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─ chapter twelve





SEIS DE DICIEMBRE, OCTAVOS DE FINAL PARA ESPAÑA. El día finalmente había llegado y Alba estaba que temblaba de la emoción y los nervios que estaba sintiendo, Álvaro que estaba caminando a su lado se encontraba de la misma forma, cantando junto a los demás hinchas que iban camino al estadio. Los dos portaban camisetas de España, Alba la de Busquets y Álvaro la de Ferran, mientras ella tenía sus mejillas con los colores de la bandera y su hermano tenía una bandera colgada en su espalda como si fuera una capa.

— ¿Con qué camiseta se supone que juegan hoy?

— Con la alternativa, si no me equivoco. —al escuchar eso, Alba frunció el ceño. La camiseta alternativa no le gustaba demasiado, y el hecho de que fueran a utilizar esa no le daba buena espina, había algo en esa camiseta que no terminaba de convencerla, como le ocurría con la antigua camiseta suplente de la Selección Argentina.

— Espero que esa cosa no sea mufa, porque prendo fuego todo. —murmuró la actriz mostrando su identificación y la entrada al guardia de la puerta para que le permitiera el ingreso al estadio— Que tenga un buen día. —le dijo con una pequeña sonrisa, siguiendo a su hermano.

Así, los dos actores se dirigieron a sus lugares, que estaban bastante cerca de lo que era la cancha, notando que muchos de los hinchas ya se encontraban en el lugar a pesar de que aún faltaba bastante para que el partido diera inicio.

— Che, podrían ir prendiendo los aires estos porque me estoy muriendo de calor. —se quejó Álvaro mirando la ventilación que había entre los asientos y que se suponía mantenía el lugar fresco, pero que en ese momento se encontraba apagada.

— No hace tanto calor, está re lindo.

El actor miró a su hermana con una ceja alzada. Mientras que a Alba le gustaba el calorcito, la primavera, el verano y la playa, Álvaro detestaba todo eso. Él era un amante del frío, del invierno y el otoño fresco, de la nieve y las bajas temperaturas, todo lo que Alba detestaba porque sufría demasiado el frío.

— Vos debes tener el termostato medio alterado, no puede ser que no tengas calor Alba, siento que me cae la gota gorda por la espalda.

Alba se encogió de hombros— Mira, justito lo prendieron para vos. —le dijo cuando notó que comenzaba a salir aire frío de la ventilación frente a ellos, tomando la campera de algodón que tenía en su mochila— Menos mal que me traje esto por las dudas, sino termino congelada.

— ¡Eh! ¡Alba! ¡Álvaro! —los dos hermanos Moreno se giraron hacia la derecha, sonriendo al ver quien se acercaba.

— ¡Fer! —exclamó la actriz acercándose para saludar al español con un pequeño abrazo— Es un gusto verlos de nuevo. —agregó saludando con dos besos a María y Fernando, los padres de Fer y Pedri— ¿Les tocaron los asientos acá?

— Así es, queríamos estar cerca de los jugadores. —le respondió María con suavidad— Es un placer verte de nuevo, Alba.

— Álvaro, ellos son los padres de Pedri. María, Fernando, él es mi hermano Álvaro. —dijo Alba haciendo las presentaciones mientras su hermano saludaba a los dos mayores, luego de haber saludado con entusiasmo al mayor de los hermanos González.

El actor se acercó a saludarlos, diciéndoles que era un placer conocerlos, rápidamente entablando conversación sobre el partido y lo que esperaban, y como se encontraba Pedri.

— ¿Has hablado con mi hijo, Alba? —preguntó María tomando asiento junto a la chica, mientras su esposo se sentaba a su derecha. Fer por su parte se había sentado a un lado de Álvaro hasta que diera inicio el partido y tuviera que cambiarse a su lugar, junto a su padre.

— Hicimos videollamada a la mañana, quería saber como estaba y desearle mucha suerte. —María observó la forma especial en la que Alba sonreía cuando hablaba de su hijo, confirmando una vez más esa idea que tenía de que ella era la indicada— Se lo veía bastante nervioso, lo mismo Gavi, no dejaba de moverse mientras hablábamos.

— Esperemos que todo salga bien.

Alba asintió, eso era lo que ella quería, pero había algo que le decía que las cosas no terminarían ocurriendo de la forma en la que todos lo esperaban. Y no sabía si estaba preparada para eso y lo que eso significaba.

— Pedri. —lo llamó Gavi— Pedri... ¡Eh! ¡Pedri! —volvió a llamarlo al ver que el jugador seguía concentrado con la pelota mientras hacían el calentamiento.

Pedri alzó su mirada confundido, levantando la pelota con su pie para luego sujetarla con sus manos— ¿Qué ocurre?

— ¿Has visto donde está tu familia? —Gavi tenía una sonrisita pícara en sus labios, sus ojos brillando con diversión. Los jugadores de ambas selecciones ya se encontraban en la cancha, con sus equipos de entrenamiento para realizar el calentamiento previo al partido, oyendo de fondo la música que pasaban por los parlantes acompañada de los gritos de los hinchas que ya estaban completamente eufóricos.

— No, aún no, siempre tardan en llegar, por lo general lo hacen unos minutos antes del himno. —respondió— Pero me dijeron que esta vez iba a estar más cerca de nosotros.

— Pues ya llegaron. —el mayor de los dos comenzó a mirar alrededor, con su ceño fruncido en un intento por reconocer a sus padres o a su hermano, pero entre tanta gente se perdía— Ahí, mira.

Pedri giró su mirada en la dirección que su mejor amigo estaba señalando, su mirada encontrándose con la de su hermano, Fer. El español observó luego a su padre y finalmente a su madre, notando que estaba hablaba con alguien que no eran ni su padre ni su hermano, y cuando vio de quien se trataba sus ojos se abrieron con sorpresa.

— ¿Es esa Alba? ¿O es que de los nervios ya estoy delirando? —cuestionó Pedri en un murmullo provocando la risa de Gavi.

— No estás delirando, si es ella, al lado puedes ver que está su hermano. —y sí tenía razón, porque a la izquierda de Alba se encontraba sentado Álvaro, portando al igual que ella la camiseta de España.

Pedri observó como Fer llamaba la atención de su madre y Alba, y les señalaba la cancha, precisamente donde estaban parados Gavi y él. La chica alzó su mano para saludarlos con una sonrisa, y de forma instintiva Pedri alzó la suya con una sonrisa tonta en su rostro, lo que provocó que Gavi volviera a reír mientras también saludaba a Alba y la familia de Pedri.

— Bueno, ahora tienes una motivación extra para jugar como nunca. —le dijo Gavi con diversión, viendo como su mejor amigo se ponía todo rojo y sujetaba con fuerza la pelota bajo su brazo— ¿No has pensado en obsequiarle tu camiseta a Alba?

— Sí, lo he pensado, pero me gustaría obsequiársela si llego a marcar, de esa forma sería especial.

Gavi chasqueó la lengua— Creo que para Alba con el simple hecho de que se la obsequies ya le parecerá muy especial, pero si tu lo dices.

— Quizás en el próximo partido, a Alba le gusta mucho más la titular, no voy a obsequiarle esta cuando sé que no le gusta. —respondió Pedri encogiéndose de hombros.

— Si todo sale bien.

— Exactamente, si todo sale bien.





NADA ESTABA SALIENDO BIEN. Alba no podía creer lo que estaba pasando, el partido continuaba empatado cero a cero, y ya habían incluso entrado en el segundo tiempo del alargue, pero parecía que la pelota no quería entrar.

— ¡LA CONCHA DE TU MADRE! ERA AHÍ LOCO, TENÍA QUE SER AHÍ. —gritó Alba completamente desesperada cuando a los dos minutos extra del segundo tiempo del alargue, Sarabia había tirado la pelota al arco, pero esta fue tocada por Bono, el arquero de Marruecos, logrando que se desviara un poco y terminara dando en el palo en lugar de entrar al arco.

— No me estoy sintiendo bien. —dijo Álvaro llevando las manos a su cabeza, una expresión de temor en su rostro en el momento en que el árbitro había pitado dando final al alargue. Y como todo seguía empatado, sólo quedaba una forma de resolverlo, y eso era con penales.

Alba a su lado ya podía sentir como sus ojos se empañaban por las lágrimas que comenzaban a acumularse, producto de la desesperación y el miedo que estaba sintiendo. Y no era la única, todos se encontraban en el mismo estado, a su lado la familia de Pedri estaba con expresiones cargadas de preocupación, mientras María tomaba la mano de su marido con fuerza.

La mirada de la actriz se movió a la cancha, viendo como los jugadores de España se colocaban alrededor de Luis Enrique, el director técnico, para hacer la elección de aquellos que se encargarían de patear los penales. Sus ojos chocolate posándose en Pedri que estaba aprovechando a tomar agua, su cabello pegado sobre su frente producto de la transpiración, al igual que la camiseta pegada a su pecho, y sus ojos cargados de preocupación mientras escuchaba atentamente lo que Luis Enrique decía. Gavi por su parte tenía puesta la campera azul de los jugadores, porque el chico había sido sacado durante el partido gracias a un cambio que el director técnico había hecho.

— ¿Quiénes podrían llegar a patear? —preguntó Alba a su hermano, tomando su mano para tratar de detener el temblor de la suya producto de los nervios. Si había algo que Alba detestaba eran los penales, los sufría demasiado, jamás le habían gustado y sabía que nunca iban a gustarle, le generaban demasiado desesperación.

— No sé, no es como que tengamos jugadores que se especializan en eso como Montiel o Messi.

Alba bajó su mirada a su regazo donde estaba su teléfono, donde le estaban llegando varias notificaciones sobre las fotos que había subido a sus historias, pero lo que menos quería hacer la chica era ver esas cosas cuando el futuro de una de sus selecciones en el mundial estaba a punto de definirse. La chica notó que María le tendía su mano, y con la mano que le quedaba libre, la actriz la tomó sonriendo ligeramente cuando la mujer le dio un leve apretón para brindarle apoyo.

Todos observaron como Sarabia se colocaba frente al arco, mientras Bono se preparaba para atajar cuando el árbitro diera la señal— ¿Qué tan buena idea es poner a Sarabia a patear el penal cuando acaba de errar un gol? —murmuró Alba— Lo que se la debe haber bajado errar ese gol, no estoy segura de que pueda mentalizarse para patear esto, debe seguir con bronca.

Y así era, porque segundos más tarde la pelota pateada por Sarabia daba una vez más contra el palo, y mientras ellos habían errado el primer penal, Marruecos había logrado meterlo. Alba ya se encontraba llorando, podían sentir como temblaba por toda la situación, sus manos aún sujetando la de Álvaro y María. La mujer a su lado murmurando palabras que no llegaba a comprender, pero parecía estar rezando, mientras Álvaro se tapaba el rostro con la bandera.

— Por favor, hagan uno al menos. —susurró la actriz, cuando Soler erró el segundo penal de España, pero Ziyech lograba anotar el segundo de Marruecos— Bono de mierda dejá de sonreir cuando atajas la puta madre, me haces mal. —luego fue el turno de Banoun, jugador de Marruecos, cuyo tiro logró ser atajado— ¡VAMOS VIEJA TODAVÍA! ¡DALE LOCO, DALE BUSI POR FAVOR NO NOS HAGAS SUFRIR MÁS! —Alba había vuelto a sonreír, la ilusión apareciendo otra vez, y los hinchas de España miraban expectantes al jugador del Barcelona— ¡NO PUEDE SER! —el tiro de Sergio Busquets había sido atajado por Bono, y Alba ya no daba más, todo indicaba que España quedaba afuera del mundial.

La actriz ahogó un sollozo, sintiendo como las lágrimas caían por su rostro cuando Hakimi metió el tercer penal para Marruecos marcando el final del camino para España en el mundial de Qatar dos mil veintidós. Alba sintió como su hermano la rodeaba en un fuerte abrazo, permitiendo que ella llorara en su pecho, mientras él ocultaba su rostro contra el cabello de su hermana. A su lado, María era abrazada por el padre de Pedri y Fer.

Alba podía oír los festejos y gritos de los marroquíes mientras los españoles lloraban por la derrota. Moviendo su cabeza ligeramente, fue capaz de dirigir su mirada hacia la cancha, donde lo primero que sus ojos vieron fue a Pedro tirado en el piso con una expresión cargada de pesar mientras Gavi se acercaba a él para abrazarlo. Esa imagen fue capaz de romper el corazón de Alba, verlos a ambos de esa forma, Gavi al borde de las lágrimas mientras Pedri trataba de no llorar para no empeorar la situación, le dolía.

Soltando un suspiro, Alba se giró para mirar a los González, rodeando en un abrazo a la madre de Pedri— Me hubiese encantado ver a España llegando mucho más lejos, los chicos se lo merecían.

María asintió, una sonrisa triste en sus labios— Pedri estaba muy emocionado con todo esto, con poder vivirlo con nosotros y con Gavi, es una lástima. —así como abrazó a la mujer, la actriz también fue abrazada por el padre del futbolista y por Fer.

Poco a poco, los hinchas comenzaban a salir del estadio, sobre todo los españoles mientras que los marroquíes continuaban cantando y saltando emocionados en sus lugares. Los jugadores de la Selección Española se despidieron de los hinchas y salieron de la cancha en dirección a los vestuarios, todos con expresiones que dejaban en claro lo mal que la derrota les sentaba.

— Alba, ¿vos ya estás? —ante la pregunta de su hermano, la actriz terminó de guardar la campera en su mochila para observarlo.

— Sí, más tarde le escribo a Pedri y los chicos para ver como están. —dijo ella, colocándose de pie y colgando la mochila en su espalda— ¿Nos vamos?

— Aguarda, Alba. —la llamó María, ya que ellos tampoco se habían marchado todavía— ¿Quieren quedarse con nosotros? En unos minutos iremos a verlos a la salida de los vestuarios, estoy segura de que le gustará verte ahí con nosotros.

— Gracias por la propuesta, pero yo tengo que regresar con mi novia. —dijo Álvaro— Vos quedate si querés Alba, cualquier cosa después me avisas y te pasamos a buscar, ¿Sí?

— Podemos llevarla nosotros hasta donde se estén hospedando, Álvaro. —intervino Fer con una pequeña sonrisa— ¿Te quedas con nosotros, Alba?

Rápidamente la actriz asintió, quería al menos tener la oportunidad de darles un abrazo a los chicos, imaginando lo mal que debían sentirse. Si ella, que no había jugado, se sentía como la mierda, no quería ni pensar como estaban todos ellos en el vestuario.

Así, la actriz y la familia González se despidieron de Álvaro, y siguiendo las indicaciones de los guardias, mostrando sus identificaciones, se encaminaron hacia los vestuarios donde se encontraban ya esperando algunas familias de otros jugadores. Alba pudo reconocer a Aurora, la hermana de Gavi, a quién había conocido en una salida con Sira, donde su amiga se la había presentado. La actriz se acercó a ella con una pequeña dándole un fuerte abrazo y felicitándola por todo lo que su hermano había hecho y logrado a lo largo de lo que había sido el mundial para España. Al igual que ella, era notorio por sus ojos ligeramente hinchados, que la joven había estado llorando por el resultado obtenido.

— Ahí vienen. —escuchó Alba que decía uno de los guardias. La chica de cabello oscuro se paró junto a Fer mientras el chico la abrazaba por los hombros con afecto.

Poco a poco, los jugadores comenzaron a salir del túnel que los llevaba a los vestuarios, dirigiéndose cada uno a donde sus familiares se encontraban para ser engullidos en un abrazo. Alba observó a Gavi saliendo con una expresión frustrada, acercándose a su familia, y rompiendo en llanto cuando fue abrazado por su madre. La actriz sintió una punzada de pesar en su pecho ante esa imagen.

— Hijo, por aquí. —la voz de María llamó la atención de Alba, que dejó de ver a Gavi con su familia para ver a Pedri que acababa de salir, su mirada en el piso y sus hombros caídos. Al escuchar la voz de su madre, el español alzó su cabeza, dejando ver sus ojos cristalinos por las lágrimas que estaba aguantando, estos abriéndose con sorpresa cuando vio la figura de Alba junto a su hermano.

Pedri fue recibido en un abrazo por sus padres, permitiéndose finalmente llorar, siendo contenido por dos de las personas más importantes de su vida, mientras estos le decían lo orgullosos que estaban de él y de todo lo que había logrado. Durante varios minutos se mantuvieron de esa forma, hasta que finalmente liberaron el agarre, y Pedri fue entonces abrazado por Fer que trataba de animarlo, felicitándolo por lo bien que había estado a pesar del resultado.

Y finalmente, había llegado el turno de ella. Pedri no dijo siquiera una palabra antes de acercarse a ella y dejarse abrazar por la chica con fuerza, ocultando su rostro en el cuello de Alba— Sé que lo que diga no va a servir de nada, porque la bronca que tienen ahora mismo es mucho mayor, y es totalmente entendible. Pero tenes que saber que están todos muy orgullosos de ustedes, de vos. Yo estoy muy orgullosa de vos y de todo lo que diste durante el mundial, igual que Gavi y los demás. —la actriz hizo una pausa, notando como Pedri ahogaba un sollozo. Durante varios segundos se mantuvieron de esa forma, hasta que Pedri alzó su cabeza y dio un paso hacia atrás, Alba liberando el agarre a su alrededor— Este año no se dio, pero todavía tienen chances más adelante, tienen el talento y las capacidades, estoy muy segura de que lo van a conseguir, todo esfuerzo termina teniendo su recompensa tarde o temprano.

— Lo sé, pero los decepcioné. —susurró Pedri bajando la mirada a sus pies.

Alba se acercó a él, posando con suavidad su mano sobre la barbilla de Pedri para alzar su cabeza— No creo que eso sea así, ninguno está decepcionado por lo que hiciste. Todos están orgullosos, además no es tu culpa, hay muchas cosas que terminan definiendo quien sigue y quien no, y no todo recae sobre tus hombros, no cargues con tantas cosas que no son tu culpa.

— ¿Puedo darte otro abrazo? —preguntó el jugador en un susurro, sus ojos cargados de pesar.

— No hace falta ni que lo preguntes, todos los que necesites.

Y sin perder un segundo más, Pedri volvió a acercarse a ella, abrazándola con fuerza y disfrutando de la tranquilidad que tener a Alba de esa forma le brindaba. El español, al igual que ella, tenía sus ojos cerrados, simplemente disfrutando de su presencia y de la calma que le brindaba. Ambos siendo completamente ajenos a las miradas de los padres de Pedri y de Fer, María dedicándoles a ellos dos una mirada que decía "Se los dije", que provocó que sonrieran al igual que ella.

— ¿Vienes a comer algo con nosotros? —le preguntó Pedri cuando Alba volvió de saludar a Gavi y Ferran, dándoles un fuerte abrazo a ambos mientras les decía lo orgullosa que estaba.

— Iremos a comer algo los cuatro juntos, a Pedri le dieron la posibilidad de volver más tarde para estar un tiempo con nosotros ya que se supone que mañana deben regresar a España. Ven con nosotros, Alba. —agregó María.

Al oír eso, la realidad cayó como un baldazo de agua fría sobre los hombros de Alba. No solo España había perdido y había quedado fuera del mundial, sino que además Pedri debía volver a España con el resto de la selección. Ella no había pensado en esa posibilidad, y en lo que significaba, y ahora se sentía mil veces peor.

— Me encantaría. —respondió Alba, tratando de sonreír. Si Pedri iba a marcharse al menos iba a aprovechar el último tiempo que podía estar con el chico en Qatar, aunque ya nada podía hacerla dejar de pensar en la idea de que la marcha de Pedri era algo que pasaría quisiera o no.

De esa forma, Alba salió del estadio junto a la familia González, Pedri a su lado mientras hablaban de como se habían encontrado antes del partido y por casualidad habían terminado sentados juntos.

— Cuando sepas el horario al que se van mañana, ¿me avisas? Me gustaría ir a despedirlos, si no te molesta.

— Claro, ni bien lo tenga te avisaré. —respondió el futbolista, aunque no estaba seguro de que hubiera una hora para marcharse, no con la idea que había comenzado a dar vueltas por su cabeza. 

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