ENCONTRÉ EL AMOR 

CAPÍTULO 22

Una semana transcurrió desde la noche de Halloween. Ya estoy mucho mejor de mis heridas y todo lo referente al accidente, lo único bueno en estos momentos para mi es la graduación, si pronto será el día más esperado en la escuela.

Mi carro sufrió demasiado, a pesar de que yo no lo reflejara pero terminó destruido, hasta entonces Isabella me llevará a la escuela. « Compraré un auto nuevo » Hablando del rey de Roma, sí, Isabella apareció tocando en mi puerta.

— ¿Lista para irnos? —Aquella chica con un sándwich en sus manos pregunta sin siquiera verme a los ojos.

—Sí, ya estoy lista. Ten la decencia de verme a los ojos cuando llegues a mi casa, además me parece que a la que no le alcanzo el tiempo fue a otra —sonríe al verme.

—Algo así, pero dime que se siente regresar después de dos semanas de vacaciones, y sobre todo como le hiciste para no engordar mientras estabas acostada —Rueda sus ojos.

—Pues se siente normal, además voy al corriente gracias a ti y Andrés que me ayudaron con todo eso. «Si no estaría perdida»

—Sí, eso es verdad.

—En cuanto a engordar tú perfectamente sabes que no logro subir de peso y mejor ahorro el tiempo en el gimnasio, además me da mucha pereza ejercitarme. Y no te acomplejes que tú ni gorda estás.

—No estoy gorda porque hago ejercicio, pero a mí me engorda hasta el aire. Por cierto tengo algo que decirte —Nerviosa.

—Dime, ¿Qué pasa?

—David ha ido a la escuela. Siempre te está buscando ya sea en la entrada o en las salidas, dice que te llama y no le contesta, que te busca y tú no lo recibes.

« Me esperaba ya que reaccionara de esa forma »

— ¿Y qué le has dicho? —Pregunto de forma inquieta.

—Es estresante ya no sé de qué forma decirle que no llegue a buscarte, que se largue que comprenda que te perdió y que ya te deje en paz. ¡Es un imbécil!

—Solo ignóralo. Ya no le prestes tanta atención sino te volverás loca por culpa de él. —Intento relajarla un poco, y veo como una bocanada de aire sale de su boca al respirar mucho más calmada.

Vamos con un silencio agradable en su auto, pero noto a Isabella nerviosa y su cara está roja como un tomate, sus mejillas están bastante ruborizadas y veo como muerde sus labios en desespero.

— ¿Pasa algo? Te noto nerviosa, además estas ruborizada y no imaginas cuánto.

— ¿En serio? —Pregunta ella con asombro en su cara, al parecer no se había percatado de ello.

—Sí, pero porque estás así si vamos a la escuela.

—Es que no te he dicho.

—Decirme. ¿Decirme qué? Habla ya —Alzo mi voz.

—Ayer volví a salir con Andrés

— ¿Y? Eso que tiene.

—Por favor Aisha capta. Confesó, confesó todo lo que siente por mi, ósea me sorprendí demasiado; pensé que yo me estaba enamorando sola pero he quedado sin palabras al enterarme que él siente lo mismo que yo siento.

—Por fin. Pensé que no te lo diría nunca.

—Haber cómo, tu sabias todo y no me dijiste nada.

—La verdad no le conté a nadie. Sabía lo que ambos sentían pero no podía traicionar la amistad de ambos y permanecí en silencio tal y como me lo pidieron. —Doy unas carcajadas, de verdad me han hecho reír.

—Nos emocionamos nos besamos, ósea lo normal, pero fui muy clara con él.

— ¿Muy clara?

—Sí, le dice que si las cosas no funcionaban quería que siguiéramos siendo amigos. No quiero perder la amistad de tantos años que hemos creado entre los tres. —Hace puchero.

—Que exagerada eres, vas a ver que lo suyo será para toda la vida.

—Tampoco exageres. —rueda sus ojos, y muerde su labio inferior —Ya llegamos a la prisión ¡Bienvenida! —Deja un beso en mis mejillas y me da fuerte abrazo.

Justo cuándo entrábamos con el auto sonó el timbres de las escuela, es hora de ir a clases. «Ese timbre irritante que perfora mis oídos con él.

—Es hora de ir a clases. «Estar en casa me aburre »

[•••]

Gracias a todos los apuntes que tenía no me fue tan mal en las clases. Vamos todos hacia la salida Andrés a mi derecha Isabella a mi izquierda charlando de cosas sin sentido tanto que a Isabella se le olvido su carro en estacionamiento de la escuela y se devuelve con Andrés a buscarlo.

—Ven y nos venimos juntos en el auto.

—No, tengo pereza de devolverle yo mejor los espero afuera.

—Bueno, pero no te pierdas ni te pongas muy lejos de la entrada.

—Está bien.

Voy caminando entre la multitud buscando un lugar donde esperar a los chicos cuando desafortunadamente aparece David entre toda la gente que hay en mi alrededor, veo cómo poco a poco se acerca a mí al punto de estar a tan pocos metros de distancia.

—Aisha —Saluda un poco agitado.

—David —Contesto.

—Por favor hablemos.

Sin preámbulo alguno contesto de forma cortante y directa —Nosotros no tenemos nada de qué hablar, todo se dejó claro.

—Princesa, por favor mírame estoy muriendo por dentro siento que me derrumbo de a poco. Yo no dejo de pensar en ti yo te amo, permíteme empezar de cero contigo.

—Me estas irritando. Tú no entiendes que estas esperando un hijo con la víbora de Carolina.

—Pero... —Lo interrumpió.

—Pero nada David. Te lo volveré a decir por última vez, las cosas entre nosotros se acabó, ya no hay más. Te amo, no te lo niego pero no puedo aceptar tus engaños. Me engañaste de la peor forma posible; hiciste que sintiera sentimientos fuertes por ti, te respete aun así que muchos chicos se me acercaran, confíe en ti a pesar de tu negro pasado, pero confíe tanto que me volví ciega por ti. Tomaste mi corazón como si de un papel se tratase y lo destruiste dejándole un gran dolor que no sabe ahora como disiparlo y aun así tienes el descaro de venir a decirme que empecemos de nuevo cuando aquí el que derrumbo y destruyó todo fuiste tú nadie más así que por favor vete —Dejo caer mis lágrimas de tanto dolor comprimido de varias semanas.

—Estuve confundido mi intención no fue engañarte y mucho menos ocultarte lo que ocurrió simplemente estaba confundido no sabía qué hacer, tenía mucho miedo de como resultarían las cosas entre nosotros.

—Ahora dime ¿Te sirvió ocultarlo? —Rio de forma sarcástica — No creo que te haya funcionado ese plan. Más bien creo que te hundió más.

—De verdad lo lamento tanto Aisha, me arrepiento con cada parte de mi cuerpo. Pero lo único que puedo decirte con certeza en estos momentos de angustia es que de verdad me enamoré de ti. No lo niego soy un completo idiota por dejarte perder por una tentación que me volvió débil ante ella pero te aseguro que aunque no te recupere a ti trataré de obtener tu perdón y volveré a conquistar te como la primera vez.

—David. Yo lo único que quiero en estos momentos es que me dejes en paz a mí y a mis amigos, entiende que me causante un dolor tan grande y por ello debes asumir las consecuencias aunque te duelan, pero la realidad es así. De ahora en adelante continuaré con mi vida lejos de ti y creo que debes hacer lo mismo con tu nueva familia; yo de verdad lamento que las cosas acabaran así pero no fui yo quien lo genero pero a pesar de si te quiero o no yo no puedo permitir este tipo de cosas en mi vida, solo tu sigue en lo tuyo y yo seguiré en lo mío por que hoy digo adiós pero para siempre.

Adiós David los chicos me esperan —Los señalo —gracias por todo lo lindo que pasamos y esos hermosos recuerdos.

— Yarenis Guzmán —