mí y lo bese.

Lo necesitaba conmigo, lo extrañaba, sus labios empezaron a danzar con los míos, arriva y abajo. Su lengua pidió entrada a mi boca y está empezó a batallar con la mía. Sus manos alzaron mis piernas para que las enrollará en su cintura, mientras me pegaba más a la pared y con mucha agilidad, sin despegar su boca de la mía, me quito la poca ropa que traía puesta. Deslice su camisa por los hombros sacándola de su cuerpo por completo. No traía sostén, por que siempre dormía sin el, así que mis pechos estaban expuestos. Se separó de mí y de tomo un segundo para admirarme, sus ojos color esmeralda lanzaron un destello de lujuria, mientras se volvía a lamer los labios. Mierda, sentía que la sangre me quemaba la piel. Él tomó uno de mis pechos y lo metió a su boca, su lengua tibia invadió uno de mis pezones y lo mordió suavemente, haciéndome gemir, con su otra mano empezó a masajear el otro, dándome más placer, cerré mis ojos arqueando mi espalda, me mordí el labio inferior, tratando de no gemir, enrede mi mis dedos en su cabello y jale un poco de él. Derek gimió abrí los ojos y lo miré, mientras el cambiaba del pecho izquierdo al derecho. Quería escucharlo gemir de nuevo, tire de su cabello un poco más fuerte y recibí ese hermoso sonido que me exitaba aún más. El subió dejando un camino de besos hasta llegar a mi cuello y del cuello a la boca, su beso era demandante, feroz, territorial. Tomó mi cabello y lo jalo para que pusiera mi cabeza hacia atrás, beso mi barbilla y volvió al cuello, me mordió aún más fuerte, solté un pequeño grito de placer, el seguía sosteniendo mi cabello. Me miró a los ojos, mis pierdas temblaban y mis respiración se hacía más y más acelerada. Sostuvo mis pierdas, puse mis brazos al rededor de su cuello y empezó a caminar conmigo a la cama, me sento al borde y bajo sus manos por mi abdomen hasta llegar a mis bragas. Miró, cómo pidiendo permiso, asentí y el las deslizó por mis piernas hasta sacarlas por completo, yo me apoye en mis codos.

El subió por mí pierna dando besos, haciéndome dar un poco de cosquillas, reí un poco y escuche su sonrisa también, contuve la respiración cuando llego hasta mí entrepierna, trate de apartarme pero el me sostuvo de los tobillos y me separo de la rodillas y volvió a empezar dándome besos, gemí. Sentí su respiración en mi zona más sensible, yo estaba al borde del éxtasis, el era una droga para mí. Su lengua se introdujo, de forma magistral, cerré los ojos y por impulso lleve mis manos a su cabello. Me permití soltar un gemido, sin reprimirlo, su lengua empezó a trazar círculos y a succionar. Me agarre de las sábanas, mordiendome el labio inferior y arquee la espalda. Introdujo uno de sus dedos en mí, solté un pequeño jadeo por la sopresa y empezó un vaivén con el, adentro y afuera. Su lengua en esa zona tan sensible y su dedo dentro de mí me iba a volver loca. Empecé a sentir como mi vientre de contraía, mis piernas empezaron a temblar y entonces me liberé, solté un fuerte gemido, mientras me agarraba de fuerte del cobertor. Derek, subió por mí vientre dando besos, hasta llegar a mis labios, empezó a besarme, con mucha rapidez. Pero tuve que separarme de él, por qué aún me faltaba el aire. Él se recostó a mi lado apoyándose en un codo. Me concentre en respirar, en recuperar el aliento después de este orgasmo. Mi primer orgasmo en 19 años. Me sentir realmente cansada. Miré a Derek y el me sonrió de la manera más amplia posible y se veía hermosamente tierno, era imposible enojarme con él y más si de ahora en adelante íbamos a solucionar así nuestros problemas. Él se acercó de nuevo a mí y empiezo a besarme, me tomo me la cintura y me posicionó encima de él, se apoyo en ambos codos y me siguió besando desesperadamente. Puse mis manos en su torso desnudo y encaje mis uñas en el, Derek, volvió a gemir más fuerte, me encantaba. Me separé de él y empecé a besarle el cuello, puso sus manos en mi cintura para que me moviera un poco y así lo hice, produje más dicción en nuestras zonas y ambos gemimos. Mi respiración se hizo más acelerada, mientras seguía con los movimientos en círculo encima de él. Derek puso sus manos de nuevo en mi cintura para que me moviera más rápido, pero estaba haciendo un presión muy fuerte.

-D... Derek- balbucee, el placer no me dejaba hablar bien, pero el dolor que estaba ejerciendo en mi cintura era un poco más del que podía soportar, tomé sus manos y las aparte, mientras seguía con los movimientos de cadera, el tomo mi cabello de nuevo poniendo mi cabeza hacia atrás y se apoderó de mi cuello, besándolo, solté un gemido más fuerte.

-Me encanta ese sonido- me dijo- Anais- se detuvo y me hizo mirarlo a los ojos- Debemos detenernos- yo no me quería detener, sabía que él tampoco- Yo no quiero hacer nada que no quieras- baje mis manos hasta el botón de sus jeans, y me baje de encima de él, para que se los pudiera quitar con facilidad. Se quedó mirándome frunciendo ligeramente el ceño.

-Quitatelos- ordene, él ladeó la cabeza- Ahora, si no lo haces tú lo haré yo- el río brevemente, pero me obedeció se puso de pie y se quitó el jeans con bóxer. Su erección de inmediato se hizo notar, trague saliva. Derek se puso delante de mi, entre mis piernas, con nuestra intimidad casi rozándose, lo deseaba.

- Anais ¿Estás segura...?- lo interrumpí con un beso, no quería pensarlo tanto, de verdad que no. Sin dejar de besarme, introdujo uno de sus dedos dentro de mí, mientras me estimulaba con su pulgar, cerré los ojos y arquee la espalda- No... Mírame, quiero verte a los ojos.

Abrí mis ojos y me encontré con los suyos, un gemido salió desde el fondo de mi garganta y sentí el impulso de cerrar los ojos, pero no lo hice yo también quería mirarlo. Quería ver sus ojos cuando ambos fuéramos uno sólo. Sabía que él tenía muchas cosas que cambiar, pero yo lo amaba y era cierto que me había demostrado que me amaba a mí. Saco su dedo y entonces, sin precio avisó entro en mí, solté un grito he hice una mueca de dolor, me aferre a sus fuertes hombros, él se quedó mirándome mientras yo me recuperaba. Empezó a moverse dentro y fuera de mí, el dolor era soportable a comparación de otros dolores, pero aún así dolía. Empezó a hacer círculos con sus dedos, en mí zona sensible y el placer se mezclo con el dolor, más placer que dolor, por supuesto. Varios gemidos salieron de su boca y eso me hacía exitar aún más, nuestros pechos llenos de sudor se rozaban, su cabello estaba mojado y pegados a su frente y algunas gotas de sudor rodaban por su rostro. Ni un solo momento despegó sus ojos de los míos, mientras ambos seguíamos una sincronización de gemidos. Mi vientre empezó a contraerse y mis piernas a temblar. Derek debió notarlo, por que se apresuró aún más en su vaivén, se acercó a mí boca y empezó a besarme y entonces, ambos llegamos al clímax. Solté un pequeño grito, mientras arañaba su espalda. Se separó de mí y Derek recostó su frente contra la mía.

-Te amo- susurro- Y te amaré intensamente por el resto de mí vida- yo lo amaba, lo amaba hasta más no poder y ahora, habíamos unidos nuestras almas, éramos uno sólo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro