Día 7: Ropa combinada
●Continuación del día 3.
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Kaminari veía con el ceño fruncido el espacio vacío en su escritorio, hace diez días que la actividad del hámster terminó y todavía no se acostumbraba a la ausencia de Sparkle. ¡Que mal que no les dejaron conservarlo!
En su foto de whatsapp aún tenía una selfie con el pequeño animal que fue su proyecto, se sorprendía de haberse encariñado tanto. ¿Algo así se sintieron sus padres cuando vino a vivir al complejo en la academia?
Pudo seguir hundido en su desdicha de no ser por la persona insistente que tocaba a su puerta, sabiendo quien era guardo su celular y tomó una chaqueta cualquiera para encontrarse con su amiga y salir a disfrutar de un sábado tal como le propuso en mensaje por la mañana.
—Hola Ashido, no deberías estar de este lado —bromeó al ver a la pelirosa un tanto impaciente.
—Tu tardanza me hizo subir al ala de los chicos, como sea vámonos ya. Se hace tarde.
Mina lo tomó del brazo y lo obligó a darse prisa para ir con el resto de sus amigos, estando en la entrada se encontró con que iban más de los que había pensado, entre más fueran mejor pero eso no quitaba lo extraño de ver a Todoroki charlando casualmente con Bakugo, ¿iría con ellos al nuevo centro comercial?
—Bueno ya que estamos todos, ¿les parece bien si tomamos dos taxis? —sugirió Yaoyorozu gentilmente.
—¿La princesita no quiere tocar gérmenes o qué? Tomemos dos buses como la gente normal y ya —comentó Bakugo con su habitual no-amabilidad, algo a lo que ya estaban acostumbrados pero curiosamente notaron que desde aquella tarea Katsuki redujo una pizca de su brusquedad en el trato hacia la subdelegada.
Los demás optaron por la idea del chico por lo que se dispusieron a ir a la avenida para tomar el primer transporte. Mientras caminaban Kaminari se quiso acercar a Mina y Eijiro pero rápidamente notó que estaban teniendo una conversación muy íntima sobre alguien y no pintaba mucho ahí, la muchacha era la mejor consejera del squad después de todo.
Entonces se acercó a Sero que charlaba con Kyoka pero de igual manera no pudo seguirlos ya que hablaban de una serie de médicos que nunca ha visto por ser muy extensa, se resignó a avanzar solo cuando vio al chico de dos quirks detenerse para dejar que Momo y Bakugo avanzaran, hicieron contacto visual y casi instintivamente se acercó a él.
—No sabía que vendrías —mencionó sin intención de sonar grosero, empezaron a caminar a la par.
—Katsuki me invitó, aunque bueno ahora habla con Momo de quién sabe qué —dijo el más alto metiendo la manos en su bolsillo—. Creo que se hicieron confidentes o algo así.
—¿Celoso de que te quiten a tu amiga?
La broma hizo a Todoroki reír levemente quien negó con la cabeza, el grupo siguió avanzando hasta llegar a la parada en donde tomaron el primer autobús que llegó, era una ruta concurrida por lo que quedaron dispersos en la unidad, al menos Denki y Shoto pudieron seguir charlando en la parte de atrás, cerca de la puerta
—¿Vas a comprar algo en especial?
—Se acerca el cumpleaños de Natsuo así que espero hallar su regalo de una vez. ¿Y tú?
—Hay una tienda con merch oficial de mi serie favorita, me gustaría pasar a verla.
El bicolor iba a decir algo cuando una bolsa golpeó sus piernas, eran las cosas que llevaba una señora que intentaba bajar disculpándose a cada paso que daba, Todoroki le restó importancia y tranquilamente avanzó al frente para que pudiera desplazarse la mujer.
Kamina en cambio no esperaba que el chico terminara invadiendo su espacio personal, cosa normal del transporte público después de todo, sin embargo, no disminuye su nerviosismo. No dijo nada pero internamente agradeció cuando Shoto se apartó, se le olvidó de que venían hablando por lo que estuvo callado hasta llegar a su parada.
Dieron unos pasos y esperaron a que bajaran el resto de sus amigos, algo curioso fue que a Mina prácticamente le brillaron los ojos cuando los divisó y podrían jurar que se acercó a ellos dando brinquitos.
—No me había fijado pero ¡sus outfits combinan super bien! —comentó la muchacha con mucha emoción, como si descubriera una estrella o algo así.
Ambos chicos se miraron mutuamente y luego a sí mismos, hasta parecía que acordaron atuendos. Kaminari traía una polera blanca con jeans azul eléctrico y la chamarra negra que tomó al azar se la amarró a la cintura mientras que Todoroki vestía una polera azul eléctrico, vaqueros negros y una chamarra blanca cuyas mangas remangó al ponérsela.
No sabían si era más vergonzosa la coincidencia o la atención de sus compañeros y algunos transeúntes chismosos que oyeron algo. ¿Por qué le daban tanta importancia a unas prendas?
Yaoyorozu fue quien se apiadó de ellos y los hizo retomar el camino, todavía faltaba un camión, al abordar esta vez no intentaron permanecer juntos, Denki se sentó en un rincón y Shoto estuvo de pie del otro lado. Esa breve escena les removió ideas y sensaciones que han estado tratando de ignorar con mucho esfuerzo.
Al llegar al centro comercial Momo corrió con Jiro y Kirishima a una tienda de ropa muy elegante, Bakugo sin preguntar hizo que Shoto lo acompañara a una tienda de discos quedando solo Ashido, Hanta y Kaminari.
El trío se dirigió a una librería pues la chica de piel rosada buscaba un título juvenil en especial, se pusieron a recorrer las estanterías hasta que Mina decidió preguntar al personal quien le informó que tenían el libro almacenado y se lo entregarían de inmediato. En lo que esperaban Kaminari fue blanco de esa mirada inquisidora de su amiga que te puede sacar hasta los pecados de tu vida pasada.
—¿Qué? —preguntó el rubio haciéndose el tonto.
—No es que no crea en la amistad sincera entre hombres pero... Estoy loca ¿o algo está pasando entre Todoroki y tú?
—Estás loca.
La respuesta de Denki generó un zape de la chica y la carcajada del azabache, Mina bufó y miró a Sero buscando en parte apoyo.
—Como sea, Hanta, ¿cuál apuestas que cedan primero? ¿Kiribaku o Todokami?
—Ah ya hasta les pusiste nombre —señaló el nombrado volviendo a reír.
—¿Disculpa? ¿Qué película te estás montando Ashido?
—El mejor melodrama de la clase A, bueno ¿entonces Sero?
—El orgullo-miedo de Katsuki es una enorme piedra así que diré Todokami.
—Deja de darle cuerda, Sero.
—Su libro señorita.
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Un par de horas después, con casi todas las tiendas recorridas los jóvenes se juntaron en el área de comida, no llegaron a un acuerdo unánime por lo que cada quien fue al local que quería y ordenar lo deseado. Denki pidió una pizza y en lo que la preparaban fue a otro local para pedir un frappé especial de nutella con chocolate amargo.
—Lo lamento chico, se nos ha descompuesto la máquina y ya no podemos servir frappés —explicó con pesar la empleada, oír eso le desanimó pero que se le podía hacer.
—Bueno no importa, gracias de todas formas.
El rubio guardó su dinero y se dirigió al primer local, no obstante, lo tomaron de la mano deteniéndolo y un frappé como el que quería apareció frente a él.
—¿Quieres compartir? Alcancé uno de los últimos.
La mirada dorada se intercalaba entre la bebida y los ojos impares que le aceleraban el ritmo cardíaco, dudoso tomó el vaso sintiendo lo frío y probó un poco, estaba delicioso y su expresión de gusto calentó el corazón de Todoroki.
—Está más bueno de lo que pensé.
—Bastante dulce pero sabe bien.
Al ver como el mayor bebía con el mismo popote la infantil idea de un beso indirecto cruzó la mente del chico eléctrico y sus mejillas enrojecieron. Shoto lo notó y por alguna razón le pareció tierno, siempre era todo un logro ver al menor mudo y abochornado.
—¡¿Eeeh?! Acaso están saliendo? —oyeron a sus espaldas la voz asombrada de Jiro.
Dieron un respingo y voltearon hacia donde provino el grito, vieron a la pelimorada hablar con nada más y nada menos que Midoriya y Uraraka que iban tomados de la mano, estaban en un cita e ignoraban que había conocidos en el lugar cuando se dieron un beso. Izuku tartamudeaba y Ochaco reía de los nervios, no esperaban ser descubiertos tan pronto.
Kaminari suspiró aliviado, por un instante pensó que alguien malinterpretó su tiempo juntos otra vez y la ropa combinada haría difícil creer que solo son amigos.
—¿Vamos a comer o haremos un carnaval por la relación de dos idiotas? Si era muy obvio maldita sea.
Bakugo la voz de la cordura siendo fiel a sí mismo, Denki abandonó sus pensamientos infundados y fue por la pizza que pidió para sentarse al lado del otro rubio. Juntando varias mesas los diez estudiantes disfrutaron de su comida y un agradable momento donde realmente se sentían como adolescentes y no blancos de villanos desquiciados.
Ya era de noche cuando decidieron que era hora de regresar, lástima por Sero que quería ver una película pero la hora de función era después del toque de queda. Felices por sus compras y por la divertida tarde tomaron las escaleras eléctricas para volver a la planta baja, hasta adelante iban Shoto y Denki que charlaban desinhibidos.
—Oh vamos no me vas a negar que lo extrañas también.
—Bueno reconozco que es raro no oír cómo rasgaba por las noches.
—¿Rasgar? —repitió el rubio pensando en que el hámster pudo hacerlo para mejorar su madriguera—. ¿Te seguiste durmiendo con la ventana abierta? ¡De seguro le daba frío! Eres un irresponsable.
—A ti se te olvidaba darle de desayunar por ir tarde a clases —contraatacó el mayor.
—Y por eso aprendí a dejarle suficiente comida desde la noche.
—Lo que digas...
Aún discutiendo llegaron al final y al dar el paso Kaminari tropezó con una parte dañada de la escalera y casi azota de frente contra el suelo de no ser por la rapidez de Shoto que lo rodeó con ambos brazos frenando la caída.
Se miraron a los ojos siendo conscientes de la cercanía, en cuestión de segundos el temor de que Denki se hiriera desapareció dando lugar a algo más cálido y emocionante. Los orbes dorados se enfocaron en los delgados labios del bicolor y la idea de probarlos de repente era muy tentadora.
Apenas notaban que la distancia entre ellos se estaba acortando cuando el grito de una de las chicas los sacó de su burbuja, se separaron para mirar a las escaleras y lo que vieron nadie se lo esperaba: Bakugo tenía a Kirishima contra el lateral de la escalera y por poco se devoraban a besos ahí mismo.
—¡Gané! Págame Sero —era Mina quien gritó antes y ahora cobraba la apuesta de hace rato.
Bien, ya no serían el centro de atención por lo que resta del día si nadie vio lo que casi pasa al pie de la escalera.
«¿Y qué fue lo que casi pasa?»
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El chico eléctrico estaba apoyado en el barandal del balcón, pasaba de la medianoche y él no podía conciliar el sueño, se lo atribuía al frappé de la tarde pero la verdad era que sí su mente estaba tan acelerada no era por el azúcar. Era por Todoroki Shoto y las vueltas que le estaba dando a su persona.
¿Cómo pudo pasar? Si hace poco solo eran compañeros que intercambiaban escasos diálogos y no sabían ni el cumpleaños del otro.
Pero aquí estaba derrotado ante lo obvio, sentía algo por Shoto muy distinto a lo fraternal o simple admiración que pensaba al principio. Le gustaba, no por su físico o sus habilidades, si no por su humor atrofiado, lo directo de sus palabras y que debajo de esa coraza de indiferencia hay un corazón blando y gentil que se preocupa por los suyos y protege a los demás. Vaya lío se fue a meter.
Soltó un suspiro exasperado, no quería ni decirlo en voz alta, tendría que enterrar este sentimiento y enfocarse en algo más como su carrera de héroe. Las relaciones no eran lo suyo, siempre mete la pata así que no iba a mover ni un dedo con Todoroki, iba a detener esto antes de que siquiera empezara.
Estando determinado regresó al interior del cuarto y estaba por meterse a la cama cuando tocaron a su puerta, lo que era muy extraño dada la hora. Con precaución se acercó a abrir y sintió un vuelco en el pecho al ver una mata bicolor del otro lado.
Antes de que dijera algo Todoroki lo empujó y entró cerrando la puerta tras de sí, era obvio que estaba aturdido pero ¿por qué?
—¿Qué ocurre Todoroki?
—Nada malo... —aseguró con la voz más grave de lo usual, aclaró su garganta y apartó la vista del suelo—. Solo, no digas nada.
Confundido miró como el heterocromático caminaba al frente y lo tomó de las mejillas desprevenido, su mente quedó en blanco al sentir el contacto en sus labios, feroz pero a la vez con algo de duda. ¡Todoroki lo estaba besando!
Le costó entenderlo pero unos instantes después se separaron y lo tomó de los hombros para marcar distancia entre ambos.
—¿Cómo quieres que no diga nada? Esto... ¿Por qué?
—No sé qué me has hecho pero ya no puedo evitarlo, me gustas Kaminari, me gusta el sonido de tu voz, como haces garabatos en la hoja de una examen y cómo puedes bromear hasta en el momento más tenso de la batalla —soltó de golpe el más alto sintiendo alivio por al fin externar lo que siente—. Te parecerá loco, apresurado y muy raro por ser yo pero necesitaba decirlo y... Perdón por besarte de la nada, desde hace rato quería hacerlo y no me atrevía.
Denki estaba sin palabras, sin darse cuenta apretó el agarre en los hombros contrario y solo se dio cuenta de que no lo soltó cuando Shoto puso las manos en sus muñecas. Se alejó intentando procesar lo que acababa de escuchar.
—¿Yo te gusto? Es que... no lo puedo creer, digo eres Todoroki, el chico más genial y guapo de todos, ¿por qué te fijarías en mi?
—No deberías menospreciarte así, también eres increíble como héroe y como compañero, a donde vayas sacas lo mejor de la gente y contagias tu optimismo. También creo que eres muy lindo.
El rubio se ruborizó por enésima vez, no solía recibir cumplidos y que lo dijera él...
—La verdad es qué también me gustas —confesó con la mirada gacha, en la tenue luz se pudo apreciar un brillo en los ojos azul y gris del mayor—. Pero yo no soy bueno para ti o para nadie, siempre...
—No te estoy pidiendo matrimonio —interrumpió Todoroki con una leve sonrisa, con la diestra hizo que Denki lo mirara a la cara—. Esto es nuevo para mí pero no quiero desaprovechar nada, que tal si solo dejamos que pase lo que tenga que pasar.
Con el pulgar acarició la mejilla contraria y esperó que le diera una contestación.
—Hablas de, ¿salir juntos? ¿Hacer el intento?
—Exacto... Démonos una oportunidad y a ver a dónde nos lleva.
Kaminari estaba conmovido por todo lo que le estaba diciendo, la determinación se antes se desmoronó y fue reemplazada por esperanza y alegría. Quizás no sería un desastre con él, quizás realmente podrían tener algo lindo ¿por qué no probar? El que no arriesga no gana.
—Entonces, sí quiero intentarlo —aceptó sonriente posando una mano sobre la que aún tocaba su cara.
Shoto amplió su sonrisa y dejó un beso en la comisura de sus labios, ahora que obtuvo más que lo quería recordaba la hora y que debían descansar. Le dio las buenas noches dispuesto a irse cuando Denki apretó su mano y le preguntó.
—¿Quieres quedarte?
Segundos de silencio pero sus corazones estaban en sinfonía, se comunicaban con la mirada compartiendo el deseo de pasar la noche juntos, la primera de muchas.
El bicolor se dejó llevar hasta la cama donde se acostaron abrazados, ni siquiera se molestaron en apagar la luz, se cubrieron con tan solo una simple manta, Denki prefería las noches frescas pero al sentir el calor del lado izquierdo de Shoto supo que probablemente buscaría su calidez de ahora en adelante.
Todoroki lo abrazaba por la cintura y podía percibir el aroma de su shampoo, reprimió una risa al caer en cuenta de que ambos vestían pijamas color vino la diferencia era la falta de botones en la camisa de Denki y la manga corta en la suya que además era satinada. ¿Fuyumi era vidente o por qué le regaló este conjunto?
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