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Capitulo 16

—Hally necesito tu ayuda con esto. –dijo la pelinegra quejándose mientras cargaba un enorme cesto de ropa sucia.

Me acerqué a ella y la ayude a llevar el cesto con la ropa sucia de todos los hombre que vivían en la mansión, llegamos al cuarto de lavado y dejamos el cesto en el suelo.
—Gracias. –Lía me dio una sonrisa y yo le devolví el gesto.

—No hay de que.

—Hoy me toca lavado así que tu te encargará de las habitaciones. –dijo Lía.

—De acuerdo.

Salí del cuarto de lavado y me dirigí a la planta de arriba al llegar me puse en marcha y limpie las habitaciones no podía creer que los chicos fueran tan desordenados era un verdadero desastre cada habitación bueno la mayoría de ellas.

Solo me faltaban unas pocas habitaciones entre ellas la de Cárter así que para mi pesar me dirigí a su habitación. Toque la puerta con un leve golpe pero al no escuchar respuesta supuse que había salido así que entre. Lo peor que pude a ver echo fue entrar a su habitación.

Ahí estaba Cárter solo con unos bóxer, tenia su cabello mojado y las gotas de agua resbalaban por su pecho desnudo y bien definido, tenia mis ojos abiertos como platos y sentí mi cara arder. Mierda de seguro parecía un tomate.

Cárter me miro con los ojos abierto, reaccione y cerré la puerta de nuevo. Lo bueno es que solo lo vi en bóxer y no desnudo.

Eso te gustaría cierto.

¿Que? No, maldita conciencia pervertida.

Me quede parada en la puerta por no se cuanto tiempo. Vamos Hally no fue para tanto reacciona. Tal vez tenía razón no era para tanto pero yo nunca había visto a un hombre casi desnudo. Era traumatizante para mi, y más si había visto a semejante dios griego. Parecía un dios era demasiado atractivo, debería ser un crimen estar así de bueno. ¿Pero que pasa conmigo?

Cárter abrió la puerta ya con un pantalón color negro puesto aún no traía camisa pero me conformaba con que llevará pantalones.

—¿Qué haces aqui? –preguntó serio.

—Vine a limpiar tu habitación. —masculle nerviosa.

—¿Y por eso entraste sin antes tocar la puerta?

—Si lo hice pero tu no escuchaste eso no es mi culpa. –dije cruzandome de brazos con mi rostro fruncido.

—Aja claro pervertida. –dijo con una sonrisa en su rostro.

—No me llames así. –masculle.

—Eso es lo que eres una pervertida. –dijo divertido.

—Y tú eres un idiota.

—Entonces admites que eres una pervertida que solo fue a espiarme.

—No, no lo soy, tú maldito chico estupido. –Cárter podía desesperarme tan fácilmente. –tú me dejaste traumatizada, era inocente hasta que tuve que verte casi desnudo.

Cárter solto una fuerte carcajada. —¿tú una inocente?

—Argh muévete, a un lado idiota, que tengo que seguir limpiando.-lo empuje lejos de mi camino y entre a su habitación; él cerro la puerta y se cruzó de brazos observándome.

—Qué mal educada eres. –dijo sin apartar su mirada de mi.

Le voltee los ojos y me dispuse a seguir con mi trabajo pero podía sentir la mirada de Cárter en todo momento observando cada movimiento que hacia. Y me estaba poniendo nerviosa.

—Deja de mirarme.

—¿Por qué tendría que hacerlo? Tu me viste en ropa interior. –dijo aún divertido con una sonrisa en su rostro.

—Superalo Cárter.

—Me siento violado. –dijo haciéndose la víctima.

solte una fuerte carcajada por lo que había dicho, pero que dramático.

—Pero que exagerado eres de segura muchas chicas te han visto así, e inclusive desnudo. –no se por que tenia que pensar en eso, hice una mueca de desagrado y me concentre en borrar esas imágenes de mi cabeza de Cárter revolcándose con una zorra.

—¿Qué brujita, celosa?- pregunto arqueando una ceja y con una sonrisa arrogante.

—Por supuesto que no. –bufe.

Me quede observándo el desastre que era su habitación, ¿qué no podía ser un poco más ordenado? esto era frustrante no quería limpiar todo ese desastre, estaba cansada, y tenia sueño.
Camine hacia donde se encontraba la plasma y vi un video juego que me llamó mucho la atención ¡oh dios! ¿es lo que creo que es? si, si lo es. Me acerqué y tome el juego entre mis manos. oh por dios era mi video juego favorito, me recordaba cuando jugaba con Juli. Una sonrisa triste se poso en mis rostro por su recuerdo pero rápidamente quite ese pensamiento de mi cabeza.

Me gire a mirar a Cárter que seguía observándome. —Oh dios mio, tienes mi video juego favorito, amo este juego. –dije emocionada.

—Si, ¿enserio te gustan los video juegos?. –preguntó incrédulo.

—Pero claro, estas hablando con la reina de los video juegos. –masculle orgullosa, si en algo era buena era en jugar video juegos.

—No te creo.

—Pues no me importa, cuando quieras podría demostrarte que soy mucho mejor que tú. –Conteste con arrogancia.

—Eso lo veo muy difícil bruja, por que aquí el mejor soy yo. –me sonrió arrogante mientras me quitaba el video juego de las manos.

—Así pues pruebalo.-dije para después volver a quitarle el juego. –si eres tan bueno como dices juega conmigo.

—¿y que ganaría yo con eso?. –preguntó cruzándose de brazos.

—Demostrar que no eres un idiota mentiroso. –sonreí en superioridad.

Cárter me miro con desagrado fulminadome con la mirada.

—La mentirosa aquí eres tú, apuesto a que no eres tan buena. –se dirigió a la consola y puso el juego.

—¿Quieres apostar?.-pregunte retandolo. Le demostraría que yo era muy buena en los video jugos y que no había nadie que me ganará.

— Si yo ganó harás lo que yo quiera por todo un día.-dijo con una sonrisa divertida en su rostro.

—¿Y si yo ganó?

—Haré lo que tu quieras.-dijo con simpleza.

Estaba tan confiado de que ganaría que se llevaría una gran sorpresa cuando pateara su trasero.

—Vale.

Cárter se acomodo en el sofá que estaba en frente de la plasma y me dio un control, se sentó y yo hice lo mismo Cárter puso el juego y le dio play. Y así empezamos a jugar. Cárter en realidad era bueno, pero no tanto como yo.

Que arrogante.

No empieces ahora.

El juego iba a favor de Cárter
me llevaba la delantera y estaba por ganar estaba al borde del asiento no podía permitir que me ganará tome un turbo y aumente la velocidad y pude ver la meta ya casi llegábamos y la carrera estaba muy reñida tal parecía que quedaríamos en empate pero yo no podía dejar que me ganará y acelere, haciendo que el auto llegará a la meta y ganara el juego, salte de mi asiento gritando y alardeando mi vitoria.

—¡Ahh, yo gane! si si te gane. –estaba eufórica.

—¡Argh maldición!

Si, le había ganado a Cárter, que por el contrario se veía molesto se levantó y avento el control del juego al sofa con frustración.

—Te he ganado ahora harás lo que yo quiera por todo el día. –dije con una radiante sonrisa.

—Eso no es justo estaba por ganarte.

—Oh vamos, no seas un mal perdedor.

—Como sea. –mascullo molesto. Sonreí por su actitud tan inmadura.

—¿Qué quieres que haga ahora? –preguntó.

Me lo pensé un momento, lo tenia en mis manos podría hacer lo que yo quisiera. ¡lo tengo!

—¡Ya se! –dije dando un aplauso. —serás mi ayudante. –Sonreí victoriosa.

—¿Tu ayudante?-pregunto sin entender.

—¿Sabes? limpiar todas las habitaciones y la mansión es agotador, estoy muy cansada y aun me falta mucho trabajo así que como has perdido me ayudaras a limpiar todo niño consentido.

—¿Estas loca?no puedes ponerme a hacer tal cosa, ¿quien te crees?

—Claro que puedo, he ganado la apuesta ¿lo recuerdas?

—Ash, eres una fastidiosa y odiosa bruja.

—Gracias. –sonríe falsamente. —ahora manos a la obra.

Lo primero que lo puse a hacer fue a limpiar su desastrosa habitación. Admito que verlo exaspera era divertido.

Pase todo el día con cárter limpiando la mansión y fue divertido, me ayudó a limpiar los grandes ventanales de la mansión aunque me había mojado haciendo que lo golpeara con las esponja y el me hubiera aventado una cubeta con agua estaba tan furiosa que lo iba a matar en ese momento hasta que llegó Carmen salvandolo de ser asesinado por mi. Aun así nos regaño y nos puso a limpiar todo el desastre. A decir verdad fue divertido.

—Oye tú, así no se hace. –dijo el castaño.

hice una cara de incredulidad. ¿en serio? por favor, debe de estar bromeando. –así entonces ¿como se hace según tú?

—Dame eso. –me arrebato la esponja que traía en las manos y limpio la ventana, lo cual según él yo hacia mal.

Lo mire, se miraba diferente al chico que había conocido esa oscura noche cuando lo vi por primera vez creyendo que estaba en problemas lo que no sabía es que Cárter se convertiría en mi mayor problema. Sonreí al verlo, seguro y parecia una tonta pero no podía evitarlo.

Cárter noto mi mirada y volteo a verme enarcando una ceja.

—¿Qué tanto me ves? –preguntó.

—Sólo te miraba no es la gran cosa. –me sacudi las manos y mi uniforme de empleada y seguí limpiando las ventanas.

Al terminar todo el aseo estaba cansada pero no tanto como lo hubiera estado si Cárter no me hubiese ayudado.

—Gracias. —le dije mientras limpiaba con el dorso de mi mano el sudor de mi frente y le dedique una sonrisa sincera a lo cual el me la devolvió.

Guarde todos los instrumentos de limpieza y caminamos por los largos pasillos de la mansión hacia nuestras respectivas habitaciones. Al llegar a la puerta de la habitación de empleadas, nos quedamos parados en la puerta y lo mire a los ojos esos ojos color miel que me parecían realmente hermoso. Me dio una sonrisa mostrando su perfecta dentadura blanca y sin previo aviso me besó en la mejilla demasiado cerca de mis labios haciendo que dejará de respirar los pocos segundos que me besó la mejilla y haciendo que cerrará mis ojos, al abrirlos pude ver que sonreía con diversión y negó levemente con la cabeza, me dio una ultima mirada para después desaparecer de mi vista. Me sentía extraña y mi pecho se sentía cálido sin contar que mi corazón latía con fuerza, me quede parada en la puerta por unos segundos hasta que decidí entrar a la habitación.

(...)

Todo me parecía tan irreal, tan sacado de una novela o de uno de esos libros que tanto me gustaban leer, todo parecía ser inventado por mi cabeza, claro que mi mente no podía imaginar algo tan irreal y sorprendente como lo era mi vida ahora, pero aun así, no podría imaginarmelo de otra manera.

Camine hacia mi ventana que daba paso a la luz de la luna que era la única fuente de luz que iluminaba la habitación, era extraño todo en mi vida lo era pero por primera vez me sentí bien, como no me había sentido en mucho tiempo. Pero como todo momento de tranquilidad mi mente y mis recuerdos lo tuvieron que arruinar. Respire el aire puro de afuera recargada en el marco de la ventana. y sin previo aviso mi mente viajo a ese último recuerdo lindo que tuve.

Eli, apúrate tenemos que ir a ver a Julisa.

—Ya voy mamá. –grite mientras salía de la habitación y me encontraba con ella en la salida de la casa.

Mi madre era realmente hermosa y fuerte y algún día esperaba ser como ella.

Después de casi media hora de viaje llegamos al hospital donde estaba una pequeña de ocho años con su cabello negro y ojos cafes que me miraban con un brillo en ellos, se le iluminó el rostro y nos regaló una sonrisa.

¡Hally!-chillo la pequeña emocionada.

Hola juli. –le di mi mejor sonrisa y la abrace. —¿cómo te sientes?

Mucho mejor, el doctor me dijo que estoy mejorando. –dijo con una sonrisa en sus labios y mi corazón se derritió con su carita, la quería tanto, como si fuera mi hermana pequeña.

Me alegro mucho juli, sabía que te pondrías bien, eres una niña muy fuerte.

Eso mismo me dijeron los doctores.

Por que es la verdad. –la tome de las manos y empecé a jugar con ellas mientras ella reía.

—¿Qué haremos hoy Ángel?-preguntó la pequeña a mi madre.

Desde que mi madre había conocido a Julisa le había tomado mucho cariño y la había cuidado mucho y con mucho cariño como si fuera una de sus hijas, mamá era una mujer maravillosa y generosa con el corazón mas grande que había en el mundo. Desde que Julisa la conoció le decía ángel por que decía que mi madre era un Ángel que Dios le había mandado del cielo para que la cuidará y no lo dudaba. Pero para mi el pequeño angelito que llegó para darnos felicidad era ella Julisa era como mi hermana y la quería bastante aunque me dolía mucho tener que verla en una cama de hospital y aun mas me dolía cuando se ponía mal. Solo esperaba que un día me dijeran que ya no hay peligro y ella volviera a ser la misma niña feliz y plena que era antes. Esperaba que el abuelo la salvará.

Hoy saldremos al parque he conseguido un permiso para que pudieras salir juli. –dijo mi madre con una sonrisa dulce en sus labios.

La pequeña chillo de la emoción y se arreglo rápido para poder salir.

Una vez en el parque jugamos las dos y mamá también jugo con nosotras mientras nosotras corríamos para no ser atrapadas por mamá y después de eso ella compro helado.

Hally.llamó la pequeña con su cabeza agachada.

¿Qué pasa?pregunte frunciendo el seño mientras me seguía columpiando en los pequeños columpios.

¿Podrías prometerme algo?-me preocupaba la manera en la que estaba, parecía estar triste.

Claro juli, ¿que pasa?dije mientras me colocaba frente a ella.

Prometeme que todo estará bien, que nunca me dejarás sola, Prometeme que no me pasará nada malo y siempre me cuidarás.pequeñas lágrimas escaparon de sus ojos y eso solo hizo que mi corazón se quebrara en miles de pedazos.

Claro que si Julisa te lo prometo siempre estaré contigo y te protégete de todos. —espete mientras la abrazaba contra mi pecho.

Había promesas que por mas que tratara de cumplir terminaban rompiéndose.

Le había fallado, no supe como hacerlo, no pude protegerla y había roto mi promesa, mi corazón empezó a doler por su recuerdo y mis ojos empezaron a picar por las lágrimas que estaba conteniendo, cerré mis ojos con fuerza evitando que las lágrimas cayeran por mis ojos y tragandome el nudo de mi garganta que me impedía respirar. No podía llorar, ya lo había echo suficiente, yo era fuerte y no debía dejarme caer no por ella debía ser fuerte, tenia que seguir en pie y vengarme de ese horrible monstruo que había acabado con las únicas dos personas que tanto amaba.

Me separe de la ventana y frote mi rostro con mis manos y Sonreí forzadamente para mi, para hacerme creer que estaba bien, que todo estaba bien, recordé la pequeña cadenita en forma de ala y la saqué del buro que tenia aún lado de mi cama, era hermosa. Recordé el sueño que tuve hace dias donde la medallita aparecía en mi sueño, mejor dicho en mi pesadilla, ¿Cárter sería capaz de hacerme eso? Acaso era un tipo de señal, todo me parecía tan extraño, y más aún el echo de ver esa foto romperse de alguna manera me parecía conocida la mujer de la fotografía que tenia la cadenita y ese pequeño de cabello castaño, y también sentía una opresión en el pecho al recordar la clase de persona que era Cárter en ese sueño, mejor dicho la clase de persona que era Cárter en la vida real, pues él de verdad hacia eso, pero conmigo era diferente, no era un mal chico era... Bueno.

Me recosté en la cama cerrando los ojos con fuerza y mi mente viajó al momento en donde me había besado Cárter, recordé su beso, llevé mis manos a mis labios y pode sentir un cosquilleo en ellos mordí mi labio y volví a cerrar los ojos con fuerza. ¿por que mi cabeza tiene que pensar tanto? Sólo queria olvidarme de todo y aun mas de su beso. Sin embargo el recuerdo de este siempre estaría en mi memoria.

Él aunque no lo admitiera me hacia olvidar lo desdichada que era, me hacia olvidar mi pasado y sobre todo el monstruo que era. Aun así mis pensamientos me consumían y me hundían en ese pozo oscuro de recuerdos que me destruían cada día un poco mas.

Quería desaparecer...

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