Capítulo 7: El mensaje de Drea.
Ahora.
El mensaje hace que la pantalla de mi celular se ilumine, haciendo que deje de prestar atención a la clase de Matt. Ian a mi lado, frunce el ceño, sabiendo que significa. Le miro y me encojo de hombros. Él comienza a escribir algo en su carpeta, vuelvo a prestar atención. Desliza lentamente una hoja en mi dirección.
Creo que es mala idea que vayas con Rhett...
Frunzo el ceño. Estiro mi mano lentamente, viendo en al frente, Matt sigue con su explicación. Tomo la hoja y la coloco sobre mi pupitre.
No te preocupes. Sé lo que hago.
Matt comienza a escribir en la pizarra, entonces coloco la hoja sobre el pupitre de Ian. Él lee lo que escribí y me mira, ladeando la cabeza. Escribe algo rápidamente y me vuelve a pasar el papel.
Sólo ten cuidado, ¿sí?
Miro a Ian y le sonrío, mientras asiento levemente con la cabeza. Arrugo la hoja hasta que queda una pequeña bola de papel que cabe en mi mano. Me pongo de pie y camino hasta Matt, esperando que él no sea quién arruine el plan que tengo con Rhett.
—Profesor Miller, ¿Puedo ir al baño? —le pregunto en voz baja, cuando estoy frente a él.
No puedo creer que Crystal haya vuelto con él. Se mostraba tan desinteresada que hasta me lo creí. Al parecer ser buena mentirosa viene de familia. Fue muy buena ocultando que sale nuevamente con Matt. Bueno, no están saliendo, sólo están pasando "tiempo juntos". Si quisieran tener algo serio, uno de los dos tendría que dejar Saint Rose porque no se permiten las relaciones entre profesores.
—Sólo puedo dejarte ir si es una emergencia. Lo es, ¿Verdad? —me pregunta, sabiendo cual será mi respuesta y la de cualquiera que le pregunte eso.
—Sí, es una emergencia —respondo.
Cuando estoy saliendo de la clase, mi mirada se encuentra con la de Charlotte Rinaldi. Está sentada junto a la puerta, así que hubiera sido imposible no verla mientras me iba. Son sólo escasos segundos de odio hacia mi persona, pero se sienten eternos. Es injusto que piense que soy la asesina, cuando en realidad intento ayudar a Rhett a terminar con su dolor.
Los pasillos están desiertos. Esa es la razón principal por la cual quisimos hacer esto durante clase. No asistir a clase sin justificación de la doctora Kingston o alguna autoridad de Saint Rose, significa seis horas de detención. Nadie estará dispuesto a pasar seis horas con el profesor aburrido de turno. Por ende, con todos en clase, nadie podrá vernos juntos y no tendremos que mentir.
Tenemos que ser rápidos y volver antes de que nuestros respectivos profesores se pregunten qué nos sucedió.
Cuando me encuentro con Rhett donde acordamos, él tiene la vista en su celular. Frunzo el ceño al notar que no es su celular, sino el de Lucy Duncan. Me apresuro a quitárselo de las manos, viéndolo enojada.
—¿Hola? —me dice sin entender mi reacción. Me observa arqueando una ceja como si me faltaran algunos tornillos.
—Ocupar el celular de Lucy en público, ¿En serio, Rhett? —le pregunto, entrecerrando mis ojos. Rhett entorna sus ojos— ¿Por qué mejor no vas con la directora Monroe y le cuentas que tenemos esto? —muevo el celular en mis manos con una sonrisa forzada.
No espero una respuesta por parte de Rhett y comienzo a caminar molesta. Quizás para él esto sea una especie de juego, pero para mí no. Ya estoy lo suficientemente nerviosa porque Ted Bundy sabe que asesiné a Chase. No necesito que ahora nos apunten como sospechosos por el homicidio de Lucy por vernos con el celular de una víctima.
—Oye, lo siento —me dice minutos más tarde. Rompiendo el silencio que reinaba entre nosotros— No pensé que alguien fuera a verme.
—Si vamos a hacer esto juntos debes ser cuidadoso, Rhett —le contesto, suavizando mi ceño— Un paso en falso y podrían pensar que somos los culpables de los homicidios. O peor...
—...Ser una víctima más —termina mi oración con un tono más serio. Entendiendo a que nos enfrentamos.
Ninguno de los dos dice nada más y nos apresuramos a adentrarnos al bosque. Aprovechando que nos alejamos cada vez más del internado, me quito las servilletas que llevaba en mi sostén. Puedo ver de reojo que Rhett me observa extrañado, pero no dice nada y cuando me giro para verlo, vuelve la vista al frente y pretende no haber visto.
—Con esto limpiaremos nuestras huellas antes de arrojar el celular al agua —le explico, sonriendo levemente. Su reacción me causó gracia— No tenía otro lugar para guardarlas —agrego por las dudas.
—No cuestioné nada —me dice, sonriendo de lado.
—Luego arrojaremos las servilletas al agua para que no puedan encontrarlas y no puedan obtener nuestro ADN —continúo con seguridad en mis palabras.
Rhett me observa elevando sus cejas, impresionado por mi respuesta. Su asombro me hace sentir cierta satisfacción.
—Excelente —dice, aplaudiendo. Llevo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y bajo la mirada, manteniendo mi sonrisa— ¿Sabes? Tengo dos teorías sobre ti en este momento.
Me río.
—Las escucho —digo centrando mi mirada en mis pasos.
—Te gusta mirar esos programas de investigaciones y asesinatos... —dice con diversión. Remojo mis labios y luego sonrío—...O has asesinado a alguien.
Lo último me toma por sorpresa, pero lo disimulo bastante bien riéndome. Fue en broma, lo sé, pero aun así genera algo de nerviosismo en mí.
Recuerdo el intercambio de mensajes que tuve con Ian y considero la posibilidad de que Rhett sea el verdadero asesino, y la pregunta no sea en chiste, sino un guiño haciendo referencia a su verdadera identidad.
Descarto rápidamente esa posibilidad. Rhett estuvo conmigo cuando Lucy Duncan fue asesinada. Es imposible que esté en ambos lugares al mismo tiempo. A menos que tenga un gemelo malvado o algo así. Lo cual también descarto porque eso sólo sucede en series.
—Soy culpable —digo con seriedad. Rhett ladea la cabeza, manteniendo una pequeña sonrisa divertida—Pasaba mis fines de semana viendo Investigation Discovery.
Rhett se ríe y vuelvo mi vista al frente, sintiéndome bien por haber respondido con naturalidad.
—Bueno, por lo menos ahora puedes ocultar un crimen sin dejar pistas —continúa. Lo veo de reojo. Sigue sonriendo como un niño.
—Tomare eso como un cumplido —respondo forzando una sonrisa y sintiéndome algo incómoda.
Seguimos caminando en silencio. La tensión hace presencia cuando pasamos la cabaña de la directora Monroe. Casi puedo sentir la tristeza de Rhett al pensar en Zack, su cuñado y amigo. Sólo pasaron semanas desde que comenzó todo, sin embargo, siento como si estuviéramos viviendo esto por meses.
—¿Por qué viniste a Saint Rose? —me pregunta.
—¿No es este uno de los mejores internados de Europa? —respondo con sarcasmo. Rhett se ríe unos segundos y vuelve a verme, esperando por mi respuesta—Extrañaba a mi hermana —miento encogiéndome de hombros. Rhett entrecierra los ojos mientras aprieta sus labios— ¿Por qué te cuesta creerme?
—No lo sé. Dejar Los Ángeles para venir a un estricto internado en otro continente sólo porque extrañas a tu hermana... —hace una mueca y arqueo una de mis cejas—...Suena a mentira.
Oh, Rhett. Acabo de mentirte hace sólo segundos. Creo que no sabes detectar una mentira.
—Hablo en serio —asiento bajando la mirada, centrándome en el camino de hojas que indica que la llegada del otoño lentamente— Crystal y yo somos muy unidas. A veces me cuesta reconocerlo, pero es así. Mi hermana es la persona en la que más confío. Sin ella, todo en Los Ángeles se sentía raro.
A medida que hablo, me doy cuenta de cuan reales son mis palabras. Dejé de mentir sin darme cuenta. Mis padres pensaron que iba a ser mejor irme de Los Ángeles para que olvidara lo que pasó. Yo no estaba de acuerdo porque podría recordar esa noche en mi casa y en este internado. Pero en el fondo me sentía tranquila de estar cerca de Crystal porque ella es la única persona que me apoyará. No importa qué.
No culpo a mis padres de lo que pasó con Chase. Ellos no podían evitar que él abusara de mí, así como tampoco podían evitar que yo lo asesinara. Pero si pudieron apoyarme. Creer en mi palabra. En la palabra de su hija. En cuanto les conté lo que pasó, lo negaron rotundamente e inclusive se enojaron conmigo. Como dije antes, Chase era como un hermano para mí. El hijo que nunca tuvieron. Quizás la negación era parte del dolor que ellos estaban sintiendo con lo que pasó. Pero Crystal también lo quería, sin embargo, ella no dudo de mi palabra en ningún momento y estuvo allí siempre.
—Como sea —me doy cuenta de cuan personal se volvió esto y no me agrada revelar más de lo necesario— ¿Falta mucho? —le pregunto, cambiando de tema.
—No, ya casi llegamos —me contesta elevando la mirada. Seguimos caminando en silencio, hasta que vuelve a hablar— ¿Qué tal las cosas con Ross?
Anoche tomé un café con Ross. Fuimos el entretenimiento para algunas personas que estaban allí porque no paraban de murmurar cosas y justamente era por lo de Lucy Duncan, pero fuera de eso, la pasamos bien. Charlamos sobre diversas cosas, sin querer pensar en los misteriosos asesinatos que ocurren en Saint Rose. Más que nada para hacerlo sentir mejor. Él se siente muy triste y con algo de responsabilidad ya que su madre en primer lugar pagó para silenciar el asesinato de Zack. Cree que si la directora Monroe no hubiera hecho eso, ya habrían atrapado al asesino y Lucy estaría con nosotros.
—Bien, aunque sólo somos amigos —aclaro y aprieto mis labios en una sonrisa.
—A Ross le gustas —continúa con la mirada al frente. No sé qué responder a eso. Lo intuí cuando me besó— ¿Y a ti?
Rhett se detiene para mirarme atentamente. Hago lo mismo, frunciendo el ceño sin saber que responderle. Sin duda me cae bien Ross, pero el beso que nos dimos me confundió. Es decir, lo volvería a besar si se presenta la oportunidad, pero ¿Eso significa que me gusta? ¿O qué sólo me gusta besarlo? Agh, maldito Ross y su talento de ser un muy bueno besando.
El sonido de una rama crujiendo hace que nos sobresaltemos. Rhett estira su brazo, delante de mí. Volteamos a ver detrás de nosotros, en esa dirección se escuchó. No hay nadie por ningún lado, tampoco escuchamos más movimiento.
—Hay que apresurarnos —digo comenzando a caminar otra vez.
Unos minutos más tarde y ya estamos frente al lago. Debo decir que es mucho más grande de lo que pensé que sería. No pertenece a Saint Rose, así lo indica una verja alta que rodea la propiedad.
—¿Cómo se supone que pasamos? —pregunto, confundida.
Rhett extiende su mano como respuesta a mi pregunta. Arqueo una de mis cejas, viéndolo esperando una respuesta oral. Él me señala su mano con la mirada y entonces comprendo. La única forma de llegar al otro lado es trepando.
—Mantén tu vista abajo —le advierto entrecerrando mis ojos.
Si bien tengo un pequeño short debajo de la falda, no quiero que vea de todas formas. Observo la verja con una mueca de desagrado. Cuando me gradué necesitaré ir a un maldito spa.
Si es que llegó a mi graduación.
—Prometido, Nova —me dice sonriendo.
Inhalo aire viéndolo con los ojos entrecerrados. Rhett junta ambas manos, creando la "superficie" que pisaré para impulsarme hacía arriba. Miro nuevamente a nuestro alrededor, esperando que no haya nadie listo para tomarnos una foto o algo. Bien, estoy algo paranoica. Coloco un pie sobre las manos de Rhett, al estar tan cerca, él me observa fijamente. Rompo el contacto visual y me sostengo de su hombro.
Cuando estoy lista me impulsa hacía arriba. Me sostengo desde el extremo de la verja y en ese momento me doy cuenta cuan poca fuerza tengo en los brazos. Sin embargo, me esfuerzo por pasar al otro lado. Intento caer de pie, pero termino cayendo como una bolsa de papas. Desde el suelo, veo a Rhett cruzar sin dificultad y caer con un poco más de estilo que yo.
—¿Estás bien? —me pregunta, palpándose los pantalones para quitarse la tierra.
—Ahora que lo pienso, no era necesario que yo saltara —le digo haciendo una mueca. Sin moverme de mi lugar.
—Hey, somos un equipo —me dice sonriendo, acercándose a mí— Si tú saltas, yo salto —extiende su mano para ayudarme a levantarme.
Somos un equipo. No confió en Rhett. Pero me gusta como sonaron esas palabras. Espero que esto no sea una especie de trampa. Es imposible que él sea el asesino porque estaba conmigo cuando ocurrió lo de Lucy, pero no me fio de todas formas.
Acepto su mano y cuando me levanto, no calculo la distancia en la que quedamos. Me sorprendo con nuestro acercamiento y puedo ver en su mirada que él sintió lo mismo. Sus ojos se abrieron un poco más al quedar tan cerca. Mis labios se entreabren y su vista baja hasta allí. Sólo dura allí unos escasos segundos, pero es el tiempo suficiente para que entre en razón y me aleje.
Eso fue raro.
—Repasemos —digo, alejándome de él y yendo en dirección al lago— Entonces, ¿Lucy sólo tenía la conversación conmigo?
—Eh... —dice, algo confundido, por lo que acaba de pasar— Sí, sólo tenía tu chat.
Comienzo a limpiar cualquier rastro de huella con la servilleta
—Entonces, alguien eliminó los demás —niego con la cabeza— Pudo ser esa persona o...
—No fui yo —se defiende rápidamente, sin que lo haya acusado con anterioridad. Entrecierro los ojos— Sé que no confías para nada en mí, Nova. Lo veo en tus ojos.
—¿Am...? Estoy en medio de la nada contigo —le respondo con obviedad— En estas circunstancias esto, es confiar bastante.
El celular comienza a sonar en mi mano. Me paralizo escuchándolo el tono de llamada del Samsung y vibrar. Miro a Rhett confundida. Él se encuentra igual que yo.
—¿No lo habías apagado? —le regaño en susurro, volteando el celular para ver quién está llamando. No está en su agenda. Tampoco reconozco el número.
La llamada se corta y suelto un suspiro. Para nuestra suerte sonó aquí, en medio de la nada y no cuando estábamos en el internado. Sé que la policía sigue en Saint Rose. Ross me lo contó. Justamente por eso debemos deshacernos del celular. Porque el tenerlo nos hace sospechosos del homicidio de Lucy.
El mismo número envía un mensaje y al leerlo, sé que estamos en problemas.
"Robar está mal, pero robar a un muerto es mucho peor. Tengan cuidado. Sus acciones podrían hacerme llevar la delantera."
Rhett comienza a sacar su celular y anota el número en su agenda. Al instante, podemos ver la similitud entre otro de sus contactos. Niega con la cabeza, sin creerlo. Drea Brown es quién envió el mensaje.
Miro a nuestro alrededor alterada. No podemos seguir con este celular. Sea Drea o no, sabe que lo tenemos y lo que estamos haciendo en este momento. Podría tomar una fotografía o algo y estamos muertos (no literalmente, espero). Lo apago y vuelvo a limpiar las huellas con rapidez. Sólo por las dudas. Elevo mi brazo y lo arrojo lo más lejos que puedo. Hago bolita la servilleta, repitiendo la acción.
— ¿Qué hiciste? Con eso podríamos probar que Drea está detrás de todo esto —me dice Rhett, molesto.
— Drea nos quiso decir que si no nos deshacemos de este celular, los sospechosos podríamos ser nosotros —le explico, entrecerrando mis ojos. Esto me preocupa y mucho— Ya encontraremos la forma de llevar hacía los policías hasta ella. Sólo... —niego con la cabeza. Esto ya me da escalofríos— Volvamos a clase.
Tardamos alrededor de quince minutos en ir y quince minutos en volver. Espero que nuestros profesores se hayan olvidado de nuestro tour al baño y realmente no presten atención a que estuvimos afuera por treinta minutos. Al adentrarnos al instituto me siento más calmada porque si bien seguimos sin estar a salvo, estamos rodeados de personas a las cuales recurrir. En el bosque fuimos como perritos indefensos listos para el león hambriento. Estamos a nada de separarnos y poder decir que todo salió bien, cuando de repente, escuchamos que alguien carraspea a nuestras espaldas.
Cierro mis ojos con fuerza al mismo tiempo que dejo de caminar. Rhett a mi lado se queda inmóvil. Volteamos encontrándonos con la directora Monroe parada a unos pasos de nosotros. Ella tiene ambas manos sobre su cintura y una mirada de desaprobación.
— Nosotros... —balbucea Rhett.
— Nosotros nos acabamos de encontrar en los pasillos. Veníamos platicando sobre la tarea de matemáticas ya que somos compañeros en esa clase —sigo su mentira con más credibilidad. Aportando seguridad en mis palabras y postura, mientras él se ve nervioso. Novato— Y digamos que a Rhett no le va tan bien en esa materia. Estaba ofreciéndome para ser su tutora —agrego encogiéndome de hombros.
— Eso —asiente Rhett, señalándome con su dedo índice como si acabara de recordarlo.
A pesar de mi confianza al decir la supuesta verdad y el tonto intento de Rhett por apoyarme en esta mentira, la directora Monroe no parece satisfecha con mi historia. Da unos pasos más viéndonos detenidamente.
— No acaban de encontrarse. Los vi adentrarse en la institución —nos dice mirándonos de forma intimidante por turno.
Trago en seco. Mierda. Esto no es bueno. Pensé que al deshacerme del celular de Lucy nos desligábamos de su muerte, pero me equivoqué. Su oficina está en lo más alto del internado, tiene prácticamente vista de todo lo que pasa a su alrededor. Por supuesto que nos vio salir del bosque también. La directora Monroe voltea sin decirnos nada más y comienza a caminar. Miro a Rhett de reojo, él está frunciendo el ceño.
— ¡A mi oficina ahora! —exclama sobresaltándonos.
Intentamos seguirle el paso lo más rápido que podemos. Bien, piensa, Heaven. ¿Qué podrías estar haciendo en el bosque con Rhett? Diablos. ¿Qué otra cosa podría hacer más que intentar averiguar quién demonios está asesinando personas? Bien, no tengo coartada. Pero dudo que su vista sea tan buena. Es imposible que nos haya visto en el lago y si nos vio es porque seguramente tiene un telescopio gigante, y vernos con eso sería acosar a los alumnos, ¿no? En caso de que no lo tenga podríamos decir que simplemente quisimos saltearnos las clases porque somos esos típicos chicos malos. Sí, eso suena creíble. ¿No? Claro que no. Es la peor mentira que podría decir en la vida. Ella tiene mi expediente. Sabe que tengo buenas calificaciones. No me saltearía ninguna clase y mucho menos para estar con Rhett, quien por cierto está caminando a mi lado con expresión vacía, como si simplemente se hubiera dado por vencido y acepte entregarse. Frunzo el ceño. Eso no es aceptable para mí.
Me acerco a Rhett para darle un codazo. Él gira su rostro para verme confundido por mi ataque.
— Piensa en una excusa —le susurro aprovechando que la directora Monroe camina más rápido que nosotros dos.
— Sé lo que haré —me contesta seguro— Sólo sígueme la corriente.
Frunzo el ceño. ¿Qué hará? ¿Sentarse y suplicar misericordia? Podríamos habernos salvado con mi mentira si él no se hubiera mostrado de forma tan obvia. ¿Seguirle la corriente? En serio, me siento ofendida. Primero me dice que sabe detectar mentiras, le miento y no se da cuenta. Ahora me dice que le siga la corriente cuando anteriormente casi se orina en los pantalones al tener que enfrentarse a la directora.
Al adentrarnos en la oficina de la directora Monroe me concentro en las ventanas que están detrás de su escritorio. En verdad son muy amplias y gracias a que se encuentra en el último piso, puede ver todo lo que pasa en el campus. Pero para mi suerte, la vista no llega hasta el lago y tampoco tiene un telescopio.
Ella se sienta en su sillón de cuero viéndome confundida por quedarme mirando hacia la ventana. Rhett a mi lado ya tomo asiento y se ve mucho más nervioso que antes. Le miro indignada mientras me siento en la silla junto a él.
— ¿Con cuales profesores estaban? —nos pregunta arqueando una ceja.
— Miller —contesto cruzándome de brazos.
— Nova —contesta Rhett haciendo una mueca.
La directora Monroe se acerca a un pequeño micrófono que tiene en su escritorio. Presiona un pequeño botón pero antes de hablar.
— Señor Miller, señorita Nova quiero avisarles que no se preocupen por sus alumnos Heaven Nova y Rhett Kingston. Se encuentran en dirección —Pronuncia cada palabra con una sonrisa en su rostro. Está disfrutando esto.
Bien, ahora Crystal se enterará de esto e intentará regañarme. Lo que faltaba.
— Ahora sí, estoy dispuesta a escuchar la verdadera historia, señorita Nova —me dice la directora recostando la espalda en su sillón. Bueno, a diferencia de Rhett, ella si es buena detectando mentiras.
Miro a Rhett. Él mantiene su mirada en sus manos. Idiota. Vuelvo a ver a la directora Monroe, quién parece interesada en escucharme a mí. Abro mi boca lista para decir la primera mentira que mis labios decidan pronunciar. Cualquier cosa va a ser mejor que el silencio.
— Nosotros... —intento comenzar.
— Nos besamos —Rhett me interrumpe elevando la mirada.
— ¿Disculpa? —la directora Monroe y yo lo preguntamos al mismo tiempo. Volteo a verla, pero ella parece no haberse dado cuenta de eso.
Miro a Rhett indignada. Él se mantiene serio, todo el nerviosismo que parecía carcomerlo a cada segundo que pasaba, se desvaneció como el humo. Se muestra confiado, con la postura firme y la directora Monroe parece creerle.
— Nos besamos y me siento completamente enojado conmigo mismo por engañar a Charlotte —niega con la cabeza, sintiendo dolor— Heaven está de acuerdo en que lo nuestro es sólo amistad y esto fue un error. Y ambos estamos tan arrepentidos de salir de clase. Lo lamentamos tanto, directora Monroe. Es que... con todo lo que está pasando... —parece estar a punto de llorar— Estamos muy confundidos y asustados. No se repetirá. Lo juro.
Me recuesto en la silla, indignada con esto. Esa fue la peor mentira del mundo. Si las opciones que descarté eran malas, esto es patético y la directora Monroe jamás va a creerlo.
— Lamento que se sientan así. En serio, yo... —la directora Monroe niega con la cabeza, afectada por las palabras de Rhett. Abro mi boca indignada— Intentaré hacer lo mejor para que todo vuelva a ser seguro aquí. Por favor, no vuelvan a escaparse de clase.
Okay, esto es indignante. Está mujer sin duda es pésima detectando mentiras malas. La mía por lo menos fue buena.
— Sí, lo prometemos directora Monroe —le contesta Rhett sonriendo levemente— Heaven —me dice con tono duro.
— No volverá a pasar —asiento saliendo de mi indignación y fingiendo una sonrisa apenas.
La directora Monroe asiente con la cabeza manteniendo la mirada en su escritorio. Rhett me guiña un ojo, satisfecho con su mentira horrible. Hago una mueca, disgustada.
— ¿Podemos irnos, directora? —le pregunta Rhett con tono suave.
— Sí, pueden hacerlo.
Me pongo de pie sin poder creerlo. Esto es indignante. La próxima vez que nos descubra en alguna situación le diré que me acosté con Rhett y luego agregaré que me siento preocupada por todo lo que está pasando, y lloraré un poco y listo; creerá una mentira patética.
— Oh y... —nos detenemos antes de salir de su oficina al escuchar nuevamente su voz—... están castigados dos semanas. Ayudarán al conserje en sus tiempos libres.
Miro a Rhett manteniendo mi disgusto hacia su persona y él se encoje de hombros con una pequeña mueca. No digo nada más y salgo de la oficina. En cuanto las puertas se cierran detrás de nosotros, decido hablar:
— Vuelve a inventar que nos besamos y te vomitaré.
— Salve tu trasero ¿Y así me agradeces? —pregunta llevando una mano a su pecho, dolido.
— Fue la peor mentira del mundo —intento caminar con más rapidez pero él se apresura a seguirme.
— Claro que no —niega— Mezcle una supuesta verdad con sentimientos de inseguridad. Lo cual a la directora Monroe le hizo sentir culpa por encubrir el asesinato de Zack en primer lugar. Tú eres una mala mentirosa.
Me detengo. Tiene un punto. Su patética mentira, si tiene un punto porque básicamente se metió con el cargo de la directora ya que la muerte de Lucy fue porque decidió ignorar al asesino.
— No soy una mala mentirosa —me defiendo elevando las cejas.
— Dime una mentira buena que hayas dicho —me dice sonriendo levemente.
Aprieto mis labios. No es algo que me enorgullezca, pero asesiné a alguien eso me hace buena mentirosa porque si me preguntaran fingiría llorar y negaría que lo hice. Eso me convierte en una buena mentirosa, pero no puedo decirle a Rhett. No puedo competir en esto.
— Eres un imbécil —opto por decir una verdad.
— Y tú eres una mala mentirosa —ladea la cabeza viéndome con superioridad.
El sonido de la campana que indica el cambio de clase hace que dejemos de vernos. Rhett me guiña un ojo y comienza a caminar lejos de mí. Me cruzo de brazos preguntándome que tan buena idea fue incluirlo en todo esto. Es decir, yo sé que puedo lidiar con lo que sea que Ted Bundy planea, pero ¿Rhett? Lo dudo. No creo que él comprenda a fondo con que estamos tratando.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro