la única forma en la cual louis y harry mantenían un contacto era a través de mensajes y llamadas.

pero sus vidas han llegado al punto en el cual sus caminos ni siquiera tienen una oportunidad de cruzarse.

louis va a su ciudad natal cuando harry tiene temporadas largas de trabajo, y harry puede ir a visitar a su madre cuando el omega se encuentra demasiado ocupado con la escuela o incluso se encuentra en algún viaje.

en este caso, louis se encuentra en alemania.

han pasado cuatro meses desde que louis está en ese programa de excelencia en la fría ciudad de oberstdorf en la cual se encuentra haciendo sus prácticas para el final de su carrera.

—¿entonces te contrataron? —harry hablaba mientras veía con felicidad como sus frutos en el invernadero no se arruinaron por el frío.

louis suspiró cansado al ver la montaña de carpetas que su jefe le pidió que revisara.

—técnicamente... pero piensan que soy demasiado joven, es una ciudad con ideas un poco anticuada.

el alfa bufó.

—tú eres un genio, se perderían del mejor ingeniero del mundo si no te contratan.

louis sintió sus mejillas enrojecerse.

—es complicado, —el omega solamente podía pensar en cómo sí es que lo contratan, nunca regresaría a su país. cómo dejaría todo y posiblemente no está listo para abandonar todo, pero esta es una oportunidad en un millón. —si me contratan significa que tendré que irme.

oh, claro que harry sabe que significa eso.

claro que lo sabe.

sabe que el omega no regresará.

que sus vidas ahora tendrán una diferencia mucho más grande, que el espacio entre ellos será mayor y eso significa que tal vez... ellos jamás estarán juntos.

pero también sabe cuales son los sueños de louis y que louis no tiene que arruinar su futuro profesional. especialmente no quiere ser la causa por la cual louis se detenga.

—compré la granja junto al puesto de calabazas. —el alfa habló claro.

los dos saben que esa conversación necesitaba llegar en algún momento.

louis abandonó su oficina en ese pequeño apartamento que tenía y se dirigió a su habitación, yendo a acurrucarse en esa esponjosa manta sobre su cama.

louis sabía que significaba que harry comprara esa granja.

que él se iba a quedar en skagway.

que el alfa no iba a salir de su granja, y está bien porque eso lo hace feliz y si son sinceros ninguno de los dos debería de seguir con ese estire y afloje que ha sido su relación por tanto tiempo.

estando enamorados de memorias y llamadas de teléfono una vez a la semana.

tal vez es momento de soltar ese sueño que ninguno de los dos tiene idea de cómo obtener sin perder su vida actual.

harry es feliz en su granja y louis es feliz en su trabajo.

ninguno de los dos se ve sin hacer lo que están haciendo en el momento.

y ese celibato y fidelidad que se guardan tal vez necesita cambiar.

los dos han estado únicamente pensando en un "este año podremos vernos" y después de eso el destino les juega una mala broma y terminan separados por más distancia.

el omega piensa que tal vez para él las relaciones no son lo suyo, porque está lleno de trabajo hasta el cuello, pero esas noches en los bares los alfas que se le acercan se alejan extrañados al ver como el omega no los acepta –aunque él quisiera– a pesar de que no hay ninguna argolla o novio. louis también piensa en como harry tal vez quiere tener una relación con alguien más, pero por esta promesa se ha detenido constantemente.

ninguno de los dos ha especificado lo que quieren de está relación. solamente se juran amor eterno.

pero no se han visto en cuatro años.

y tal vez los dos solamente se están dando cuenta de que ninguno de los dos merece dejar sus sueños.

—me alegra de que lo hayas conseguido. —el omega habló suave, pero con orgullo en su voz. —debe de ser la granja más hermosa del mundo. —el alfa sonrió.

—he conseguido un arreglo con los smith y ellos me vendieron sus animales. —harry vio a través de la ventana del invernadero como sus corrales y los estables estaban quedando a la perfección. —y conseguí que mis productos puedan venderse en el pueblo y al pueblo cercano.

harry tenía un plan.

un buen plan.

en estos años comenzó varios cursos de administración y de cómo mantener su granja.

de como hacer todo económicamente estable.

y puede decir que las cosas se ven bien.

los terrenos eran prometedores, los contratos estaban cerrados y los clientes de los smith estaban yendo con el trabajador alfa de rulitos que consiguió hacer el trabajo que el cansado smith ya no podía.

ahora que ellos se retiran, todo quedó en manos del alfa.

mucho trabajo como para abandonarlo y tomar un avión a alemania.

—harry, esto tiene que detenerse.

—lo sé.

el omega suspiró del otro lado de la línea.

claro que sabían que significaba eso.

—no iré a alemania por ti. —el alfa habló. sus lágrimas salían con suavidad, mientras el alfa se sentaba en su porche, observando como la nieve comenzaba derretirse y la primavera comenzaba.

—no puedo irme ahora. —el omega habló con suavidad mientras veía como fuera de su ventana la lluvía era fuerte. —¿qué haremos ahora?

harry suspiró.

—no tengo idea, lou. —veía con tranquilidad el paisaje, mientras su nariz comenzaba a ponerse roja por el frío, con sus pies repasando la tierra debajo de sus botas. —creo que es hora de dejar las cosas al destino, ¿no?

louis sintió lágrimas comenzar a brotar, comenzando a llorar en silencio.

el alfa podía escucharlo, podía sentirlo.

—te amo, louis. —harry susurró.

—yo también te amo, harry. —el omega soltó con un llanto. —y quiero estar contigo, quisiera poder tomar un vuelo y verte, poder estar junto a ti, poder besarte y tener tu aroma, quisiera poder hacer todo eso, sin tener la preocupación de que perderé toda mi carrera.

el corazón del alfa se partió.

—lo lamento tanto, louis. —el alfa habló con debilidad.

—yo también lo lamento, harry.

después de un rato la llamada terminó y el omega se acurrucaba en su cama, con su corazón roto y su esponjosa cobija cubriendo su cuerpo que temblaba.

"¡mañana necesito hablar contigo de una propuesta de trabajo de nosotros!" el mensaje de su jefe solamente lo hizo esconderse más en su pequeño nido.

en su nido sin el aroma de harry, pero con ese suave recuerdo de que el alfa estaba allá afuera.