
Capítulo 18: La verdad nunca es una opción.
Charlotte en multimedia.
Mi suspiro es lo único que se escucha en el silencio sepulcral que se reina entre nosotros. Tras ver el último video que contiene la videocámara de Stella quedamos estáticos en nuestros lugares, sin emitir ninguna otra palabra. Es como si nuestros corazones se detuvieran por unos instantes y solo nuestros cerebros trabajaran, procesando la información que la dueña de la habitación nos proporcionó.
Mis ojos recorren la habitación. Bueno, la oscuridad que habita en ella. La imagen de Stella completamente destrozada, bajo las sabanas —las cuales ahora están debajo de nuestros traseros—, lamentando haber cometido el asesinato de Lucy Duncan, se repite una y otra vez dentro de mi cabeza.
No puedo pensar en nada más. Mi cerebro no es capaz de crear teorías o unir cabos sueltos. Me encuentro saturada y demasiado cansada para seguir pensando en esto.
—Deberíamos irnos —suelto, sintiendo que la oscuridad es algo más.
—Solo debo poner la madera en su lugar —responde Rhett con los mimos ánimos que yo.
Ambos nos paralizamos al escuchar pasos fuera de la habitación. Posiblemente sean de una chica que después de un largo día, va a descansar. Pero lo que nos llama la atención es que son pasos lentos, como si estuviera esperando el momento perfecto para entrar a esta habitación.
Entonces, los pasos se detienen.
Rhett toma mi mano, obligándome a ponerme de pie y me lleva hasta el baño de Stella. Por suerte para ambos, no es un recorrido muy largo. Está solo a unos pasos de la cama, donde nos encontrábamos escuchando los pasos.
Primero creo que es una mala idea escondernos aquí, pero cuando escuchamos que colocan una llave en la cerradura, no puedo estar más agradecida con Rhett por traerme hasta aquí.
Dejamos la puerta del baño entreabierta. Lo suficiente para que podamos ver qué sucede allí afuera. Cuando una persona se adentra siento el miedo invadir mi cuerpo. No es el mismo miedo que siento al estar en la habitación de una persona muerta, este miedo afecta mucho más mi sistema circulatorio y sobre todo, mis extremidades. Creo que podría soltar lo que tengo en manos cualquier momento.
Esta persona también es inteligente y no enciende las luces, ocupa la linterna de su celular. No podemos ver nada distintivo. Lleva una sudadera negra y unos pantalones oscuros. El estar encapuchado también nos impide ver su cabello.
Puedo sentir que Rhett en cualquier momento intentara salir de aquí para ver quién es esta persona. Por ese motivo, entrelazo mi brazo con el de él para evitar que haga algo así. No quiero que resulte lastimado y mucho menos muerto si es que de verdad nos topamos con el asesino.
Al hacer este movimiento, la llave se escapa de mis manos, generando un sonido que de haber estado en otro escenario pasaría desapercibido. Pero teniendo en cuenta que estamos en la oscuridad y en silencio, hasta un suspiro sería percibido por todos los de la habitación.
La persona del otro lado se sobresalta al escuchar la llave caer y rápidamente ilumina hacía la puerta del baño, encandilándonos con su linterna y de forma muy astuta impedir que veamos su rostro.
En cuanto sale de la habitación, Rhett y yo lo hacemos de nuestro escondite. Los pasos ahora se escuchan mucho más rápidos afuera.
—¿Por qué hiciste eso? —me pregunta molesto mientras intenta introducir la llave en la cerradura, pero por sus manos temblorosas, tarda unos segundos.
—¡Perdón por querer evitar que hagas algo estúpido! —exclamo, más enojada.
Rhett finalmente consigue abrir la puerta y sale corriendo sin darme ninguna respuesta. Obviamente lo sigo, intentando alcanzar su ritmo, pero no soy tan atlética y mi cuerpo sigue en shock por lo que paso hace solo segundos, así que rápidamente lo pierdo de vista.
Me apresuro a dejar las cosas de Stella en mi habitación y cierro mi puerta. Bueno, al menos eso creo que hice. No estoy segura, pero tampoco me detengo a corroborar esto.
Bajo las escaleras corriendo, pero siendo cuidadosa. Lo último que necesito es caer y romperme algo. Cuando voy bajando los últimos escalones, puedo ver que no hay nadie en la puerta principal. ¿Dónde diablos está la seguridad?
Estando frente a la puerta puedo divisar a Rhett corriendo hacía el bosque. Miro a mi alrededor, buscando a quién pedirle ayuda, pero no hay nadie cerca. Pareciera que de repente todos hubieran desaparecido.
Resignada a seguir por mi cuenta, comienzo a correr en la misma dirección que Rhett hace segundos. Apenas logro divisarlo y una vez que logra meterse en la oscuridad del bosque, dejo de verlo por completo.
Corro sin importarme no verlo, debo seguir por mi cuenta para encontrarlo. A medida que me acerco a los árboles que dan comienzo al tétrico bosque, mis pies amenazan con dejar de obedecerme, pero los obligo a continuar.
