Diez
— Solo para que lo sepas — me dijo mientras quitaba todos los ingredientes de su rebanada de pizza — estoy dispuesto a vivir contigo aquí, siempre y cuando no te metas conmigo.
— ¿Disculpa? — dije atónita.
— Después de todo — tomó el kétchup — sólo estarás aquí por un tiempo, ¿no es así?.
Miré a Kakashi, esperando que me diera una respuesta.
— Aún no sabemos cuanto tiempo estará ___________ aquí Sasuke, pero espero que en ese tiempo ustedes se lleven bien.
Ninguno de los tres rompió el silencio en la habitación.
Sin decir una sola palabra, el chico se levantó de la mesa.
— Veo que arreglaron el cuarto de música.
— Todo fue idea de __________, así que agradecele a ella.
— Tsk — me miró, y sentí su odio — No pensé agradecerle a nadie — dio una media vuelta — Espero que no te decepciones cuando todo vuelva a la normalidad.
Las largas piernas del chico se movieron rumbo a la salida, pero un nudo en la garganta me obligó a hablar.
— ¿Para ti que es la normalidad Sasuke? — dije mientras me levantaba de la mesa — ¿Hacer añicos todo?
Lo observé fijamente, su espalda estaba rígida, tensa, cómo si estuviera a punto de estallar.
"Vamos, explota, muestrate tal como eres, dejate de tonterías"
En mi mente, quería que el chico se comportara como en la estación de policía.
Así por fin mi plan se llevaría a cabo y yo podría ganar una de las batallas de esta guerra.
— Eso es algo que no te importa, así que buenas noches — dijo sin siquiera mirarme. Tomó un cigarrillo y lo colocó entre sus labios. Caminó hacia la puerta que conducía a la sala de estar.
Esto comenzaba a irritarme.
— Regresa aquí.
Mi voz sonaba un tanto dura.
— ¿Que?
— Dije que vengas aquí
— ¿Ahora que quieres?
Del bolsillo de su pantalón sacó un encendedor y lo acercó a su cigarrillo.
— No fumes dentro de la casa — le ordené mientras me ponía frente a él.
— ¿Tengo que recordarte que esta es mi casa?
— Eso no me importa, ahora también es mi casa — el pelinegro comenzó a reír — ¿Acaso es tan gracioso?
— La verdad es que sí — se quitó el cigarrillo de los labios — Tu solamente eres uno de los experimentos desesperados de Kakashi, algo así como...
Sasuke se mordió el labio, como si buscara la palabra correcta con la cual definirme.
— Eres algo así como una mascota que habla — su comparación tan absurda me causó un poco de gracia, por lo que una sonrisa se escapó de mi boca — Eso es un insulto, tonta.
— Lo siento si no me estoy ofendida, pero es que no sirves para insultar — cuando se descuidó le arrebaté el encendedor — Además, no es una petición, es una orden.
— Devuelvelo — intento quitarme la pequeña caja de metal, pero no lo logró — no te conviene hacer esto.
— No fumes dentro de la casa, ¿entendido?
— Haré una corrección, decir que eres como una mascota es un error, las mascotas son obedientes y bonitas, tu eres una bruja.
— Uy, eso dolió — dije mientras me tocaba el pecho, fingiendo estar muy ofendida, pero por dentro quería reír.
— Está bien, no me lo des, ya encontraré la manera de encender un cigarrillo.
— Que tengas suerte con la estufa eléctrica.
••••••••••
Justo a la hora de la cena, Suigetsu recibió un mensaje de su mejor amigo.
Ya no la soporto ni un minuto más.
¿Tienes idea de como asesinar a alguien rápido y con mucho dolor?
Llama cuando estés libre.
+++Sasuke+++
Como siempre, el dientes de tiburón, estaría allí para ayudar.
Suigetsu suspiró.
Sabía que cuando a Sasuke se le metía algo a la mente, era muy difícil hacerlo cambiar de opinión.
La última vez que Sasuke hizo un plan tan elaborado, ambos terminaron en la sala de detención de la secundaria.
Nada bueno saldría de un plan de Sasuke. Al menos no cuando este último lo hacía con enojo.
Marcó el número del azabache, y después de dos tonos, el uchiha contestó.
— ¡Está loca si cree que puede tratarme así! ― Gritó — ¡Es una estúpida si cree que me puede dominar! — Suigetsu solo se limitaba a escuchar —¡Kakashi me las pagará solo por haberla traído!
— ¿Podrías dejar de gritar?, Me duele la oreja solo de oírte — el chico comenzó a calmarse y Suigetsu agradeció que no siguiera gritando — Escúchame, lo que tienes que hacer es tratar de demostrarle al viejo que aunque esa mocosa esté en tu casa a ti no te afecta.
Sasuke comenzó a prestar atención a las palabras de su amigo.
— ¿A qué te refieres?
— Es simple — el chico con dientes de tiburón parecía muy convencido de lo que hablaba — Tienes que hacerle ver que su presencia no produce ningún efecto en tí, debes ignorarla lo más que puedas, así será como si ella no estuviera allí.
La idea de aquel chico no parecía tan mala después de todo, pues el hacer como si aquella chica no existiera haría mucho más fácil que Sasuke se saliera con la suya.
— No lo sé — dijo, no tan convencido — lo que quiero es que realmente ya no esté allí, quiero que se vaya.
— Sigue mi consejo — el chico tomó su cigarrillo y después de fumar, siguió hablando — Si no haces lo que ella quiere, Kakashi terminará por correrla el mismo, será pan comido.
Después de pensarlo por un momento, Sasuke le dió la razón a su amigo, ambos se despidieron y el pelinegro comenzó a idear como hacer que la chica dejará de existir para él.
Ambos tenían una estrategia para hacer que el otro se enojara al punto de querer explotar. Tal vez, eso era lo que tenían en común, después de todo.
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Jeloooou, espero que les guste este pequeño capítulo, ya recuperé mis cuentas, y mis ganas de escribir, así que probablemente actualice más pronto, cuando sea posible :)
Los quiero, gracias por seguir en esta historia :3
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