Día 1: Cita a ciegas
●Universo Alternativo, no quirks
●Vida adulta
●Momojiro presente
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—¿Podrías dejar de criticar mi cabello, Kyoka? —pidió Kaminari haciendo un mohín mientras se volvía para ver su reflejo en el espejo.
No estaba mal, ¿verdad? Se lo había cortado hace unos días y usó broches para tener en orden los mechones más rebeldes.
—De acuerdo, no diré más porque se empieza a hacer tarde y tu cita en realidad es alguien muy puntual —señaló la muchacha tomando el blazer color beige para que se lo colocara el rubio
—Siempre lo describes tan formal, ¿qué les hace creer a ti y a Yaomomo que esta cita saldrá bien? —cuestionó Denki mientras daba la vuelta y se dejaba ayudar por su mejor amiga con la prenda—. No suelo ser el favorito de ese tipo de gente.
—Dijiste que querías vivir algo diferente, creo que ustedes se llevarán bien sea solo como amigos o algo más.
Denki tomó sus llaves y celular para echarlos en los bolsillos de su pantalón, aún estaba nervioso, no había tenido citas en un tiempo y estaba temeroso de lo que pudiera salir de esto.
—De acuerdo... Al menos ¿ya me dirás su nombre?
—Solo cuando lo tengas enfrente, vámonos ya, pediré un taxi.
Ambos salieron del complejo de departamentos y esperaron el transporte, casi media hora después llegaron a su destino: una cafetería con una temática muy especial.
—No puede ser... ¡Es la cafetería inspirada en Back to the future! —chilló Kaminari emocionado al ver la fachada del local, había leído del lugar en las redes y quería visitarlo pero no tuvo tiempo hasta ahora.
—Da la casualidad que tu cita también es fan de esas viejas películas y le contó a Momo que quería venir, era la oportunidad perfecta para presentarlos y que la pasaran bien.
Denki le mostró una gran sonrisa y estaba por darle un abrazo cuando la vio apartarse saludando a alguien, la siguió con la mirada notando que Momo se acercaba y por supuesto no estaba sola.
Al lado de ella había un chico alto, a pesar de la fina ropa que vestía se veía que era alguien que se ejercitaba, al instante atrapó las miradas de todos los transeúntes y no solo por su atractivo sino por tener el cabello de dos colores, rojo y blanco, algo muy peculiar.
Los tres vinieron hasta él, de cerca el desconocido era aún más lindo, ¡incluso tenía heterocromía! Y aquella marca en su rostro, sin duda resaltaba pero no creía que fuera algo desagradable, pero por supuesto le generó curiosidad. Se mordió la lengua por pensar en la imprudencia de preguntar al respecto.
—Denki-san le presento a Todoroki Shoto, es un viejo amigo de la secundaria y mi mayor confidente, Kyoka y yo esperamos que se lleven bien —dijo Momo con su gentil voz de siempre, el único que no notaba su nerviosismo era el mismo Denki.
Y es que Todoroki no era alguien fácil de tratar, siempre fue algo frío pero después de algunas experiencias le costaba aún más abrirse con alguien y confiar.
Pero para sorpresa de las chicas el bicolor dio el primer paso sacando las manos de su chamarra y extendió la diestra para saludar, enseguida Denki la aceptó por cordialidad y esbozó una pequeña sonrisa.
—Un placer Kaminari, he oído muchas cosas de ti, al fin puedo ponerle rostro al nombre.
Su tono de voz era casi serio, pero había algo en su mirada que en vez de intimidar al rubio le dejó una sensación casi reconfortante.
—El placer es mío Todoroki y espero hayan sido cosas buenas —contestó con una leve risa.
Mientras ellos interactuaban sus amigas se alejaron unos pasos observando indiscretamente, era gracioso para ambas imaginar a ese par junto siendo que eran tan diferentes. Pero según Yaoyorozu esa era la gracia de todo, se podrían complementar si se acercaban un poco y ya que eran los mejores amigos de ambas respectivamente tendrían que mínimo caerse bien ¿no?
—Ok Shoto se ve menos tenso, eso es bueno ¿verdad Momo?
—Sí, te juro que hasta parecía estreñido por su cara cuando lo saqué de casa de su hermana, no sé porque de repente ya no quería venir.
—Bueno recién volvió a Japón y no le gusta la gente en sí, antes di que aceptó una cita a ciegas, se volvió casi paranoico desde...
—Sí, ya sé Kyoka —Le cortó la más alta, ella entendía bien las reacciones de su amigo pero no quería que se enfrascara en su diminuto mundo, debía salir y conocer más gente, hacer amistades, sociedades ¿y por qué no? Alguna nueva relación también—. Y no digo que esté mal la soltería pero igual debería darse la oportunidad de vez en cuando.
—Será mejor que los dejemos solos, vamos a despedirnos.
—De acuerdo.
Todoroki agradeció la iniciativa de Kaminari para abrir conversación, ese siempre era su fallo, además era reconfortante tener por fin alguien que le gustara la trilogía tanto como a él. Se había olvidado que seguían afuera de la cafetería hasta que regresaron las chicas solo para decirles que se retiraban y que debían pasar al interior.
—¡Andando!
Denki estaba entusiasmado como un niño pequeño, le pareció un poco tierno y por ello no dijo nada cuando lo jaló del brazo para entrar. Un mesero los recibió y les preguntó qué sección preferían, optaron por la del viejo oeste y fueron llevados a una mesa para dos.
Allí los asientos lucían deteriorados pero no de mala manera, concordaba con el concepto de la tercera película y hasta parecía lo que algunos llaman aesthetic, les entregaron los menús que tenían un diseño inspirado en la carta del Doctor Brown que recibió Marty después de quedar varado en 1955, detalle que a ambos les fascinó.
—Yo pediré un capuchino y un trozo de pastel de trufa, ¿qué pedirás tú? —preguntó el menor haciendo el menú a un lado.
—Prefiero algo frío... El frappé de oreo me llama y me pregunto si tienen algo de fresa.
—Vi algunos en la parte de atrás.
Todoroki cerró la cara y miró el reverso encontrando lo que quería, sus ojos brillaron anticipando las delicias que podía probar, al final se decidió por un mousse de fresa con vainilla.
Hicieron su pedido y por un rato se quedaron en silencio, no por incomodidad o no saber qué decir, cada uno quería apreciar el establecimiento aunque fuera solo de vista y valoraban que el otro respetara eso. Solo salieron de su fascinación cuando los pedidos les fueron traídos, enseguida empezaron a degustarlos.
A Kaminari le pareció gracioso que su cita pidiera ese mousse en particular, por su preparación tenía una apariencia bicolor lo que concordaba con el físico de Todoroki, aquello debía ser o inconsciente o muy raro. De igual manera se rió por eso, cosa que no pasó desapercibida para Todoroki pero no mencionó nada. El rubio observaba los gestos del contrario, se veía que era alguien de la alta sociedad como Momo pues se desenvolvía con elegancia y ni hablar del aura imponente que emanaba. ¿Este era el arquetipo masculino de una comedia romántica con el que la protagonista solo sueña hasta conocerlo de casualidad?
Se sintió cohibido cuando los orbes gris y azul lo cacharon como si estuviera a media travesura, bajó la mirada a su pastel y carraspeó para después iniciar otra charla.
—¿Y a qué te dedicas, Todoroki?
El nombrado se puso tenso un instante, aunque todo mundo a su alrededor le decía que era malo ser tan desconfiado recordó el incidente que tuvo en su trabajo por ser muy ingenuo, pero no debía dejarse llevar por ese suceso, Momo conocía a Denki de hace tiempo y por lo menos era alguien decente, no creía que fuera del tipo que lo seduce para colarse en su empresa y filtrar información. ¿Correcto?
Levantó la vista y vio a ese chico dándole un sorbo a su bebida, era amable y muy guapo también, transmitía calidez y por alguna razón no era difícil sentirse cómodo con su compañía, quizás sí era bueno haber asistido a la cita después de todo. Hubiera seguido divagando si no lo atraparan esos ojos dorados que le recordaron debía una respuesta.
—Con mis hermanos, dirijo una empresa de seguridad, es un proyecto relativamente reciente pero hemos progresado. De hecho estuve un tiempo en Europa para hacer arreglos sobre expandirnos precisamente.
—¿Expandirse? Eso suena que les va bien, que genial, debe ser bueno trabajar entre familia —comentó el rubio con auténtica emoción, él no era unido a sus padres y no tenía más familia por lo que escuchar eso le impresionaba.
—Kyoka me dijo que eres ingeniero, ¿no es así?
—Sip, ingeniero eléctrico-electrónico y actualmente trabajo con una empresa privada que produce maquinaria para el sector salud —explicó con un aire de altivez, a decir verdad le gustaba presumir de su trabajo después de todo el esfuerzo que le costó llegar a donde está.
—¿Cuáles son tus hobbies, Kaminari?
—Me gusta escuchar música, ver series y jugar ajedrez. ¿Y tú?
—El ajedrez también me gusta... Y hago algo de taekwondo, desde niño en realidad.
Denki se sorprendió al oír de eso, no parecía alguien que hiciera ese tipo de deportes poco elegantes pero pensando en su trabajo tenía algo de sentido.
—¿Ganaste muchas competencias?
—Oh sí, varias, mi papá... Se tomaba en serio mi entrenamiento.
Algo cambió en Todoroki al nombrar a su progenitor y Kaminari lo notó al instante.
«No hablar del padre, anotado»
—¿Cuántos hermanos tienes?
—Dos hermanos y una hermana, yo soy el más pequeño. ¿Tienes hermanos?
—No, pero crecí con muchos niños del vecindario, Hanta Sero es mi mejor amigo, es un gran arquitecto así que quizás hayas oído algo de él.
—He leído uno que otro artículo de su trabajo, es bueno, ser innovador en estos tiempos no es algo fácil.
—Parece que todo ya ha sido inventado ¿no?
Todoroki asintió cayendo en cuenta de que se estaban desviando del concepto "cita", antes no estaba muy interesado en salir con alguien pero quiso darle un gusto a su amiga. Ahora teniendo frente a él a este chico encantador empezaba a cambiar de idea así que tocaba retomar lo clásico. Sobrepensar las cosas era un inconveniente desde su adolescencia pero no por ello le molestó que el otro se le adelantara.
—¿Te gustan los animales? —inquirió Denki curioso, en algún momento de su vida leyó que alguien de buen corazón mínimo respetaba a los animales así que lo tomaba como una especie de filtro para formar su círculo social.
—Mucho, está en mis planes adoptar un gato una vez que me establezca en un sitio propio, pero está siendo más tardado de lo esperado... Los altos precios son ridículos.
—Oh la inflación de las propiedades... Esta es una ciudad sobrepoblada, increíble cómo se disparan los precios por cada nueva construcción de viviendas.
«Otro desvío» se recriminaron mentalmente mientras tomaban algo más de su bebida. Aunque Shoto valoró que la conversación pudiera fluir más allá de los aparentes guiones que resultaban este tipo de salidas.
—¿Te gusta bailar?
—En realidad... Sí —dijo el bicolor desviando la mirada, en su mente aún quedaban restos de aquellas frases hirientes que ridiculizaban su gusto por la danza cuando era más joven—. Pero no me gusta mucho hacerlo en público, ya sabes, fiestas y eso. Igual no me agrada estar con mucha gente, aprecio mi espacio y soledad.
—Ya veo... ¿Fumas? ¿Cuál es tu trago preferido?
—Dejé de fumar hace cuatro años y bueno. Nunca le digo que no a un buen brandy.
—No lo esperaba, en cambio yo prefiero el tequila.
Y así continuaron hablando aunque ya no había frappé ni pastel, tampoco la misma clientela que cuando llegaron, no se daban cuenta del paso del tiempo y sin embargo sí que notaban otras cosas. Como lo inquieto que podía ser Kaminari ya que cruzaba y movía las piernas de un lado a otro o que Todoroki muerde el interior de su mejilla para intentar amortiguar una carcajada. De pronto Shoto vio de reojo por la puerta del lugar que se estaba poniendo el sol cayendo en cuenta de la hora, entonces pidió la cuenta al mesero, discutieron sobre quién pagaba y lo tuvieron que resolver con un juego de piedra, papel o tijera —lo que hizo reír al joven—, en el cual ganó Denki.
Mientras esperaba que le regresaran su tarjeta Todoroki tomó una servilleta y comenzó a doblarla cuidadosamente, el rubio no dijo nada pero sentía curiosidad. Cuando recuperó su tarjeta se giró para estar de nuevo frente al bicolor y entonces apareció en su campo visual una adorable rana.
—¡Sabes papiroflexia! —exclamó alegre tomando el pequeño anfibio de papel entre sus manos.
—Un poco sí, debería de ser de otro material para que salte... Te lo mostraré un día pero entre tanto espero que te guste esta.
—Me encanta —dijo con una sonrisa—. ¿Eso significa que fui buena compañía hoy y quieres salir de nuevo?
—Así es Kaminari y si también te agradó estar conmigo, me gustaría invitarte a otra cita. ¿Estás de acuerdo?
Denki amplió la sonrisa al escuchar "cita", la atracción de la que apenas estaba siendo consciente no era unilateral y eso le gustaba tanto como le ponía nervioso.
—Super de acuerdo, pásame tu número.
Todoroki esbozó algo similar a una sonrisa, esta tarde le había sacado de su rincón grisáceo y devolvió una chispa de alegría a su mullido corazón. Era muy pronto para asegurar cualquier cosa pero sentía que esta era la señal de que estaban por comenzar algo muy especial.
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