Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: ¿Venganza?

Hola mis queridos lectores, os traigo un nuevo capítulo!! He subido lo antes que he podido. Espero que lo disfrutéis *-* Poco a poco, se va sabiendo un poco más de nuestro querido magnate (para aquellos lectores que les interese) y... os estoy dando muchas pistas sobre las próximas sorpresas de la novela... jojojojo Un besooo muy fuerte y os dejo una foto de William Wright *-*

Alison Keller

Después de dejarlo totalmente excitado, encima de la mesa  voy a mi habitación, me recuesto en la cama y disfruto de la dulce venganza. Se lo tiene bien merecido, por todo lo que me ha hecho. Ya era hora de que tomara un poco de su medicina, aunque no ha estado nada mal. Es muy atractivo y una aura que me atrae a él, sin embargo, no puedo entretenerme con eso. Debo ganar el dinero necesario e irme con mi amiga, a tomar esas mini vacaciones que tenía pensadas hacer con ella. La puerta de mi habitación se abre haciendo que mis pensamientos se alejen de mi mente y pueda ver al hombre borracho que he visto abajo. El que quería ligar conmigo y se ha ido con el rabo entra las piernas. Quiere venganza, lo veo en sus ojos y no tardo en comprobar que lo único que le interesa es apoderarse de mi cuerpo. Grito e intento alejarlo de mí, quiere hacerme suya a la fuera, mi ropa está rasgada y me lamento a cada instante. Tengo mucho miedo, no tengo a nadie a mi lado para que me ayude y mis fuerzas están empezando a flaquear, pero justo en ese momento entra John. Mi salvación, mi héroe. Después de un gran enfrentamiento con él, lo echa del hotel sin más miramientos. No sé como agradecerle lo que ha hecho por mí, si no llega a entrar no sé ni que me hubiera hecho ese maldito animal...

***

No sé ni cuando ha sonado el despertador, creo que no lo ha hecho pero los rayos de sol impactan en mi cara. Abro rápidamente los ojos al darme cuenta de que no ha sonado el despertador y miro la hora. Dos horas tarde. El jefe y Rose me van a matar, sin embargo, cuando me levanto veo a una Rose sonriente al lado de la ventana.

— ¿Cansada?

— Estoy bien. Me he dormido...

— No, te he desconectado el despertador. Hoy entrabas más tarde a trabajar. —me sonríe y no entiendo por qué tenía que entrar más tarde, si yo hago el mismo horario que ella. No obstante, no pregunto. No quiero perder más tiempo, así que empiezo a ponerme mi uniforme.

— Hoy te toca la sección de abajo, Mary estará rondando por ahí, así que no le hagas mucho caso. —me advierte.

— De acuerdo. Gracias. —le regalo una de mis sonrisas y se marcha, dejando que termine de arreglarme.

Termino de vestirme, hago mi pelo y voy al almacén a coger mis cosas. Cuando salgo de allí, me encuentro la mirada de John. Tiene unos ojos espectaculares, pero unas manos rodean su cuello. Miro a la persona que lo hace y no podía ser otra que Mery, se ven muy bien juntos y eso no me gusta. Aunque no sé porque reacciono así, si todos son iguales. Estoy segura de que se ha acostado con la mayoría de las empleadas. Es todo un adonis, ¿quién se resistiría a él? Con el ceño fruncido me voy hacer mis respectivas tareas. Hay mucho que hacer, la planta de abajo está hecha un desastre, ¿por qué la gente es así? ¿No saben respetar las cosas?

Me pongo a limpiar como si no hubiera mañana, los pasillos están impecables, los cuadros más limpios imposible, los jarrones con agua nueva y sin una gota de polvo. Y las sillas y mesas que están pegadas en las paredes están perfectas. Sin embargo, cuando giro mi vista y miro hacia atrás, veo el suelo todo manchado de barro. Alzo la vista y veo a Mery con unas botas de jardinero, llenas de barro. La miro con rabia, la odio, no sabes cuánto te odio Mery. La estrangularía ahora mismo con mis propias manos. Cojo otra vez el cubo y la fregona y me pongo a limpiarlo. Oigo su maliciosa risa detrás de la cristalera. Dejo silenciosamente la fregona apoyada en la pared y me acerco lentamente a la cristalera medio abierta. Observo a Mery como se está cambiando los zapatos y justo en el momento que se levanta para marcharse le echo toda el agua sucia y negra del cubo. Empiezo a reírme a carcajadas, su cara ha sido todo un poema y me alegro por ello. Jódete. Aligero el paso hacía el carro donde tengo mis cosas, meto la fregona y voy a por más agua, esta vez, no para echársela pero si para limpiar el suelo que ella ha ensuciado.

Pongo el cubo bajo del grifo del agua y espero a que se termine de llenar. Sale muy poca agua, todavía no habrán reparado los problemas que hay y espero que lo hagan pronto, un hotel de tanto prestigio no puede estar así. El chico de las revistas pasa apresurado, le cae una de las revistas del New York Times y la cojo para entretenerme. Por eso no le digo nada. La remiro por encima a la espera de que el cubo se llene al menos hacia la mitad. Salen chicos muy guapos en las portadas de cada anuncio, Edward Collins, no está nada mal. Pero, William Wright le supera por goleada. No tengo ni la más remota idea de quienes son pero como está. Quien sea la afortunada ya puede darle un buen repaso. Me rio ante mis ocurrencias, mis pensamientos a veces no suelen ser coherentes, divagan por las ramas. Cierro el grifo que me está poniendo de muy mala leche al no ir más rápido y dejo la revista encima de la mesa que hay en el pasillo. Alguien la cogerá. Vuelvo a limpiar los suelos, esta vez, sin ninguna distracción ni ningún altercado por parte de Mery, esa y yo, nos veremos las caras más de una vez. Se puede notar lo mal que nos caemos.

Termino justo antes de la hora de la comida, pero sinceramente no tengo apetito. Después de lo de ayer estoy un poco desganada. La noche hubiera finalizado bien si el cretino ese no hubiera entrado en mi habitación. Me siento junto a Rose que lleva la revista donde he visto a esos dos magnates.

— ¿Has visto a esos dos Rose? Están como un tren... —no sé porque se lo he dicho pero ésta se ríe y afirma con la cabeza.

— Un vez vino el señor Collins a pasar sus vacaciones. Fue una grata visita, además, es un chico muy gracioso. Sería bueno para ti.

— Oh, no creo... —lo vuelvo a mirar— Lo veo demasiado mujeriego.

— No lo creas, está prometido y lleva mucho tiempo con su novia. Las apariencias engañan Alison, aquí en el hotel hay muchos que aparentan ser lo que no son. —me mira con dulzura pero hay algo que oculta y creo que no tiene intención de decirme, ¿qué me estará ocultando esta mujer? ¿Qué habrá querido decirme con eso? No me voy a quedar con la duda.

— ¿Quién aparenta ser lo que no es?

— Eso lo debes de averiguar tú, ¿no crees?

— Pero yo no conozco al personal tanto como tu... —hago un pequeño puchero para que me dé alguna pista, pero es en vano. Ésta mujer es un hueso duro de roer.

— La vida está llena de misterio, de momentos únicos con personas únicas. No los desperdicies. —finalizando así su conversación, se levanta, me da un pequeño beso en la mejilla y se va hacer su tarea.

Retomo la comida que tengo en el plato y oigo a la imbécil mayor acompañada de sus amigas sin cerebro.

— ¿Sabéis que? —dice haciéndose la misteriosa.

— ¿Qué? —pregunta una de sus amigas muy emocionada. ¿Se puede ser más tonta?

— Ayer por la noche me acosté con John. Es increíble en la cama.

— ¡No me lo puedo creer! —grita una eufórica. —Tía, lo has conseguido, ha caído en tus garras. —empiezo a reírme a carcajadas. Todas me miran con el ceño fruncido y todavía me rio más. Yo sí que no me puedo creer lo mentirosa que puede ser la bicha ésta. — ¿Y tú de qué te ríes? —pregunta su amiga muy subidita de tono. Me levanto de la mesa y me quedo mirándolas.

— Yo de vosotras no me creería nada de lo que os está diciendo. Mery, eres una mentirosa de la cabeza a los pies. Toda tú eres una mentira. —me doy la vuelta para marchar pero oigo su voz dirigirse a mí.

— ¿Por qué? ¿Celosa de no poder acostarte con mi querido John? —vuelvo a estallar a carcajadas. Recuerdo la noche anterior y mi cuerpo vuelve a encenderse rápidamente. Todavía noto sus labios sobre los míos y nuestras lenguas jugando libremente.

— Ayer, en la sala de noche, él y yo solos, encima de la mesa, ¿lo entiendes o te lo describo paso a paso? —me mofo de ellas y me largo hacer lo que tenía pendiente, ya que todavía me queda otro largo pasillo por limpiar, aparte de arreglar las habitaciones que han dejado libres antes de que lleguen los nuevos clientes.

Cuando me quiero dar cuenta, la noche ha caído y también ha pasado la hora de cenar. Mi estómago ruge, así que decido ir a ver si queda algo. Sin embargo, el sonido del agua de la piscina llama mi atención. Salgo para ver quién es y me encuentro con John. Se ve tan increíblemente bien... Debería volver a darle las gracias por lo de anoche, gracias a él, estoy viva. Estoy fuera, a una distancia prudente de la piscina. Veo como John sale con sus brazos musculosos de la piscina y se acerca lentamente a mí, instintivamente retraso mis pasos. No sé por qué razón me he puesto tan nerviosa, quizás sea porque está sin camisa y puedo ver su tonificado torso, o esos ojazos que me hechizan y me hipnotizan, o por ese pelo tan desordenado que le queda de maravilla. Nuestros pechos están muy cerca, y el muy imbécil besa mi clavícula haciendo que me estremezca. Necesito que se ponga la camiseta o no responderé a mis actos, no soy de piedra...

— Deberías cubrirte. —digo con voz temblorosa.

— No creo que hayas venido aquí para decirme eso, ¿o sí? —encima va de chulito. Dejo de lado su comentario y le digo lo que venía a decirle.

— No, quería agradecerte lo que hiciste por mí. —se acerca lentamente a mí, acerca sus labios a los míos y los roza suavemente. Inconscientemente cierro los ojos, disfrutando de ese pequeño roce hasta que él empieza hablar.

— No soy un héroe, no te salvé a ti. Le salvé a él porque de no haber sido porque estabas delante, estaría muerto. —Abro los ojos no esperando esa respuesta. Estoy sorprendida por lo que acaba de decir. Sin embargo, me sorprende cogiéndome de la nuca y estampando sus labios sobre los míos. En un primer momento no respondo hasta que me dejo llevar, siguiéndoselo hasta enroscar mis piernas en su cintura y terminando estampada contra la pared. Deja pequeños besos en mi cuello, muerde el lóbulo de la oreja y la intensidad entre los dos empieza a subir de manera acelerada. Toco su perfecto torso, sin dejarme parte alguna. Vuelvo a subir mis manos a su cuello, enredando mis dedos a su pelo, tirando de él de vez en cuando. Bajo mis piernas de su cintura. John aprovecha para empezar a desabrochar mi uniforme. Cada caricia es puro fuego para mí, puro descontrol en mis hormonas, pura explosión en mi interior. Tiro de él para acercarlo más y le beso con pura desesperación, ansío sus labios, su tacto... — Alison... —su voz se mete en mi cabeza y paro de repente. — ¿Qué pasa? ¿Ocurre algo?

Me quedo mirándolo, no sé qué decir. No puedo, caería en su juego. Yo no soy una más. Me separo de él y empiezo abrochar lo que él minutos antes había desabrochado. — Tengo que irme. Adiós John. —camino hacia mi habitación y me giro varias veces al escuchar mi nombre salir por la boca de John, está desconcertado, quizás piense que es otra de mis venganzas por verlo esta mañana con Mery, sí, lo he podido convertir en venganza. Yo no soy otro plato más John Moore.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro