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Parte 5: ¡Explosiva revancha! Ash vs Alain



Isla Melemele...

- ¡Y esto es todo por este año, damas y caballeros! ¡Felicidades a nuestros ganadores, Misty, Ash y Serena! ¡Este nuevo récord quedará para la posteridad, veamos si consiguen romperlo el próximo año! ¡Gracias y hasta pronto!

Terminada esta línea, J presionó el botón de rebobinar en el control remoto. Ella no era aficionada de las competencias ni mucho menos, pero este triatlón local fue una excepción. Se detuvo a mirarlo cuando se percató que ni más ni menos que Ash Ketchum estaba participando en él, y se quedó viéndolo hasta el final. Después esperó a una retransmisión para verlo de principio a fin

- Interesante. – dijo volviendo a detenerse en la etapa intermedia de la carrera, que era cuando Ash estaba participando de manera activa. Le pareció irónico que él fuese el único que no alcanzó a ganar en su sección. Pero de todas maneras, el ver esto no le resultó un desperdicio.

Los tres Pokémon que él y sus dos amiguitas utilizaron en la competencia eran verdaderamente impresionantes. Gyarados, Tyranitar y Pidgeot. No serían fáciles de enfrentar. Pero por otra parte, eran ejemplares verdaderamente formidables, los cuales podría vender a un buen precio en el mercado negro, o quedárselos como trofeos.

Sin embargo, todavía no era el momento de hacer su movida.

Sería muy útil tener uno de sus drones espías para patrullar la ciudad, en lugar de estar verificando a diario el programa de reconocimiento facial para tratar de averiguar los movimientos de ese maldito mocoso. Pero no podía pagar uno de ellos, e incluso si lo tuviera, sería demasiado sospechoso. Un Pokémon con una cámara podría ser un buen sustituto, pero tampoco contaba con alguno que no llamara demasiado la atención.

Así que tuvo que recurrir a algo más. Tan sencillo como simplemente pagarles a una o dos personas una módica suma, a cambio de seguirle los movimientos al "equipo que ganó el triatlón Pokémon". Esto no sería muy difícil, ¿verdad?

No era la forma más práctica, pero le serviría por el momento, hasta que pudiera ubicarlo, y determinar cómo atacarlo donde más le dolería.

(--0--)

Hotel Hanohano...

Las vacaciones del trío continuaban viento en popa, y la diversión no tenía límites. Después de aquel emocionante triatlón Pokémon, habían decidido dejar de lado las competencias por ahora. Para Serena, el día de hoy era muy importante, pues por fin podría tener una verdadera cita con Ash.

- ¿Serena, ya estás lista? – preguntó Misty desde afuera del baño.

- Casi. – replicó Serena.

La kalosiana se encontraba frente al espejo terminando de arreglarse. Aparte de haberse vestido para la ocasión, decidió cortarse el cabello. Había hecho un hábito de cambiarse el look cada cierto tiempo, y además, era el aniversario del día que decidió cortárselo por primera vez cuando falló en su primera exhibición Pokémon. Un día realmente doloroso, pero que marcó un punto importante en su vida y le hizo darse cuenta de cuánto tenía que esforzarse para poder alcanzar sus sueños.

Saliendo del baño, se encontró con Misty, que alzó las cejas al verla con el cabello corto.

- Vaya, qué sorpresa. – dijo la pelirroja. – ¿A qué se debe el corte?

- En esta fecha siempre suelo cortármelo. Es un aniversario importante. – dijo Serena.

- Te queda bastante bien. – sonrió Misty. – ¿Lista para tu cita con Ash?

- Tanto como podría estarlo. – replicó Serena.

- Todo irá bien, no te preocupes. – dijo Misty guiñándole el ojo. – Y si es necesario, no temas usar lo que te enseñé, ¿de acuerdo?

- Lo haré, gracias. – dijo Serena. – Hablando de eso, ¿dónde está Ash?

- Seguramente todavía en la playa entrenando con Kiawe. – respondió Misty. – Pero a esta hora ya casi deben haber terminado, así que deberías ir a buscarlo.

- Está bien, nos vemos.

Serena dejó la habitación, y Misty se fue hacia el balcón. Mirando hacia todas partes, alcanzó a ver un par de puntos en la distancia que intercambiaban lo que parecían ser destellos de fuego y agua. No era difícil adivinar que eran Ash y Kiawe, en un combate de entrenamiento con Turtonator y Greninja.

En otras circunstancias, Misty estaría algo preocupada de dejar a Ash a solas con Serena. No porque desconfiara de ella, pues la pelirroja sabía perfectamente que ella nunca haría algo para romper su pacto, sino en dado caso que la kalosiana se topara con algo de "competencia" mientras ella no estaba por ahí y tal vez tuviese dificultades para espantarla. Eso era algo que había decidido atacar antes de que fuese a convertirse en un problema; era su manera de agradecerle por ayudarle con lo de las galletas. Así lo había hecho el día anterior...

...

- Así que planeas a llevarlo a de picnic. – dijo Misty, viendo como Serena preparaba todo para su cita con Ash. La kalosiana había estado cocinando algunos macarrones que sabía que a él le gustaban mucho.

- Mallow me contó de un sitio donde podemos pasar el rato a solas. Es soleado y tranquilo, lejos de todo y de todos. – dijo Serena.

- Suena bien. – admitió Misty. – Oye, Serena, hay algo de lo que quisiera hablar contigo.

- ¿Qué sucede? – preguntó la chica.

- Mira, te lo pondré de este modo. – replicó Misty, poniendo sus manos solemnemente en los hombros de su amiga. – Sé que me has ayudado a espantar a la competencia, pero me preocupa un poco que solo lo haces cuando estoy contigo. ¿Qué va a suceder cuando yo no esté?

Serena no dijo nada, pero su gesto de desviar la mirada era toda la respuesta que Misty necesitaba. Era cierto, ella en realidad no era tan "territorial" como Misty, y aunque se le hacía fácil seguirle el juego cuando ella "marcaba territorio" con Ash, tomar la iniciativa para hacerlo ella misma no le era tan sencillo.

- Mira, solo escucha lo que te voy a decir. – dijo Misty finalmente. – Eres mejor que yo en ciertos aspectos: eres más dulce, femenina y cocinas mejor. Pero necesitas tener un poco más de carácter para defender lo que es tuyo y no dejar que invadan tu territorio, ¿sí me entiendes?

- Sí, pero... a mí no me saldría hacerlo como lo haces tú. – dijo Serena. – Eso no va conmigo.

- ¿Y quién dice que tienes que hacerlo como yo? – replicó la pelirroja. – También puedes hacerlo a tu manera. Yo soy más del tipo confrontación física, pero si ese no es tu estilo, simplemente puedes intervenir al paso con cortesía, y mandarles alguna indirecta de la manera más educada posible.

- No lo sé...

- Ah, vamos. Ten confianza en ti misma. – insistió Misty. – Y si no, al menos confía en mí, que sí confío en ti, y estoy segura que a Ash le va a gustar eso. No por ser amable y dulce quiere decir que no puedas ser una chica fuerte.

Serena sonrió con gratitud. Significaba mucho para ella que Misty le dijera todo eso. Por momentos olvidaba que se suponía que fueran rivales, pues salía mucho más a flote el hecho de que eran amigas y querían ayudarse una a la otra. La competencia no podía ser más justa, y a ese paso, sin importar cuál fuese el resultado, las dos podrían sentirse como ganadoras al final, por haber podido impulsar a la otra.

...

- Ah, no tengo nada de qué preocuparme. – dijo la pelirroja mientras iba hacia el refrigerador a tomar algo. – Ella estará bien por su cuenta.

Misty salió otra vez al balcón para mirar hacia abajo como Ash continuaba su entrenamiento. Serena a veces solo necesitaba un pequeño empujón, y ya se lo había dado. Lo demás dependía de ella.

(--0--)

Abajo en la playa...

Después de una serie de rondas de combates entre Greninja y Turtonator, el calentamiento terminó, y comenzaron con el verdadero entrenamiento. Durante días, Ash y Greninja seguían intentando perfeccionar la Shuriken de Hielo. Parecía que cada vez estaban un poco más cerca, pero todavía no lograban hacerlo del todo bien. Si no se rompía cuando intentaban generarlo, lo hacía poco después de lanzarlo, haciendo que sirviera de poco como ataque a distancia.

- Esto no está funcionando. – dijo Ash, hablando con Greninja. – ¿Qué estamos haciendo mal?

- No se desanimen. – dijo Kiawe. – Vamos, Turtonator y yo todavía podemos aguantar un poco más, ¿no?

- ¡Nator! – replicó la tortuga explosiva.

- ¡Greninja! ¡Ninja, ninja! – dijo de repente Greninja haciendo una serie de gestos extraños. Kiawe se preguntó qué estaría tramando, pero Ash pareció entenderle sin problemas.

- ¿Quieres hacer eso? – replicó el chico. – No lo sé, hace mucho que no lo intentábamos y todavía parece que tenemos dificultades, quizás por el tiempo que estuvimos lejos.

- ¡Ninja, Greninja! – insistió el anfibio. Ash al ver la determinación de su Pokémon, sonrió.

- ¿Seguro? Bueno, quién sabe, tal vez sea justo lo que necesitemos para que el ataque nos salga bien.

- ¿De qué están hablando ustedes? – preguntó Kiawe confundido.

- Te lo mostraremos. ¡Hagámoslo, Greninja!

Greninja y Ash adoptaron poses similares, algo que de alguna manera le recordó al chico alolano como utilizaban los Movimientos-Z, excepto que no hicieron ninguna pose que él reconociera para ejecutar alguno de ellos. De repente, Greninja empezó a emitir chispas pseudoeléctricas de color azul a su alrededor, mientras sus ojos comenzaban a resplandecer.

- ¡Aquí vamos, Greninja! ¡Máximo poder! ¡AAAAAAAAAAHHHHH!

Sorpresivamente, una especie de velo de agua comenzó a rodear a Greninja, y las chispas eléctricas que aparecieron se volvieron mucho más notorias y poderosas. Greninja abrió los brazos y adoptó una pose de guardia, y Kiawe vio además que Ash había adoptado una muy similar.

No, más que eso, la apariencia de Greninja había cambiado notablemente: su piel seguía siendo azul, pero de un tono más claro, alrededor de su rostro se habían formado una especie de "patillas" negras que se parecían a las de Ash, y con unas rayas rojas en medio.

- ¡Wow, ¿qué es eso?! – exclamó el moreno pelirrojo impresionado.

Ash no le respondió verbalmente, simplemente alzó la mano sobre su cabeza, y Greninja hizo exactamente lo mismo, al mismo tiempo.

- "Shuriken de Agua..." – ordenó Ash mentalmente. Ahora el lazo de sincronización entre los dos era tan fuerte que Ash podía incluso darle las órdenes sin abrir la boca para hablar.

- ¡Ninja! – En ese instante, la rana cogió la estrella que tenía en la espalda y alzándola sobre su cabeza con una mano comenzó a girarla. Al instante otra brotó en su espalda, y tanto Ash como Greninja se mantuvieron en esa posición por un rato antes de que el entrenador diera su siguiente orden.

- "Ahora, Puño de Hielo..."

Kiawe, que ponía mucha atención, vio como Ash movió su otra mano hacia un lado y la cerraba en puño, al tiempo que Greninja hacía el mismo movimiento y activaba el puño congelante en su otra mano. Después de unos segundos, empujaron la shuriken que giraba sobre ellos en el aire, y alzaron el puño helado para atraparla con él.

Como era de esperarse, este comenzó a congelarla, pero a diferencia de otras ocasiones, esta vez no se fragmentó, sino que logró solidificarse limpiamente, aun mientras continuaba girando.

Kiawe y Turtonator tomaron esto como su señal para prepararse. – ¡Turtonator, prepárate para usar Coraza Trampa!

- ¡Nator! – La tortuga dragón se dio la vuelta para preparar su defensa para el inminente ataque.

Todavía echando chispas, Greninja agarró la Shuriken de Hielo con ambas manos, con Ash imitando sus movimientos. Lo siguiente que hizo fue saltar en el aire y dando un giro que Ash también imitó lo arrojó con todas sus fuerzas.

Turtonator activó su Coraza Trampa para defenderse del ataque, pero eso apenas si le sirvió para mitigar el impacto. La Shuriken de Hielo lo golpeó tan fuerte que lo hizo caer de narices al suelo y le costó volver a levantarse. Greninja aterrizó de vuelta en el suelo y el velo de agua reapareció envolviéndolo, y al disiparse, su transformación se había deshecho, volviendo a la normalidad.

Hecho esto, Ash exhaló un suspiro como si estuviera exhausto, pero después de recuperar el aliento, alzó los puños en señal de triunfo y sonrió.

- Lo logramos... ¡lo hicimos, Greninja!

- ¡Ninja! – asintió la rana, dándole un pulgar arriba.

- Regresa, Turtonator. – dijo Kiawe recuperando a su tortuga. Antes dijo que todavía podían aguantar un poco más, pero ese impacto le hizo cambiar de parecer. – Impresionante, Ash. ¿Pero qué fue eso último? Nunca había visto algo parecido.

- Se le llama la transformación de Fenómeno Lazo. – dijo Ash. – Al sincronizarnos, Greninja y yo podemos ganar un poder adicional, y al hacerlo, podemos ver y sentir lo que el otro. Es como si nos volviéramos uno solo. Según dicen algunos, es parecido a la Mega Evolución, pero otros dicen que podría ser más poderosa.

- Vaya, ¿crees que Turtonator y yo podríamos hacer algo así? – dijo Kiawe.

- Tal vez si se esfuerzan. – dijo de repente la voz de Serena.

Los dos se voltearon para encontrarse con la kalosiana, que ya venía arreglada para su cita.

Ash le echó un buen vistazo: traía puesta una ropa muy similar a la que le vio en su primer reencuentro en Kalos, a excepción de que esta vez no llevaba sombrero y se había cortado el cabello, igual que a mitad de su viaje por Kalos. De cualquier manera, él pensaba que era una buena combinación, se le veía muy bien.

- Tenía ganas de volver a ver eso. – dijo Serena. – ¿Hace cuánto que no volvían a sincronizarse?

- Desde que te fuiste, de hecho. – admitió Ash. – Estábamos algo fuera de práctica, para ser sinceros. Pero creo que era justo lo que necesitábamos para ejecutar la Shuriken de Hielo. Por fin logramos hacerla bien; entre los dos encontramos el tiempo exacto para congelarla sin que se rompa.

- Eso me alegra. – sonrió Serena. – Como sea, ya estoy lista, ¿podemos irnos ya?

- Claro. ¡Regresa, Greninja! – Ash recuperó a su rana ninja. – ¡Vámonos, Pikachu!

- ¡Pika!

El roedor eléctrico inmediatamente saltó hacia el lugar que le correspondía en el hombro de su entrenador. Hecho esto, Ash se fue con Serena por su lado, mientras Kiawe continuaba con el entrenamiento por su cuenta.

El entrenador de Pueblo Paleta no pudo evitar notar el repentino cambio de Pikachu. Antes, cuando andaba con Serena o Misty (o con ambas), prefería mantener su distancia, pero ahora parecía muy dispuesto a acompañarlo a dondequiera que fuese. ¿Qué podría haberle pasado?

(--0--)

Por las calles de Melemele, minutos después...

Ash se sentía bastante extraño de andar caminando por las calles con Serena agarrada de su brazo. En parte por el hecho de no tener a Misty agarrada del otro, pues sus salidas hasta ahora habían sido casi todas de ese modo, con él entre las dos.

Al menos ahora, no había ese riesgo inherente de que las dos decidieran irse a lugares diferentes y quisieran jalárselo cada una por su lado. De nuevo, extrañamente y para su alivio eso no había pasado.

Dicho eso, Serena se veía bastante feliz de poder pasar ese tiempo a solas con él. En retrospectiva, él no podía evitar sentirse algo culpable de aquellas ocasiones durante sus viajes por Kalos en las cuales Serena claramente deseaba poder disfrutar del tiempo que pasaban a solas como algo más que solo amigos.

¿Cómo había sido tan despistado para no darse cuenta de los sentimientos que la kalosiana albergaba por él? Con Misty, al menos tenía la excusa de que ella prefería ocultar los suyos detrás de rabia y negaciones a modo de indirectas, aunque estas últimas a veces eran MUY directas. Pero Serena, por otra parte, no se andaba con sutilezas. Así de tonto era él para no darse cuenta de lo enamorada que estaba.

Por su parte, Serena, aunque solo sonreía por fuera, también por dentro tenía que contenerse los deseos que surgían en ella. Por fin podía tener una cita verdadera con Ash, pero respetando el pacto que hizo con Misty, no podía ir demasiado lejos. Por ahora eso estaba bien, pasar tiempo de calidad con Ash era algo que ella siempre apreciaría, y esta vez no sería la excepción.

- ¿Ash? – preguntó Serena. Ash había detenido su marcha, cuando los dos pasaron frente a un puente. Un puente que rápidamente le trajo recuerdos al entrenador de Pueblo Paleta.

- Este puente... – dijo Ash al reconocerlo. – No ha cambiado casi nada en estos años.

- Pikachu. – asintió el roedor eléctrico, recordando también.

- ¿Qué sucede con ese puente? – preguntó Serena. – ¿Pasó algo importante allí?

- Fue donde atrapé a uno de mis Pokémon de Alola. – dijo Ash. – ¿Recuerdas en Pueblo Paleta, a mi Incineroar?

- Claro. – dijo Serena.

Cuando pasó para dejarle a Greninja unos meses atrás, Ash le dio un pequeño tour por el rancho del Profesor Oak, para que conociera al resto de sus Pokémon. Todos muy simpáticos a su manera, y por supuesto también muy fuertes, un claro reflejo de su entrenador. El Pokémon del que habló en ese momento era un gran felino de tipo Fuego y Oscuro, al cual atrapó en Alola, e inclusive le mostró su Movimiento-Z característico, fue realmente impresionante.

Ash entonces prosiguió con el relato.

- Este fue el lugar donde lo atrapé. En ese entonces todavía era un Litten, y era realmente pequeño. Te costaría creer que crecería tanto.

- Ya veo. – dijo Serena. Todavía se acordaba, ese Incineroar superaba a Ash en estatura por al menos una cabeza, y en los hombros era al menos dos veces y media más ancho.

- Ver este lugar me trajo recuerdos. Algunos felices... otros no tanto. – dijo Ash, con un tono nostálgico. Serena se quedó viéndolo, con expresión interrogante. Claramente se moría por saber cuál sería la historia detrás de eso. – Cuando lo conocí, Incineroar... es decir Litten, él vivía junto con un Stoutland. Este lo cuidaba, pero... ya estaba muy viejo.

- Oh... – Serena supo por dónde iría esa historia instantáneamente.

- Cuando su hora se aproximaba, Stoutland estaba tratando de enseñarle a Litten a utilizar Colmillo de Fuego. – prosiguió Ash. – Él ya lo sabía y creo que de último deseo me pidió a mí que continuara con ese entrenamiento por él. Lamentablemente... no vivió lo suficiente para ver ese día.

- Eso es muy triste. – dijo Serena, sintiendo que se le humedecían los ojos. – Pero hiciste un gran trabajo. Incineroar llegó a ser muy fuerte gracias a ti. Estoy segura que Stoutland estará feliz por eso, donde quiera que esté.

- Gracias, significa mucho que pienses eso. – dijo Ash. – Y disculpa por traer recuerdos deprimentes, no quiero arruinar nuestra cita ni mucho menos.

- Para nada. – dijo Serena. – Tus recuerdos siempre son importantes, y es muy dulce que los compartas también conmigo, no importa si son felices o dolorosos.

Ash sonrió. Serena realmente no había cambiado nada, seguía siendo tan atenta y dulce como hacía tantos años. Quizás más, incluso.

Ya por fin salido de sus recuerdos, la instó a que siguieran adelante, y los dos continuaron su caminata por la ciudad.

- Y bien, ¿a dónde vamos a ir? – preguntó Ash.

- Estuve pensando, ¿no crees que es un buen momento para que te hagas un cambio de imagen? – dijo Serena. – Sé que ya te cortamos el pelo, pero tal vez te vendría bien algo de ropa nueva.

- Ah, vamos. – dijo él. – ¿Qué hay de malo con la que tengo?

- Nada, pero en serio, no te haría daño ponerte algo diferente de vez en cuando. – dijo Serena. – Y seguro a Misty también le gustaría. Estos días estuvimos dando vueltas, y creo que conozco el lugar perfecto. ¡Vamos!

Y antes de que Ash pudiera protestar, Serena lo arrastró hacia el centro de la ciudad. En su tiempo, cuando viajaron juntos por Kalos, no era inusual que se detuvieran en tiendas de ropa para que Serena (y en menor medida Bonnie), pudieran probarse atuendos, pero él no participaba activamente. Así que realmente se sintió extraño cuando Serena se lo llevó a una tienda de ropa exclusivamente masculina, y le dijo que se probara lo que quisiera.

Ash no era muy dado a hacer compras de este modo, y menos cuando de ropa se trataba. Para él, su idea de ir de compras era entrar, encontrar algo de su talla, comprar tres, y volver a casa. En lugar de eso, estuvo pasando de un estante a otro, probándose camisetas, chaquetas, pantalones y prácticamente cualquier cosa que estuviera al alcance. Aunque quizás había encontrado uno o dos modelos que le gustaban, la mayoría se los probaba por sugerencia de Serena. ¿Y cómo decirle que no? Claramente estaba encantada.

- ¿Cómo luzco? – le preguntó, saliendo con un particular atuendo. Un chaleco de cuero negro, con una camiseta blanca debajo, pantalones azul oscuro y botas marrón oscuro.

- Te queda muy bien. – sonrió Serena. – Tal vez podrías complementarlos con unas gafas de sol.

- No lo sé, casi parezco galán de las películas de hace cincuenta años. – replicó Ash.

- ¿Y eso es malo? – preguntó Serena, agarrando una chaqueta roja que de inmediato desechó. – ¿Qué tal esta otra?

Serena sostuvo una camiseta azul oscuro con las mangas negras y una raya blanca atravesando de lado a lado por los hombros. Ash la examinó y con un asentimiento, entró de vuelta en el probador. Segundos después, salió con la camiseta puesta. Serena sonrió al vérsela, realmente iba perfecta con su estilo.

- Creo que esta me gusta. – dijo Ash.

- Te queda perfecta. – asintió Serena. – Solo hace falta un toque final.

La chica agarró una gorra con color similar y se la puso en la cabeza. Viéndose en el espejo, Ash decidió volteársela solo por presumir un poco, haciendo que la kalosiana se riera un poco. Definitivamente así se veía el Ash que ella conocía y del que tanto gustaba.

Después de decidir lo que querían llevarse, Serena pagó la cuenta, y los dos salieron con las bolsas en la mano. No tan cargado como cuando tuvo que ir con las dos a comprar ropa, pero aun así Ash se preguntaba si llegaría a utilizar todo eso.

- Y bien, ¿a dónde vamos ahora? – preguntó Ash. – Ya compramos muchas cosas para mí. Ahora que lo pienso, tú y Misty todavía no han usado ese premio que le ganaron a Elesa y Valerie, ¿verdad?

Misty y Serena habían estado varios días buscando en el directorio de la ciudad alguna tienda autorizada para poder utilizar su premio. Les sorprendió descubrir que solamente había una, y estaba hasta el otro lado de Isla Melemele. Aunque no tenían prisa por utilizarlo todavía, ahora era tan buen momento como cualquiera, y mejor usarlo temprano en vez de tarde.

Con esto en mente, Serena y Ash alquilaron una carroza tirada por Tauros para ir hasta el otro lado de la isla con calma. La kalosiana de pronto se sintió como si fuese una princesa de cuentos de hadas, y Ash era su príncipe, pero por obvias razones no podía decir eso en voz alta. Se reía de sí misma por lo infantil que sonaba.

- ¿Qué es lo divertido? – preguntó Ash.

- Nada. – replicó ella.

Ash arqueó una ceja, como presintiendo que tal vez tenía que ver con él, pero no insistió más. Los dos disfrutaron del paseo en silencio por el resto del trayecto.

Una vez que llegaron a su parada, Ash decidió quedarse afuera ya que no estaba permitido entrar con bolsas de otras tiendas. Serena prometió que no se tardaría demasiado, probablemente no se llevaría más de unos cinco o seis atuendos en este viaje. Tendría tiempo de venir por más con Misty otro día.

Mientras esperaba, Ash no se había percatado de que alguien lo estaba mirando. Al otro lado de la esquina, una mujer misteriosa lo observaba detenidamente, como debatiéndose si debería acercársele o no. No tenía idea de quién era, pero de algún modo le daba mala espina y decidió ignorarla, esperando que se fuera.

Claramente no funcionó, ya que al poco rato vino a acercársele.

- Disculpa, ¿estás solo?

Ash volteó al darse cuenta que le estaban hablando. La mujer que tenía frente a él se vería por lo menos unos tres o cuatro años mayor que él por su estimación. Tenía cabello negro, piel algo tostada y usaba lápiz labial rojo. Llevaba gafas de sol, y por alguna razón Ash se sentía algo nervioso de que invadiera su espacio personal.

- ¿Eh? ¿Me hablas a mí?

- ¿Ves a alguien más? – replicó la mujer en un tono ligeramente coqueto, quitándose las gafas para revelar unas pupilas rojizas. – ¿Qué hace un muchacho tan guapo como tú tan solo por aquí? ¿O estás esperando a alguien?

- Eh... de hecho sí. – replicó Ash con honestidad. Estaba esperando a Serena y solo se había quedado afuera para vigilar las bolsas de la otra tienda.

- ¿Oh? Pues qué pena. Yo no me atrevería a dejar solo a alguien como tú.

Entretanto, adentro de la tienda, Serena ya había terminado de probarse varios modelos de la colección y estaba en la caja registradora, usando el certificado para pagarlos, pero al ver por la vidriera que había una mujer acercándose a Ash, y a juzgar por su expresión parecía tener "esas" intenciones.

Recordando lo que Misty le había dicho, le pidió a la cajera que se apresurara un poco, para salir de la tienda y poner en práctica.

- Disculpa la espera, Ash. – dijo en voz alta para hacerse notar. A Serena no se le escapó que en los ojos de Ash había una expresión de alivio, como alguien que acababa de ser salvado. – Ya estoy lista, podemos irnos.

- Perdona, pero... ¿se puede saber quién eres tú? – preguntó la mujer de pelo negro.

Serena la miró. Esta mujer la superaba en estatura, y tenía un cierto encanto "maduro" con el cual a alguien como ella, que era más "juvenil" se le haría difícil competir.

Pero recordando las palabras de Misty, acerca de tener más confianza en sí misma, la kalosiana adoptó una postura firme, pero sin perder su tono educado.

- Soy su amiga, y él está conmigo. – le dijo tomando a Ash del brazo. Un gesto sutil, pero notable y claro. – Así que, si eres tan amable de apartarte, ya nos vamos. Con permiso.

La mujer pareció querer decir algo, pero se apartó para dejarlos pasar. Serena sonrió, comenzó a caminar junto con Ash, rumbo a su destino para su verdadera cita. Por fin podrían estar los dos a solas sin que nadie los molestara. Tal y como ella siempre había soñado.

- Gracias por salvarme. – dijo Ash. – Esa mujer me estaba dando malas vibras por alguna razón.

- ¿De verdad? – replicó Serena. – Me pregunto por qué.

A ella también le daba mala vibra esa mujer, aunque probablemente no por las mismas razones que Ash.

...

Ya cuando estuvieron fuera de vista, la mujer que antes intentó coquetear tan descaradamente con Ash sacó del bolsillo de su vestido un teléfono celular, y pulsó un número en marcado rápido.

- ¿Diga?respondieron del otro lado de la línea con una voz femenina gélida.

- Soy yo. Ya le puse el rastreador al muchacho como me pidió.

- ¿Segura que no se dio cuenta?le replicaron. – Ay de ti si llega a descubrirlo.

- Estaba demasiado distraído, y creo que su amiguita mantendrá su atención ocupada para darse cuenta. – dijo la mujer. – Aun así, ¿para qué quiere rastrearlo?

- Eso no es de tu incumbencia. Como sea, bien hecho. Transferiré tu paga a tu cuenta bancaria en el acto.

Dicho esto, colgó la llamada y empezó a verificar. Efectivamente, el fondo de su cuenta empezaba a aumentar. Ese había sido un trato realmente extraño. ¿Cincuenta mil solo por ponerle un rastreador a ese muchacho? La mujer que le pagó simplemente le dijo: "Haz lo que debas hacer, invítalo a cenar, al cine o lo que sea. Solo ponle ese rastreador sin que lo note y no hagas preguntas". El dinero más fácil y rápido que había ganado en toda su vida.

Pero qué pena que esa otra chica apareció para llevárselo, definitivamente era su tipo. ¿Pero cuál era el interés de esa mujer en él? Se veía un poco mayor como para quererlo para una cita. Y si quería seguirlo en secreto... presentía que tal vez no era para nada bueno.

(--0--)

Más tarde...

A pesar de haber dado vueltas por todo el bulevar de compras, Ash no se sintió para nada aburrido. Incluso aunque ir de compras solo con Serena era mucho más tranquilo que cuando iban los tres juntos, y en esas ocasiones de cierto modo hasta era muy divertido, excepto por el hecho de que lo arrastraran. Menos mal que al menos siempre se ponían de acuerdo para jalarlo de la misma manera.

Si la cita que tuvo con Misty en solitario fue más de hacer ejercicio físico y moverse, esta con Serena mucho más de relajarse y tener algo de paz y tranquilidad. Eso estaba bien, era un buen cambio de paso, y además había estado toda la mañana entrenando con Kiawe para terminar de perfeccionar la Shuriken de Hielo. En otro tiempo, Ash se hubiera empujado a su entrenamiento, pero no se había olvidado de que estaba de vacaciones y un poco de descanso y relajación no venía mal.

El lugar que Serena había elegido era perfecto: tranquilo, lejos del bullicio de la ciudad, con una excelente vista al mar, el sol brillaba y una placentera brisa tropical soplaba por el lugar. El lugar perfecto para descansar. Tanto así que el propio Pikachu había decidido tumbarse al sol y parecía que se había quedado dormido. Ash de hecho había notado que parecía estar bastante cansado, ¿qué tanto habría hecho con la Togedemaru de Sophocles toda esa mañana?

- Espero que te gusten estos macarrones. – dijo Serena, empezando a sacar la comida. – Quise probar una nueva receta con especias alolanas.

- Seguro deben estar deliciosos. – dijo Ash.

Aparte de los susodichos macarrones, Serena había traído consigo algunos sándwiches y de postre pastelillos de crema. La kalosiana se había esforzado mucho con ellas para que quedara lo mejor posible, y tenía la intención de compartir algunas de estas con Misty después, igual como lo había hecho con las galletas. Sin embargo, al menos por ahora se estaba guardando sus mejores platillos bajo la manga. Tenía planeado prepararle un gran pastel de frutas y bayas alolanas para la próxima ocasión.

- Buen provecho. – dijo Serena, dividiendo la mitad de los sándwiches con él.

- ¡Vamos a comer! – dijo Ash, mordiendo dos sándwiches bien gruesos al mismo tiempo.

Algunos podrían decir que Ash era un verdadero glotón para comer, pero Serena lo encontraba bastante divertido. Eso era parte de su encanto, y como cualquier chica, ¿cómo no sentirse feliz de ver al chico que le gustaba disfrutando de la comida que ella le hacía con tanto esmero y cariño? De hecho, intencionalmente hizo la ración de él un poco más grande para que quedara satisfecho.

Después de los sándwiches, los dos comenzaron a disfrutar de los macarrones. Como era de esperarse, estaban deliciosos, aunque el sabor fuese un poco distinta por las especias. Hasta la propia Serena notó la diferencia.

- No estuvo mal, pero creo que me quedaré con mi receta antigua. – dijo Serena al terminarse los suyos.

- ¿Por qué lo dices? – preguntó Ash.

- Será difícil conseguir especias alolanas cuando vuelva a Kalos, y estas a decir verdad fueron un poco caras y difíciles de conseguir. – confesó Serena.

- Pues es una lástima, estas también me gustan. – dijo Ash.

Serena sonrió y echó una mirada hacia el mar, sintiendo la brisa dándole en el rostro. La kalosiana se puso pensativa. Había tantas cosas que quería preguntarle a Ash, pero tenía que reservárselas por respeto al pacto que hizo con Misty. Sin embargo, había una o dos que no harían daño ni romperían la promesa que se hicieron.

Después de todo, pasar el rato con él no les impedía conversar un poco como amigos que eran, ¿cierto?

- Oye, Ash. – le dijo. – ¿Qué planes tienes para después de estas vacaciones?

- ¿Yo? Bueno, tengo que volver a Pueblo Paleta, y poner a funcionar de nuevo el Coliseo, obviamente. – dijo Ash. – Estoy pensando en empezar a utilizar Mega-Evoluciones, y a Greninja. Sin mencionar que tampoco suelo utilizar mucho mis Movimientos-Z. Ya es hora de que suba el nivel de mi juego.

- Debe ser muy difícil, tener que trabajar en ese Coliseo. – dijo Serena. – ¿Y no tienes algo más en mente, alguna competencia futura?

- Pues de hecho... – Ash se puso a cavilar por un momento antes de proseguir. – Brandon me dijo que pronto habrá un torneo intercontinental de campeones en el que participarán los mejores entrenadores del mundo. Para los de la Frontera solo habrá una plaza, así que tendremos que competir entre nosotros para elegir al que nos representará.

- Wow, eso suena emocionante. – dijo Serena. – Moriría por ver una de esas batallas en vivo.

- Si puedo, trataré de conseguirte un lugar. – ofreció Ash. – Y también a Misty, y al resto de mis amigos, por supuesto. No será fácil, pero puedo arreglármelas. Claro que primero tendré que ganarme la plaza compitiendo con el resto de los Cerebros.

- Yo no me preocuparía por eso. – dijo Serena. – Sé que lo conseguirás.

Ash sonrió. Una de las cosas que siempre le agradó de Serena, aparte de su cocina y su carácter dulce y amable, era que siempre creyó en él y en sus habilidades como entrenador. Misty también lo hacía a su manera, pero Serena era mucho más abierta para expresarlo.

Quizás por eso fue que nunca tuvieron peleas ni nada por el estilo, excepto por la vez que él se deprimió tras su derrota contra Wulfric, y ella le arrojó esas bolas de nieve por estar actuando de ese modo. Por no ser él mismo, por no comportarse como el Ash que ella admiraba. En ocasiones todavía se sentía mal por haberle gritado, y se merecía esas bolas de nieve en su cara.

A veces no podía evitar preguntarse, ¿cómo habría actuado Misty en aquella ocasión? Si hubiera sido cuando la conocían, seguramente lo habría agarrado a bofetadas o lo estrujaría violentamente. Ese pensamiento le hizo dar un ligero respingo de imaginárselo. Pero la Misty de ahora se había suavizado notablemente, y seguramente solo habría sido un poco más dura con las palabras para decirle lo que pensaba.

- Ya se terminaron los macarrones. – observó Serena. – ¿Listo para el postre?

- Siempre. – dijo él.

Serena abrió la cajita con los pastelillos surtidos que había horneado esa mañana. Aprovechó de usar un molde para darles diferentes formas y decorarlos de maneras diferentes (que incluían Pokébolas, estrellas y algunos hasta caras de Pokémon), e igual que con los sándwiches, se aseguró de hornear una buena cantidad de ellos para que Ash quedara satisfecho. Por supuesto, tuvo cuidado de agarrar algunos en específico que le gustaban a ella antes que Ash fuese a llevárselos.

En cuestión de minutos la caja había quedado vacía de todos los pastelillos, excepto por uno de chocolate en forma de corazón y decorado con crema de cereza en la parte superior. Los dos dirigieron la mano simultáneamente para agarrarlo, y sus dedos hicieron contacto al mismo tiempo. Involuntariamente, los se miraron fijamente a los ojos.

En otro tiempo, y si se tratara de alguien más (tal vez incluso Misty, o ESPECIALMENTE ella), Ash simplemente lo agarraría para él sin arrepentimientos y con todas las consecuencias. Pero, ahora fuese con Serena o con Misty... no podía hacer eso. No era capaz de tomarlo así, después de que ella había hecho tanto esfuerzo en preparárselos con tanto cariño.

Por su parte, Serena tampoco se atrevió a hacer ningún movimiento, pero en su caso fue más porque quería disfrutar de este momento. No quería romper ese contacto con la mano de Ash. Una mano que era fuerte, pero también cálida, una mano que durante años deseó poder sujetar con la suya.

Los dos permanecieron así por un rato, hasta que finalmente, el lado racional y maduro de Ash echó a andar y le hizo actuar.

- Eh... si quieres tómalo, yo ya comí bastantes. – dijo el moreno retirando la mano, sonrojándose ligeramente.

Serena tomó el pastelillo. No sabía exactamente por qué lo hizo en forma de corazón ni tampoco cómo fue que terminó en el fondo de la cajita, justo al último. ¿Sería acaso alguna señal? La artista-coordinadora también se puso a pensar un momento qué hacer, y sonriendo, lo partió a la mitad para darle un trozo a Ash y quedarse con el otro.

- Siempre podemos compartirlo, ¿no? – le dijo.

Ash sonrió y finalmente lo aceptó. Los dos comenzaron a comérselo sin prisa, a bocados pequeños (algo muy inusual para alguien como Ash). Era extraño, por alguna razón sentían que este era el más dulce de todos los pastelillos que habían comido hasta ese momento. En tal caso, lo mejor era disfrutarlo tanto como fuera posible.

Cafetería de Aina...

Otra vez durante el descanso, Misty había decidido tomar prestada la cocina. Esta vez, sin embargo, se había puesto a tomar lecciones de cocina con Mallow para aprender a hacer algo más aparte de repostería. Las galletas de Serena podían ser un buen inicio, pero la pelirroja estaba decidida a ampliar su arsenal culinario, para ganarse el corazón de Ash a través de su estómago si era necesario (y no matarlo en el proceso).

- Muy bien, ahora solo tienes que agregarle unas cuantas especias...

*¡POOOOOOOOFFF!*

Un segundo después, la cocina se llenó de un humo negro, y las dos chicas empezaron a toser. La olla con lo que parecía ser un estofado, o lo que quedaba de él, fue la fuente de la explosión, y para cuando se disipó, las dos chicas estaban cubiertas de hollín, empezando a toser con fuerza.

- Creo que se me fue la mano. – dijo Misty rascándose detrás de la cabeza.

- No te preocupes, a mí me fue peor la primera vez. – aseguró Mallow.

Misty no tenía idea de si solo lo dijo para que no se sintiera mal, pero lo apreciaba de todos modos. Pero no hubo tiempo de preguntar, pues en eso sonó la campana de entrada del restaurante indicando que había clientes. Hoy no había mucho movimiento, pero Misty había ofrecido ayudar como mesera a cambio de que Mallow le permitiera usar la cocina.

- ¿Buenas tardes? ¿Hay alguien? – llamaron desde afuera.

- ¡Un momento! – respondió Mallow, tratando de limpiarse un poco, al igual que Misty.

Al ver que estaban tardando tanto, la pelirroja simplemente se quitó el delantal y cogió uno de reserva para poder salir, y se ofreció a salir para recibir a los clientes. Mallow accedió, mientras terminaba de limpiar un poco el desastre.

Misty salió y vio que los recién llegados eran un joven de pelo y ropas oscuras bastante alto, y una chica de pelo rojo oscuro extremadamente bajita, especialmente en comparación con su acompañante.

- Bienvenidos. – los saludó Misty. – Disculpen el desorden, pero estaremos listos para servir como en media hora.

- ¿Media hora? ¡Pero tenemos hambre! – protestó la chica, y el muchacho le dio un pequeño zape detrás de la cabeza. – ¡Hey!

- Mairin, compórtate. – le dijo. – Perdón, ¿será que podemos esperar aquí mientras tanto? Llevamos rato recorriendo la ciudad a pie y estamos algo cansados.

- Claro, tomen asiento. – dijo Misty. – ¿Quieren que les traiga algo mientras tanto, un poco de agua tal vez?

- Eso no suena mal. – dijo el muchacho.

Misty estuvo a punto de irse, pero entonces notó que el chico la miraba con extrañeza y se detuvo, a tiempo para que este le preguntara algo más.

- Oye, disculpa, ¿de casualidad no eres una de los que ganó el triatlón Pokémon que hubo hace unos días?

- ¡Es cierto, es ella! – dijo la chica bajita, cuyo nombre por lo que le dijo el otro muchacho, era Mairin. – ¿Eres amiga de Ash y Serena?

- ¿Los conoces? – replicó Misty, algo sorprendida. – Espérenme, ya les traigo el agua y enseguida vuelvo.

Mientras Misty iba por una jarra con agua y un par de vasos, les echó una última mirada a los dos recién llegados. Que Ash tuviera amigos en Alola y se encontraran con ellos, quizás no era tan sorprendente. Pero estos dos no tenían aspecto de nativos: de hecho, su apariencia apuntaba a que eran kalosianos, especialmente la chica que tenía una complexión muy similar a la de Serena.

Al traerles el agua y servírselas, Misty se sentó junto con ellos, y el muchacho procedió a presentarse.

- Disculpa mis modales. Me llamo Alain, y ella es Mairin.

- Soy Misty, gusto en conocerlos.

- Qué suerte tuvimos, ¿no, Alain? – dijo emocionada Mairin. – Llevábamos días buscándolos, pero no teníamos idea de dónde podríamos encontrarlos.

- Je, si conocen a Ash y Serena, me imagino que ha de haber alguna historia, ¿verdad? – dijo Misty. – ¿También vinieron de vacaciones?

- No, en realidad, vinimos por encargo del Profesor Sycamore, estamos haciendo una investigación. – dijo Alain, haciendo que Mairin hinchara las mejillas. – Pero hace unos días los vimos por televisión cuando ganaron el Triatlón, y había estado tratando de localizarlos.

- Bueno, eso ya resuelve su problema. – dijo Misty. – Pero cuéntenme, ¿de dónde conocen a Ash y Serena?

- Pues... hace años, cuando competí en la Liga Kalos. – dijo Alain. – Nunca en toda mi vida había tenido una batalla que me emocionara tanto. Y aunque gané, siento que de nosotros él era el mejor entrenador. Por eso esperé durante años poder tener una revancha con él.

Mairin rodó los ojos ante esto, como si no fuera la primera vez que lo decía. Misty de hecho lo notó, y parecía que este muchacho, Alain, tenía bastante en común con Ash. No le extrañaría que se hubieran hecho buenos amigos incluso aunque hubieran sido rivales.

- ¡Misty, la cocina ya está lista, ya podemos preparar la comida! – llamó Mallow desde atrás.

- ¡Muy bien! – replicó Misty, y luego se volvió hacia Alain y Mairin, pasándoles los menús. – ¿Qué van a ordenar?

- Escuché que el estofado que sirven aquí es el mejor de toda la isla. – dijo Mairin. – Comeré eso.

- Yo quiero este asado con todo lo adicional. – señaló Alain, y Misty empezó a tomar nota.

- A la orden. – dijo Misty. – ¡Mallow, es hora de cocinar!

La pelirroja volvió a la cocina a llevar las órdenes, y la peliverde comenzó a preparar de inmediato. En vista de que sus prácticas de cocina no salieron muy bien, Misty se limitó solo a ayudarla a llevar los ingredientes mientras Mallow se encargaba de echarlos a la olla.

De todas maneras, su atención no estaría mucho en cocinar. Tenía muchas preguntas qué hacerle a Alain y Mairin, y si era cierto lo que decía, seguramente Ash estaría más que feliz de llevar a cabo esa revancha lo más pronto que fuera posible.

(--0--)

Más tarde en el hotel...

Después de almorzar, Misty se quedó conversando con Alain y Mairin en el restaurante, sugiriéndoles que si querían ver a Ash y Serena la acompañaran de regreso al hotel. Los dos no tardarían mucho en regresar, aunque sobra decir que Mairin se sorprendió mucho al oír a Misty decir que estaban en una cita.

Misty decidió quedarse con ellos en la recepción del hotel mientras esperaban a sus amigos, pues Alain tenía muchas preguntas acerca de lo que había hecho Ash en los últimos años. Ya había escuchado acerca de su famoso Coliseo de Batalla, pero no conocía todos los detalles al respecto, por lo que Misty estuvo más que dispuesta a ponerlo al corriente.

- Increíble. – dijo Alain. – Si algún día viajo a la región Kanto, tendré que hacer la prueba en esa Frontera de Batalla.

- Debo advertírtelo, es mucho más difícil que cualquier gimnasio de la región. Inclusive el mío, aunque me duela admitirlo. – dijo Misty.

- Alain puede con cualquier desafío, ya lo verás. – aseguró Mairin. – Quizás yo también debería desafiar los gimnasios de Kanto.

- Las puertas del de Cerulean siempre están abiertas. – dijo Misty. En eso, las puertas del hotel se abrieron y entraron bien agarraditos del brazo los dos a quienes estaban esperando. – ¡Ah, miren, ya están de vuelta!

- ¡Serena, Ash! – Mairin se puso de pie de un salto y corrió para saludarlos.

- ¡Mairin, no corras! – le dijo Alain, pero fue tarde, y por no fijarse que estaban pasando trapeador se echó un resbalón y por poco se cae de sentón, pero afortunadamente Chespie reaccionó a tiempo y la atrapó con sus látigos Cepa. Alain suspiró y se llevó la mano a la cara.

- ¿Mairin? – dijo Serena al reconocerla. – Si tú estás aquí, entonces...

- ¡Alain! – dijo Ash al reconocer al joven kalosiano, y separándose de Serena fue a saludarlo.

- Hola, Ash, cuánto tiempo. – dijo extendiéndole la mano.

- Qué bueno verte, ¿qué estás haciendo por Alola? – respondió Ash, respondiéndole con un amigable apretón. Alain miró la muñeca de Ash y rápidamente se percató de lo que llevaba en ella.

- Veo que tú también conseguiste tu propia Piedra Activadora. – le dijo, mostrándole la suya con orgullo. Ash también sonrió al verla. – ¿No te gustaría probarla contra la mía alguna vez?

- Eso no estaría mal, pero todavía no respondes a mi pregunta. – dijo Ash. – ¿También estás de vacaciones?

- Ya quisiera Mairin que así fuera. – respondió el kalosiano soltando la mano de su amigo. – En realidad vinimos a investigar algo de parte del Profesor Sycamore, pero...

- Los vimos por televisión cuando ganaron ese triatlón. – intervino Mairin. – Desde entonces hemos estado buscándolos por toda la ciudad, ya que en pocos días tendremos que irnos de regreso a Kalos.

- Tuvieron suerte de haber visitado el restaurante de Mallow mientras yo estaba allí. – dijo Misty. – Quién diría, el mundo es un lugar realmente pequeño.

- Pues qué bueno que lo hicieron, me da mucho gusto verlos. – agregó Serena con alegría.

- También a mí. – dijo Mairin. – Y me enteré que te convertiste en la primera Reina de las exhibiciones Pokémon de Kanto, felicidades.

- Gracias, fue increíble participar allá también.

- Bueno, bueno, ya que no hacen falta las presentaciones, ¿quieres venir con nosotras un rato, Mairin? Estoy segura de que Ash y Alain tiene muchas cosas de qué hablar. Cosas de hombres, ya lo saben. – dijo Misty.

- Estoy de acuerdo. – dijo Serena. – ¿Qué tal si vamos al café del hotel? Podemos invitarte algo si quieres.

- Suena grandioso. – respondió Mairin. – ¡Nos vemos luego, Alain!

Las tres chicas se marcharon, dejando a Ash y Alain a solas. Efectivamente, los dos entrenadores y antiguos rivales tenían muchas cosas de qué hablar. Alain se quedó viéndolas por un momento, la conversación con Misty había sido realmente amena. Ash definitivamente tenía amigas... interesantes.

- Y bien, ¿qué estás investigando para el Profesor Sycamore? – le preguntó Ash, sacándolo de sus pensamientos.

- Ah, pues de hecho, queríamos averiguar sobre los Movimientos-Z. – dijo Alain. – El Profesor Sycamore está interesado en averiguar si tienen alguna relación con la Mega Evolución, y ya que se originaron aquí pensamos que sería el mejor lugar para investigar.

- Ya veo, eso tiene sentido. – asintió Ash. Alain entonces se percató de algo más, la otra muñeca de Ash también llevaba un accesorio particular, pero era diferente de las Mega Piedras.

- Hablando de eso, ¿ese que tienes ahí no es uno de los famosos Cristales-Z? – le preguntó. – ¿No son los que permiten utilizar esos movimientos?

- Sí, lo es. – dijo Ash, mostrándole el cristal amarillo.

- Interesante, me gustaría uno de esos para mí. Lo que me interesa es saber cómo funcionan, y analizarlos un poco para enviarle la información al Profesor Sycamore, ¿crees que me podrías ayudar?

- Haré algo mejor que eso. – dijo Ash cogiendo su teléfono. – Pasa que tengo algunos amigos aquí en Alola que saben mucho más de los Movimientos-Z que yo, y creo que estarán más que felices de ayudarte con tu investigación.

- Pues adelante, entre más mejor. – dijo Alain.

Verificando la hora, Ash determinó que en este momento no deberían estar en horas de clase, así que podía llamar a la escuela de entrenadores sin interrumpir.

Alain entretanto, por dentro sentía que quería estallar de emoción. Por fin podía ver a Ash de nuevo, y pronto tendría la oportunidad de darle una revancha. Estaba ansioso por ver qué tan fuerte se habría hecho desde la última vez que se vieron.

(--0--)

Al día siguiente, en la playa...

Los amigos alolanos de Ash estuvieron más que felices de aceptar hacerle ese favor, y ayudar a Alain con su investigación. No era tan complicado: todo lo que tenían que hacer era unas demostraciones de diferentes Movimientos-Z, y era una ventaja de que varios de ellos ya habían pasado las Grandes Pruebas y conseguido sus propios Anillos-Z, así que solo necesitaban un lugar apartado donde poder utilizarlos sin que nadie los molestara y sin que fueran a causar destrozos por el poder de los movimientos.

Hasta ahí, todo bien. Lo que Alain no entendía era, ¿por qué de todos los lugares eligieron precisamente una playa? Una playa extremadamente calurosa, al punto que todos prefirieron ir con sus trajes de baño y a divertirse un poco, y Mairin lo obligó a él a hacer lo mismo.

Alain no se sentía para nada cómodo llevando solo esos shorts encima, pero la chica estuvo más que encantada de ver el bien formado físico de su compañero, ahora que tenía una excelente oportunidad de hacerlo. Aunque por otro lado, no pudo evitar sentirse algo acomplejada de ver los bien formados físicos de las otras chicas (Lana era la única más plana que ella en ese departamento).

Por lo menos, Alain tenía bien centrada su atención en vez de estar mirando... cosas que no debía, enfocándose en la verdadera razón de haber venido aquí. Todos se habían sentado alrededor para observar la demostración, y aunque Mairin estaba muy cerca de él, Alain hacía un esfuerzo por mantener sus ojos en su investigación.

- Aquí vamos. – La primera en pasar al frente fue Lana, junto con su Primarina. La chica tenía en su Anillo-Z un cristal de color azul claro, y se preparó para ejecutarlo.

- Esto va a ser interesante, ¿no lo crees? – preguntó Mairin.

- Ya lo veremos. – replicó el chico.

Lana se concentró, y el cristal en su Anillo-Z comenzó a resplandecer de poder. La peliazul ejecutó unos movimientos que parecían ser una especie de danza, los cuales su Primarina también imitó al unísono, concluyendo con ambas abriendo los brazos y Lana lanzando un grito hacia el cielo.

- ¡OPERETA OCEÁNICA!

Primarina recitó una especie de cántico mientras un aura de agua energizada la rodeaba, para luego irse concentrando encima de ella para formar una gigantesca burbuja. Moviendo sus brazos al frente, la empujó hacia el mar, levantando un enorme salpicón cuando esta estalló.

Los ojos de Alain se ensancharon al ver esa clase de poder, mientras que Mairin empezó a aplaudir emocionada.

- ¡Bravo, eso fue increíble!

- Gracias. – dijo Lana.

- Impresionante. – dijo Alain, mientras veía las lecturas de energía registradas en su aparato de medición. – Las gráficas de medición de poder se salen de la escala. Así que ese es el verdadero poder de los Movimientos-Z.

- Muy bien, creo que ahora es mi turno. – salió al paso Mallow. – ¡Vamos, Tsareena!

La peliverde sacó a su Pokémon flor, y se colocó su propio Anillo-Z, cuyo cristal era verde. Igual que Lana, ejecutó varios movimientos y poses que su Pokémon imitó, pero estos fueron distintos, y obviamente la energía generada también adoptó una forma distinta.

- ¡DEVASTACIÓN FLORAL! – Específicamente, la de una especie de capullo floral verde-amarillo gigante, que estalló en una enorme lluvia de pétalos multicolor. Las chicas en particular se quedaron embelesadas ante este.

- Wow, es hermoso... – comentó Serena, imaginándose si podría hacer algo así con Roselia en una de sus presentaciones.

- ¿Viste eso, Chespie? – dijo Mairin, dirigiéndose hacia su Chespin. – ¿No te gustaría hacer algo como eso?

- ¡Ches, chespin! – asintió el Pokémon tipo Hierba.

Alain, entretanto, continuó revisando las gráficas en su medidor, comparándolas con el anterior. Estas eran un poco más dispersas, pero mayormente se mantenían en un nivel muy similar al del movimiento anterior. También era realmente poderoso. Las dos chicas se le aproximaron lentamente.

- ¿Y bien? ¿Te sirvió de algo? – preguntó Mallow.

- Sí, muchísimo. – dijo Alain. – Comparando las lecturas de poder, las de la Opereta Oceánica parecen mucho más concentradas, lo que la hace más fuerte en la zona de impacto. La Devastación Floral es más dispersa y por eso no tan fuerte, pero cubre un área mayor y se equilibra ya que distribuye mejor el poder en todo su rango. ¿A qué se debe esto?

Lana y Mallow se miraron una a la otra, inseguras de cuál sería la respuesta. Afortunadamente para ellos, Sophocles y Lillie salieron al paso para auxiliarlas.

- Yo puedo responderte eso. – dijo la rubia. – Los Movimientos-Z que utilizaron cada una funcionan de manera diferente. Se debe a los cristales que utilizan cada una.

- ¿Cómo es eso? – preguntó Alain.

- Existen Movimientos-Z asociados a un elemento, que pueden ser utilizados por cualquier Pokémon en tanto tengan un movimiento que pueda potenciarse con la energía del cristal. – explicó Sophocles. – Pero otros son específicos para ciertas especies Pokémon. Por ejemplo, la Devastación Floral es un movimiento asociado al tipo Hierba, y cualquier Pokémon tipo Hierba podría utilizarlo. Pero en el caso de Opereta Oceánica, este requiere ser potenciado a partir del movimiento característico de Primarina, Aria de Burbujas.

Alain asintió y tomó nota de esto. Así que los Movimientos-Z funcionaban de manera distinta según tipo y afinidad por la especie. Muy interesante.

- Bueno, ahora es nuestro turno. – agregó Kiawe. – ¡Sal, Turtonator!

Sacando a su tortuga dragón, Kiawe se colocó en posición y comenzó a ejecutar su Movimiento-Z. Siguiendo el mismo patrón, las poses que ejecutó el pelirrojo de piel morena fueron distintas a las de las otras dos, y el aura generada por la energía a su alrededor esta vez fue de color rojo.

Enfrente de la boca de Turtonator se fue concentrando una enorme esfera de fuego que se fue haciendo más y más grande. Esta vez, Alain miró con muchísimo más interés el movimiento a punto de ejecutarse.

- ¡EXPLOSIÓN CATACLÍSMICA!

La tortuga dragón disparó el ataque y este al impactar estalló en una poderosa columna de fuego que pareció elevarse hacia el cielo. Alain se quedó viéndolo fijamente, mientras sus ojos se ensanchaban del asombro. Eso había sido... espectacular. El movimiento definitivo de tipo Fuego, el Anillo de Fuego que había aprendido su Charizard, quedaba como una pequeña bengala al lado de esta clase de poder. El nombre "Explosión Cataclísmica" no era solo por presumir.

Alain sonrió, y por dentro deseando poder tener esa clase de poder.

- Asombroso... – murmuró, y por primera vez sin prestar atención a las gráficas de su medidor. Tan absorto estaba en lo que acababa de ver que ni cuenta se dio que Kiawe se le venía acercando.

- Oye, ¿no deberías estar viendo lo que dice ese aparato? – le dijo, sacándolo de su trance.

- ¿Eh? Ah, sí, claro. – Alain de inmediato comenzó a verificar. Las lecturas de poder, igual que las del que hicieron Mallow y Tsareena eran más dispersas, aunque en poder bruto igualaban o superaban al de Lana y Primarina. – ¿Qué tipo de movimiento es este?

- Este es el Movimiento-Z característico del tipo Fuego. – dijo Kiawe.

- ¿Significa eso que mi Charizard y yo en teoría también podríamos hacerlo? – preguntó Alain con curiosidad. Eso era lo que le interesaba saber en aquel momento.

- Si tuvieras tu propio Anillo-Z, sí podrías. – respondió el pelirrojo. – Pero no cualquiera puede conseguirlo, tienes que pasar las pruebas. Todos aquí lo hicieron, incluyendo a Ash.

Ash se rio ligeramente. De hecho, a él le habían dado su Anillo-Z antes de pasar las pruebas, aunque eventualmente terminó ganándoselo. El chico se puso se puso pie y se lo ajustó.

- Alain, déjame mostrarte el nuestro ahora. ¿Listo, Pikachu?

- ¡Pika! – Pikachu asintió y fue a ponerse en posición junto con su entrenador. Era hora de mostrarles el suyo.

Además de Alain, Serena y Misty también se quedaron viendo muy detenidamente al muchacho. Ninguna de las dos había tenido oportunidad de verlo ejecutar un Movimiento-Z en persona. Los habían visto en algunos videos de sus mejores batallas, pero se los guardaba como último recurso por el esfuerzo que estos requerían.

- ¡GIGAVOLTIO DESTRUCTOR! – gritó Ash.

- ¡Pika! – Después de ejecutar las poses (un poco ridículas en opinión de Misty) y cargarse con la energía, Pikachu saltó en el aire con una enorme bola eléctrica concentrada en su mano, para luego dar un puñetazo adelante y enviarla como un misil. La bola eléctrica explotó contra el suelo, creando un aluvión masivo de rayos por toda el área.

Pikachu saltó de vuelta para chocar los cinco con su entrenador, satisfecho con el resultado.

- Buen trabajo, Pikachu. – lo felicitó Ash.

- ¡Pika pika! – El roedor dio una V de victoria en señal de agradecimiento.

- Creo que con esto será suficiente. – dijo Alain, poniéndose de pie. – Sería mucho mejor si pudiéramos analizar y ver cada Movimiento-Z existente, pero no creo que tengamos tiempo para tanto. De todos modos, esto nos ayudará muchísimo, se los agradecemos.

- Un placer, lo que sea para un amigo de Ash. – dijo Mallow.

- Bueno, si ya terminamos con las investigaciones, ¿quién vota por divertirnos un poco? – dijo Mairin, cogiendo el balón de voleibol. – ¿Jugamos un partido?

- Mairin... – Alain puso los ojos en rendijas.

- ¿Qué? Ah, vamos. – dijo ella. – Solo trabajo y no diversión hará que te vuelvas un gruñón. O quizás... ¿por qué no le pides a Ash la revancha ahora que puedes?

Ash y Alain fijaron la mirada el uno en el otro. Por supuesto, el kalosiano estaba tan absorto con las demostraciones de los Movimientos-Z que se le olvidó la otra razón por la cual había venido a buscarlo. Llevaba años esperando una revancha con Ash, y el entrenador de Pueblo Paleta rápidamente a juzgar por la mirada se mostró bastante complacido por la idea.

- Si Ash está de acuerdo. – dijo Alain. – El Movimiento-Z te requiere un esfuerzo, ¿no es así? ¿Te sientes bien para una batalla conmigo?

- Siempre estoy bien para una batalla. – respondió Ash.

El aura de la batalla que se aproximaba se hizo tan palpable que nadie necesitó que le dijeran que tenían que apartarse. Los dos entrenadores fueron hacia sus mochilas para tomar las Pokébolas que utilizarían (Serena y Mairin sabían perfectamente cuáles serían), y Alain se ajustó su Mega-Aro, preparado para desafiar a Ash. Y esta vez, con su propio poder, como lo había deseado antes.

Los dos entrenadores se pusieron en lados opuestos, planeando utilizar toda la playa como su campo de batalla.

- Esto será emocionante. ¡Vamos, Alain, tú puedes! – exclamó Mairin.

Al ver esto, Misty decidió hacerle competencia con su porra. – ¡No te dejes ganar, Ash! ¡Serena, apóyame!

- Claro. ¡Demuéstrale de qué estás hecho, Ash! – agregó la kalosiana.

- ¡Ay, no se vale! ¡Son ustedes dos contra mí! – Mairin hizo un puchero. – ¡Entonces voy a gritar más fuerte! ¡Tú ganas, Alain, eres el mejor!

Ash y Alain sonrieron al ver a sus amigas animándolos a pelear. Hecho esto, voltearon al frente y fijaron la mirada el uno en el otro. El momento de la verdad había llegado.

- ¡Charizard, ve!

- ¡Greninja, yo te elijo!

El Charizard de Alain apareció en el campo, rugiendo listo para la batalla. Tanto él como su amo se sorprendieron de ver salir a Greninja, ya que esperaban tener una revancha con él desde hacía tiempo. Este era el preludio de un encuentro que prometía ser emocionante.

- ¡Charizard, inicia con Lanzallamas!

- ¡Char! – Charizard abrió sus quijadas y disparó una potente ráfaga de fuego hacia la rana ninja.

- ¡Doble Equipo, ahora! – ordenó Ash.

- ¡Ninja!

Al instante, Greninja se multiplicó por todo el lugar, y el Lanzallamas de Charizard golpeó a uno de los clones, mientras el verdadero comenzaba a desplazarse entre ellos intentando despistarlo para atacar.

- ¡Shuriken de Agua!

Greninja agarró la shuriken de su espalda, y esperó a que se generara otra para agarrarla con la otra mano. Todavía aprovechando la cobertura de los clones del Doble Equipo, arrojó una por el frente y se desplazó hacia un flanco para lanzarle a Charizard la otra por su punto ciego.

- ¡Detenla con Garra Dragón! – ordenó Alain.

El dragón de fuego extendió sus filosas garras, envolviéndolas en una energía verde, cortando la shuriken que le vino por el frente, pero no alcanzó a reaccionar a tiempo para protegerse de la que le vino por detrás.

- "Se mueve más rápido que la última vez." – pensó Alain. Esto iba a ser emocionante. – ¡Charizard, Anillo de Fuego a toda el área, dispersa los clones!

- ¡CHAR! – Rugiendo con furia, Charizard estampó en el suelo generando un temblor y provocando una explosión flamígera con un área de efecto extremadamente amplia. Los presentes realmente se asombraron de esto, no era un Movimiento-Z, pero su poder no era nada desdeñable.

El Anillo de Fuego disipó a los clones, y logró identificar al verdadero Greninja. Inmediatamente al hacerlo, Alain le ordenó lanzarse con Puño Trueno. En estos años, había aprendido a volar bastante rápido, y aprovechando la sorpresa de Greninja al ser detenido en seco por la explosión de fuego, consiguió conectar el golpe.

Greninja voló hacia atrás, pero giró en el aire y aterrizó en cuclillas, poco afectado por el ataque.

- ¡Cuchilla Nocturna! – ordenó Ash.

- ¡Greninja!

Greninja generó dos espadas de energía sombría y sujetándolas con agarre invertido corrió de frente a encontrarse con Charizard para un combate cercano. Alain replicó ordenando Garra Dragón, y de inmediato los dos comenzaron a colisionar sus filosas armas uno contra el otro, sin ceder terreno. Uno pensaría que, en un combate cercano, Charizard tendría la ventaja por tamaño y masa muscular, pero Greninja resistía sus embates y lograba contraatacar.

Intentando dominar, Charizard canalizó la energía de una de sus garras apagándola y darle más fuerza a la otra para darle un golpe desde arriba a Greninja. Este se protegió cruzando sus dos espadas encima de su cabeza, pero Charizard comenzaba a dominarlo.

- ¡Greninja, As Aéreo! – ordenó Ash.

Cuando Greninja estaba a punto de ceder, su pie comenzó a resplandecer de blanco, y apartándose de Charizard al ver que no podía competir con la fuerza de su ataque, desapareció por un momento, reapareciendo por un lado para darle una patada directo a la quijada. Greninja entonces tomó su distancia y se dispuso a con su contraataque.

- ¡Ahora, Greninja, múltiples Shurikens de Agua!

- ¡Ninja, ninja, ninja, ninja!

Esta vez, en lugar de arrojar shurikens gigantes, Greninja comenzó a agarrarlos pequeños para arrojarlos en sucesión rápida hacia Charizard, desde múltiples direcciones. Por sí solos no eran tan dañinos, pero en semejante cantidad eran un problema.

- ¡Vuela, Charizard, toma tu distancia también! – exclamó Alain.

Viéndose acorralado, lo mejor que podía hacer por ahora era tomar impulso para otro ataque. El Greninja de Ash no solo era más fuerte y rápido, parecía tener bien dominado tanto el combate de largo alcance como a corta distancia. Apenas había empezado el encuentro y ya sentía que ardía por dentro de la emoción.

- ¡Ala de Acero! – gritó una vez que estuvo a una buena distancia para tomar impulso.

Las alas de Charizard se revistieron de energía metálica, y de inmediato se lanzó en picada. Ash y Greninja respondieron lanzando otra ola de Shurikens de Agua, pero Charizard maniobró entre ellos como un verdadero as del aire, y venía aproximándose cada vez más rápido.

- ¡Escapa, Greninja, Doble Equipo! – ordenó Ash. Greninja apenas logró evitar el aletazo metálico de Charizard en el último segundo e invocó a sus clones para escabullirse, pero Alain no caería con el mismo truco dos veces.

- ¡Lanzallamas a toda potencia, Charizard, dispáralo por todos los clones! – exclamó Alain.

- ¡Char!

El lagarto volador de nuevo comenzó a disparar su ráfaga de fuego hacia los clones, esta vez mucho más potente y amplia. No tardó en consumir todos los clones y lograr reducir a apenas unos pocos entre los cuales el verdadero intentaba ocultarse.

Pero había algo que lo delataba: su sombra en el suelo, eso era todo lo que necesitaba para identificarlo.

- ¡Ataca al del centro, Puño Trueno! – exclamó Alain.

Dicho esto, Charizard envolvió su garra derecha en energía eléctrica y voló tan rápido como podía para atacar a Greninja. Consiguió conectarlo y tanto él como Alain sonrieron triunfantes por un momento...

*¡POOF!*

Hasta que se percataron de que lo que habían golpeado no era Greninja, era una especie de muñeco de trapo parecido a él que desapareció en humo al tocar el suelo. Y no había terminado el shock cuando el verdadero reapareció por detrás y le lanzó una gran Shuriken de Agua con tal fuerza que lo hizo caer hacia atrás varios metros.

- Oigan, oigan, ¿eso qué fue? – preguntó Mairin.

- Creo que utilizó el movimiento de Substitución. – dijo Lillie. – Lo extraño es que lo hizo sin que Ash se lo dijera.

- Aprendió ese truco en la Aldea Ninja de Kalos. – explicó Serena. – Antes de irnos a Kanto, pensé que sería buena idea llevarlo allá por un tiempo para que entrenara.

Charizard volvió a ponerse de pie, algo herido en el orgullo pero todavía combativo. Alain sonrió de la emoción que sentía. Este Greninja era tan fuerte o más fuerte que el que se enfrentó en la Liga Kalos, pero sabía bien que todavía no estaba usando toda su fuerza.

Había llegado el momento, era hora de sacar a flote todo el poder que tenían. Pelear contra Ash y Greninja con todo lo que tenían, y esta vez, con su verdadera fuerza.

- ¡Llegó la hora, Charizard! – exclamó Alain levantando la muñeca con su Piedra Activadora. – ¡Es tiempo de mostrar todo lo que tenemos! ¡Responde a mi corazón y supera la evolución! ¡MEGA EVOLUCIONA!

- ¡CHAAAAAAAAAAR! – Charizard rugió con furia, mientras la Charizardita X que sujetaba en el pecho reaccionaba con la Piedra Activadora de Alain. Los rayos de energía de ambas piedras se conectaron, y el poder lo envolvió por completo.

Aumentando ligeramente de tamaño, la piel naranja de Charizard se tornó negra, y sus llamas cambiaron de rojas a azules, con unas que emanaban de sus mandíbulas constantemente. En una explosión de poder, el Charizard ordinario se había convertido en Mega-Charizard X. Algunos de los presentes nunca habían visto uno de estos, pues solo habían oído sobre la Mega-Evolución de pasada.

- ¿Así que esa es la otra Mega-Evolución de Charizard? – preguntó Misty. – ¿La de tipo X?

- Sí. – dijo Mairin. – Recuerdo que Alain la tuvo difícil para encontrar una de tipo X, aparentemente son ligeramente más raras que las de tipo Y.

Misty asintió. Ella sabía que el Charizard de Ash también tenía su propia Mega Piedra, le había visto usarla en un video que Ash le envió para presumir un poco. Pero eso no importaba ahora, tenía que estar pendiente de la batalla.

- Esperé mucho tiempo para volver a pelear contigo, Ash. – dijo Alain. – Y esta vez, con mi propia Mega-Piedra. Por fin puedo pelear contra ti usando mi verdadera fuerza.

- Bueno, nosotros también pelearemos con todas nuestras fuerzas. – dijo Ash. – ¡Adelante, Greninja!

- ¡Ninja!

Igual que antes, entrenador y Pokémon sincronizaron sus movimientos. Con un grito de guerra, el agua electrificada empezó a rodear a Greninja, estallando en un vórtice para convertirlo en su forma de Ash-Greninja, concentrándose en su espalda en forma de Shuriken, y todavía lanzando chispas azules a su alrededor.

- ¡Vamos, Charizard! – gritó Alain, apuntando con su puño al frente.

- ¡Char!

Mega-Charizard salió disparado hacia adelante, en un estallido de velocidad muy superior a su forma base, casi igualándose con Ash-Greninja y levantando una gran cantidad de polvo detrás y dejando un rastro de fuego. Alain le ordenó utilizar Garra Dragón, y Ash contraatacó de la misma manera con Cuchilla Nocturna.

Los dos Pokémon volvieron a trabarse de nuevo en un combate cercano, pero esta vez Charizard comenzó a hacer valer su superioridad. Sus filosas garras draconianas finalmente terminaron por quebrar las espadas de Greninja, dejándolo abierto para un gran golpe.

- ¡Puño Trueno! – exclamó Alain.

Charizard llevó atrás su puño electrificado y golpeó en el estómago a la rana ninja, sacándolo a volar esta vez más lejos.

- ¡Greninja, Shuriken de Agua! – gritó Ash. Greninja se enderezó y todavía en el aire arrojó dos shurikens grandes.

- ¡Lanzallamas! – respondió Alain.

- ¡Chaaaaaar!

El Lanzallamas de Charizard impactó contra las shurikens, causando una gran explosión de vapor, que les impidió a ambos ver lo que pasaba por unos momentos. Cuando finalmente se aclaró la visión, Charizard volvió a lanzarse con un Puño Trueno.

- ¡Greninja, esquiva con As Aéreo y usa Puño de Hielo! – exclamó Ash.

- ¡Gre, NINJA!

Justo cuando Charizard estaba a punto de impactarlo con un gancho electrificado. Greninja se desplazó con As Aéreo hacia atrás para esquivarlo, y llevó atrás su propia mano congelada para darle un puñetazo desde atrás. Aunque este golpe aturdió un poco a Charizard, este aprovechó que lo giraron para darle un coletazo a Greninja directo a las patas y hacerlo caer al suelo.

- ¡Anillo de Fuego! – gritó Alain.

Con otro poderoso rugido, Charizard volvió a provocar la explosión aprovechando que Greninja estaba caído para maximizar el daño, y las erupciones hicieron volar a Greninja por los aires, hasta caer de espaldas a los pies de Ash.

- ¡Greninja! ¿Te encuentras bien? – preguntó Ash con preocupación.

- Nin... ¡Ninja! – Greninja permaneció en el suelo por un momento, pero luego abrió los ojos de golpe y se puso de pie en un salto. Estaba listo para continuar. Y entonces le dirigió una mirada a su entrenador, que Ash supo exactamente lo que significaba.

- ¿Quieres hacerlo ahora? – preguntó Ash, alzando el puño. – Muy bien, vamos a hacerlo.

Alain sonrió al saber lo que vendría ahora, y entretanto, el resto de los espectadores veían con mucha atención, a la expectativa de lo que estaba a punto de suceder. Aquellos que no lo sabían intrigados, y quienes sí lo sabían tratando de contenerse la emoción.

- Por fin... empezará lo mejor. Ahora Ash y Greninja irán con todo lo que tienen. – dijo Serena.

- ¿Ahora harán la sincronización a su máximo? – preguntó Misty.

- Así es. – dijo la kalosiana. – Espera a ver de lo que son capaces cuando se vuelven uno solo.

Misty volvió a fijar la mirada en el campo de batalla, primero en Ash y después en Greninja. Los dos empezaron a moverse al unísono, imitando los movimientos del otro en perfecta sincronía, mientras los ojos de la rana empezaban a resplandecer.

- ¡Aquí vamos, Greninja! ¡MÁXIMO PODER! ¡AAAAAAAAAAHHHH!

- ¡Gre... nin... JAAAAAAAAAAAAAAA!

Gritando con todas sus fuerzas, un velo de agua empezó a rodear a Greninja. Agua energizada que echaba chispas pseudoeléctricas de color azul. Los ojos de todos los que lo veían por primera vez se ensancharon al ver esto, pero no tanto como los de Misty, por tener la oportunidad (por fin) de ver el 100% del poder de Greninja, el que solo podía lograr con Ash, y los de Alain, al traerle recuerdos de su travesía por Kalos y sus encuentros con Ash. Recordó que cuando enfrentó a Ash aquella vez, la transformación con el velo de agua era todavía imperfecta. Esta era similar, pero las chispas que echaba le daban un aspecto más imponente y poderoso.

- ¡Charizard, Ala de Acero! – ordenó Alain.

Charizard se lanzó volando hacia Greninja con las alas revestidas en metal. Para su sorpresa, Ash no pronunció palabra alguna para darle órdenes a Greninja, simplemente se agachó y Greninja lo imitó para evitar el ataque en el último momento, corriendo hacia el frente y luego volteándose para lanzarle un par de Shurikens de Agua por detrás. El impacto lo sacó de balance por un momento, pero siguió volando de largo y dio una vuelta en U para regresar por otro intento.

- ¡Charizard, mantente en el aire y usa Lanzallamas! – gritó Alain.

El dragón comenzó a lanzar chorros de llamas azules tratando de quemar a Greninja a distancia. La rana saltó ágilmente y comenzó a correr esquivándolos sin problemas, evidenciando que su velocidad y tiempo de reacción se habían incrementado notablemente, al grado que parecía casi imposible seguirlo con la mirada.

- "Es mucho más rápido que antes." – pensó Alain. – "Más todavía, está actuando sin que Ash le diga nada, ¿será que...?"

Alain sabía que, con la sincronización, Greninja seguía los movimientos de Ash y los dos eran capaces de ver, oír y sentir lo mismo que el otro, lo que les permitía coordinarse mucho mejor. Pero si ahora Ash no decía nada en voz alta, tal vez era que no lo necesitaba.

El kalosiano sabía que muchos Pokémon podían establecer enlaces telepáticos con sus entrenadores para comunicarse entre ellos, lo que eliminaba la necesidad de hablar. Esto era muy útil para mantener al oponente dudando y sin manera de predecir lo que harían después.

¿Acaso el lazo entre Greninja y Ash había alcanzado ese tipo de cercanía?

Lo siguiente que hicieron fue comenzar a correr en círculos dejando un rastro de clones de Doble Equipo para despistar, y parándose entre ellos ocasionalmente para lanzarle Shurikens de Agua. Después de un par de impactos, Alain le ordenó a su Charizard usar Garra Dragón para intentar protegerse, pero Greninja se movía muy rápido y no lograba desviarlos todos.

- ¡Charizard, vuela alrededor del círculo con Ala de Acero!

Charizard se metió a volar entre el círculo que formaban los clones de Greninja en la dirección opuesta para interceptarlo. Uno por uno dispersó a las copias hasta que finalmente dio con el real, golpeándolo con fuerza para llevárselo arrastrando por un buen trecho.

Ash en ese momento se encogió ligeramente mientras se agarraba el pecho, y esto no pasó desapercibido por el resto de sus amigos, especialmente Misty.

- ¿Qué le sucede? – le preguntó a Serena.

- La sincronización entre Ash y Greninja es un sistema de dos vías. – dijo Serena. – Cuando Greninja recibe daño Ash también lo sentirá, esa es una de las razones por la cual esta transformación le requiere un gran esfuerzo físico y mental.

- Ya veo... – Misty asintió. ¿A esto era a lo que se refería cuando estaban en el barco?

Ash, entretanto, superó el dolor después que Charizard arrastró a Greninja por un buen trecho, y le saltó encima para sacarle las Cuchillas Nocturnas. Charizard siguió volando de largo y dio otra vuelta para lanzarse de nuevo.

- ¡Garra Dragón!

Las garras verdes draconianas comenzaron a chocar de nuevo contra las espadas de energía sombría. Al principio los dos se veían bastante igualados, pero poco a poco, Greninja y Ash comenzaron a aumentar la velocidad y la fuerza de los ataques, forzando a Charizard a retroceder y ponerse a la defensiva.

El feroz asalto terminó cuando Greninja con un par de fuertes tajos literalmente partió las garras de Charizard, y lo atacó en el pecho con un golpe doble cruzado, dejando un rastro en forma de X. Charizard trastabilló y retrocedió, y Greninja se lanzó para darle un tajo vertical saltando.

- ¡Charizard, detenlo! – gritó Alain desesperado.

Por algún milagro, Charizard se las arregló para frenarle el ataque a Greninja sujetándolo de las muñecas en seco. No supo cómo fue, pero no iba a desperdiciar la oportunidad. Sin perder tiempo le ordenó lanzar un Lanzallamas a toda potencia. Tanto Ash como Greninja cerraron los ojos y apretaron los dientes al sentir el ardor del ataque a quemarropa, tratando de soportarlo todo lo posible. Charizard arrojó a Greninja lejos haciéndolo caer de espaldas.

- ¡Todavía no! – exclamó Ash, primera cosa que decía desde que se sincronizó con Greninja.

- ¡Tenemos que acabar con esto ahora! ¡Charizard, doble Puño Trueno! – ordenó Alain.

- ¡CHAR! – Charizard envolvió sus dos puños en energía eléctrica, preparándose para dar el golpe final. Todos los presentes se quedaron con la boca y los ojos abiertos, ¿cómo iba a responder Ash a eso?

La respuesta vino de inmediato. Greninja se puso de pie y materializó dos Shurikens de Agua, una en cada mano. Pero en vez de tratar de esquivar el ataque, se quedó ahí parado, esperando mientras Charizard llegaba con los dos puños electrificados para dar el golpe de gracia.

Los Puños Trueno impactaron contra las Shurikens de Agua de Greninja, haciéndolo retroceder varios metros, pero sin lograr derribarlo. Después de estar trabados unos pocos segundos, Greninja saltó hacia atrás y lo que vieron Charizard y Alain hizo que se les brotaran los ojos.

Las shurikens de Greninja habían absorbido la energía eléctrica de los Puños Trueno, y ahora estaban electrificadas. Las manos de Greninja temblaban por tener que soportar la electricidad, pero esto no solo había amortiguado el daño del ataque, sino que parte de la energía se había quedado en las Shurikens, ahora a la disposición de Greninja para utilizarlas.

- ¡AHORA! – exclamó Ash, moviendo las manos, y Greninja lo imitó, arrojando las dos shurikens electrificadas contra Charizard, que estaba tan sorprendido como su entrenador ante esto, al punto que no pudieron hacer nada para evitarlo. El dragón retrocedió y comenzó a respirar con dificultad.

- Increíble... – susurró Alain.

Esta era la batalla que había estado esperando durante tantos años. No, mucho más que eso, era incluso mejor. El poder de Ash y Greninja, los dos al volverse uno solo, era incluso más asombroso que la última vez. ¿Cuál sería el límite de sus lazos?

Sin embargo, igual que antes, la limitante del poder todavía estaba presente, que era el esfuerzo físico y mental que Ash y Greninja tenían que hacer para mantenerlo. No podían hacerlo por períodos de tiempo demasiado extendidos, por lo que siempre se lo guardaban como último recurso y si era absolutamente necesario. Esta vez era una ocasión especial, por así decirlo.

- Alain... todo se decidirá con el siguiente ataque. – dijo Ash. – Greninja y yo te daremos todo lo que tenemos.

- Me parece bien, Ash. – replicó el kalosiano, y su dragón de fuego asintió de la misma forma.

Esto era todo. Ya estaban a punto de llegar al límite, así que tenían que liquidar el encuentro con el siguiente movimiento. Ash y Greninja alzaron la mano, y la rana comenzó a generar una Shuriken de Agua gigantesca. Alain se percató de que no era tan grande como la que le lanzó en la final de la Liga Kalos ni tampoco se había puesto de color naranja por la energía. Ash alzó su otro puño, y Greninja lo imitó preparando un Puño de Hielo.

- Lo van a hacer... – dijo Serena.

- ¿Es la técnica que han estado practicando? – preguntó Misty, a lo cual Serena asintió.

- ¡Vamos, Alain, no pierdas! – gritó Mairin.

Alain no supo en ese momento qué más hacer, pero en cuanto Ash y Greninja golpearon la Shuriken con el puño de hielo, esta se congeló, volviéndose completamente sólida. Ya no le quedaba más nada, solo podía hacer que Charizard atacara por última vez con todo lo que tenía y esperar lo mejor.

- ¡CHARIZARD, ANILLO DE FUEGO! – gritó con todas sus fuerzas, abandonando todo asomo del estoicismo que lo caracterizaba.

- ¡CHAAAAAAAAAAARRR!

Por última vez, Charizard invocó la explosión de fuego terrestre, con toda la energía que le quedaba. Ash y Greninja, sin embargo, recordando su derrota en la Liga Kalos, no iban a cometer el error de quedarse en ese lugar para soportar el ataque mientras arrojaba el suyo. Greninja se encogió sobre sus patas traseras y saltó tan alto como pudo cuando las explosiones de fuego le venían llegando para evitar el daño. Desde el aire, Greninja giró mientras arrojaba su Shuriken de Hielo, y Charizard, agotado por el esfuerzo de ejecutar aquel Anillo de Fuego, no pudo hacer nada para esquivar o defenderse. Alain, a su vez, solo podía ver como la gigantesca estrella volaba hacia su compañero. Todo iba a terminar.

*¡CRAAAAAAAASSHHH!*

Por toda la playa volaron trozos de hielo. Alain tuvo que ponerse a cubierto cuando algunos casi le caen encima, percatándose que eran casi como granizo, y cuando por fin pudo ver el resultado, Greninja había aterrizado de regreso en el suelo de pie, de vuelta en su forma normal, y jadeando sin el velo de agua, mientras que su Charizard yacía tirado en el suelo, de vuelta a su forma base, inconsciente.

No podía ser de otro modo; si una shuriken lanzada por el Greninja de Ash era devastadora, una hecha de hielo, que era sólida, tenía que haberlo golpeado por lo menos diez veces más fuerte.

- Perdimos... – murmuró el kalosiano.

- ¡Hurra, Ash ganó, sí! – exclamó Misty.

- ¡Bravo, Ash, lo lograste! – vitoreó a su vez Serena.

- No puede ser, Alain perdió... ¡pero fue una batalla increíble! – admitió Mairin.

Mientras los amigos de Ash celebraban su victoria, Alain retornó a su Charizard, mientras veía como Ash se dejaba de sentón en la arena, exhalando agotado. Greninja a su vez también lo hizo, pero unos segundos después, pero intercambió un pulgar arriba con su entrenador.

Lo habían logrado, por los pelos, pero habían podido vencer a Alain y su Mega-Charizard en una revancha.

- Lo hicimos, Greninja...

- Ja...

- Estuvieron increíbles, los dos. – dijo Serena, acercándose con Misty para ayudar a Ash a levantarse.

- Increíbles es poco. – dijo Misty. – ¿De esto era de lo que hablabas, Ash? Ahora me doy cuenta que no estabas bromeando.

- Ya lo ves. – sonrió él. Entretanto, Alain se les acercó.

- Fue una batalla increíble, Ash. – dijo extendiéndole la mano. – Siempre supe que de nosotros dos tú eras el mejor entrenador. El lazo que tienes con tu Greninja es la prueba de ello.

- Oye, ustedes no se quedan atrás. – dijo Ash, aceptando el apretón. – Se han hecho realmente fuertes, nos forzaron hasta el límite.

- Bueno, no me siento mal por haber perdido. – aseguró Alain. – Peleamos dándolo todo, y lo hicimos con nuestra propia fuerza. No podría estar más satisfecho después de una batalla tan emocionante.

Los dos entrenadores se miraron fijamente uno al otro. Tal vez fueran rivales en el campo de batalla, pero ya fuera de él, volvían a ser amigos. Al menos, hasta que tuvieran su siguiente encuentro. Alain ya tenía trazada cuál sería su siguiente meta: encontrarse su propio Cristal-Z de Fuego para poder ejecutar un Movimiento-Z con su Charizard, y en la próxima revancha con Ash se enfrentarían usándolos.

- Bueno, bueno, fue una batalla emocionante y todo, pero ahora, ¿será que sí podemos jugar un partido de voleibol? – dijo Mairin agarrando otra vez la pelota. – Alain, vamos a jugar.

- Le entro. – dio Mallow. – Ash, ¿no quieres jugar tú también?

- No, muchas gracias, hasta yo conozco mis límites. – replicó el chico.

- Vayan ustedes. Nosotras nos quedaremos cuidándolo. – dijo Misty, y por "nosotras" quiso decir ella y Serena.

Mientras Mairin arrastraba a Alain a jugar con ella, Mallow hizo equipo con Kiawe. Sophocles, Lana y Lillie se fueron a ayudar a montar la red, mientras Ash se iba con Misty y Serena a descansar un poco bajo la sombra de una gran palmera. Las chicas, muy atentas, le trajeron algunas bebidas frías y algo para comer, se lo merecía después de tremenda batalla.

Misty tuvo que admitir que se sintió más que impresionada, de poder ver la fuerza de Greninja en su punto máximo. Ahora sí entendía a lo que Ash se refería, y del por qué había estado tan reacio a prestárselo cuando iban en el barco. Al ver el enorme esfuerzo físico y mental que tuvo que hacer para poder utilizar ese poder, sintió un renovado respeto por él como entrenador. No cualquiera sería capaz de algo así.

(--0--)

Aquella noche, en el apartamento de J...

Le había costado tiempo y dinero, pero finalmente había descifrado los movimientos de Ash Ketchum. El rastreador que esa mujer a la cual le pagó para acercarse le sirvió para determinar en dónde se estaba hospedando. No le extrañaba no haberlo descubierto antes; ese hotel tenía mucha más seguridad que el banco nacional y el circuito de cámaras era mucho más difícil de hackear.

- Pero por fin sé dónde encontrarte. – murmuró la cazadora. – Ahora la pregunta es, ¿cómo me encargaré de ti?

Tenía toda la intención de vengarse del mocoso, pero todavía no decidía cómo lo haría. ¿Matarlo? Quizás, pero eso tenía que dejarlo para el final, después de haberlo hecho sufrir como nunca. Quizás al punto que inclusive deseara morir, torturarlo... pero hasta eso parecía demasiado suave. Sin embargo, había algo que J sabía que le dolería más que nada en el mundo. El muchacho era muy apegado a sus seres queridos, tanto sus Pokémon como sus amigos humanos.

- Y estas dos... parece tener un especial cariño por ellas. – dijo mirando las fotografías que les había tomado.

¿Cómo se sentiría si las perdiera? Si ellas murieran enfrente de sus ojos y él no pudiera hacer nada para impedirlo... sí, eso sonaba muy bien. Se notaba que eran importantes para él, por lo felices que se veían en sus salidas. Eso la hacía sentirse asqueada, tanta dulzura y melosidad la enfermaba. No podía entender cómo podía alguien andarse con esas sandeces.

Ash Ketchum iba a pagar por arruinar su vida... ella arruinaría la suya, empezando por sus queridas amiguitas.

Esta historia continuará...

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