ENCONTRÉ EL AMOR

CAPÍTULO 69

Aisha Jiménez

Septiembre, noveno y último mes.

¿Cómo pasa tan rápido el tiempo? Hace poco me encontraba en mi boda con el mejor cuerpo, modelando en bikini por la playa en luna de miel y hoy estoy con una bebé dentro de mí; que fue creciendo mes a mes espero a que el tiempo se cumpla para ella salir al mundo, ser abrazada y amada por todos sin prejuicios del ¿Cómo se verá? Porque todos la querremos con la misma intensidad, se parezca a quien se parezca, sea como sea, la amaremos con el alma.

—¿Cómo te sientes? —Pregunta Lucas, y ya me tiene harta, cada cinco minutos lo hace porque estoy a pocos días de dar a luz.

—Bien, amor no crees que exageras.

—No, ¿Por qué?

—Cada cinco minutos preguntas y falta una semana para la fecha que nos dió el doctor.

—Sí, pero también te puedes adelantar.

—A veces no pareciera que tú fueras médico desde que salí embarazada.

—¿Porqué lo dices?

—Cariño, aún lo preguntas.

—Bueno como digas. ¿Quieres sushi?

—Sí, que rico.

—Bien ya te traigo para comer.

No es por nada pero este hombre me mima demasiado, pero creo que cuando llegue la bebé nuestras sonrisas desaparecerán porque tal vez no podamos dormir durante varias noches, si llega a salir llorona.

***

A solo horas de la fecha que nos dió el médico y aún no siento nada, ni dolor ni movimiento nada, no he sentido nada aún.  Lo bueno que mis padres se vinieron a casa por si necesitamos ayuda «o por si Lucas se aturde» tal vez puede que pase —me rio para mis adentros— estoy es cansada ya es tan tarde, el último día de septiembre y mi niña terca nada que quiere salir, estás bien cómoda allí dentro, pero debes salir y ver lo hermoso que es ver el mundo aunque no es tan rosa ni creas que te meteré en una burbuja vivirás el mundo a tu manera pero también te cuidare.

—Familia me iré a dormir.

—Descansa hija. —Dicen mis padres al unisono.

—Amor, yo ahorita subo y te acompaño.

—Bueno cariño, mientras llamaré a Isabella para charlar un rato.

—Está bien cariño.

Mientras voy subiendo las escaleras saco mi teléfono del pantalón para marcar el número de mi amiga, hace unos días que no hablamos, la he notado un poco rara no se que podrá estar pasando y siento que me necesita pero algo me dice que porque estoy casi de dar a luz no quiere molestarme, conozca lo terca que puede llegar a ser esta mujer.

—Isabella ¿Cómo estás?

—Bien amiga «no la escucho bien» ¿Cómo va la niña?

—Pues dentro de mi panza aún, no quiere salir todavía.

—Ojala salga pronto porque ya quiero cargarla.

—Me imagino. Isa ¿Que tienes?

—¿De qué o que? —Escucho asustarse.

—Por Dios te conozco de hace años y sé que te pasa algo, tienes una semana completa sin llamarme, no me has visitado tampoco y eso solo significa que te está pasando algo.

—Vaya no puedes dejar pasar ninguna.

—Entonces si te pasa algo.

—Si amiga, he estado muy deprimida.

—¿Porqué lo estás?

—Me siento triste, te imaginas me comprometí primero que tú, y te casaste primero y ya hasta vas a ser mamá. No comprendo porque Andrés no se ha decidido preparar la boda, no sé si es que se arrepintió.

—De verdad no te ha dicho nada aún.

—Nada, el se ha mantenido en el trabajo que no pasa tiempo conmigo. Salimos de la universidad comenzamos a trabajar, pero él ha cambiado demasiado desde que comenzó, no pasa tiempo en casa, llega tarde, casi nunca lo veo, ya no me invita a salir, no me dice nada lindo, ya él no es mi Andrés, es otra persona muy distinta.

—Isa, no pensé que las cosas estuvieran así. ¿Has hablado con él? No sé para comentarle como te sientes.

—No, siempre que intento hablar con él, llega tarde, o se queda dormido.

—Ni porque le digas que necesitas hablar con él hace lo posible de escucharte.

—No le he dicho que necesito hablar con él.

—Pero debes decirle, tal vez así si te ponga atención y no se quede dormido.

—No sé habrá que esperar a ver qué pasa, y si las cosas no mejoran creo que lo mejor será que me vaya y terminemos con esto.

—No tomes decisiones apresuradas, espera a hablar con él primero, debe ser que está estresado.

—Si claro.

—Bueno ya sabes dicelo. Iré a dormir y piensa bien las cosas no vayas a cometer locuras.

—Te amo.

—Y yo te amo a ti Isabella.

Cuelgo el teléfono, no puedo creer que ellos estén pasando por esto desde hace tiempo y que hasta ahora yo me vengo a dar cuenta de lo que está sucediendo. Andrés me va a oír como es que este descuidando de esa forma a Isabella, ella que es un mujerón porque no se ha descuidado para nada, sigue teniendo un buen cuerpo, es tan sexi que se hace extraño que el no la toque ni por descuido alguno, ¿Que estará pasando? No entiendo nada de lo de ellos.

¿Será que se les ha acabado el amor?

Es que no sé ambos son mis amigos pero no entiendo que pueda estar pasando con Andrés no llegue a pensar que el fuera a ser una persona de aparentar tener una buena relación y que dentro de la casa sea otra muy diferente.

Espero que pueda ayudarlos en algo, tendré que hablar con los dos. Hacerlo como su amiga y psicóloga porque lo están necesitando bastante.

Hay que hacerlo mientras haya un poco de esperanza en su relación. Algo pasa eso lo sé, pero no es amor lo que le está haciendo falta en su relación.

Tendré que volverme cupido, por mis amigos.

Estoy sintiendo mucha calor, no entiendo porqué. «Toco mi vientre» enciendo el aire y sigo pensando; los reuniré aquí en casa y hablaré muy seriamente con ambos, porque está situación se debe acabar ya mismo como es que en esta etapa de la vida como es que van a andar como adolescentes evadiendo sus problemas por no querer enfrentarlos, es que si los tuviera cerca a ambos les jalo las orejas, es que me irritan de verdad siempre tienen ellos que hacer sus cosas y yo debo siempre ayudar a solucionarlos porqué nunca pueden hablar de su propia voluntad.

Un día de estos el orgullo los va a matar a ambos, y se van arrepentir por no querer ceder un poco esperando a qué se disculpe Andrés primero le preguntas a él y dice lo contrario y me hartan cómo está vez sea una pendejada de estás me van oir y no van aguantar la cantaleta.

Los amo, pero los quiero matar también.

Yarenis Guzmán.