ENCONTRÉ EL AMOR 

CAPÍTULO 20

« David Grey »

En cuánto me di cuenta que había sufrido un accidente corrí al hospital que había sido trasladada para acompañarla, —no sé si sus padres están o no— he estado aquí presente desde después de la cirugía tuvieron que cogerle puntos en la frente por un gran corte que se hizo por los vidrios. Además del fuerte golpe en su cabeza que la ha dejado inconsciente por dos días enteros los días que he estado a su lado —no quiero dejarla sola— sus padres al enterarse que se encontraba fuera de peligro regresaron como si nada a sus negocios —una empresa le importa más qué su propia hija— ya veo por qué siempre se sentía excluida por sus padres.

Isabella cada que puede viene y hace un relevo para que yo pueda tomar una ducha o comer, algunas veces para poder dormir un poco, porque sí, es agotador estar en un cuarto de hospital, y no es por lo incomodo sino porque sientes que te chupan hasta la mínima energía de tu cuerpo quedando en un cuerpo cansado sin hacer nada extraordinario.

Estoy viendo aquellos dormidos, «aun no despierta» lleva dos días en esa cama sin mover un dedo y sin abrir sus hermosos ojos cafés con su acostumbrado brillo encantador. Verla con tantas vendas en su cara y su cabeza por todo el daño generado de aquella noche, acompañada de cables cerca de su cuerpo monitoreando su corazón. «La noche del accidente su corazón se detuvo, tuvieron que reanimarla»

Veo desde lejos como por fin está reaccionando —está despertando— ¡Que alivio! Se ve un poco confundida y voy en busca del doctor para que revisen. Estuvimos esperando esto, aún no sabemos si tendrá secuelas a causa del accidente, al regresar con el doctor detrás de mí ella tiene una mirada llena de confusión.

— ¿Esto es el hospital?

—Sí, tuviste un accidente hace dos días, ¿No lo recuerdas? —El doctor le pregunta esperando que ella recuerde lo de esa noche.

—Sí, regresaba de casa de David cuando choque —Si recuerda, que alivio no tiene al momento pérdida de memoria.

—Te haremos unos exámenes para chequear nuevamente que te encuentres bien. Por el momento estas bien y recuerdas todo que es lo importante — Él doctor tiene razón.

—Le pido total reposo y no le generen estrés por el momento —Me sugiere el medico fuera de la habitación. Solo espero lograr ese reposo que ella necesita.

Media hora más tarde decido entrar a la habitación y ella está ahí con su vista perdida hacia un horizonte invisible, y con una mirada apagada, esa no es Aisha.

Me adentro por completo acercándole a la cama para tomarla de la mano, pero ella se suelta de mi agarre, —que dolor tan grande he sentido— no me mira tampoco solo me ignora como si no estuviera aquí presente. Tal vez me merezca todo esto; pero duele tanto que siento como mi alma se va desvaneciendo poco a poco, y cuando veo todo acabado escucho salir mi nombre de sus labios y me emociona escucharla decir mi nombre.

—David —Repite.

—Dime cariño.

—No soy tu cariño, me perdiste lo recuerdas. —Eso fue un golpe duro. — ¿Qué haces aquí? — expresa con un tono de voz débil.

—Te cuido. No puedo dejarte sola, menos si siento que es mi culpa que hayas sufrido este accidente. Yo... Yo quiero estar contigo, por favor perdóname —Suplico casi con lágrimas en mis ojos para que me perdone.

—No puedo perdonarte, entiéndelo por favor. Me engañaste con Carolina tu ex quien me ha hecho tanto daño, tendrás un hijo con ella. Cómo crees que aceptaré eso, ya hizo esto. Qué se espera más adelante si seguíamos con esto, no quiero vivir con la angustia de que si hará o no algo en mi contra.

—Ella no se interpondrá entre nosotros eso te lo aseguro.

—De verdad tú crees eso. Por qué no te das cuenta que ella es una víbora andante que va haciendo daño a su paso con el veneno de sus dientes, no sé si eres o te estás haciendo el ingenuo.

Me retiro de la habitación, pero antes doy una última mirada hacia ella. Pero solo veo una mirada vacía. Ella ya no me hace caso, ni tampoco lo hará más tarde; solo debo caminar sobre un camino de espinas lleno soledad y dolor al no tenerla conmigo, ella ya no estará a mi lado ni caminaremos por el mismo sendero.

« Aisha Jiménez »

Verlo salir de la habitación me destroza el alma; quisiera que todo el engaño fuera una mentira para poder decirle quédate a mi lado, pero no, es de lo más real que siento como mi corazón se rompe en pedacitos. Pero no soy de perdonar este tipo de situaciones y él no es la excepción, no confío en Carolina ella es una víbora sin piedad alguna que solo hará daño hasta obtener lo que quiere y ella lo quiere a él y tal vez sea la mejor y dolorosa decisión que he tomado, pero tal vez en un futuro era lo mejor para mi bienestar.

En estos instantes solo queda recuperarle y obtener fuerzas para sobrellevar todo este dolor a causa de él, después seguiré con todos mis planes para la graduación. Falta mes y medio para eso pero quiero disfrutarlo aunque mi alma no este feliz.

— Yarenis Guzman —