Tengo miedo de adentrarme en ese laberinto a oscuras, ya que —por error— al dejar las cosas de Stella en mi habitación, también deje mi celular. Como si de repente el oxígeno fuera valentía, tomo una gran bocanada para poder seguir.
Entonces escucho algo que me paraliza por completo.
Disparos. Dos disparos que no son dirigidos a mí, pero de la manera que me golpean siento como si lo fueran.
Y corro, corro sin importar que no vea casi nada frente a mí. Sin importarme que la persona con el arma estén allí, posiblemente con más balas para disparar. Solo sé que Rhett está en algún lugar, en la oscuridad, herido, esperando que alguien vaya a ayudarlo.
Esa persona soy yo. Yo voy a salvarlo.
—¿Rhett? ¿Rhett? ¿Dónde estás? —pregunto alzando la voz.
Quizás sea un completo error que esté gritando, pero solo quiero encontrarlo.
No escucho respuesta y eso aumenta mi preocupación. No escucho pasos. Es como si estuviera sola en la oscuridad, pero no es así. Rhett está en algún lugar y no pienso irme sin él.
—¡No camines hacía la luz! ¡¿Me oíste?! —exclamo enojada.
Miro hacía mi alrededor sin ver en realidad y entonces suspiro frustrada. Es realmente molesto tener que pensar hacía donde seguir cuando no veo mis opciones. No sé si enfrente tengo un árbol o si detrás está el asesino apuntándome con el arma.
Entonces puedo sentir una mano posarse delicadamente sobre mi hombro y un cálido aliento acariciar mi piel con un susurro.
—No sé si lo has notado pero estamos en la oscuridad. No hay luz hacía la cual caminar.
La voz de Rhett hace que me calme y todo mi cuerpo deje de estar en alerta. Me sorprendo a mí misma buscando su mano. Él no dice nada cuando entrelazo nuestras manos, pero escucho que su respiración se vuelve más pesada.
Juntos caminamos en la oscuridad, tropezando algunas veces y guiándonos por nuestra intuición de solo seguir adelante. Finalmente logramos ver las luces del internado a lo lejos, entonces apresuro mi paso siendo que es en vano. Que haya luz no significa que estemos a salvo. El asesino sigue dando vueltas por ahí y estamos en peligro, no importa en qué parte de Saint Rose estemos.
Cuando estamos fuera de ese bosque y lo suficientemente lejos de la entrada, me separo de Rhett, empujándolo con fuerza. Él me observa sin entender por qué hice eso.
—¡¿Por qué demonios te fuiste?! —exclamo, enfadada. Rhett ladea la cabeza— ¡¿Por qué seguiste al asesino solo?!
—¡¿Qué se supone que hiciera?! ¡Estaba frente a nosotros! ¡Era nuestra oportunidad!
—¡Ni siquiera esperaste a los oficiales o a mí! ¡Solo corriste hacía el bosque desprotegido! ¡¿En qué estabas pensando?!
—¿A quién debí esperar? ¿A la agente Wilson y al grupo de inútiles? —se cruza de brazos, fingiendo calma— Heaven, no sé si lo notaste, pero nosotros estamos más cerca de hallar al asesino que esos idiotas —entrecierra sus ojos.
—No me importa. Debiste quedarte, no correr hacía alguien con un arma. ¿Acaso tienes tendencias suicidas? —no le dejo responder— ¿Qué digo? ¡Esto confirma que las tienes!
—¡¿Crees que mi plan fue correr hacía alguien con un arma desde un principio?! ¡Quise detenerlo en la habitación, pero alguien me detuvo! —abro mi boca indignada.
—¡Me arrepiento de no hacerlo una segunda vez!
Rhett aprieta sus labios, suspirando pesadamente.
—Discutir es estúpido.
—No estamos discutiendo.
—Nos gritamos enojados —ladea la cabeza— Estamos discutiendo.
—¿Por qué estuviste ahí? —pregunto sin elevar la voz y mucho más relajada que hace segundos.
—Me detuve en cuanto escuche los disparos...
—No debiste seguirlo de todas formas.
—... sabía que estabas detrás de mí y no podía arriesgarme a que te acercaras más a él.
—Debías estar con Charlotte. Lejos de esto.
—Terminé con Charlotte.
Le miro perpleja, esperando que esto sea una broma para que deje de hablar, pero Rhett no emite palabra, ni siquiera parece parpadear. Trago duramente. De tanto gritar se me secó la garganta.
—¿Tú qué? —pregunto boquiabierta.
—¿Tienes problemas de audición?
—No.
—Entonces no es necesario que lo repita.
—Reconsidéralo.
—¿Quieres que reconsidere repetirte lo que dije? —pregunta confundido.
—Quiero que reconsideres terminar con Charlotte.
Antes de que Rhett tuviera tiempo de responderme, escuchamos a alguien gritarnos y en cuanto volteamos, nos encontramos con la agente Wilson y otro más apuntándonos con un arma.
—Genial —murmura Rhett, levantando los brazos.
La agente Wilson se encarga de esposarme y el otro agente hace lo mismo con Rhett. Mientras caminamos por el campus del internado, nos vamos encontrando con más personas que nos observan muy atentos e inclusive murmuran cosas.
