─ chapter eleven
— YA NO ESTOY TAN SEGURO DE ESTO. —murmuró Pedri mientras daba vueltas por la habitación que compartía con Gavi en la Universidad Nacional de Qatar.
Su mejor amigo lo observó confundido— ¿A qué te refieres?
— No sé si es una buena idea que vaya con Alba y los demás, ¿y si no les caigo bien? Sé lo importante que son para Alba sus amigos y la opinión de ellos, ¿y si no les caigo bien? ¿Y si arruino todo y después ella toma la decisión de alejarse? No quiero que Alba deje de hablar conmigo.
— Pedri, estás comenzando a decir cosas sin sentido. —Gavi se acomodó en su cama, dejando su teléfono a un lado para mirar con atención a su compañero de equipo— Según lo que Alba te dijo ya les has caído bien a algunos de sus amigos más cercanos, fueron ellos mismos los que le han propuesto que te invite para acompañarla, así que no entiendo de donde estás sacando todas estas cosas.
El mayor suspiró— Lo siento, estoy nervioso y ya sabes como me pongo cuando eso ocurre.
— Alba no va a dejar que ocurra nada malo, y dudo mucho que les caigas mal a los demás, deberías estar emocionado en lugar de preocuparte por eso, pasarás tiempo con Alba e incluso volverás a ver a Messi. —Gavi observó cómo su mejor amigo asentía, aún inseguro— ¿A qué hora se supone que tienes que ir?
Pedri observó la pantalla de su teléfono— Alba ha dicho que me enviaría un mensaje cuando estuviera afuera para llegar juntos. —como la Selección argentina también se estaba quedando en la Universidad Nacional de Qatar, no era necesario que Pedri saliera del predio, con caminar unos cuantos minutos hasta la zona destinada por los argentinos era suficiente.
— ¿Cuándo vas a declarártele? —la pregunta tomó al futbolista por sorpresa, el español observó a su mejor amigo con ojos desorbitados— No me mires así, Pedri. ¿No piensas dar un paso más? ¿No quieres salir con Alba?
— Por supuesto que quiero, pero no quiero apresurarme. Estoy bastante seguro de lo que siento por Alba, no tengo dudas de que quiero ir más allá con ella, pero no quiero quedar como un pesado o que se sienta presionada. —hizo una pausa, mordiendo su labio inferior nerviosamente— La otra vez cuando salimos a cenar con sus amigos, uno de ellos mencionó algo de una antigua pareja que la cagó con ella y que por eso hacía mucho que Alba no salía con alguien. No sé si Alba cree estar lista para entrar en una nueva relación, y por eso quiero darle tiempo y dejar que pueda conocer más de mí, quiero que conozca más a Pedro González, el chico que se está enamorando de ella, y que no se quede solo con lo que todo el mundo sabe sobre mí, con Pedri el futbolista español, cuando hay mucho más que eso. —Gavi asintió, entendiendo las intenciones de Pedri.
— Mira, voy a dar una opinión de lo que puedo ver desde afuera. Se nota que Alba se siente cómoda contigo y que disfruta de hacer cosas contigo, Pedri, podemos decir que vas por buen camino ¿no? El hermano te adora, la cuñada también, y ahora sabes que a los amigos más cercanos también les caes bien, todo va bien encaminado.
Pedri asintió sonriendo— Veré como sigue todo de aquí a unos días, y cuando crea que es el momento adecuado le diré lo que siento. Solo queda esperar un poco más.
— ¡Eso! ¡Así se habla! —lo alentó Gavi con una sonrisa emocionada.
Fue en ese momento que el teléfono de Pedri sonó indicando que tenía un nuevo mensaje, y por el tono que había sonado sabía que se trataba de Alba. El español tomó el teléfono y sonrió al ver que efectivamente se trataba de ella indicándole que ya se encontraba afuera del edificio, esperando por él.
Pedri se despidió de Gavi, que le deseó suerte, para luego salir del edificio encontrando con su mirada café la figura de Alba a un costado, apoyada contra la pared del edificio mientras miraba la pantalla de su teléfono. Una sonrisa floreció en sus labios al ver lo bonita que la actriz estaba con su cabello recogido en un cola alta, un pantalón wide leg y una remera negra, simple pero completamente radiante ante sus ojos. Mientras él por su parte llevaba un pantalón negro con una remera gris, también bien sencillo, aunque cuando Alba lo vio no pudo dejar de pensar en lo bien que se veía de esa forma.
¿Por qué parece que está modelando? Dios flaco, ¿tan bien te iba a quedar todo? Pensaba Alba, sus ojos sobre Pedri, mientras él se acercaba con una sonrisa.
— ¿Preparado, Pedrito? —cuestionó la actriz desviando la mirada, pensando en que si lo seguía mirando terminaría ojeándolo.
— ¿Qué es esa manía de llamarme Pedrito? —indagó el español parándose frente a ella.
Alba se encogió de hombros, colgando mejor la correa de su cartera sobre su hombro— No te gusta que te digan Pedro, aunque es un lindo nombre, y todo el mundo te dice Pedri, pero yo quería un apodo más ¿especial? Así como a Álvaro le digo Vari, por ejemplo. No se me ocurrió otra cosa que no fuera Pedrito, podría decirte Pedrinho sino. —murmuró con diversión, provocando que Pedri negara mientras reía— Hasta que se me ocurra otro apodo decente.
— Puedes decirme Pepi, Alba.
Pedri vio como ella entreabría sus labios con sorpresa— Creí que no te gustaba que te digan así, o bueno, eso es lo que mencionas en tus entrevistas cada vez que sacan ese tema a colación.
— Tú puedes hacerlo.
Alba mordió su labio inferior— Es súper tierno el apodo, pero si te jode no te voy a llamar de esa forma, me quedo con Pedri y listo, todos felices y contentos.
Pedri le otorgó una sonrisa afectuosa, sus ojos cafés cálidos— No me gusta que me llamen así personas a las que no conozco o con las que no tengo vínculo alguno, pero no me molesta cuando se trata de alguien especial para mí utilizándolo. —explicó con una sonrisa dulce, sus mejillas ligeramente sonrojadas— Y tú entras en ese último grupo.
Alba sintió como su corazón se derretía de ternura, las comisuras de sus labios elevándose en una sonrisa radiante— Pepi. —murmuró ella, probando como sonaba el apodo en sus labios, y Pedri estuvo a nada de suspirar como un estúpido enamorado, pero se dio cuenta a tiempo, antes de que ocurriera y quedara en ridículo frente ella.
Era un simple y tonto apodo, pero oírla a Alba llamándolo de esa forma le generaba muchas cosas, y el saber que ella quería tener una forma especial de llamarlo provocaba un revoloteo en su interior.
"Mi amor" también podría funcionar, pero tal vez es muy pronto para eso. Pensó Pedri, moviendo su cabeza para dejar a un lado esas ideas. Por el momento me conformo con Pepi, pero espero que evolucione a algo más, al igual que nuestra relación.
— Bueno, ¿vamos?
— Te sigo, tu diriges.
La actriz sonrió, comenzando a caminar en la dirección donde la Scaloneta se estaba quedando, con Pedri a su lado mientras comenzaba a contarle lo que habían hecho durante el entrenamiento ese día y como se estaban preparando para el partido contra Marruecos. Para cuando llegaron, los dos mostraron sus identificaciones para que corroboraran que podían ingresar a la zona de Argentina, y una vez que les dieron luz verde, los dos se dirigieron a la parte trasera donde ya se encontraban todos, puesto que ellos eran los únicos que faltaban.
Pedri observó las mesas que habían preparado para que todos los invitados pudieran entrar, y habían tenido que dividirlas en tres grupos porque no había lugar para hacer una sola mesa larga. Aún era temprano, pero ya podía percibirse el aroma a carne asada, y podía oírse las voces de todos que estaban enfrascados en distintas conversaciones, a pesar de estar todos reunidos en una misma zona mientras los nenes jugaban a un costado.
Cuando ambos llegaron, las miradas de los demás recayeron sobre ellos dos, y Pedri sintió de golpe los nervios que había sentido cuando estaba hablando con Gavi. El primero en acercarse fue el Cuti, acompañado de su mujer, y de Candela y Álvaro, siendo seguidos por Lisandro y Nahuel con sus parejas.
— Al final lo trajiste, pensamos que te ibas a cagar y a último momento le ibas a cancelar al pobre pajarito. —dijo el Cuti mirando a Alba con una sonrisa burlona, mientras se acercaba a saludar a Pedri revolviendo su pelo como hacía con los demás de la selección, sobre todo lo más chicos.
— Hola para vos también Cristian. —dijo ella colocando sus ojos en blanco, sonriendo cuando el cordobés la abrazó.
— ¿Qué onda, Pedri? ¿Todo bien? —Lisandro se acercó a él para saludarlo con un abrazo corto, dedicándole una sonrisa amable— ¿Cómo se preparan para el partido?
— Todo bien, todos un poco nerviosos, pero bien. —respondió el español mientras saludaba a Nahuel y luego a Muri y Bárbara. Aún estaba nervioso, pero verlos a ellos y la forma cálida y amigable con la que lo habían recibido ayudó a disminuir esa tensión que sentía.
Fue entonces que sintieron ruidos de pasos, y segundos más tarde pudieron ver a Lionel Messi acercándose con Antonella— ¡Eh! ¿Cómo estás Pedri? Tanto tiempo, che. —Leo se acercó al español para darle un fuerte abrazo que el chico no dudó en corresponder, sonriendo al ver a su antiguo compañero a quien había echado bastante de menos. Los demás habían vuelto hacia el grupito donde antes estaban hablando, dejando a Alba y Pedri solos con el diez de la selección y su mujer.
— Bien, bastante bien. Es bueno verte de nuevo, Leo. —respondió Pedri sonriendo para luego saludar a Antonella, quien también lo abrazo con entusiasmo.
— ¿Cómo andas, Albita? —Antonella se acercó a Alba abrazándola con dulzura— Acordate que todavía tenemos que organizar la próxima salida con los nenes, desde la última que no dejan de decir que quieren volver a salir con vos.
Alba sonrió— Tenemos que organizar para estos días, unas ganas de verlos tengo.
— ¿Me puedo sumar a la salida, yo también? —Leo se acercó a ellas, abrazando a la más chica por los hombros de forma amistosa— Ustedes disfrutan con ellos y me dejan a mi acá tirado con estos.
La actriz soltó una risita— Si los dejan salir yo no tengo drama, Leo.
— ¿Vos te sumas, Pedri? —el español, que había estado escuchando todo observó al argentino con sorpresa— Los nenes me viven preguntando por vos, siempre me preguntan cuando van a poder tomar otra vez helado con el tío Pedri.
Pedri sonrió— Si soy bienvenido por supuesto que me sumo.
— Obvio que sos bienvenido. —le dijo Alba negando con una sonrisa.
— Entonces pueden contar conmigo en esa salida.
— Vengan, vamos para allá así Alba te presenta a los demás. —Lionel señaló con su cabeza hacia donde los demás jugadores y sus familias esperaban.
Así, los dos jóvenes siguieron a la pareja de argentinos, Pedri caminando a un lado de Alba, disfrutando de la cercanía entre ambos. La actriz lo presentó ante los demás, y rápidamente los argentinos comenzaron a presentarse y a saludarlo con mucha buena onda, y sin hacer jodas, habiendo sido ya amenazados por el capitán de la selección, diciéndoles que se comportaran con su protegido de la selección española. Aunque estaba claro que alguna jodita tenían que hacer, no eran ellos si no descansaban a la gente.
Alba y Pedri se encontraban hablando con Julián y Sol, las chicas notando la buena onda que los dos jugadores habían pegado y como hablaban como si fueran amigos de años, lo cual las sorprendía bastante sabiendo lo tímido que los dos podían llegar a ser a veces. Julián estaba hablando de como era vivir en Inglaterra con el tema del idioma y el frío, y lo complicado que se tornaba a veces, y Pedri lo entendía por completo, porque tampoco era el mejor con el inglés y detestaba el frío, acostumbrado al clima de Tenerife. Tenía bastantes cosas en común con el jugador argentino, y ya le estaba cayendo muy bien, al igual que su novia, entendía completamente por qué se llevaban tan bien con Alba.
— Por lo menos tengo a Sol conmigo que siempre me ayuda, y que la tiene re clara con el inglés. —comentó el argentino mirando a su novia con una sonrisa dulce.
Pedri sonrió— Te entiendo completamente con lo del inglés, tampoco entiendo nada, no eran mis clases favoritas y ahora no puedo ni decir como me llamo, Alba está de testigo, de no ser por ella habría hecho un papelón hace unas semanas. —Alba soltó una risa recordando la situación cuando lo había ayudado con los aderezos.
— Creo que con Julián pueden competir para ver quien entiende menos, por ahí si se ponen los dos juntos sacan una frase medio decente. —Sol carcajeó al oír eso.
— ¿A ti también te hacen sufrir con videos repitiendo frases en inglés? —indagó Pedri.
— Seeh, yo repito todo como venga, no se me debe entender un pingo, pero la intención es lo que cuenta. —se encogió de hombros Julián.
— Che, ustedes. —al escuchar la voz de Rodrigo De Paul, los cuatro dejaron de hablar para poder observarlo, notando que los demás jugadores se acercaban a él— Vamos a jugar un partido entre nosotros antes del asado, ¿se suman? Nos faltan cuatro y estamos completos.
— Si no van a ser unos hijos de puta y cagarnos a patadas no tengo drama. —dijo Sol, su mirada fija en Enzo y Gonzalo que eran los que más la jodían cuando se ponía a jugar con ellos.
— No seas maricona Sol. —le dijo Enzo riendo.
— Le encajas una patada de nuevo y te quiebro la pata. —le dijo Julián a su mejor amigo, tomando la mano de su novia y acercándose al grupo— La última vez la tiraste a la mierda y terminó con el tobillo hinchado.
Alba sonrió, girando su rostro para mirar al español— ¿Te querés sumar?
— Nunca voy a negarme a jugar un partido. —Pedri se encogió de hombros, siguiéndola— ¿Tu juegas?
— Algo, no soy Alexia Putellas, pero puedo hacer pases medio decentes. —respondió provocando que el chico riera.
Al final, Alba y Pedri habían terminado en el mismo equipo, el equipo donde estaba Lionel, que había sido quien los había pedido a ambos, junto a Enzo, Leandro y Rodrigo entre otros. Mientras Sol y Julián habían terminado en el otro equipo, al igual que el Cuti, Lisandro y Nahuel.
— ¡Dale Alba! —la actriz agradecía haberse colocado unas zapatillas para asistir al festejo, porque no podría haber corrido ni en pedo si se ponía las botas como había pensado en un primer momento. Bajo la mirada atenta de Pedri, la actriz recibió un pase de Enzo para manejarla bastante bien, mientras trataba de esquivar a Acuña, pasándosela a Otamendi.
¿Era posible que verla de esa la hiciera mil veces más atractiva ante los ojos de Pedri? Porque él podía jurar que sí. Viéndola jugar con los demás, empujándolos a pesar de que no lograba moverlos ni un centímetro, mientras se tentaba de la risa, le gustaba muchísimo. Pedri disfrutaba de ver esas facetas de Alba, que solo hacían que cayera más y más por ella.
El futbolista español recibió un pase de Leo, y con bastante agilidad se la pasó a Paulo Dybala que estaba cerca de uno de los arcos improvisados que habían armado, y esquivando a Ángel Correa, el jugador del Roma logró hacer pasar la pelota por el arco. Un grito de emoción escapó de los labios de Alba mientras alzaba sus brazos en el aire a modo de festejo, acercándose a donde el resto de su equipo estaba celebrando, rodeando con su brazo el torso de Pedri para abrazarlo mientras daba saltitos de emoción, y él claramente no iba a alejarse de ella, disfrutando de la cercanía entre ambos.
— ¿Lo estás pasando bien? —le preguntó ella, sus ojos cafés cargados de curiosidad y preocupación por él.
Pedri sonrió— Más que bien, puedes estar tranquila.
— ¿Seguro?
— Seguro Alba, ya te lo he dicho antes, es imposible no disfrutar algo contigo. —sus palabras logrando sonrojar a la chica.
— Bueno, bueno, se van separando por ahí. —la voz del Papu llamó la atención de ambos— Ojito con la nena, canario.
— ¿Ya están todos para ir de nuevo? —preguntó Lisandro agarrando la pelota. Todos asintieron, y se colocaron en sus posiciones, Alba quedando a la izquierda de Pedri y en frente del Cuti que la miró con una sonrisa maliciosa que ella no llegó a ver.
En el momento en el que el Dibu chifló, como si fuera el silbato del árbitro, la pelota se puso en movimiento siendo agarrado por Sol que rápidamente se la pasó a Nahuel. Durante algunos minutos la pelota se mantuvo en la posesión de ese equipo, hasta que Otamendi fue capaz de recuperarla, Alba la recibió cuando Rodrigo se la pasó y estaba dispuesta a dársela a Leo cuando sintió que algo impactaba contra ella. Un grito escapando de sus labios, cerrando sus ojos con fuerza para ver si así disminuía la fuerza del impacto contra el pasto. Aunque este no llegó, tomándola por sorpresa cuando sintió que la sujetaban por la cintura, evitando que se fuera de jeta al piso, y sintiendo que era sostenida contra un torso.
Alba abrió sus ojos de golpe, viendo que el pecho en el que su cabeza estaba apoyada le pertenecía a Pedri— ¿Alba, te encuentras bien?
La chica asintió, sintiendo como se ponía toda roja, sus mejillas sufriendo un aumento de temperatura por la cercanía que le permitía sentir con mayor claridad el perfume de Pedri que tanto le gustaba— Sí, estoy bien, creo que no me rompí nada. —le dijo con una pequeña sonrisa, logrando hacerlo sonreír, aunque aún seguía observándola con preocupación— Estoy bien, tranqui, y gracias por ayudarme.
— Bueno, las manos lejos, espacio personal pollito pío.
Ante la voz del Cuti, Pedri finalmente aflojó el agarre en la cintura de Alba— ¡Cuti de mierda! —se quejó ella señalándolo con su dedo índice— No soy un jugador de un metro ochenta, me vas a tirar a la mierda Cristian, ya habíamos hablado de eso. —el Cuti estaba completamente tentado viendo a Alba acercándose a él, sabiendo que no podía hacerle nada— Volvé a hacer eso y la próxima te meto una patada en las bolas que no te va a dejar darle un hermano a Valentino.
Los demás que observaban la escena entre ellos se encontraban bastante divertidos con la escena, acostumbrados a las peleas tontas entre el cordobés y la actriz.
— Tranqui Pedri, es normal ya esto, siempre la jode así, Alba lo re putea y después están los dos otra vez bien, abrazados y cagándose de risa. —le explicó Lionel al chico, al ver que seguía viendo a la actriz con preocupación— Son amigos desde que Alba conoció a Candela, ¿sabes la de golpes que ya se llevó por culpa del Cuti que es un animal jugando?
— Ya está curtida. —agregó Leandro con diversión.
— Madre mía. —susurró Pedri viendo como Alba seguía reclamándole al Cuti por ser un bruto de mierda, mientras Lisandro trataba de calmarlos a ambos.
— Tiene carácter cuando quiere. —le dijo Nahuel riendo— Sólo que no lo saca muy seguido, es entretenido ver cuando eso pasa.
Pedri sonrió, su mirada aún sobre ella. Alba jamás dejaba de sorprenderlo, estaba claro que con ella no había oportunidad de aburrirse, y eso le encantaba.
TODOS ESTABAN TERMINANDO EL POSTRE, el helado que habían repartido minutos atrás, luego de haber disfrutado del asado mientras charlaban entre todos. Momento que los de la Scaloneta habían aprovechado para conocer más al futbolista español, haciéndole decenas de preguntas que él contestó sin problemas, conscientes por la forma en la que él y Alba actuaban con el otro de que no faltaría demasiado para que Pedri fuera una constante en el grupo.
Poco a poco el volumen de la música que habían puesto de fondo fue aumentando, y los jugadores fueron poniéndose de pie con sus parejas para comenzar a bailar en el espacio que había quedado entre las mesas, como una pista de baile. Alba vio como Álvaro entrelazaba su mano con la de Candela y la llevaba a esa zona para juntos ponerse a bailar al ritmo de Rodrigo, dejando de prestar atención a la conversación que estaba teniendo con Pedri, Sol y Julián.
— ¿Vamos, Solci? —Alba giró su rostro viendo como Julián se ponía de pie, tendiéndole su mano a Sol, y esta con una sonrisa la tomaba para seguirlo mientras comenzaban a bailar entre risas.
— ¿Bailas conmigo, Pepi?
¿Cómo iba a decirle que no? ¿Cómo iba a negarse cuando lo había llamado de esa forma y lo miraba con sus ojos cafés brillantes y expectantes? ¿Cómo iba a negarse cuando era Alba la que se lo pedía?
Sin responder, Pedri se colocó de pie tendiéndole su mano, una sonrisa dulce en sus labios y sus ojos repletos de calidez— Esto puede salir terriblemente mal.
— O terriblemente bien. —completó Alba la frase, guiñándole un ojo con diversión.
La actriz lo guió hacia un costado, donde con bastante paciencia y tranquilidad se puso a explicarle todo sobre el baile, como se suponía que debían moverse, cuál era el ritmo y la velocidad que debían seguir, algunas cosas que podía hacer para que le fuera más sencillo agarrarle la mano al asunto, señalando a alguno de los chicos para que pudiera tomarlos como ejemplo y viera como era más o menos la cosa. Y Pedri la escuchaba con su mirada fija en ella, sus ojos chocolate sin poder dejar de apreciar lo bonita que Alba se veía con las luces de colores que habían colocado en el lugar para dar un poco de ambiente.
— ¿Entendiste?
— Sí, creo que lo tengo. ¿Te parece si lo intentamos?
Cuando Alba notó que comenzaba a sonar "Ocho cuarenta" de Rodrigo, asintió con su cabeza, entrelazando sus dedos con los de Pedri y colocándose frente a él— Si te equivocas no pasa nada, ¿sí? Sólo quiero que lo pases bien, no importa si no sale bien a la primera.
— Me parece una buena idea.
Tomando a la chica por sorpresa, Pedri la hizo girar en su lugar, para luego acercarla un poco más a él, volviendo a la posición en la que estaban antes, comenzando a moverse al ritmo de la música como ella le había explicado. Alba estaba completamente sorprendida, porque Pedri se estaba moviendo muy bien, y se lo veía bastante suelto, como cuando habían bailado juntos toda la noche en el bar con los demás chicos de la Selección española.
— ¿Estás seguro de que esta es la primera vez que bailas cuarteto? —le preguntó ella con una ceja alzada, notando la sonrisita en los labios de Pedri.
— Existe la posibilidad de que haya buscado videos para aprender a bailarlo antes de venir a aquí—la chica lo observó con sus ojos abiertos por la sorpresa, sin creer lo que estaba oyendo.
— ¿Estás hablando en serio, Pedro?
El español asintió con su cabeza, moviéndola hacia un costado con suavidad ya que ambos se habían detenido y no quería estorbarle a los demás— No quería hacer el ridículo y tampoco quería que perdieras tu tiempo explicándome, quería venir más preparado y que ambos pudiéramos disfrutarlo. Quería bailar contigo sin tener que preocuparme por no saber como hacerlo y tener miedo de arruinarlo para ti.
— ¿No ves que sos un dulce? —la chica se arrojó sobre él, rodeándolo en un abrazo que le robó una sonrisa al español que ocultó su rostro en el cuello de ella, disfrutando de su perfume floral— Creo que es de las cosas más lindas que hicieron por mí, muchas de las cosas más lindas que hicieron por mí las hiciste vos, ahora que lo pienso. —dijo la actriz, sus mejillas completamente sonrojadas.
Y todas las cosas que aún quiero hacer por y para ti, Alba. Pensó Pedri, sus ojos rebosantes de cariño y adoración mirando a la actriz.
— ¿Bailas otra canción conmigo?
Ante la pregunta de Pedri, Alba asintió, tomando su mano con suavidad y entrelazando sus dedos— Otra y todas las que quieras después de esa, Pepi.
Y ahí estaba otra vez ella llamándolo de esa forma, sin saber todo lo que generaba en él ese simple y tonto apodo, sin saber el poder que tenía entre sus manos cuando lo llamaba de esa forma.
Alba podía pedirle la luna y las estrellas a Pedri en ese mismo instante y él haría hasta lo imposible para conseguírselas, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por ella.
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