Prologo: Un día rojo.
Bien, antes de que digan algo, (respecto al Kazumin) quiero que sepan que se lo debo a un amigo, digamos que... Me siento en deuda.
Antes de que siquiera piensen en irse les quiero decir que no sere como los otros Kazumin, ya sabes, todo estúpidamente dulce, si ya leyeron mia otros fics sabran que trato de hacerlo más coherente. Bueno, les prometo dar mi mejor esfuerzo como si de cualquier otra historia se tratara.
Por último, no esperen una historia larga, cálculo de 15 a 20 capitulos.
Sin más que decir, ¡empezamos!
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- Narrador
¿Sabes que es lo más difícil de ser el lider?
- ¡Cállate inutil!
¿Lo más frustrante?
- ¡Pedo Nini!
¿Por qué a veces quieres dejarlo atras?
- ¡Cálmense ambos! ¡Kazuma!
- ¡Callate maga inutil! ¡Todo es tu maldita culpa!
- ¡E-es todo! ¡Me voy!
- ¡Bien! ¡No duraras ni un día fuera! ¡Nadie quiere un mago de un truco!
- ¡Espera, Megumin! -. Dijo Aqua.
¿Lo sabes?
Bueno, a veces lo más difícil es mantener unido al grupo, tratar de tener una especie de estabilidad, cosa que el castaño sabía mejor que nadie, aunque... Esta vez pareció olvidarse de uno de sus deberes.
- ¡Kazuma! ¡¿Por qué me gritaste a Megumin?! ¡Se fue!
- ¡Aaaah! Escucha, Aqua, no llevamos ni dos meses con esa maga inutil y que decir se la masoquista de mierda que se fue por razones de familia.
- Kazuma... ¿Por qué actúas así?
- Oh, bueno, ¡no sé que esperabas de alguien que se enteró que tiene una deuda de 20 millones de Eris!
- ¡E-eso fue...! Un accidente...
- Mejor callate, Aqua, esa maga no tiene mínimo control de su temperamento y deseos de explosion, fácilmente pudo acabar con ese monstruo sin dañar las granjas.
- ¿Y tú controlas tu temperamento?
- ¿Acaso eso importa ya? No recuerdo haber yo causado esto.
- ¡Pero tu le gritaste! ¡Ella ya no esta!
- ¡Ja! Te apuesto un millon a que ella vuelve, lo juro.
- ¿Por qué nos tratas así?
- Haces muchas preguntas, Aqua, callate, ustedes deberían agradecerme todo.
Ya cansado el castaño se fue a las calles de Axel ignorando por completo que haga Aqua y a dónde habría ido su compañera.
- Ah... Necesito desestresarme...
El castaño miro su saco de dinero, tenía alrededor de 70.000 Eris, mañana tendrían que tomar un misión sí o sí, aunque sin Darkness, pero al castaño no le importo para nada la situación económica, estaba cansado se los constantes errores de sus amigas, así que decidió ir a darse placer en su lugar favorito, ¿por qué él no puede tener esos momentos? Bueno, para la forma en que trata a las personas... Quizas no.
'Maldita sea, ellas siempre salen juntas y, ¿saben qué?
- ¡Yo también necesito desestresarme!
La gente se le quedo viendo.
- Ejem, (no debo pensar en voz alta)
Estaba cercano al local se sucubos, pero sintió que no debía entrar y debía salir de ahí, su instinto se lo decía a gritos, pero su rabia fue superior.
- Al diablo, ya pensaré en algo, esas inutiles no se merecen ni la mitad de este dinero.
Hace una hora
- Sniff... Tonta... ¿Por qué no puedo seguir una simple orden?
Megumin veía de las lejanías la mansión, quería volver, pero su orgullo no le dejaba, estaba segura de que el castaño le volvería a gritar y eso de cierta forma le asustaba.
- Sniff...
¿Acaso ella estaba mal? Ja, ja, eso era obvio, claro que estaba mal. Al final del día ella fue quien se equivocó.
- ¿Y si me disculpo? Ya sé, le dire que si me ayuda con mi explosion me contendré, así no quedaré como la que cede.
Megumin estaba por acercase a la mansión, pero vio al castaño furioso alejándose de esta, esto la asusto más, pero nuevamente sería su orgullo la que le empujaría a él, a pasos lentos y pensando en si en verdad era buena idea, quizás deba volver.
- E-eh, m-mejor regreso a la mansión...
- ¡Yo también necesito desestresarme!
Megumin se asusto por ese grito y retrocedió aun más, así evitando que el castaño le vea, pero su susto paso a curiosidad y le siguió hasta un callejón. Asomo la cabeza un poco y noto que era un local de cafe, ¿eso era a lo que se refería?
Megumin estaba por dejarlo cuando noto que una niña en prendas cuestionables le atendió y le dejo entrar.
'¿Pero qué...?'
Eso basto para que ella le siguiera hasta la entrada, estaba por entrar cuando noto que había un grupo de hombres por entrar a ese callejón.
'¿Ese no es Dust? ¿No está ebrio?'
Habían unas cajas cercanas a ella, no dudo y aprovechando su cuerpo aún pequeño se oculto dentro de una de estas.
- ¡Yey! Hic... Ya estamos, hic, aquí...
- Estas... Muy... Hic ebrio, Dust...
- Callate Taylor... Hic...
- ¿Eh? Quieres pelea...
- Calmados los dos... Hic... -. Irrumpió Keith.
- Callate Keith, mejor suelta la sopa, ¿a quién desearas esta vez?
- Hic... Es un secreto...
- Vamos... Hic, ¿a Luna? La miras mucho.
- Ja, ja, no...
- ¿Entonces...?
- Bien, bien, Dust, te dire... Es a Megumin, hic... Es una maga terca pero... Tiene su encanto...
'¿Qué? ¿A qué se refiere?'
- Oh... Hic, amigo, ¿a la tabla?
'¡¿Qué?! ¡Aún me falta mucho por crecer!'
- Sí.
- Hay muchas posibilidades, son sucubos...
'¡¿Sucubos?!'
Para ese punto los tres amigos estaban esperando a que alguien les atienda y deje pasar, pero estaba tardando.
- Pero...
- Ya dejalo, Dust - Dijo Taylor -. Lo mejor que podemos hacer es decirle gracias a estas sucubos por existir y darnos estos sueños... Amen...
- - Amen...
'E-esto es...'
Los tres tipos fueron atendidos casi un minuto después, Megumin ya podía salir, pero no lo hizo, se quedaría a esperar a Kazuma.
- Él... ¿Estaba...?
Muchas preguntas le surgían en la cabeza, no sabía que hacer, ¿encararlo? ¿Amenazarlo? ¿Pero acaso él no lo había tratado mal? Quizas debía vengarse un poco, ¿pedirle ser su esclavo un mes? ¿dos meses? No lo sabía, así que esperaría la reacción del castaño antes de hacer algo.
>>>
- Ah... Eso fue relajante...
- Kazuma.
Un silueta se le apareció, era una conocida de voz femenina y de pequeña estatura, un sombrero de maga y unos ojos rojos.
- M-megumin...
No pudo controlar su voz, pero sabía bien lo que estaba en juego, así que decidió usar todo lo que tenía para calmarse.
- ¿Qué buscas?
- ¿Qué es ese local?
- Solamente venden café, por cierto, lo pensé mejor, creo que si te grite mucho en la misión.
Dejaría su orgullo con tal de proteger ese lugar.
- Oh... ¿Por qué actúas tan cambiado?
- No entiendo a qué te refieres, ya vamos a la mansión, preocupaste a Aqua.
- Claro...
Kazuma se apresuró a caminar a la mansión, pero sintió una mano jalando su capa.
- Suéltame, Megumin.
- ¿No sabes que me gusta el café? Si me dejas tomar uno ahí dentro tal vez te disculpe por gritarme.
- Eh, no, no tenemos dinero.
- ¿Entonces por qué tu pudiste pedir un sueño?
-. . .
- Eso hacen, ¿no? Ja, ja, lo deduje sola.
- ¿M-megumin?
- Nee nee, Kazuma, Kazuma.
- . . .
- ¿El café te lo traen sucubus?
- ¿Qué tanto escuchaste?
- Lo suficiente.
Kazuma dio vuelta y miro a Megumin.
- Olvídalo.
- ¿Ah? ¿Por qué debería?
- Por favor.
- Oh... ¿Y sí me niego?
- Por favor.
- Vaya, vaya... Creí que tú eras él que estaba molesto, no sé porqué me siento molesta ahora.
- ¿D-de qué hablas?
- Porque quizás te niegas a llevarme a realizar mi explosión, porque nos tratas mal y siempre gritas.
- ¡Entiendo, entiendo! ¿Qué quieres, Megumin? Este lugar es muy importante para los hombres.
- Eso lo sé, este lugar es muy pacífico para la cantidad de aventureros y fiestas, pense que era algo más... Pero veo que fue otra cosa... Si alguien más supiera...
- Por favor, olvídalo.
- ¿Qué harás?
- Por favor...
Kazuma se arrodilló y estaba por ponerse en Dogeza, pero Megumin hablo antes.
- Podrías ser mi esclavo.
- ¿Ah?
- Todos los importantes magos Carmesi tenemos un fiel ayudante, yo quiero uno.
- No...
- Tranquilo no sera mucho tiempo, solo que no te dire cuanto, si aceptas te prometo tratarte bien.
- Me niego.
- Bueno, yo digo que Aqua fácilmente podría purificarlas...
- ¡Espera! Bien... Bien... Lo sere, lo sere... Pero, por favor, deja en paz este lugar.
- Oh... Bien, bien, buen chico.
- Ya vamonos.
- No empieces mal, Kazuma. Recuerda que soy tu ama.
- Por favor, vamos a la mansión, Megumin.
- Hmm... Mi nombre necesita un adorno.
- Por favor, vamos a la mansión, Megumin-san.
- Esta mejor. Levántate.
Kazuma alzo la mirada, los ojos de Megumin brillaban con intensidad.
- Esto sera divertido, Kazuma-kun.
Desde ese día, el castaño supo que su destino estaba en las manos de Megumin...
Continuará...
Bien, no esperen actualizaciones rapidas, tengo mucho en que trabajar. En fin, nos vemos en otro Cap.
¡ADIOS!
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