Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2: Esto será divertido

Hola mis queridos lectores! Siento el retraso pero son fiestas en los pueblos de al lado del mío y hay que disfrutar de las vacaciones. Ya me entienden :D 

Aquí les dejo con nuestro chico protagonista...!!! jujujuju Les dejo una foto al lado para que se hagan una idea de como es :)) 

Canción: Happy.

A disfrutar!!! Un besoo :3

John Moore

Hoy hace un calor horroroso, estoy limpiando la piscina y decido quitarme la camiseta. El trabajo en el hotel más caro y lujoso de todo Miami es bastante duro, pero al mismo tiempo quemo energía y no necesito ir al gimnasio. Me limpio el sudor que cae por mi frente con el dorso de la mano y levanto la vista.

Ahí, justo frente a mí, se encuentra una chica que me mira fijamente. Sus ojos azules y su larga cabellera negra como la noche, que brilla a causa de los rayos del sol, me han dejado embrujado. Ella también me está dando un repaso. Le sonrío con mi sonrisa torcida, esa que hace que las mujeres quieran lanzarme sus bragas.

—Si quieres puedes quitarte la ropa y meterte conmigo. Podemos disfrutar de esta maravillosa piscina, solos tú y yo...— digo sin borrar la sonrisa de mi rostro.

Ella mueve la cabeza y entra dentro del hotel acompañada por Carl, el marido de Rose. Le conozco porque ella lleva mucho tiempo trabajando aquí y él suele traer a los turistas del aeropuerto. Aunque ella no parece una turista normal, no ha entrado por la puerta principal. ¿Quién será? Tengo que averiguarlo y será fácil, solamente tengo que preguntarle a Rose.

Decido dejar de pensar en ella de momento, tengo que terminar con la piscina, aunque verla en bikini debe ser todo un espectáculo intento no centrarme demasiado en ese pensamiento o sé que tendré problemas bastante difíciles de disimular. Me concentro en mi tarea hasta que siento una mano en mi espalda, me giro y veo a Mery, la chica rubia de ojos azules que todas las noches intenta meterse en mi cama. Trabaja en el hotel desde hace unos meses, no es muy mi tipo aunque también es cierto que cuando uno tiene hambre no mira lo que come. Pero no me he acostado con ella aunque es lo que busca constantemente.

— ¿Qué ocurre Mery?— digo intentando no sonar irritado y volviendo a mi trabajo.

—Hace mucho calor, te he traído un refresco—Me tiende el vaso que lleva en la mano y yo la miro. No soy uno de los clientes y no debería estar ocupándose de mí. Como siempre, le digo lo que pienso sin tapujos.

—No soy un cliente, haz tu trabajo y déjame terminar el mío—le devuelvo el vaso sin haber bebido su contenido. Soy bastante desagradable en muchas ocasiones, pero si no quiero problemas será mejor que se entere de una maldita vez que no la meteré en mi cama. Ella se da la vuelta bastante enfadada, de repente se me ocurre algo. —Mery, ¿quién es la chica que ha venido con Carl?— ella me mira sin saber de qué hablo.

— ¿Qué chica?

—Supongo que no la debes de haber visto, no importa. Olvídalo— me doy la vuelta y sigo con mi trabajo. La ignoro para que desaparezca de mi vista lo antes posible. Escucho sus pasos sobre la hierba, miro a mi alrededor y veo a los clientes empezar a bajar a la piscina. Recojo las cosas y decido abandonar la piscina y ponerme con otra de mis tareas.

Las mujeres de siempre se han sentado en las hamacas que suelen utilizar y me miran sin perder detalle de mi cuerpo. Me siento observado pero me río, son esposas florero de grandes empresarios. Se aburren y buscan jovencitos con los que poder echar una canita al aire. Tengo pinta de jovencito y mi cuerpo musculoso las atrae.  Paso por delante de ellas y las saludo amablemente con mi sonrisa de Don Juan, las tres mujeres ríen como cacatúas.

—Chico, ¿podrías traernos unos cócteles?—dice la más rubia de todas, la de las tetas operadas.

—Lo siento pero no soy camarero. Mejor llamen al encargado de eso—me deshago de ellas no muy educadamente, sabiendo que no se quejarán de mí. —Me gusta el tatuaje de tu pierna, es muy sexy— dice otra mirándome descaradamente y tocándome el gemelo donde un tatuaje trivial que forma un búho adorna mi musculo. A mí también me gusta y siempre suele despertar admiración, elegí ese tatuaje porque siempre estoy alerta, sobre todo cuando los demás duermen.

—Gracias, por ahí viene el camarero—me alejo de esas arpías y cuando voy a entrar, Carl viene saliendo. Ahora es mi oportunidad.

—Hola Carl, ¿quién es la chica que ha venido contigo?– siempre directo al grano.

—Como siempre, no puedes ser simpático— se ríe pero no se enfada, me conoce demasiado—Es una chica que va a trabajar aquí como limpiadora porque ha tenido un problema en el aeropuerto. No tiene lugar donde quedarse y tampoco mucho dinero— se queda aquí, interesante.

— ¿Has hablado con el jefe? ¿Él está de acuerdo?— pregunto enarcando una ceja, sé que ese cabrón es un poco lunático.

—Sí, lo acabo de hacer ahora mismo—ambos soltamos una carcajada y nos despedimos.

—Espero que su habitación esté cerca de la mía, tal vez la conozca más a fondo...— digo pícaro a espaldas de Carl. Él se gira y me mira.

—Quién sabe, depende del cabrón del jefe— se ríe con malicia y me uno a sus risas. Él y su esposa son geniales, les conozco desde hace muchos, muchos años.  Carl se aleja con su sonrisa radiante, aunque parezca que lleve dentadura a causa de su color blanco, sus dientes son todos suyos.

Dejo en el cuarto de material las herramientas que he utilizado para limpiar la piscina. Rose entra, seguramente buscándome.

—Hola, hoy hace un calor infernal— me da un beso en la mejilla y yo beso su frente. Es menuda y un poco regordeta, morena y guapa como ninguna, la adoro.

—Seguro que las viejas esas estiradas se habrán hartado de mirarte. Deberías taparte, esas son unas busconas—sonrío ante su comentario, es muy protectora.

— ¿Ocurre algo? ¿Cómo le va a la chica nueva? No sé ni su nombre...

—Bueno necesito que revises las bombillas de la habitación que le voy a dar a la chica nueva. Es una chica que me gusta, ya ha empezado a limpiar y ni siquiera ha querido que le mostrara la habitación. Por suerte queda esa, espero puedas solucionarlo—. Las chicas de servicio, no suelen ser de aquí, así que hay una serie de habitaciones reservadas para ellas, soy el de mantenimiento básico, reconozco que la fontanería no es lo mío pero lo otro se me da bastante bien.

—Veré que puedo hacer— le doy un beso a Rose en la frente y voy camino a la habitación que me ha mencionado. Pero antes me giro para mirarla, le he dicho algo a lo que no me ha respondido y no me gusta quedarme con la intriga. —Oye Rose, ¿cómo se llama la nueva?

Me sonríe y niega con la cabeza pero sé que va a decírmelo—Alison, se llama Alison. Espero seas amable con ella— asiento y pongo cara de chico bueno, algo que no soy. Pero esta mujer me quiere y solo ve en mí las cosas buenas.

Entro a la habitación y efectivamente, la bombilla necesita ser reemplazada, esto no me cuesta nada y en menos de cinco minutos lo tengo listo. Cuando voy a salir de la habitación la veo, está limpiando el pasillo. Se ha recogido su larga melena oscura en una cola de caballo, aunque lleva el uniforme está jodidamente sexy. Tiene unas piernas largas y unas curvas de infarto. En este preciso momento, como soy un jodido genio, se me ocurre la mejor idea del mundo. No te escaparás Alison, hasta su nombre me resulta sensual, estoy volviéndome loco.

Entro dentro de la habitación de nuevo y cierro la puerta con cuidado, no debe haberme oído porque está en la otra punta pero por si acaso, mejor ser precavido. Haciendo gala de mi nula capacidad como fontanero, empiezo a tocar las tuberías y me las cargo. La puerta se abre y me levanto rápidamente, Rose se acerca y mira horrorizada todo el estropicio.

— ¿Qué ha pasado John?—pregunta sin dar crédito a lo que ve. Soy un genio.

—Cuando me iba he escuchado un ruido extraño, he mirado y me he encontrado esto. Me parece que la chica no va a poder estar aquí. Si quieres puedo buscarle otro lugar, en el hotel deben quedar más habitaciones vacías. Todavía no es temporada alta. — me mira de manera perspicaz, debo tener cuidado porque me conoce demasiado bien.

—No te preocupes, yo le encontraré un lugar donde quedarse— me sonríe y sale de la habitación, si me conoce como sé que lo hace, mi plan será todo un éxito. Creo que es hora de comer, así que voy al comedor donde solemos reunirnos los trabajadores y comer todos juntos. No me hace mucha gracia porque Mery no deja de hacerme ojitos y cosas así, es bastante incómodo.

Cuando entro observo que la chica nueva está allí, parece que la dejan un poco de lado y me doy cuenta de que Mery no la mira demasiado bien. Esa rubia con cara de ángel venido de los infiernos no me gusta para nada. Me siento al lado de Alison y Rose me mira de reojo, como me conoce esa mujer.

—Cotilleos de hoteles, algunos interesantes, otros aburridos—. Veo como se pone rígida y un estremecimiento recorre su cuerpo. Eso está muy bien John, no le eres indiferente. Se gira para mirarme y veo como sus pupilas se dilatan, sin duda, no me esperaba. —John Moore, ¿tú eres?— sé cómo se llama pero quiero escucharlo de sus labios. Así podré escuchar su voz y no solamente quedarme con lo buena que está.

—Alison Keller— responde mirándome fijamente a los ojos. Los suyos son azules como el cielo de verano y profundos, seguro es una chica con muchas cosas que contar. Aparta su mirada de mí y se centra en las conversaciones que se dan en la mesa. Todo son; vestidos, limpieza... esas cosas de mujeres. Son conversaciones de lo más aburridas, pero por suerte tengo alguien con quién entretenerme. La oigo resoplar por lo bajo y sé que se aburre, no puedo evitar soltar una risita. — ¿De qué te ríes?— parece enfadada u ofendida, su cara, aunque hermosa, es muy graciosa.

—De ti— respondo sin más. La dejo sin habla, veo como abre la boca sin dar crédito a lo que acaba de escuchar. Sus ojos ya no me miran curiosos ni nerviosos, ahora me miran con rabia. Juraría que ahora mismo quiere darme un puñetazo, inténtalo preciosa, será divertido. Pienso en mi fuero interno.

La miro con una enorme sonrisa en mi rostro, pongo la mano en su muslo y ella se vuelve a mirarme de nuevo. Me golpea la mano con la suya bastante fuerte para ser una chica y yo, en lugar de apartar la mano, aprieto su muslo suavemente. Joder John, deja de tocarla o no podrás parar, me grita mi subconsciente. Pero no puedo dejar de tocarla, una corriente eléctrica me ha recorrido todo el brazo en el momento en que mi piel ha rozado la suya. A ella no tendría ningún tipo de problema en meterla en mi cama, aunque seguro a Mery le explotaría la cabeza de rabia.

—Suéltame, no me toques—dice en voz baja para que nadie más nos escuche. Los ojos de Rose están mirando la escena atentamente, nunca se le escapa nada.

—No eres nadie para decirme lo que puedo tocar o no, soy libre— digo con toda la chulería y prepotencia que soy capaz. Sé que esta actitud la cabreará aún más y eso me gusta.

Alison coge mi mano y la aparta de su muslo. —No vuelvas a hacerlo, no te conviene—vaya, vaya, parece que no soy el único con mucha chulería.

—Sino, ¿qué?—respondo acercándome a ella más de lo necesario. Hasta que nuestros labios están rozándose y a unos milímetros de juntarse completamente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro