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─ chapter fifteen











— AL FINAL SE ESTÁN LLEVANDO RE BIEN, vos que estabas preocupada.

Alba miró a su cuñada para luego desviar la mirada hacia el grupo que estaba jugando un partido en el patio trasero de la sede para la Scaloneta— No estaba preocupada porque se fueran a llevar mal, estaba preocupada de que los fueran a descansar en exceso.

— ¡ESO, PENDEJOS! —las dos actrices observaron Nicolás Otamendi chocando los cinco con Gavi y Pedri, mientras los demás del mismo equipo se acercaban a felicitarlos. El más joven sin poder dejar de sonreír mientras le desacomodaban el cabello.

Era diez de diciembre al mediodía, y todos se encontraban en la Universidad Nacional de Qatar para la visita post partido, para festejar el triunfo que habían conseguido ante Países Bajos. Estaban esperando a que estuviera listo el almuerzo organizado por los del lugar para celebrar, y mientras los nenes jugaban en un costado y las mujeres se quedaban hablando y tomando mate, los chicos se habían armado un partido entre ellos, en dos equipos.

Por pedido de sus amigos, Alba había invitado no solo a Pedri sino también a Gavi y Fer a la visita, y tal y como le había dicho a Candela, en un primer momento la chica estaba preocupada por lo que podrían llegar a decir o a hacer los jugadores de la Scaloneta. Pero la habían sorprendido, y habían recibido primero a Pedri con bastante entusiasmo, tratándolo como si ya fuera uno más de ellos, y luego le habían dado la bienvenida a Gavi y Fer, que parecían igual de nerviosos que Alba.

— Pésima idea dejar que estos dos jueguen juntos. —murmuró Licha mirando a los dos españoles que chocaban los cinco con los demás riendo.

— Culpa del culiado del Dibu que es el capitán de nuestro equipo, tendríamos que haberlos elegido para acá, loco. —se quejó el Cuti mientras se acercaba para agarrar la pelota.

— Era obvio que Leo iba a elegir a Pedri, al pedo lo dejaron elegir primero, y después nos terminaron cagando a Gavi. —dijo Leandro con una mueca en sus labios, porque al ir por una pelota había experimentado lo que era enfrentarse a Gavi— Es una bestia ese pendejo, mamita.

— Me cae bien, es re calentón y no le cabe una si tiene que ir a buscar la pelota. —el Cuti se encogió de hombros— Banco mucho.

— Te cae bien porque es un animal como vos. —le dijo Licha riendo— Anda a saber cuantas amarillas juntarán entre los dos.

— ¡A COMER MUCHACHOS! —el grito de Scaloni llamó la atención de todos, y así empezaron a distribuirse por las distintas mesas que habían armado. Alba quedando en la misma mesa que Cuti y toda la familia, la familia y de Licha y Nahuel, y claramente los tres españoles.

— Che negra, después no te olvides de dejarnos las cosas.

Alba asintió mientras se servía ensalada rusa— Sí, tengo todo guardado en una bolsita en mi mochila, haceme acordar antes de que nos vayamos de que se las de.

— ¿Qué se supone que les trajiste? —cuestionó Álvaro con curiosidad.

— Licha me pidió que les traiga palo santo, algunos sahumerios y unas cabezas de ajo. —al escuchar eso, sobre todo la última parte, se giraron para verlos.

— Jodeme que ustedes también están con todo lo del palo santo y esas cosas. —dijo Álvaro soltando un quejido— Entre estas dos me van a terminar ahogando, Candela vive prendiendo palo santo por todos lados para limpiar las energías en el departamento por los partidos, y cuando me voy al departamento de Alba está con los sahumerios, dios mío, mis pulmones piden un respiro. —los demás soltaron una carcajada al ver la cara de Álvaro y como Alba le hacía burla.

— Hasta el momento sirvió, y no pienso dejar de hacerlo, cada uno con sus cábalas. Esa y la del glitter son las mías, y hasta que estos no levanten la copa no paro. —Licha que estaba frente a ella alzó su mano para que le chocara los cinco, siendo seguido por Cuti y Nahuel.

— ¿Y la cabeza de ajo para qué sería? —cuestionó Fer sin entender.

— Es para las malas vibras, la ponen en algún lugar que no quede a la vista y listo.

El español la observó sorprendido— No sabía de eso, sí había oído lo del palo santo o los sahumerios.

— Son medio macumberos estos, en breve se ponen a hacer rituales frente al fuego, no me sorprendería si en una de esas empiezan a levitar. —dijo Álvaro ganándose un golpe por parte de Candela en el hombro— ¡Amor! ¡Las quemaduras! —exclamó el chico tratando de alejarse y cerrando sus ojos con fuerza debido al ardor, mientras los demás se cagaban de risa.

— La próxima va a ser más fuerte.

— Bueno, cambiando de tema, ¿a dónde salimos hoy a la noche? —ante la pregunta de Nahuel, todos se pusieron a tirar ideas de lugares a los que podían salir juntos, incluyendo a los jugadores españoles y Fer en sus planes.

— En realidad, Alba y yo no podremos ir con ustedes. —rápidamente todos los que estaban en esa mesa giraron sus cabezas para ver al veinteañero, provocando que se pusiera un poco nervioso.

— Ah, ¿sí? ¿Y eso por qué Pato Lucas? —indagó el Cuti, usando un nuevo apodo para el jugador, mientras sonreía con diversión. Estaba claro que el cordobés no iba a dejar de joder con los nombres de pájaro, pero a Pedri no le molestaba, ya se había acostumbrado.

— Vamos a salir a cenar juntos. —Alba pudo sentir como se ponía toda roja cuando los chicos comenzaron a chiflar y a decir "UHHHHH", llamando la atención de los demás, pero poco les importaba cuando estaban demasiado ocupados jodiendo a Pedri y Alba.

— ¿Y a dónde piensan ir?

— No me quiso decir, dijo que era sorpresa. —se quejó Alba como una nena chiquita, provocando que Pedri sonriera.

— Ojito vos, no te hagas el vivo. —le dijo Lisandro, haciendo el gesto con su mano.

— Te zarpas y chau carrera, no hay que darle muchas vueltas. —agregó el Cuti con tranquilidad.

— Basta pelotudos, por qué no son como Nahuel que es más tranquilo y no hace el ridículo. —la chica desvió su mirada de ellos dos para mirar a Nahuel, que también le hacía un gesto a Pedri diciendo "te vigilo" — ¿Saben qué? Hagan como que no dije nada, los tres igual de tarados.

— Sólo te cuidamos, no queremos otro caso como el del pelotudito ese de Felipe. —al escuchar eso, Pedri observó al futbolista y a Alba con curiosidad, porque no era la primera vez que mencionaban algo al respecto, pero jamás habían dado detalles.

— Él no sabe nada de eso, nunca le llegué a contar. —murmuró Alba haciendo referencia a Pedri.

— ¿Por qué me suena el nombre Felipe? —Gavi frunció el ceño porque estaba seguro que lo tenía de algún lado.

— ¿Viste Aliados con Aurora alguna vez? —ante la pregunta de Alba, Gavi asintió— Bueno, era uno de los chicos que trabajó ahí, el que hacía de Valentín Gaytán, el que mi personaje tenía que proteger. —el futbolista entreabrió sus labios, recordando entonces a quien mencionaba— Fuimos mejores amigos durante varios años, y en ese momento a mí me gustaba, era chica todavía, y todos decían que él sentía lo mismo, que nos veíamos bien juntos y bla, bla, bla. —Pedri observaba a Alba con atención, notando que a diferencia de las veces anteriores donde habían salido el tema del chico, sus ojos no lucían tristes ni se la notaba afectada por el tema— Bueno, yo decidí arriesgarme, decirle lo que sentía y empezamos a salir porque según él, también sentía lo mismo. Mentira, un bolacero, en una de esas cuando llevábamos unos meses lo escuché hablando con un amigo suyo diciendo que había aceptado por la presión del entorno y que no sentía lo mismo, pero que no sabía cómo decírmelo porque no se animaba, que le interesaba alguien más y otras boludeces.

— Un imbécil. —las palabras habían salido de los labios de Pedri antes de que pudiera siquiera ser consciente de ello, pero tampoco era como que no pensaba eso.

— Sí, un pelotudo. —le dio la razón Álvaro.

— Si bueno, hay pelotudos por todos lados, solo tuve la mala suerte de enganchármelo yo. —dijo Alba riendo— Pero ya está, ya quedó atrás todo eso, no puedo dejar que algo que pasó hace años siga influyendo en mi vida de esa forma. —se encogió de hombros— Entendí que hay excepciones, y que no todos van a ser igual de tarados que él. —finalizó sonriendo— Así que... ¿Qué piensan hacer mientras nosotros no estamos?

— Ustedes no nos van a dejar colgados ¿no? —ante la pregunta de Lisandro hacia ellos, tanto Fer como Gavi negaron con sus cabezas.

— Si puedo pasar, iré con gusto.

Cuti soltó una risa— Cierto que sos un feto todavía.

— ¡Cristian! —ante el llamado de Candela y Alba, el cordobés rió más.

— Pues este feto te ha tirado a la mierda mientras jugábamos, no una, ni dos veces, sino tres. —respondió Gavi sin achicarse, con una sonrisa desafiante. Los demás carcajearon mientras Cuti lo observaba con sus ojos entrecerrados— Ya no es tan divertido, ¿no?

— Eso pendejo, no te dejes achicar. —Lisandro lo palmeó en la espalda, aprovechando que se había parado para servirse más ensalada— Cada vez me cae mejor, ya estoy listo para adoptarlo. —Gavi sonrió al escuchar eso, sobre todo viniendo de un jugador del calibre de Lisandro Martínez, recordando el apodo que le habían colocado en la cancha, Carnicero.

Pedri, por su parte, se había quedado observando a Alba, que estaba sentada a su lado con una sonrisa en sus labios— ¿Te encuentras bien? —preguntó el chico en un susurro cerca de su oído, aún pensando en lo que Alba había contado.

— Todo perfecto. —le aseguró ella sonriendo con dulzura— ¿Me vas a decir a donde vamos a ir hoy? —al ver que Pedri negaba con su cabeza, Alba bufó— ¿Por lo menos puedo saber más o menos como me tengo que vestir? Ya me veo que me pongo cualquier cosa y termino quedando como una ridícula.

Pedri soltó una risita— Lo dudo mucho Alba, jamás podrías verte mal. Pero tal vez lo mejor sea que no uses zapatos con tacón, no creo que sean una buena idea en la playa. —y al ver como los ojos de Alba se iluminaron ante la mención de la playa, Pedri supo que había escogido bien.





— UNOS MINUTOS MÁS Y ESTAREMOS LLEGANDO.

Llevaban ya varios minutos en el vehículo solo ellos dos, dirigiéndose hacia donde cenarían juntos, lugar que Alba no tenia idea de donde quedaba porque se estaban alejando bastante de lo que era el centro de Qatar. Pero el paisaje le parecía hermoso, y Pedri le había dicho que involucraba la playa, así que estaba segura de que iba a encantarle.

El futbolista observó de reojo a la actriz mientras esta sonreía, disfrutando de la música que sonaba en el estéreo y de la brisa que entraba gracias a que estaban las ventanillas bajas. Ante los ojos de Pedri, Alba estaba sumamente preciosa con su cabello oscuro suelto y un atuendo que constaba de una falda, un top blanco y una camisa por encima a modo de chaqueta, que resaltaban con el color dorado que su piel había adquirido gracias al sol de Qatar. Y había escuchado su recomendación porque en lugar de ponerse zapatos con tacón o algo que pudiera dificultar su andar por la arena, Alba se había colocado una sandalias simples.

— Ahora sí, ya estamos. Solo aguarda un segundo. —Alba observó con curiosidad como el futbolista descendió del coche y rápidamente dio media vuelta para llegar hasta la puerta del acompañante, abriéndola para ella pudiera salir, otorgándole una sonrisa completamente dulce ante el gesto. La joven de ojos café respiró profundo, llegando a captar ese aroma característico de la cercanía al mar, y si se concentraba podía llegar a oír el sonido de las olas. A pesar de no ser tan tarde, ya era de noche gracias a que en Qatar oscurecía bastante temprano, pero podía verse todo sin problemas gracias a las luces que iluminaban la calle.

La actriz se dejó guiar por el futbolista, que había colocado con suavidad una mano en su espalda para indicarle por donde debían moverse. Su mirada vagó por la zona donde habían dejado el auto, notando que no había casi gente por esa zona, era un lugar bastante tranquilo y alejado de la parte más turística y abarrotada de Doha.

Con cuidado, Pedri la guió hacia la zona donde estaba la playa, notando que en esta tampoco había casi gente, solo un par de personas pero que estaban bastante alejadas. Su ceño se frunció cuando vio que había algo iluminado en una zona de la arena, aunque como no se había colocado los anteojos no podía distinguir exactamente de qué se trataba, incluso si trataba de entrecerrar sus ojos para hacer foco.

— Me muero. —un jadeo de sorpresa escapó de sus labios cuando finalmente llegaron a eso que ella había visto iluminado, y resultaba que eso se trataba de una especie de tienda con algunas mantas y almohadones sobre estas, además de una mesita donde habían algunos platos y cubiertos, todo decorado con luces para que pudieran ver a pesar de ser de noche.

— Espero que eso signifique que te ha gustado. —murmuró el chico sonriendo, sintiendo un cúmulo de nervios en su interior.

— Es hermoso, Pedro. —y el hecho de que había usado su nombre y no el apodo, le indicaba que estaba hablando completamente en serio, y esos nervios que sentía comenzaron a disminuir— Es muy lindo, por favor. —susurró notando que incluso había una flor en el medio de la mesa, y se trataba de un tulipán, su flor favorita— ¿Cómo... ¿Cómo hiciste todo esto?

Pedri sonrió, ayudándola a tomar asiento para comenzar a sacar toda la comida que había guardada en una heladerita a un costado para colocarlo sobre la mesita, y que ante los ojos de Alba tenía tremenda pinta— Tuve bastante ayuda, no podría haber armado todo esto solo, eso está claro porque no soy muy bueno en estas cosas. —la chica sonrió al ver la cara que él hacía— Tú mencionaste que te gustaba la playa, que era básicamente tu lugar favorito en el mundo, así que creí que venir a aquí era la mejor idea. Me puse a investigar alguna que no fuera tan conocida para tener más privacidad, y con ayuda de Candela y Pablo he conseguido armar todo esto, y bueno, mi hermano me ha ayudado con la comida. Espero que te haya gustado y haya estado a la altura de lo que estabas esperando.

Alba no podía dejar de sonreír, no al ver todo lo que Pedri había armado solo por ella, como había recordado algo que ella había mencionado al pasar, y todo el esfuerzo que había puesto— Es sin dudas lo más lindo que hicieron por mí. —la actriz se movió ligeramente, acercándose a él para tomar la mano que tenía su pierna— Me encanta, ya podés dejar de temblar Pedri, no te voy a mandar a la mierda ni llenarte la cara de arena si era eso lo que te preocupaba. —agregó con diversión en un intento por tranquilizarlo, notando lo nervioso que él estaba, y provocando que el muchacho riera.

— Es un alivio oír eso, me preocupaba un poco la idea de terminar con arena hasta por las orejas. —comentó Pedri con una risa ronca, provocando que Alba también riera.

— No, pero en serio, esto es hermoso. —Alba miró todo lo que había armado— Aprecio muchísimo que te hayas tomado el tiempo de organizarlo todo, es un montón.

— No creo que algo sea mucho cuando se trata de ti, Alba. —la actriz sintió como sus mejillas se sonrojaban y como los latidos de su corazón se aceleraban, era increíble como con unas cuantas palabras Pedri lograba generar una completa revolución en su interior— ¿Te parece si comemos? —al ver que ella asentía, el chico comenzó a acercar todas las cosas para que ambos pudieran servirse, sacando también unas botellas con jugo natural gracias a que ninguno de los dos era muy amante de las bebidas alcohólicas.

De esa forma, los dos disfrutaron de los distintos platos que Pedri había preparado toda la tarde con la ayuda de su hermano, charlando de todo un poco, riendo de forma despreocupada, y gozando de la compañía del otro. Siempre que estaban juntos se sentían completamente cómodos, un sentimiento de tranquilidad que se transmitían mutuamente y que les encantaba porque sabía que podían ser ellos, sin preocuparse por nada. Varias horas pasaron de esa forma, pero cuando estaban juntos no sentían el paso del tiempo.

Cuando ya habían terminado de comer, durante algunos minutos se habían quedado charlando sobre lo que estaba siendo la experiencia en Qatar para cada uno, todas las cosas que les habían gustado y los recuerdos que se estaban llevando.

— Alba. —la llamó Pedri, provocando que la chica posara su mirada en él, una sonrisa adornando sus labios rosados— ¿Recuerdas que te dije que quería hablar de algo contigo? ¿Y que ese era el motivo principal de esta salida juntos? —ella asintió, acomodándose mejor a su lado, para poder quedar mirándolo de frente.

— Quería sacar ese tema, pero no sabía como hacerlo. —murmuró Alba jugueteando nerviosamente con los anillos que tenía en sus dedos.

— Empiezo yo, ¿te parece una buena idea? —preguntó Pedri, mordiendo su labio inferior con nerviosismo— Quiero tratar de ser directo porque entre más vueltas le dé, más nervioso me pondré y empezaré a desvariar y no podrás entender nada, y voy a quedar como un imbécil, y entonces se arruinará todo esto y...

Alba ladeó su cabeza ligeramente, tocando con suavidad la barbilla del futbolista, logrando llamar su atención y que se detuviera— Pedri, sabes que podés respirar, ¿no?

El chico soltó una risa nerviosa, observando con atención el rostro de Alba, la forma en la que era iluminado no solo por las pequeñas luces que había a su alrededor sino también por la luz de la luna y las estrellas, una imagen completamente bella, como todo lo que la involucraba a ella.

— Bien, iré al punto, sin rodeos esta vez. —la mirada de Pedri fija en la de Alba, sus ojos cargados de sinceridad y sentimientos— Me gustas, me gustas demasiado y no podía seguir guardándomelo, aunque creo que últimamente no estaba haciendo un buen trabajo en ello.

Alba no pudo evitar soltar una risita ante eso, un cosquilleo en su interior ante esas palabras y la mirada de Pedri, el tono de su voz y la sinceridad en sus palabras— Es bueno escuchar eso, porque también me gustas, demasiado creo yo.

Una sensación de alivio invadió a Pedri al escuchar a Alba pronunciar esas palabras, podía sentir como la tensión desaparecía de sus músculos y todo él pasaba a relajarse, una sensación dulce y cálida en su interior.

— No estaba seguro de decirlo porque no sabía como ibas a tomarlo, más aún después de lo que han hablado durante la visita de hoy. —la chica asintió, comprendiendo que se refería a su última y única relación— Ya venía hace unos días con la idea de decirte como me estaba sintiendo respecto a ti, y cuando oí eso... No voy a mentirte, me acobardé un poco, y estuve tentado a cancelar todo esto porque no quería molestarte o ponerte en una situación incómoda, sabía que estabas insegura, pero luego vi que reaccionabas de una forma diferente, como si eso ya no te importara y creo que fue ese el último empujón que necesitaba para finalmente animarme a decirlo.

— Pedri, yo no estaba insegura por vos. —comenzó ella provocando que el español la observara con curiosidad— Estaba insegura por mí. Nos conocemos hace poco, y por más que yo ya estaba segura de como me estaba sintiendo últimamente, no quería decir nada para no quedar como una intensa y agobiarte, o que no te sintieras igual y quedar como una tarada de nuevo. Estaba insegura porque no sabía si de verdad sentías lo mismo.

Pedri negó con su cabeza, una sonrisa dulce apareciendo en sus labios— Si bueno, ya no debes preocuparte por eso. Ya te lo dije, y volveré a hacerlo las veces que sean necesarias, me gustas Alba, muchísimo. Y me gustaría intentar algo contigo, empezar de a poco y ver como fluyen las cosas, ¿tú que dices?

— Que me encantaría. —respondió ella sin dudarlo, jamás podría decir que no a esa propuesta.

El joven de cabello oscuro la observó con atención durante algunos segundos, hasta que finalmente volvió a hablar— ¿Puedo besarte, Alba?

— Estás tardando demasiado ya, Pedro. —y antes de que él pudiera hacer algo, Alba se acercó a él tomando su rostro entre sus manos con suavidad, deleitándose con el sabor dulce a chocolate que los labios de Alba tenían gracias al postre que habían compartido. Besar a Alba era algo completamente increíble, lograba generar en su interior una revolución, decenas de emociones despertadas con un gesto tan simple pero tan especial como lo era el primer beso con esa persona que podía poner tu mundo de cabeza.

Inclinando ligeramente su cabeza, el chico se movió de forma tal que logró profundizar el beso, soltando un suspiro completamente extasiado por todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Los dedos de Alba pasaban por su cabello con suavidad, y él podía jurar que esa era una de las mejores sensaciones que había sentido jamás, justo por debajo de la sensación de los labios de Alba sobre los suyos.

Cuando finalmente rompieron el beso, ambos estaban con sus respiraciones agitadas buscando recuperar el aire que el beso les había robado, sus frentes tocando con suavidad y sus ojos cerrados, no queriendo romper la burbuja en la que se hallaban.

— No estoy soñando, ¿no? —un escalofrío recorrió a Alba de pies a cabeza cuando oyó la voz de Pedri, mucho más ronca de lo normal. Finalmente, la chica abrió sus ojos con suavidad, encontrándose la mirada del español sobre ella, esos ojos café observándola con completa adoración, como si ella fuera todo lo que quería y necesitaba.

— No, no creo que sea un sueño.

— ¿Segura? Porque también dijiste eso es mi sueño, y no quiero despertarme de nuevo para ver que nada de esto es real. —Alba no pudo evitar sonreír completamente enternecida por la mirada de Pedri, y el tono inseguro en su voz.

— Completamente real. —le dijo ella, volviendo a colocar sus manos en su rostro, pasando con suavidad su pulgar por el labio inferior del chico, sin dejar de sonreír, disfrutando de la suavidad de ellos.

— ¿Otro? —susurró él, humedeciendo sus labios al pasar su lengua sobre ellos.

— Por favor.

Alba jamás iba a negarse a un beso de Pedri, no cuando acababan de volverse su cosa favorita. 











nota de la autora: 

buenas!!! aL FIN SE CHAPARON LPM vieron que fue más rápido que en daylight?? fui más bondadosa acá ajskajsj ojalá chaparte a pedri,,, en fin pasaba nomás para dejar una foto y que puedan imaginar más o menos como era lo que armó pedri en la playa para alba. obviamente lo pueden imaginar como quieran, pero es más que nada para darles una idea. 

espero que estén disfrutando de la historia tanto como yo!! muchísimas gracias por votar y comentar, lxs tkm!!!!

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