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ㅡTengo miedo ㅡLloraba otra vez el niño mientras se cubría los ojos.

Yo solo trato de ignorarlo. Adoro a los niños. Pero éste... es simplemente INSOPORTABLE. Lloraba por una simple arma. Movía mi pistola para apuntar a los lados y él lloraba. Y lo peor es que tiene ¡doce años! Ni siquiera su hermano de tres años está tan asustado.

Vuelco los ojos, en cualquier momento perderé el control, me giraré en dirección al niño y voy a apretar el gatillo.

¡Es sarcasmo, gente!

En todo este tiempo en la ciudad no he matado a ningún humano, ni mucho menos a un triphiano, después del incidente con Karl.

Han pasado dos meses desde que llegué aquí. Lía y yo nos unimos a la organización de la que me habló (La Organización de defensa contra seres inhumanos)

Sin embargo yo no la llamaría contra inhumanos, pues ellos no tienen idea de la verdad en las profundidades del bosque.

En la ODCSI nos damos la tarea de rescatar a niños, niñas y mujeres para luego llevarlas a un pequeño puerto aéreo donde las naves con capacidad para apenas seis personas las evacuan a los únicos cinco distritos de Maison que aún están de pie después de la invasión zombie.

Los pocos hombres que rescatamos deben pagarnos obligatoriamente con la permanencia en la ODCSI. Ahora la pregunta es ¿Qué hacemos Lía y yo aquí? Fácil, al principio no nos aceptaron, pues querían mandarnos a uno de los distritos "con nuestras familias", pero Lía logró más que convencer al Jefe Harry Duarte, Vicedirector de la organización, y desde ese día aceptar a las pocas mujeres que también buscan la forma de apoyar.

Es por eso que cada día nos despertamos muy temprano para cumplir con nuestra misión. Aún no perdí las esperanzas de algún día encontrar de esta forma a mi familia. Lía ya ni siquiera me alentaba en mi esperanza; ella solo se negaba, decía que deje de llenar de mentiras mi mente y me preocupe por nuestra misión.

ㅡ¡Allá! ¡Corre!

Las palabras de Lía me sacan de mis pensamientos. Ella carga al niño pequeño y yo disparo a los zombies que intentan atacarnos.

ㅡ¡Cuidado! ㅡGrita el chico miedoso.

El último zombie intenta atacarme pero lo esquivo tirándome al suelo y poniendo una trancadilla. Durante este tiempo he cambiado mucho, ni yo misma puedo creerlo; sigo siendo la chica miedosa, pero ahora puedo defenderme.

En un movimiento rápido y sigiloso disparo al zombie en la cabeza.

Algo que hasta ahora no comprendo es porque nunca mueren. Por más que les dispare en donde sea nunca mueren solo se quedan paralizados por unos minutos y luego vuelven a la vida.

Tomo de la mano al niño de doce y con la mirada le digo a mi amiga que corra.
Nos escondemos en un callejón mientras aprovecho para cargar mi pistola.

ㅡ¡Tannia! ㅡLía me apresura pero aún no estoy lista y el zombie está a punto de atacarla. Sin pensarlo más, saco el arma que siempre oculto en mi chaqueta negra, es esa extraña arma del mundo de abajo. Cada que lo tengo en mis manos siento que aun él está conmigo.

El sonido de la pared tumbándose hace que mis piernas reaccionen y corran para huir de los escombros.

ㅡ¿De dónde sacaste esa arma?

Le extiendo mi mano que la sostiene para que la vea mejor. Pero no hace más comentarios y yo tampoco quiero darle una explicación.

Después de media hora llegamos al puerto aéreo. Entregamos a los niños a los encargados del puerto y estamos a punto de salir a nuestra habitación.

ㅡHey ¡Señoritas!

Ambas nos giramos en busca del emisor de aquella voz.

Un joven alto, de ojos verdes, cinco años mayor que nosotras, más antiguo que nosotras... en fin, es el jefe Harry.

ㅡSeñoritas ¿Les gustaría tomar un café esta noche?

Lo miro con curiosidad.

ㅡ¿Estás invitándonos a...

No dejo que Lía termine la pregunta. Sé que está emocionada y todo lo demás, pero yo no me confío de la invasión, sé que no solo existen zombies, y estoy casi segura que en cualquier momento se harán ver:
ㅡJefe ¿Es consciente que en las noches los zombies son más peligrosos?

Mi mejor amiga me lanza una mirada asesina mientras mi superior se defiende:

ㅡSí, señorita Sandoval. Soy consciente. Tampoco soy un estúpido que las llevaría a la boca del lobo. Soy humano. Somos del mismo equipo.

Salgo del puerto ignorando sus palabras y me dirijo a mi habitación o bueno a la que compartimos con Lía. Me recuesto en la cama a descansar, el uniforme que llevo es pesado, pero vale la pena tanta protección.

ㅡTannia, ayúdame a escoger que usaré esta noche ㅡDice Lía entrando a la habitación directo a abrir el armario.

ㅡUsa tu uniforme de la ODCSI ㅡEs lo primero que se me ocurre.

ㅡJá que chistosa.

ㅡNo es un chiste. Sólo soy realista

Lía deja de hacer sus cosas para sentarse a mi lado. Salir cuando hay una invasión zombie, sería un suicidio.

ㅡNo te comprendo.

Suspiro. Ella no me cree la historia de fantasmas y personas que manejan el fuego, la telequinesis y se vuelven invisibles. Tampoco le he insistido, sería una pérdida de tiempo sabiendo cómo es ella, solo espero que si Triphian viene por mi... alguna vez, ella esté lista.

ㅡ¿Por qué querías vestirte bien para salir a una cafetería?

ㅡPorque es una cita ㅡMe interrumpe.

ㅡUna cita que probablemente será estropeada por los zombies. Joder, Lía ¿Acaso no entiendes? Ya nada es como antes. Deja de actuar como si vivieramos lo normal. Si sigues así, en el momento menos esperado ellos atacarán.

Se encoje de hombros mientras continúo:

ㅡNo iré.

ㅡYa me lo imaginaba, no te obligaré. Iré a tomar aire y no pienso volver hasta la noche.

Cierra la puerta de un portazo.

¿Lo hice mal? Resoplo pensando en mi horrible vida, en las palabras que dijeron los fantasmas cuando estaba en la zona prohibida.

Mis ojos cansados empiezan a fallarme hasta estar en un profundo sueño donde nada impide mi felicidad. El jefe Harry y Lía están juntos, mi familia está a mi lado y todos los que nos lastimaron están agonizando mientras yo los mato uno por uno.

Siento una enorme satisfacción de ver morir a todos, cada que alguien cae al suelo mi sonrisa se extiende y en mi interior salto de alegría.

ㅡ¡Hey!

ㅡOye...

ㅡ¡Tannia!

Abro los ojos, me he quedado dormida. Las voces en mi mente eran tan reales que llegué a creer que alguien más estaba en la habitación.

Me levanto de la cama, acercándome al tocador, busco el cajón donde guardé el Portedis junto con todo lo que obtuve en el mundo de abajo. Sin pensarlo mucho recojo mi mochila y guardo las cartas incompletas, el portedis... pero me detengo al encontrarme con la pulsera que Jack me dió.

Se supone que me protegería de los zombies, pero desde que entré en la ODCSI deje de usarlo. Recordar a Jack sólo me traía dolor aunque no quiera admitirlo. Me había acostumbrado a su compañía, a su protección, a todo lo que hacía por mí. Que se me hacía difícil ser una buena agente de rescate mientras pensaba en su regreso.

Nada había salido como planeamos; ahora el portedis está en mis manos, el destino del artefacto más codiciado por un monstruo al que nunca le vi el rostro depende de mi. A veces me ponía a pensar si Jack lo planeó de esta forma.

ㅡTannia A que no sabes... ¡Que hizo Harry! ㅡLía interrumpe golpeando la puerta al entrar así que oculto el portedis en mi mochila con rapidezㅡGuarda silencioㅡ ¿Qué haces?

La miro a los ojos.

ㅡNada...ㅡBajo el sierre de mi mochila y la cuelgo en mis hombros sin olvidar cerrar mi cajón con llave, aún con la pulsera de Jack.

ㅡTannia ¿Podemos hablar?

Observo su vestimenta, un largo vestido color azul marino al cuerpo, Maquillaje ligero y tacones altos... claramente lo tiene todo preparado.

ㅡRegresaré a la base Lía ㅡMe encojo de hombros tratando de salir rápido.

ㅡEs importante...

Frunzo las cejas,  al borde de no seguir escuchándola.

ㅡSalvar personas también es importante Lía, ellos están esparcidos en esta enorme ciudad, asustados, sin saber lo que sucede... varios ven morir día a día a sus familiares mientras algunos de la ODCSI están pensando en salir a citas en medio de un ataque zombie. Ahora dime ¿Qué es lo importante aquí? ㅡHago una pausa antes de continuarㅡ Una vez me dijiste que querías vengar a tu familia ¿Qué pasó con esas palabras?

Lía desvía la mirada, sabe que ella fue quien me trajo aquí.

ㅡProbablemente sea la persona que más odie a los zombies, pero si esto algún día se acaba y yo sigo luchando contra esos mounstros, no ganaré nada. Tannia tu me entiendes... sabes que es inútil, sabes que hagamos lo que hagamos jamás tendremos el reconocimiento ni el respeto que merecemos, mírate... ni siquiera deberías estar aquí. Quedan islas protegidas de la invasión, ahí es donde perteneces, sin Miguel no eres nadie.

De eso no había duda, siempre trataba de ignorar esa realidad. Las mujeres dependían de tipos fuertes sobretodo en una posición económica alta ¿Qué cambió en el trascurso de mi ausencia?

Prácticamente nada. Ahora nosotras podíamos pelear al lado de ellos, pero no nos daban el reconocimiento como a ellos. A veces no recibíamos un sueldo mientras que otras veces sí. Muchas de las pocas chicas como nosotras morían en el campo y muy pocas se salvaban, la única norma en la que acertaron fue en la que todos y todas debíamos cumplir con el requisito de academias de defensa personal o armas.

ㅡEllos nos necesitan Lía... ㅡMurmuro.

ㅡLo siento Tannia, nos vemos mañana ㅡAntes de salir acomoda su cabello suelto para atrás.

ㅡSuerte ㅡsuspiro cuando ya no está en la habitación.

☆☆☆☆☆

La actitud de Lía será causa de muchos problemas en esta segunda parte ¿Qué podrían esperar de alguien abrumada por la soledad?

Se suponía que ayer debía actualizar,  sin embargo tuve unos problemitas con el internet :'(
Si puedo subiré el siguiente capítulo como recompensa ;)

¡Saluditos!