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CAPITULO 7

Héctor despertó un poco atareado, intentó abrir los ojos pero le costó un poco, esto gracias a la luz brillante que se reflejaba por el color blanco de lo que parecía ser una habitación. Poco a poco logro abrirlos por completo, como lo había sospechado era una habitación blanca y una de un hospital, al razonar eso, pasó toda su vista por su cuerpo, observando algunas vendas en sus brazos, gracias a lo que parecían ser quemaduras pequeñas y algunas heridas por cristales o piedras que rebotaron en la explosión. Terminó de observar el cuarto, pero no se encontraba nadie, al parecer eran como las tres de la tarde, lo dedujo gracias a la posición del sol que se veía desde la ventana del cuarto. Intentó levantarse pero aún le dolían un poco las piernas. Respiró hondo y llamó a una enfermera con un aparato que se encontraba aun lado de él, era un pequeño control con un botón azul. Su preocupación creció cuando pensó en la posibilidad que las personas encapuchadas se pudieran llevar a alguien de su familia o amigos antes de que la ambulancia llegara. Entonces Una enfermera regordeta y chaparra entró muy sonriente.

-Bienvenido a la clínica principal de Five Points, aquí te atenderemos hasta que estés listo para regresar a tu casa- Le revisó el suero que aun tenia puesto por la muñeca de su mano.

- ¿Dónde está mi familia y amigos? Las personas que estaban conmigo en la casa- La observó detenidamente.

- ¿Cuál casa? Te encontraron en un parque mi niño, en el parque principal, solo tú y tus cosas personales- Héctor se zafo de la mano de la enfermera que cambiaba la jeringa de su muñeca.

- ¡Eso no puede ser posible! Yo estaba en una casa con cuatro personas más- su respiración y palpitar de su corazón aumentaron de golpe.

-tranquilízate cariño, primero tienes que recobrar fuerzas-

-es que usted no comprende, mi familia corre peligro, nos atacaron las personas que atacaron Five Points ¡¿cómo podría estar tranquilo?! ¡¿Cómo alguien podría estar tranquilo?!- Se intentó levantar, pero la enfermera lo detuvo.

-Iré por el doctor y que el trate contigo, tenemos muchos pacientes, tu familia podría estar entre ellos-

La enfermera salió muy apresurada de la habitación, Héctor espero unos segundos más para poder quitarse la jeringa de la muñeca y levantarse de la cama aun con unos dolores. Tenía mucho miedo de lo que le pudieron hacerles a su familia. caminó un poco desorbitado hacia la puerta, se detuvo un instante para intentar escuchar si alguien se encontraba fuera, pero antes de salir se dio cuenta que tenía la bata de la clínica, corrió rápido al baño donde se suponía podía haber ropa, buscó en los cajones de unas vitrinas de metal que había en el extenso baño, estaba diseñado para personas con discapacidades. Buscó entre las toallas y trapos hasta que encontró una bolsa en un cajón, abrió su contenido y había un pants y una playera con el logo de la clínica. Se cambió un poco lento porque le ardían mucho las quemaduras que aún tenía frescas. Respiró profundo y salió corriendo hacia la puerta de la habitación, la abrió y vio que no había nadie en el pasillo, todo estaba en silencio, solo había luz de las lámparas del techo. Siguió a paso veloz por todos los pasillos de la clínica hasta llegar a la parte de servicio del personal donde entregaban las cosas personales de los pacientes. Recorrió con la vista la pequeña habitación con una ventanilla polarizada, solo quedaba un pequeño hueco por debajo de la ventanilla en donde entregaban cosas.

- ¿hola? Necesito ayuda por favor, necesito mis cosas personales- volteaba a ver si nadie lo seguía

-nombre por favor- Salió una voz de mujer un poco ronca.

-Héctor Jones-

-Espere un minuto-

-gracias, le agradecería que no tarde por favor-

Pasaron alrededor de cinco minutos hasta que por fin de la ventanilla empezaron a salir cosa por cosa, primero su billetera, después su celular, en seguida unos papeles de compra que tenía en su pantalón y por ultimo por la parte de abajo se abrió una pequeña puerta de donde salió la caja en donde se encontraban las fotos, la señora empujó desde dentro la caja haciendo que esta saliera por lo menos a un metro de distancia.

- ¿Sabe porque no hay nadie en la clínica? - Su voz se tornó un poco más estable.

-Todos están en sus casas escondidos mientras las autoridades hacen algo- La señora tocia mientras un papel salía por la ventanilla- Me dijeron que también te diera esto.

- ¿Quién? - Lo agarro y lo apretó muy fuerte.

-No lo sé, una persona a la cual no se le distinguía el rostro, llevaba gorra-

- ¿le dio alguna otra información? -

-ninguna más, después de dármelo solo se fue-

Héctor salió corriendo de la clínica, se logró ubicar, al perecer su casa estaba a unos diez minutos de ahí, pero no quería regresar, la casa estaría destruida y su familia tampoco estaría ahí. Miró el papel que tenía en sus manos, lo desarrugo y observo una frase:

"No quisiste jugar, ahora es una carrera contra el tiempo"

Se le formo un gran nudo en la garganta al pensar que puso a toda su familia en riesgo al no obedecer las órdenes, miró a su alrededor intentando obtener respuestas, algo que le ayudara a encontrar a su familia. No tuvo más opción que empezar a correr aun adolorido por las quemaduras, corrió hacia el parque donde le dijeron que lo habían encontrado, el cual se ubicaba a dos minutos de su casa, las calles estaban solas, algunas casas con las ventanas rotas, pasto quemado, algunas otras completamente limpias, aun no se veía rastro alguno de las autoridades, seguía corriendo, aun le faltaban unos cuantos minutos pero entonces, escuchó un grito a lo lejos, después un poco más cerca, después de tres gritos pudo reconocer la voz de Osvaldo así que se detuvo en seguida, giró completamente y lo vio corriendo hacia él, al llegar le dio un fuerte abrazo.

- ¡¿Dónde estaban?!- Héctor le grito mientras le agarraba de los hombros.

-aquí no Héctor, debemos ir a un lugar donde no estemos expuestos, ahí te contaré-

Osvaldo lo tomó de la muñeca y lo llevo corriendo unas dos cuadras de donde estaban, lo metió en una casa de tres pisos, parecía que estaba vacía excepto por que en ella se encontraba su madre, lisa y Osvaldo. Ellas se encontraban en el sillón de la casa, todos aun con la misma ropa con la cual habían sufrido el estallido de la granada. Nadie parecía tener heridas graves, solo quemaduras al mismo nivel que las de Héctor, pero ya se las habían tratado con vendas. Héctor corrió a darle un abrazo a su madre, no pudo contener las lágrimas ya que era obvia la ausencia de su padre.

- ¿Qué está pasando? - giró hacia Lisa.

-no tenemos mucho tiempo- ella fue hacia él y le coloco la memoria en sus manos.

-pensé que ya estaría perdida- cerró su mano y la miró.

-después de la explosión las personas se alejaron del lugar, pero solo una se quedó, la cual fue la que te llevo hacia afuera de la casa, bueno Osvaldo fue el que lo vio, los demás estábamos, ni siquiera lo puedo explicar, no podía mover mi cuerpo ni abrir mis ojos, pero Osvaldo aun atareado lo vio y...- Osvaldo la interrumpió.

-Si yo te vi, vi cómo te llevaban aun arrastrando, no pude hacer nada al instante, pero pude ponerme de pie y correr atrás de ustedes, los veía de lejos, y cuando llegué al parque vi cómo te dejaban, la persona encapuchada que te dejó, me vio, pero no hizo nada, solo se fue- Osvaldo agacho la mirada.

-Entonces fue cuando Osvaldo nos dijo que llamó a una ambulancia de manera anónima y regresó por nosotros, por tu mamá y por mí, nos levantó y nos atendió, fue entonces cuando les dije lo que estaba pasando, de hecho, ya te había ido a buscar a la clínica y fue como te encontró ahorita. Osvaldo me dijo que él podía desencriptar la memoria y lo hizo- Lisa parecía preocupada. 

- ¿Qué tenía dentro? - Héctor los intentaba mirar a los ojos, pero era un poco difícil con la luz apagada y todas las cortinas cerradas, eran de un tono café obscuro

-La memoria y la caja que traes no es de las personas, no es de esa secta, son de Edgar, el aún sigue vivo, envió la carta mientras seguía en la secta, tal vez ellos lo reclutaron o algo y quería salir, por eso envió la carta para que encontráramos la memoria, en ella decía que lo encontráramos, que dejaría un rastro, una pista, dijo en el mensaje que dejó que ya no podía más, que si lográbamos encontrarlo se enfrentaría a la realidad con nosotros, pero si no lo encontrábamos nunca más lo volveríamos a ver- Lisa comenzó a llorar pero siguió contando- por eso después envió las fotos, son lo único que tenemos para encontrarlo-

-Puede que todo sea mentira y solo una trampa solo es el audio, no sabemos cómo está el- La madre de Héctor prosiguió, pero parecía demasiado cansada, llena de dolor, ira, angustia- ¿solo nos arriesgaremos así sin más? -

-Es muy probable que las autoridades estén con estos tipos madre, si no ya hubieran venido, en la tele no han salido noticias ¿o sí? -

-Nada, no hay nada, parece que nos dejaron sin protección- alegó Lisa

-Sigo muy confundido, pero ahora ese grupo de psicópatas nos buscarán para matarnos, tenemos que huir, y yo estoy de acuerdo en buscar a Edgar, pero tiene que ser ya, o lo encontramos y Edgar nos ayuda exponiéndolos con el público del mundo o nos encuentran antes y nos matan- Héctor lo dijo muy decidido aún sin soltar la mano de su madre.

-Yo también voy- dijo Osvaldo- por mis padres, los logré contactar, ya están a salvo, parece que las pocas autoridades que aún se preocupan los llevaron a un refugio a las afueras de Five Points, les convencí que me encontraba en otro grupo de personas resguardadas para que no se preocuparan, pero si no hago nada, todos correremos peligro si salimos de esta-

-solo falta saber que juego quiere que juguemos para poder encontrarlo- Lisa lo dijo mientras se dirigía a Héctor para tomar la caja que llevaba en sus manos.

-Como dijiste solo las fotos, solo eso tenemos- Osvaldo lo mencionó mientras se dirigía a sentarse en la mesa del comedor.

Vaciaron las fotos en la gran mesa la cual tenía un cristal en el centro y unas conchas de mar por dentro. El silencio total invadía la casa de vez en cuando, no querían que nadie supiera que se encontraban en esa casa, de igual forma la obscuridad y la tarde nublada hacían que el ambiente se sintiera hostil, un mar de impotencia.

Lo primero que se le vino a la mente a Héctor fue intentar observar a detalle las fotos por si mediante algún programa pudieron meterle alguna imagen a las fotos las cuales darían las pistas iniciales, todos ayudaron a observar detenidamente las fotos ayudándose con las linternas de sus celulares, pero nadie pudo encontrar nada. La siguiente alternativa la dio Lisa la cual era pasar la linterna por debajo de las fotos para ver si tenían algún mensaje, pero igual no era lo correcto, intentaron mil y un cosas, pero no lograban encontrar nada.

-no hay mensaje, no hay nada, pero ¿y si tenemos que ir al lugar donde las revelaron? - Dijo Osvaldo.

-No lo creo- negó Héctor- estas fotos son las originales, lo sé, se tomaron mucho antes de que las cosas se tornaran raras, lo único nuevo son las fechas exactas de cuando se tomaron las fotos, las debió colocar un día el en su casa para no perder la fecha del momento-

-o tal vez no te envió fotos al azar, porque me imagino que no son las únicas fotos que tienes con el ¿o sí? - Lisa le decía mientras ordenaba las fotos haciendo una hilera.

-no, hay muchas más-

-entonces, que tal si tomó las que a él le pudieran servir para dejar una pista en esa foto- las termino de ordenar por fechas de manera ascendente.

-y no específicamente en la foto, si no en donde se tomó la foto- intervino la madre de Héctor- esto me sigue pareciendo una locura, pero si tienen razón esto lo hare por mi esposo- hizo una pausa mientras se limpiaba las lágrimas que aun tenia acumuladas en sus ojos- Edgar me comentó una vez que le gustaba viajar y visitar todo tipo de lugares, que siempre desde niño le encantaba jugar al tesoro perdido-

- ¿eso crees que sea madre? ¿Qué él sea el tesoro perdido? - pregunto Héctor muy confundido.

-Esto tiene sentido- dijo Lisa- por eso colocó fechas, porque el orden importa, no podemos empezar con una foto al azar, debemos empezar en orden-

-Está bien mis hermanos- Osvaldo dio toda la vuelta a la mesa para asomarse por la ventana- ¿entonces es un hecho que nuestro juego es una búsqueda del tesoro?-

-A él le encantaba, a mí también me lo dijo, igual era mi mejor amigo, le encantaba tanto el misterio que se terminó convirtiendo en uno- menciono Lisa volteando las fotos ya acomodadas por fechas para poder observarlas- miren, la primera es de ellos dos tomando café en una muy bonita cafetería el "28 de agosto del 2015", esto fue hace cuatro años ¿en dónde es Héctor? -

-Es en Sunnyside lo recuerdo muy bien una ciudad de aquí mismo en Denver, a unas cuantas horas de aquí, fue una de nuestras primeras fotos, fuimos a un curso ahí en la ciudad y pasamos a tomar café y a comer unos bísquets, parece ser que se llama "happy mornings" regresamos un par de veces, es delicioso- casi se le logran salir lagrimas por los recuerdos.

-Entonces ¿iremos ahí? - Osvaldo tomó la foto para observarla mejor- ¿Qué pista pudo dejar ahí Edgar? - observó a Héctor directo a los ojos.

-Ese lugar es único porque después de acumular un número determinado de visitas, te dan de regalo, un mes de café gratis, el que quieras, pero no hay más, ¿Qué más podremos sacarle? -Héctor dejó su mirada fija en la foto

-Tal vez más de lo que imaginamos-Lisa empezó a guardar todas las fotos de regreso a la caja- pero ahora tenemos que dirigirnos a "happy mornings" aquí no podemos quedarnos-

-necesitamos algo para transportarnos- la madre de Héctor sacó las llaves de sus carro- miró a Héctor el cual tenía cara de confundido- trajimos el carro hasta acá, mientras estabas en el hospital estábamos arriesgando nuestras vidas por el carro, y ahora está en la cochera de esta casa-

-Aun no puedo creer que no huyeras corriendo como niña al refugio- Dijo Héctor a Osvaldo para quitar un poco la tensión del habiente, esto mientras se dirigían en silencio al carro.

-okey, Héctor manejara, yo iré de copiloto, y Osvaldo y la mamá de Héctor irán atrás. Arrancaras el carro- Lisa dirigió la mira a Héctor- y cuando oprima el botón para que se abra la puerta de la cochera arrancas y te diriges a la salida de Five Point, bueno la salida, pero para ir hacia Sunnyside-

-Me parece un plan que ninguno de nosotros podría igualar Lisa- Héctor tomó la mano de Lisa- Se cómo llegar, y si todo lo que estamos pensando está en lo correcto te prometo que encontraremos a Edgar- Lisa le dio un gran abrazo.

Todos tomaron su posición en el carro, de la menara en que Lisa había dicho, aunque Osvaldo creía que era un poco más conveniente que el fuera de copiloto ya que era un caballero, pero intentó no renegar debido a la situación en la que se encontraban. Todos miraban a la puerta, mientras más pasaba el tiempo, más nerviosos se ponían, en sus cabezas no para la imaginación ni las preguntas, ¿Qué pasaba si los detenían? ¿Qué les harían? Pero nadie comentaba nada, no querían ponerse aún más nerviosos. Héctor se decía en su cabeza que era la persona más valiente y que no le tenía miedo a la velocidad, pensaba que por el miedo sus piernas pudieran dejarle de funcionar. Fue entonces cuando Lisa contó hasta tres y la puerta se abrió, parecía no haber nadie, así que Héctor piso el acelerador y salieron a toda prisa de aquella casa que ahora estaba vacía, sin dueño. Pasaban calle tras calle, todos observando por si había algo sospechoso, Lisa tomaba fotos para algún plan más adelante. Five Points se convirtió en un desierto, no había señales de nadie. Osvaldo logró ver a lo lejos a una persona encapuchada, observó como los miraba con su arma en mano, pero no hizo nada, solo con su mano derecha logro hacer una despedida logrando hacer que le dieran escalofríos a Osvaldo. Entonces le llegó un mensaje a Lisa, le enseñó la notificación a Héctor.

- ¿Qué dice, que paso? - Osvaldo miraba para todas partes muerto de miedo.

-solo dice, "Los encontraremos" de número desconocido- Lisa comenzó a respirar más deprisa.

-No se preocupen, estamos a unos minutos de salir de aquí, si llegamos a Sunnyside podremos escondernos- Héctor volvió la mirada a la carretera esperando que el mal no los siguiera fuera de Five Points.

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