Capítulo 3: Recuerdos no deseados
Hola mis queridos lectores, sé que me he tardado un poco en subir pero aquí está subido el nuevo capítulo de Encuéntrame. ¿Se acuerdan como terminó el anterior? John estaba muy pícaro con ella... veremos que tal siguen.
Espero que les guste el capítulo y disfruten de él. La canción que recomiendo esta vez es de Luis Fonsi "Corazón en la maleta" y una foto de nuestra querida Alison Keller :D
Un besoo :3
Alison Keller
— Te juro que te arrepentirás, no sabes con quien estás tratando. Me conozco de sobra los chicos como tú. —digo sin tapujos. Sincera y desgraciadamente los conozco. Todavía recuerdo como si fuera ayer mismo lo que pasó y lo que me prometí ese mismo día.
Flashback
Estoy sentada en un banco del patio del instituto. Mi amiga hoy no ha venido y me ha tocado estar sola. Mientras termino mi bocadillo de tortilla de patatas, que lo estoy disfrutando como nunca, observo a todos aquellos que pasan por delante de mí hasta que aparece ante mí, el chico de mis sueños. Aquel chico que me traía loca desde que empezamos el instituto. Karl Town es el culpable de que mi corazón lata con fuerza y mis mejillas se ruboricen al tenerle tan cerca.
— ¿Puedo sentarme Alison? —pregunta con un tono dulce.
— Claro... —aparto mi mochila y la dejo en el suelo.
— Alison... —lo miro esperando a que termine y Karl me sonríe. Es muy tierno, sin embargo, me quedo congelada cuando coge mi mano y la acaricia con las suyas. — ¿Estás libre esta tarde? Me gustaría quedar contigo. —mi corazón brinca de alegría, se acelera en cada mirada, cada roce, cada palabra que dice Karl.
— Sí, estoy libre. —contesto sin pensarlo ni un maldito segundo. Pensará que estoy loca.
— Paso a las seis a por ti, ¿te va bien? —asiento. — Está bien. Te veo en el parque de la esquina.
— Vale, hasta la tarde. —le sonrío.
— Hasta la tarde.
Veo como se va hacia sus amigos, chocan sus manos y desde la lejanía me sonríe. Todavía no me creo que tenga una cita con Karl, creo que voy a morir por momentos. Tengo que contárselo a Zoe pero esperaré hasta mañana, a ella no le gusta mucho Karl así que si puede impedir que quede con él lo hará. Por eso, será mejor que atrase la noticia un par de horitas.
Las horas se me pasan volando, estoy delante de mi armario, viendo que puedo ponerme para la cita. Estoy nerviosa y me he maquillado un poco sin que se llegue a notar mucho. Escojo un vestido azul cielo, me lo pongo y me miro en el espejo. Creo que estoy perfecta para mi primer cita. Sonrío al recordarlo, ¡estoy tan emocionada! Miro el reloj y veo que ya es casi la hora. Cojo mi pequeño bolso blanco y meto las llaves, móvil y mi pequeña cartera. Emprendo mi camino y no tardo en llegar al parque. Pero cuando llego, veo que Karl está con todos sus amigos, me miran y estallan a carcajadas. Me quedo quiera sin saber cómo reaccionar, mis lágrimas amenazan en salir pero las intento retener como toda una campeona.
— ¿Piensas que un chico como yo puede salir con una chica como tú? Por favor... —vuelve a reír y la rabia se apodera de mi cuerpo, haciendo que le dé una gran bofetada, dejándole los cinco dedos de la mano marcados en su mejilla.
— Por lo menos valgo como persona. —esta vez le propino un puñetazo en toda la nariz, doy media vuelta y me voy por donde he venido, recalcándome y haciendo la promesa de que no volverían a reírse de mí en mi vida.
Fin del flashback
— La que no sabe con quién se está metiendo eres tú. —vuelve a apretar mi muslo y lo tomo fuerte la mano, doblándole los dedos con fuerza. John me mira sorprendido al ver mi reacción. Quita la mano.
— Sí lo sé, me estoy metiendo con el limpia piscinas. —me levanto y abandono la mesa. Rose me sigue con la mirada, lo sé porque la he visto cuando iba a mirar de reojo a... Bueno que importa, es un asqueroso. Todos los hombres son iguales, ¿no hay ninguno que valga la pena?
Salgo a tomar un poco de aire, no sé qué me pasa. Me siento terriblemente atraída por él, puede que sea porque no hemos empezado con buen pie, porque sea un creído y un chulo de mierda como todos, que lo único que quiere es un polvo...
Me siento en una de las hamacas e intento tranquilizarme un poco. Cuando lo consigo entro y me pongo con mis obligaciones hasta que una rubia se cruza en mi camino ensuciándome todo lo que había limpiado.
— ¿Pero a ti que te pasa? ¿No ves que está limpio? —le grito enojada. Después de más de una hora limpiando el maldito pasillo ésta va y me lo ensucia, nada más y nada menos, que de barro. Hay que joderse... ¿Qué le he hecho yo a ésta?
— Oh, no lo he visto. —se hace la tonta. Normal, teñida. Hago una mueca de disgusto y le tiendo el mocho. Empieza a reírse a carcajadas. —No esperarás que lo limpie, ¿no?
— Tú lo has ensuciado adrede, ya sabes lo que te toca. ¡Límpialo ya! —vuelve a estallar a carcajadas y cuando le voy a soltar un puñetazo alguien coge mi brazo.
— ¿Qué pasa aquí? —Rose pregunta sorprendida ante la situación. —¿Alison?
— Ella —la señalo— Ha ensuciado todo el pasillo con barro porque le ha dado la gana. Me parece justo que lo limpie ella. No entiendo porque lo ha hecho.
— Y que manía... Yo no lo he hecho adrede, no me he dado cuenta. Además, es tu trabajo. Lo haces y punto. Estás perdiendo el tiempo.
— No lo hubiera perdido si tú no lo hubieras ensuciado. —la miro con odio y ella disfruta de mi enfado.
— No sé cómo pueden contratan personal tan inepto, de verdad, no lo entiendo. Ésta niña —remarca la palabra niña. — no sabe hacer nada. —se mofa.
— Maldita rubia... —me abalanzo sobre ella pero unos gigantes brazos me cogen antes de que pueda golpearla con todas mis fuerzas. — ¡Suéltame maldita sea! Le voy a dar su merecido a ésta zorra. —pone cara de rabiosa y yo le enseño el dedo corazón ya que era imposible soltarme. Maldita seas tú también John.
Me coloca como si fuera una bolsa de patatas, con la cabeza prácticamente en su culo. Un buen culo por cierto... ¡Cállate Alison, céntrate! Me recrimino a mí misma. Intento de mil maneras mover las piernas, golpearle pero nada. Todo resulta en vano, me tiene bien cogida. Con esos brazos es normal que no pueda moverme, se nota que los tiene trabajados. Al final, desisto de todo intento de bajar. No sé a dónde me lleva pero está lejos de donde estaba, quizás lo ha hecho para que no la mate aunque si me la vuelve a jugar le meto el palo del mocho por donde amargan los pepinos.
John para de golpe, pero todavía estoy bien agarrada. — ¿Vas a soltarme?
— Me lo pensaré. —dice serio. ¿Y ahora que mosca le ha picado? Ya está, seguro que es la novia o la folla-amiga y claro está que la debe defender.
— Oye que tu "amiguita" ha tenido toda la culpa. A mí no me vengas con esa seriedad y suéltame, tengo que volver a limpiar ese maldito pasillo.
— No vas a ir a ningún lado, me vas ayudar a mí a limpiar todo esto.
— No soy tu chacha... —digo haciendo una mueca de obviedad.
— Si no me ayudas se lo diré al jefe... —me da una palmada en el culo— tengo mucha amistad con él. ¿Por qué piensas que tengo varios trabajos aquí?
— Solo tienes dos, jardinero y el de la piscina... —bufo molesta. — ¿Puedes bajarme ya? —noto mi culo arder del dolor al impactar contra el suelo. Éste hombre es un burro. Me podría haber roto el coxis. Me levanto rápido y me lo froto con cuidado. Duele. — ¡Eres un animal! —le grito.
— Contrólate o tendré que llamarlo de verdad y para tu información, también tengo otros trabajos. —me guiña el ojo y abre la puerta de una habitación. Me quedo quieta, sin moverme del sitio. John me mira alzando una ceja y sonríe pícaro. Mete su mano en el bolsillo del pantalón y saca su móvil.
— Está bien. —digo sabiendo lo que iba hacer.
— Así me gusta. —entramos a la habitación y está toda encharcada de agua.
— ¿Qué ha pasado aquí? —digo apenas con un susurro. Miro por todos los rincones y ésta todo inundado. Observo todos los lugares y encuentro el problema. — John, creo que he encontrado el problema. Él viene rápido e intenta juntar las dos piezas rotas pero no hay manera, así que lo más original que se le ocurre es enfocar una de las tuberías hacia a mí, mojándome por completo. —¡Estate quieto! ¡Deja de mojarme John! —le doy golpes e intento coger la otra tubería para enfocarla en su cara. Al fin la cojo y las soltamos más de lo que están. Nos empujamos mutuamente, le doy pequeñas patadas para que se aparte, pero nada. No se mueve ni un centímetro. Me empuja con fuerza y termino otra vez en el maldito suelo, esta vez está mojado, así que aproveche para darle una patada en la espinilla, provocando que se agache y empujándolo de golpe se cae hacia atrás. —¡Jódete! —me levanto y empiezo a caminar hacia la salida pero antes que salga del baño me coge del pie, haciendo que me dé de bruces contra el suelo. —¡Maldita sea! ¿Puedes soltarme de una vez?
— No hasta que yo lo diga. —se coloca encima de mí impidiéndome que me escape y noto su respiración en mi cuello. Aparta mi cabello y deja dos besos en él, me quedo completamente parada, sin reaccionar hasta que me doy cuenta que su mano está bajando por mi cuerpo y ya se va acercando demasiado a mi culo en dolorido. Empiezo a moverme para darme la vuelta y al final lo consigo. John tiene una mirada perversa y una sonrisa demasiado pícara. Nuestros rostros están cerca, demasiado cerca, noto su respiración dar en mi cara y la mía dar en la suya.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro