Tu espalda dolía, y ya no sentías tu brazo.

Sabias que Yoss te estaba diciendo algo, pero tu agotado cuerpo no le encontraba sentido a sus palabras.

Aparentemente se dió cuenta, ya que el sonido de su voz seso después de otro par de cuadras.

Te encontrabas de camino al aeropuerto, pero por el tamaño de tus maletas habían tomado un taxi, y por cuestiones económicas habían solicitado que las bajara no en el aeropuerto, si no en un centro comercial a normalmente 15 minutos de distancia de este.

Ninguna de las dos había considerado el peso extra de tu equipaje.

Cuando finalmente llegaron al aeropuerto, tomaron uno de esos carritos donde poner las maletas y al fin sentiste tus hombros otra vez.

"¿Dioses (T/N) que tanto te llevas?" dijo tu amiga mientras trataba de recuperar su aliento. Yup, ella también había estado cargando maletas.

"No puedo darme el lujo de comprar tanta ropa, así que casi todo mi closet. Ya con tener que comprar ropa de invierno más intensa que la que uso aquí tengo gracias. Y algunos libros de la carrera junto a libretas de notas."

"Pero igual, siento que pesa mucho...espera... ¡¿te estás llevando comida?!" Tu amiga no gritó, pero su tono de voz aún era suficientemente alto como para que algunas personas que iban pasando voltearan.

"Grítaselo a los 4 vientos ¿no?"

"Perdón. Pero aún no respondes mi pregunta."

"Aich, si, llevo algunos dulces y latas de leche condensada así como de leche evaporada para postres. Pero por eso quería llegar antes, tengo que declararlos."

"¿Y no hubiera sido mejor que los llevaras en cajas?"

"Si les entrego una caja la comida sufre la posibilidad de acabar aplastada o en otro país. Además, la ropa hará de colcha contra impactos."

***

"Por favor dime que me llamaras seguido."

"Yoss, a final de cuentas creo que te estaré llamando más a ti que a mi familia."

"Ay cállate...igual, te voy a extrañar un montón." La voz de tu amiga se quebró al final de su oración, dejando en claro que estaba llorando y la situación la ponía sentimental.

Tu no estabas llorando, pero no era por insensible, simplemente la emoción de salir del país e ir a estudiar y vivir a otro donde la cultura es completamente distinta te tenía muy alerta, esa adrenalina y anticipación evitaban que lagrimas o pensamientos grises se formaran en tu cabeza.

Pero sabías que tu amiga quedaría sola en el departamento que compartían. No habría bromas ni miradas graciosas por un tiempo. Y pasarían varios meses antes de que pudieran preparar algo de comer (que terminaba en tu limpiado y Yoss impresionándote) en la misma cocina otra vez.

La fuerza de tus brazos a su alrededor incrementó, dándole a saber que la querías y que igual la extrañarías.

"Tu igual, prométeme que me llamaras y dejaras mensajes y que usaremos Skype para mantenernos al corriente."

Ella solo asintió su cabeza, sin romper el abrazo.

Pero tarde o temprano tenían que separarse, y cuando escuchaste el anuncio para tu vuelo en las bocinas del aeropuerto, te dirigiste a la entrada que te llevaría al avión.

Antes de desaparecer completamente tras las puertas corredizas, le lanzaste un beso imitando a Jin, sabiendo que tu recreación le da risa.

La última memoria que tienes de estar viendo físicamente a Yoss, por un tiempo fue la de ella riéndose aún con los ojos algo rojos, pero feliz sin duda alguna.

Ahora solo te quedaba seguir adelante, luchar por lo que quieres e incluso disfrutar tu estadía en aquel país.

Bueno, en realidad te aguardaba casi un día de camino, entre transbordes y tiempo normal de vuelo, pero incluso eso puede ser emocionante.

Lo bueno es que si te lo proponías, podías quedarte dormida en cualquier transporte. Ojalá y el poco movimiento del avión fuera suficiente para arrullarte.

Y si no, no importaba, igual la noche anterior no pudiste dormir de la emoción.