Cuando el asesino salió corriendo hacía el bosque no había nadie. Parecía que a todos los hubiera tragado la tierra o los ovnis los hubiera abducido en ese mismo momento. Pero ahora que necesitamos privacidad, todos están atentos al chisme.
Puedo ver a Crystal y Jazmín hacía nosotros. Creo que logro escuchar un pequeño bufido por parte de la agente Wilson al ver a esta última.
—¿Qué está sucediendo, agente Wilson? ¿A dónde se lleva a mi hermanita? —le pregunta Crystal, frunciendo el ceño.
—Van a ser interrogados. Escuchamos disparos y ellos estaban en esa área.
—Eso no los hace culpables de nada —dice Jazmín con indignación.
—Por eso vamos a interrogarlos. Agradecería que me dejen hacer mi trabajo —le contesta la agente Wilson fríamente.
Ninguna de las dos dice nada más, solo nos siguen en silencio. Me sorprendo al no ver a Ian entre las personas que presenciaban nuestro arresto. ¿Dónde está? Se supone que me esperaría afuera de los dormitorios, pero cuando salí en busca de Rhett, no había señales de él.
La clase de matemáticas es el lugar donde ambos somos liberados de nuestras esposas. La agente Wilson toma asiento frente a nosotros, más específicamente sobre el escritorio y nos observa detenidamente.
Me mantengo seria, siendo consiente que está es la segunda vez que me interroga por ende tengo que verme mucho más confiada que la primera vez. Sobre todo lo que diga debe ser creíble. Lo cual me preocupa porque no hemos acordado nada con Rhett.
No podemos decirle lo que estuvimos haciendo de verdad. Porque entonces diría, ¿Por qué estaban en la habitación de Stella? Y allí vendría la historia de cómo el asesino está acosándome y amenazándome con revelar mí secreto. Todos sabemos que pregunta vendría después de contestar eso.
La verdad aquí nunca es una opción.
—Nosotros no hicimos nada —suelta Rhett, recostándose en la silla y cruzándose de brazos.
—Nunca dije que lo hicieran —replica la agente Wilson— Solo quiero saber que estaban haciendo dos estudiantes en la misma área donde se escucharon disparos.
Decido comenzar. No me siento cómoda dejando que Rhett elabore una mentira, así que entrelazo ambas manos sobre el pupitre y cuento mi versión.
—Mi amigo Ian necesitaba mis tomas de nota de historia porque no prestó atención a la clase, entonces subí para buscarlas. Él me esperaba afuera porque el oficial dijo que pasaba el horario de visitas. Mientras iba a buscar mis notas, alguien encapuchado apareció y no sé muy bien que ocurrió... —frunzo el ceño, fingiendo estar confundida—... no sé si chocó conmigo e intentaba quitarme de su camino o si quería hacerme daño. Es cuando grite y entonces apareció Rhett —ladeo mi cabeza en su dirección.
—Si pasaba el horario de visitas, ¿Por qué Rhett estaba ahí? —pregunta la agente Wilson, arqueando una de sus cejas. Puedo ver en sus ojos la satisfacción al encontrar un error en mi testimonio.
—Porque cuando ingresé al edificio, todavía estaba permitido que los chicos entremos y además, la eficiente seguridad que posee el internado no estaba en la entrada —le explica Rhett sonriendo falsamente sin cambiar de posición.
La agente Wilson asiente, apretando los labios. Rhett continúa con su parte de la mentira. Su compañero a unos metros de ella, escribe todo lo que estamos diciendo.
—Me despedí de mí... bueno... ex novia —dice finalmente tras quedar en silencio durante unos segundos, buscando la palabra correcta o quizás teniendo la costumbre de mencionarla sin el ex delante— Estaba caminando tranquilamente cuando escuché el grito de Heaven y corrí para ayudarla. La persona encapuchada corrió al escuchar que dije "Aléjate de ella". Lo seguí hasta el bosque. Allí me detuve al saber que tenía un arma.
—Yo también lo seguí. No iba a dejar a Rhett solo —me apresuro a proseguir— Cuando salí del edificio no había nadie alrededor. En realidad esperaba encontrarme con alguien que pudiera ayudarme, pero no fue así. Solo seguí corriendo.
—Heaven, cuando te topaste con él, ¿Pudiste ver o notar algo distintivo? —me pregunta.
Aprieto mis labios, recordando lo que vi cuando estábamos en la habitación.
—Llevaba una sudadera negra y pantalones oscuros —contesto, pensativa— No pude ver su rostro porque me tomo desprevenida por detrás. Me sostenía con fuerza para que no volteara y lo viera, por eso grité —me encojo de hombros.
—¿Y por qué no buscaron ayuda en vez de quedarse en el bosque charlando?
—No estábamos charlando —le contradigo.
—En realidad estábamos discutiendo —miro a Rhett con el ceño fruncido. Él se mantiene observando a la agente Wilson— Heaven se enojó porque seguí al asesino hasta el bosque.
—Porque fue estúpido.
—Sí, debí invitarle un café antes.
Entorno mis ojos. La agente Wilson nos observa con el ceño fruncido, como si no esperara que tuviéramos esta conversación frente a ella. Por lo cual la entiendo. Es completamente estúpido que estemos hablando de esto justo ahora.
—Wilson —le llama su compañero.
La agente se acerca a su compañero donde tiene una charla en voz baja que no podemos escuchar. Así que no intento desarrollar una audición sobrenatural, solo me centro en la persona que tengo al lado.
—No puedes terminar con Charlotte —le digo.
—¿Por qué no?
—Porque es Charlotte.
—Y tú eres tú. Y eso —señala un tacho de basura— Es un basurero —se ríe secamente— ¿Te das cuenta de que lo que dices no tiene sentido?
—Y lo que haces tampoco —replico— No puedes terminar con Charlotte por mí.
—¿Quién dijo que fue por ti?
Bien, esa respuesta me toma por sorpresa. Ciertamente no esperaba que él terminara con Charlotte únicamente por mí, es decir, algunos otros motivos tendrá como; no amarla más. Pero al escuchar la noticia, lo primero que pensé fue que yo soy la responsable de que él tomara esa decisión de manera precipitada.
No puedo responder porque la agente Wilson se acerca nuevamente a nosotros con su compañero al lado. Bueno, de haber tenido la oportunidad creo que tampoco hubiera contestado nada.
—¿A qué hora ocurrió esto? —pregunta la agente Wilson.
Aprieto mis labios, intentando recordar a qué hora llegué a los dormitorios con Ian.
—Cuando salí de la habitación eran las nueve. Digamos que nueve y cuarto ya estaba corriendo hacía el bosque —contesta Rhett— Y no había ningún oficial afuera.
—Entonces al mismo tiempo que pasaba esto, atacaban a la otra alumna —dice el otro agente, esto llama mi atención.
—¿Atacaron a alguien más? ¿A quién? —pregunto.
—Amelia de Montmorency.
—¿Podemos irnos? Tenemos que verla —dice Rhett.
—Sí, eso fue todo —contesta la agente Wilson, pero en ese momento Rhett ya abre la puerta, listo para irse.
En cuanto salgo, me encuentro con mi hermana y Jazmín esperándome. Intento pasar de ellas, pero sé que no esperaran a que sepa cómo esta Lia. Quieren respuestas ahora y no se detendrán hasta conseguirlas.
—Heaven, ¿Puedes contestarnos? —me pregunta Crystal, frunciendo el ceño.
Me detengo. Ambas se detienen unos pasos más adelante y me observan esperando por mis respuestas.
—No me ocurrió nada. Estoy bien —le contesto a Jazmín con toda la amabilidad que pueda sostener ahora. Giro para ver a Crystal— Rhett y yo no estábamos haciendo nada malo. Solo estaba regañándolo.
Vuelvo a caminar, está vez sin tener a cada una a mi lado. Aunque soy capaz de escuchar una pregunta más a lo lejos.
—¿Por qué lo regañabas? —esa es Crystal.
—¡Por ser un idiota! —exclamo sin voltear. Agradecida de poder continuar sola a partir de ahí.
No logro alcanzar a Rhett. Diablos, sí que camina rápido. Pero no camino sola hacía la parte medica de Saint Rose, no. Me encuentro con Charlotte. Al percatarse de mi presencia a unos metros de ella, suelta un suspiro de lo que parece ser alivio. Sonrío incomoda al verla, temo no poder disimular lo que verdaderamente siento al verla y se dé cuenta de todo. Pero ella parece estar más preocupada en alcanzarme.
—¡Estaba preocupada por ti! —exclama, abrazándome sorpresivamente.
—¿Ah sí? —contesto, palmeando su espalda, extrañada.
—¡Por supuesto! —responde, separándose para verme— V me contó que te esposaron y te interrogaron. ¿Estás bien?
Entrelaza su brazo con el mío comenzando a caminar apresuradamente.
—Sí, nos interrogaron pero por suerte fue rápido. Así podemos ver a Lia —Charlotte frunce el ceño— ¿Sabes si está bien? —pregunto.
—Solo sé que está algo golpeada —niega con la cabeza, horrorizada por sus palabras— Gracias a Dios Ian la escucho gritar. De lo contrario, no sé qué habría sido de ella.
—Ay, pobre Lia —aprieto mis labios, luego presto más atención a su respuesta— ¿Ian la escuchó gritar? —pregunto. Charlotte asiente con la cabeza— ¿Dónde la atacaron?
—En la parte trasera de los dormitorios. Ella estaba saliendo de la cafetería completamente sola.
¿Cómo hizo Ian para escuchar a Lia? La entrada queda algo lejos de la parte trasera. Es algo imposible que puedas escuchar gritos. A menos que tengas super poderes o algo así.
—Lo único que necesito en este momento es perder a Lia —no respondo ante eso, todavía pensando en Ian— Y ti tampoco quiero perderte, Heaven. Lia y tú son mis únicas amigas aquí.
Sonrío sin saber muy bien que decirle.
—¿Por qué te interrogaron? —me pregunta segundos después.
—Eh... bueno... —balbuceo— Quisieron atacarme y Rhett me defendió. Luego salió corriendo en busca de esa persona, pero no logró encontrarlo.
—¿Rhett? —pregunta desconcertada.
—Sí...
¿Fue malo mencionarlo? ¿Debí haberlo excluido del relato debido a su reciente rompimiento?
—Oh —dice— V no menciono que estuvieron juntos.
¿Por qué V no lo hizo?
—Bueno tampoco estuvimos juntos —niego rápidamente— Es decir, sí estuvimos juntos pero fue porque quisieron golpearme o quizás asesinarme. De lo contrario no estaríamos juntos.
Charlotte abre la boca para responderme algo y por su expresión puedo decir que no es nada lindo, pero entonces escuchamos la voz de alguien más sumarse a nuestra conversación.
—Novy, escuché que te quisieron atacar. ¿Estás bien? —Ross se acerca rápidamente a mí. Colocando una de sus manos en mí brazo al mismo tiempo que examina mi rostro— Rhett no se detuvo a darme detalles. Estaba preocupado por Lia.
Charlotte me suelta de su agarre sutilmente.
—Yo estoy bien —asiento con una pequeña sonrisa. Él me observa aliviado— ¿Cómo está Lia?
—Asustada, pero bien —responde y aprieta los labios— Debí acompañarla. No quedarme a tomar una taza de café —niega con la cabeza.
—No fue tu culpa. No podías haber imaginado que eso podría pasar —le dice Charlotte en consuelo, posando una mano sobre su brazo, acariciándolo levemente.
Aprieto mis labios. En realidad sí podría haberlo imaginado. Es decir, tampoco debes tener una gran imaginación para pensar que esto podría pasarle a Lia. Estamos en Saint Rose. Aquí a cualquiera le podía pasar. Solo que Ross no podría haber predicho que esto le ocurría a Lia justamente al salir de la cafetería.
—Debí haberlo imaginado. No sería la primera vez que lastiman a alguien que quiero —al menos Ross y yo estamos de acuerdo.
Charlotte aleja su mano de Ross y la utiliza para quitarse un mechón de la cara. Muy bien disimulado.
—¿Podemos ver a Lia? —le pregunto.
—Claro que pueden —me contesta con un tono más dulce que él que utilizo con Charlotte hace segundos— Por favor, síganme.
Nos adentramos a la enfermería. No es un edificio como los dormitorios o un lugar muy grande como la cafetería o el gimnasio. Es más bien como una casa. Tengo entendido que aquí es donde vive la señora Kingston, madre de Rhett.
Apenas nos adentramos, podemos encontrar a más personas esperando ver a Lia. Tanner, V e Ian están sentados en la sala de espera haciendo lo que dice su nombre. Este último, se pone de pie rápidamente al verme y no tarda en abrazarme.
—Sé que no nos abrazamos, pero de verdad me preocupaste —me susurra al oído. Sonrío, respondiendo su abrazo.
—Ayudaste a Lia... —le digo en cuanto nos separamos. No puedo disimular lo desconcertada que me encuentro.
—Así es —contesta algo nervioso— Iba por un café cuando la escuché gritar. Entonces, recordé al guardia que estaba en la entrada de los dormitorios femeninos. Como me quedaba más cerca, fui por él tras asegurarme de que Lia estaba bien.
—Oh... —alargo, sorprendida.
¿Por qué Ian iría a tomar café si me dijo que me esperaría para que devolviéramos la llave? Algo aquí no está bien. Aunque lo del guardia si tiene sentido. Por eso no había nadie que pudiera ayudarnos a Rhett y a mí.
Rhett sale de la habitación donde se encuentra Lia, obteniendo la mirada de todos los presentes, sobre todo la de su reciente ex novia. Aunque Charlotte solo logra verlo durante unos segundos, luego baja la mirada hacía el suelo. La señora Kingston sale detrás de él.
—¿Va a estar bien, Elizabeth? —le pregunta Charlotte.
—Sí, tiene algunos raspones y dentro de poco se le formaran hematomas —responde la madre de Rhett con pesar— Prefiere quedarse aquí esta noche.
—¿Puedo quedarme con ella? —le pregunta Tanner, poniéndose de pie, guardando sus manos en los bolsillos de sus vaqueros.
—Sí, también prefiero quedarme con Lia —dice Ross.
La señora Kingston los observa apretando los labios, dudando en aceptar o no. Hasta que posa los ojos en su hijo, quién anteriormente ya la estaba viendo.
—Yo también —dice Rhett.
—Está bien —asiente soltando un suspiro— Pero nada de faltar a clases por esto. Sé que todo es un desastre y va empeorando, pero intenten no descuidar sus estudios.
—Prometido —responden los tres al mismo tiempo.
Elizabeth niega con la cabeza intentando contener una pequeña sonrisa y menciona algo sobre ir a buscar mantas, y almohadas. Una vez que nos deja, Charlotte y yo nos adentramos para ver a Lia.
—Ay, Lia —dice Charlotte cerrando la puerta detrás de ella.
Lia está sentada en la cama, hablando por teléfono. Al vernos nos da una pequeña sonrisa cansada y eleva su dedo índice, para que esperemos.
—Je promets que je vais bien, mère —creo que está hablando en francés— Ne parle pas à Jessie. Ce n'est pas sa faute s'il y a un psychopathe à Sainte Rose —suspira frustrada— Je vais me reposer. Je t'aime aussi. Au revoir maman.
Traducción: Te prometo que estoy bien, madre. No le hables a Jessie. No es su culpa que haya un psicópata suelto en Saint Rose. Voy a descansar. Yo también te quiero. Adiós, mamá.
Finaliza la llamada, negando con la cabeza. Charlotte se sienta a los pies de su cama, mirándole con los ojos entrecerrados.
—No sé francés pero eso no sonó bien —logra poner una pequeña sonrisa en el rostro de Lia.
—Mi madre está furiosa por lo que pasó. Le echa la culpa a Jessie —niega con la cabeza— No es culpa suya que haya un psicópata por aquí. Hay psicópatas en todo el mundo.
—Es tu madre. Obvio que va a culpar a todos —Charlotte se estira para tomar una mano de Lia. Donde tiene un leve raspón. Lo observa durante unos segundos— Lamento que te haya sucedido esto.
—¿Estás bien Heaven? Escuché que Rhett y tú también fueron atacados —Charlotte suelta la mano de Lia, apretando los labios, incomoda— ¡Qué horror!
—No nos ocurrió nada, por suerte —contesto mirando de reojo a Charlotte— Rhett lo asustó y salió corriendo hacía el bosque.
—Me alegra tanto que ambos estén bien. Le agradecí tanto a Rhett que haya estado contigo y ahora te agradezco a ti por estar con él. Sé que juntos se ayudaron en ese momento horrible.
Sonrío forzadamente, sintiendo la mirada de Charlotte sobre mí.
—¿Vas a estar bien? —cambio de tema.
—Sí, solo quiero estar aquí una noche.
—Los chicos piensan quedarse contigo —comenta Charlotte.
—¿Ian también? —pregunta Lia.
Me sorprendo al escuchar eso. Sé que Ian se emocionará mucho de saber que Lia preguntó eso y mucho más al saber que se mostró decepcionada por no contar con su presencia.
—Tanner es tu novio. Solo debería importarte que él se quede contigo Lia —le dice Charlotte con tono amistoso, pero por alguna razón no puedo tomarlo de esa forma.
—Sé que es mi novio, pero Ian me salvó hoy. Me gustaría agradecerle una vez más, aunque con eso no sea suficiente —replica Lia bajando la mirada. Su amiga solo la observa fijamente por unos segundos— ¿Podrías llamarlo? —me pregunta a mí.
Elevo las cejas y automáticamente miro a Charlotte. Ella se encuentra sonriéndome de manera enigmática. Vuelvo a ver a Lia. Pone esa mirada de cachorrito abandonado dándome a entender que negarme no es una opción. Asiento rendida ante su encanto.
Camino hasta la puerta, intentando ocultar una sonrisa. Ian va a derretirse cuando le diga que Lia quiere verlo. Lo anunciaré en voz alta para ver la expresión del idiota de Tanner. Este último pensamiento hace que mi sonrisa se imposible de esconder.
Abro la puerta asomándome con una pequeña sonrisa malévola y posiblemente pequeños cuernos rojos saliendo de mi cabeza. Busco a Ian con la mirada, pero solo están Tanner, Ross y Rhett.
—¿Dónde está Ian? —pregunto.
—Se fue con la agente Wilson. Necesitaba su testimonio de lo que pasó con Lia —me explica Ross.
Estúpido Ian. Este es posiblemente el momento que más espero durante su estadía en Saint Rose y no está aquí.
—Oh, bueno —digo fingiendo estar desanimada— Porque Lia quería verlo. Ya saben, fue muy heroico lo que hizo por ella hoy. Quería agradecerle —me encojo de hombros.
Le echo una mirada fugaz a Tanner. Él está parado en una esquina, cruzado de brazos y viéndome fijamente. No parece contento con lo que dije y eso hace que yo me ponga muy contenta.
Sonrío mientras vuelvo a adentrarme en la habitación.
—Ian se fue. Pero mañana le diré que venga a visitarte a primera hora.
Lia hace una mueca, pero solo dura unos pocos segundos. Luego vuelve a explicarnos como Ian la salvó, maravillada y encantada con él. Charlotte y yo escuchamos con atención cada detalle e interpretación dramática.
La función termina cuando la señora Kingston nos dice que es mejor dejar a Lia descansar y que un oficial vino por nosotras para escoltarnos hasta el dormitorio femenino. Nos despedimos de nuestra amiga, prometiéndole volver mañana. Ella se niega, diciendo que no es necesario, pero obviamente vamos a venir de todas formas.
Charlotte se va sin despedirse, dejándome a mi sola con Rhett y Ross. Tanner entró con Lia, obligándome a enfrentarme a estos dos sola.
Ross se acerca para darme un abrazo, el cual respondo un poco desconcertada porque no esperaba que hiciera eso. Mis ojos se asoman sobre su hombro, permitiéndome ver a Rhett observándonos fijamente.
—Me alegra que estés bien, Novy —dice en cuanto nos separamos— ¿Desayunamos juntos mañana?
Sonrío.
—Eso me gustaría.
—Llámame si no puedes dormir.
—Lo haré —asiento.
Miro a Rhett para despedirme de él, pero se encuentra con su celular. Eso hace que mi sonrisa decaiga un poco, pero de todas formas digo:
—Adiós, Rhett.
—Adiós, Heaven —dice sin despegar la mirada de su celular.
Me dispongo a ir junto a Charlotte y al oficial que me esperan afuera.
El camino de ida se hace rápido por la velocidad de nuestros pasos. Charlotte no me dice nada, solo bosteza y menciona cuan cansada está. Quisiera preguntarle por Rhett, pero no sé cómo abordar el tema sin que mis verdaderos sentimientos queden en evidencia.
Quiero a Charlotte, pero también quiero a Rhett.
Quizás eso no tenga ningún sentido porque entonces no tendría por qué haber besado a Rhett en primer lugar. Pero simplemente fue así. Yo no puedo luchar contra mi corazón, pero si contra mi cerebro y las decisiones que tomo. Entonces decidí alejarme de él.
Pensé que si le decía a Rhett que no lo quería, él seguiría con Charlotte y entonces todo estaría bien. Tendrían un lindo niño o linda niña o lo que sea.
Pero terminó con ella.
Y no sé qué demonios hacer con eso.
Nos detenemos en la puerta de mi habitación. El oficial se aleja unos pocos pasos para que podamos despedirnos. Debe acompañar a Charlotte hasta la suya todavía.
—Necesito hablar contigo —suelta, rompiendo el silencio. Miro al oficial a unos pasos de nosotras—Mañana —prosigue.
—¿Sobre qué? —me hago la desentendida.
—Mañana lo sabrás.
—¿Alguna pista?
—Rhett terminó conmigo —baja la mirada y muerde sus labios.
Por suerte no está viéndome. En esta ocasión no creo ser muy buena actriz.
—¿Y estás bien? —pregunto.
Suspira.
—Mañana te contesto.
Y sin decir más, se aleja, volteando a verme con una débil sonrisa de despedida.
Me adentro en mi habitación sintiéndome basura. Recuesto mi espalda en la puerta, cerrándola detrás de mí. Las cosas que encontramos están sobre mi cama, justo donde las deje antes de irme a buscar a Rhett.
(...)
Llevo horas observando las fotografías, intentando buscar algo que sea sospechoso o que grite ¡Investígame!, pero todo parece ser normal. Aunque no es normal, si lo fuera, ¿Por qué lo escondería en el techo? Estuve llamando a Ian para que me ayude con esto, pero todas mis llamadas van al buzón de voz. Sí que tiene el sueño pesado para no escuchar las veinte veces que lo llamé.
Me recuesto en la cama, pensando que en unas horas tengo que levantarme para continuar con mi vida escolar, fingiendo normalidad. Esto apesta. Sé que esto de "actuar normal" es porque la directora Monroe quiere que estemos tranquilos, pero ignorar que hay un asesino suelto, no hará que el asesino deje de matar personas. Hoy casi Lia se convierte en la siguiente.
Mi celular me sobresalta. El tono de llamada no es muy alto que digamos, pero estaba acostumbrada al silencio y esto le puso fin sorpresivamente. Me desconcierto al ver el nombre de Rhett en la pantalla. Son las tres de la madrugada. ¿Le habrá pasado algo a Lia?
Al pensar esto último, me apresuro en contestar. Esperaba escuchar a Rhett con un tono agitado, pero sólo hay silencio. Frunzo el ceño.
—¿Hola? —pregunto confundida.
—Hola Nova —del otro lado Rhett suena calmado— Lamento haberte despertado.
—No estaba durmiendo —respondo todavía extrañada por su llamada— Solo revisaba lo que encontramos.
—¿Algo interesante?
—Creo que tú lo encontrarás interesante. Son fotografías, en algunas sales tú. Quizás puedas recordar que día fueron tomadas y donde —replico esparciendo las fotos en mi cama— Tal vez tengan algún significado.
—Por algo Stella las escondió. Mañana más veré —dice— ¿Qué hay de las hojas esas? ¿Son importantes?
—Son los expedientes de Tanner y Zack, pero no hay nada que pueda leer. La mayoría de las palabras están borradas con un marcador negro —aprieto mis labios viendo a los pies de mi cama, donde se encuentran los expedientes.
Me estiro para tomar ambos y colocarlos frente a mí. Hay algunas palabras que no fueron borradas, las cuales se repiten en ambos expedientes.
—Ambos repiten mucho la palabra "fogata" —intento buscar una explicación, pero es en vano— ¿Significa algo para ti?
—Una vez al mes nos sentábamos alrededor de una fogata a beber y a charlar, o solo a embriagarnos —me cuenta— Pero no lo hacemos desde que Savannah falleció —me dedico a leer una hoja de Zack.
A veces –palabras borradas- fogata. -Palabras borradas- todo –palabra borrada-. –palabras borradas- aquí. Últimamente no dejo de escuchar su voz llamándome mientras duermo. Al principio escucharla era un sueño, un gran sueño, pero últimamente escucharla convierte los sueños en pesadillas. Y lo demás está borrado...
—¿Sigues enojada conmigo? —me pregunta.
—No estoy enojada contigo —contesto concentrándome en las fotos que adornan mi edredón.
—Parecías enojada cuando salimos del bosque.
—Bueno, quizás si estaba un poco enojada —admito algo avergonzada, visualizándome gritando como una loca— Me preocupaste.
Tomo una foto donde sale Rhett. Es una fotografía casual. Lleva una camisa negra con las mangas dobladas hasta sus codos, el cabello despeinado y está de perfil. Sostiene una botella de cerveza en una mano y con la otra sostiene su celular. Su sonrisa hace que las mariposas en mi estómago den volteretas.
—No tienes porqué...
—Pero lo hago —aclaro, interrumpiéndolo— Me preocupo por ti.
Al pronunciar la última oración hago una mueca, regañándome por esas palabras. Espero que las tome de forma amistosa y no como lo que verdaderamente significa.
—Lamento haberte preocupado —mis ojos quedan en su fotografía— Cuando lo vi sólo quise ver quién era. Para terminar con esto. Honestamente, estoy harto —hace una pausa— No te rías, pero necesito ir a un spa.
—¿Reírme? Es lo que necesito desde que nací —contesto sonriendo— Aunque jamás es suficiente. Creo que cuando crezca viviré en un spa. Gastaré todo mi dinero allí.
—¿Qué te parece si abrimos nuestro propio spa? —muero mis labios— "Heaven y Rhett" Mjm... —alarga pensativo— Mi nombre le quita el atractivo. Sin embargo, Heaven queda bien.
—Sea cual sea el nombre, la única regla será que no permitiremos madres e hijas. La última vez que fui mi madre hizo el día mucho más estresante.
Me río recordando ese catastrófico día donde termine escondiéndome en un armario de limpieza para escapar de mi madre. Crystal tuvo que soportarla el tiempo que desaparecí.
—Trato hecho. Sin padres para que sea más relajante.
Me quedo sonriendo en el silencio que ahora protagoniza nuestra llamada.
—¿Cómo está Lia? —pregunto.
—Durmiendo. Tanner está sentado a un lado de la cama, dándole la mano —se ríe. Hago una mueca al escuchar el nombre de Tanner— ¿Hablaste con Ian? Estuve llamándolo para que Lia hablara con él, pero no me contesta.
—Lo intenté, pero tampoco me contestó.
Tengo ganas de contarle el chisme sobre la ruptura de Charlotte y Rhett. Pero no, Ian duerme. Tampoco puedo culparlo. Este día fue demasiado para todos.
—Deberías descansar.
—No estoy cansada —al decir eso, se me escapa un bostezo. Escucho su risa del otro lado— Bueno, quizás sí. Pero no puedo dormirme aún. Debo encontrar una conexión entre las fotos.
—Hagamos esto: Mañana desayunamos juntos y te ayudo.
—Mañana debo desayunar con Ross —le recuerdo. Él estaba presente cuando hicimos el plan.
—No creo que nos tarde mucho descifrarlo. Salgo en las fotografías. Será fácil para mí —puedo imaginarlo encogiéndose de hombros— Después podrás pasar el resto del día con Ross si quieres.
Lo pienso durante unos segundos. Sí, quizás sea rápido y no tenga que cancelarle a Ross.
—Vamos a vernos temprano, eh. Nada de dormirse.
—Si quieres abrimos la cafetería y mientras preparamos el desayuno lo charlamos —bromea.
Me río durante unos segundos sin sentirlo realmente, dándome cuenta porque en realidad no puedo dormir.
—¿Rhett? —digo temerosa, dejando su fotografía en mi cama.
—¿Sí?
—Mientras nosotros nos encontrábamos con esa persona en la habitación de Stella, atacaban a Lia.
—Sí.
—Significa que nos enfrentamos a más de uno —digo pasando una de mis manos por mi cabello, despeinándolo.
Suspira pesadamente.
—Así es.
Mi mirada se detiene en la llave de mi puerta y entonces recuerdo que hace solo horas estábamos en la habitación del señor Wyatt. Me estremezco al pensar que mi llave de repuesto no está y que alguien más —que no soy yo, mucho menos el conserje— la tiene.
Mi habitación, donde creí estar segura muchas veces, donde duermo plácidamente todas las noches, donde estoy desprotegida de cualquier cosa que puedan hacerme, puede ser asaltada por alguien en cualquier momento.
—Y están más cerca de lo que pensamos.
¡Hola a todos! Nuevo capítulo. Espero que les guste. Díganme que piensan :)
¡Lia casi es la siguiente! Qué bueno que Ian estaba cerca para ayudarla... ¿no? ¡Rhett y Charlotte finalmente terminaron! ¿Eso iniciará algo entre Heaven y Rhett o las cosas seguirán como siempre? ¿Cuántos asesinos rondan por Saint Rose?
Nos leemos :)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro