ENCONTRÉ EL AMOR

CAPÍTULO 57

Lucas Zalandely

Voy llegando a mi casa después de un largo y tedioso día en el que me tocó hacer infinidades de cosas universitarias las cuales me aburren como nada. Después de adentrarme a mi acolchonada cama miro la pantalla del teléfono y de repente Aisha invade mi mente queriendo llamarla y saber cómo está.

Agarro mi teléfono, lo desbloqueo y logro hallar el registro de llamadas y marcarle a esa chica que hace derretir cada centímetro de mi cuerpo con su protuberante belleza, ella que con su voz logra llevarme a la mismísima luna y así mismo bajarme de ella con un simple roce de sus labios sobre los míos. Quiero escuchar su voz, es lo que sin dudar mi subconsciente logra decirme para afirmar lo que mi pecho hace unos minutos me decía, pero siendo sinceros quiero tenerla frente a mi y poder enredarla entre mis brazos mezclando el calor de nuestros cuerpos y volvernos uno solo. 

En menos de nada mi mano empieza a marcar su numero sin previo aviso de cerebro, solo hizo lo que mi cuerpo y corazón le indico, que es querer hablar con ella. 

—¡Hola! —Logro escuchar su suave voz pero un tanto agitada, que extraño.

—¿Cómo estás? —Pregunto un poco nervioso, ella hace que pierda toda la confianza que hace un tiempo tenia frente a las mujeres, pero con ella mis nervios se enloquecen volviéndome un ocho total.

—Bien amor, un poco agitada y cansada, he estado muy ocupada. Pero creo que estamos muy bien conectados, justo también te iba a llamar.

—Es bueno escuchar eso. ¿Y cómo te fue con Isabella?

—Bien, solo estábamos comprando cositas de mujeres. Sabes que pude hablar con Andrés por un buen rato, por vídeo llamada pero pudimos hacerlo. 

—Que bueno amor, hace rato que no nos juntamos todos como antes.

—Tienes razón, pero sé que lo haremos, no te preocupes.

—Eso es verdad. Supongo que también pronto vendrán por acá ya que pronto tendrán aniversario de ellos sino me falla la memoria.

—Sí, es verdad y me alegra que les ha ido tan bien viviendo juntos, se ven tan lindos estando juntos.

—Yo quiero tener algo así contigo al vivir juntos, pero también respeto totalmente tu decisión de esperar a que te sientas mas preparada ya que es un paso grande en nuestra relación.

—Yo también quiero vivir lo mismo contigo, jamás he dicho que no, simplemente que necesito un poco más de tiempo. Tenme paciencia, es lo único que te pido.

—Y créeme que esperare hasta que te sientas lista para realizar esto juntos.

—Por cierto cariño necesito contarte algo, no es nada malo pero quiero decírtelo.

—Si cuéntame.

—Resulta que casualmente me encontré con David, mi ex novio.

 —¿Qué te dijo esta vez? Porque ese anda como obsesionado contigo, y que te hable no es que guste mucho.

—Relájate que no me dijo nada malo. Además el no es una mala persona, a pesar de lo que sucedió yo no tengo ningún rencor hacia él, al contrario el simplemente fue una victima más de Carolina al igual que yo en su momento.

—Comprendo todo lo que me dices, pero no quiero que te veas con él, te lo prohíbo.

—Lucas, te quiero como nada en este mundo, pero tú a mi no me prohíbes nada, ni mucho menos me dices con quien debo o no debo verme. Jamás me ha gustado que me controlen como niña pequeña y ni cuando estuve pequeña tenia a alguien que me prohibiera algo, por lo tanto no me acostumbré a ser cohibida de hacer lo que quiera o guste. 

—No es que te quiera controlar simplemente que creo que no mereces volver a hablarle a alguien que te ha hecho tanto daño, como lo hizo él justamente. 

—Si me conoces sabes que no soy de vivir con rencores hacia las personas. Además hace mucho que no sé de él y me parece bien tener una charla de amigos y lo haré aunque no te guste.

—Bueno ni para que discutir por algo como eso, donde yo he sido quien ha puesto tu vida en riesgo, no soy la persona mejor indicada para juzgar a alguien de tu pasado.

—No te estoy diciendo eso tampoco, te amo y estaré contigo pase lo que pase, solo confía en mi.

—Está bien, confiaré en ti como siempre lo he hecho. 

—Te amo Lucas no dudes de eso jamás.

—Y yo te amo a ti Aisha, tenlo por seguro que es así.

***
David Grey

No pensé que algún día yo volvería a ver a esa chica que una vez me entrego todo de ella y que simplemente la deje ir por tonto. Aunque no puedo hacer a un lado el haber estado en shock gracias a ella, es hermosa. Recuerdo cuando pasábamos aquellos fines de semana juntos gracias a que sus padres nunca estaban con ella y para no estar sola se venia a mi departamento, aquel que tiene tantos recuerdos de nosotros, en el tengo tantos fotos como aquello que dejo abandonado en mi departamento gracias a que nunca recordaba que dejaba cosas en mi habitación. 

Me ha dolido en el alma haberla perdido, a ella era la que quería en mi vida para siempre.

A pesar del tiempo que ha pasado yo no logro comprender el porqué Carolina le tenia tanta ira a Aisha cómo para separarla de esa forma de mi lado, que daño le hice yo para que me formara una cicatriz para toda la vida de la cual no sana completamente, gracias al remordimiento de haber perdido a una gran mujer para estar viviendo bajo el mismo techo con alguien que no es nada mio y que para colmo no soporto tenerla frente a mi porque lo único que sabe buscar y hacer son discusiones ilógicas.

Carolina arruino mi vida desde el pasado en este presente y sé que seguirá siendo así en mi futuro. Sé que puedo cambiar eso, pero no quiero perder a Noah que ha sido lo único bueno en mi vida después de tantas mentiras y sufrimientos que no logro superar totalmente.

Mi vida se alegra con una sonrisa y unos brazos pequeños extendidos hacia mi en busca de ser cargado junto a un abrazo y un beso de mi parte. Ese niño que espera de mi ese amor que su propia madre no sabe brindarle gracias a ese carácter de mierda que tiene y que aun no deja. Yo me imagino que reaccionará como toda una loca maniática cuando se entere que Aisha estuvo en el almacén a solas conmigo en la oficina, sin duda habrá una discusión por eso aunque sabe con claridad que no tiene ningún derecho a reclamarme algo sobre mi vida personal así como yo no me meto en la de ella. Espero que logre respetar por lo menos ese acuerdo.

Pero en medio de toda la tiniebla que sé que se me formará siento que vuelo entre nubes con el recuerdo de haberla tenido frente a mi dedicándome pequeñas sonrisas que hicieron volver mi pecho en una completa locura, no paraba de latir y acelerar como pasaban los minutos Estar a su lado después de tantos meses era como la primera vez que la vi y que quedé flechado de ella, sentía que mis nervios me fallaban al querer intentar hablar con ella, por eso recurrir a Isabella como nuestra cupido.

Extraño esos tiempos en los que sus besos eran míos, su mirada era mía, y su atención era toda mía. La perdí y fue para siempre.

Yarenis Guzmán.