Capitulo 13
Al levantarme en la mañana me sentí más mal que los días anteriores, me sentía como la mierda, no podía ni siquiera levantarme de la cama y la cabeza me dolía muchísimo sentía mi cuerpo todo adolorido y sentía mucho frío. Con dificultad me metí a la regadera para darme una ducha y después cambiarme con el uniforme y un abrigo delgado, aunque quería abrigarme con todos los abrigos que pudiera quitarme el frío no tenía mucha ropa sólo la que Carmen me había dado y algunas cosas que Lía me había prestado. Baje las escaleras con pesar y me dirigí a hacer mis tareas diarias, lo primero sería limpiar todo el piso barrelo y limpiarlo, por lo menos el suelo del living, había terminado de barrer así que fui por la cubeta. Estaba limpiando cuando llegó Adam y me tiró toda el agua en el suelo, por algún motivo tal vez por que me sentía mal, no le dije nada sólo me límite a limpiar el desastre; me seguía hablando pero lo escuchaba muy distante sentía mis ojos pesados y mi cuerpo demasiado cansado ya no podía más, deje lo que hacía y como pude fui subiendo las escaleras a la habitación, Adam siguió hablandome pero yo no podía ni siquiera entender lo que me decía, todo se escuchaba tan lejano y distante. Subi las escaleras hacia la habitación hasta que me topé con Lía que al verme me miro con preocupación y me sostuvo para que no cayera.
— oh santo cielo, estas ardiendo en fiebre,¿que te paso Hally? — pregunto Lía preocupada. Pero no pude responderle no podía me costaba todo incluso respirar yo de verdad estaba mal, me faltaba el aire y mi pecho ardía.
No aguante más y cai al suelo volviéndose todo negro y me vi sumida por la oscuridad.
Adam.
Por más que la insultaba y hacia de todo para herirla ella parecía no notorlo, se veía cada ves peor, cada día más cansada, delgada y ojerosa lo único que no cambiaba era su actitud seguía siendo la misma niñita con carácter fuerte que había conocido ese día que se trepó a mi espalda como si fuera un mono, retandome, tenía algo que me atraía en ella tal ves era su carácter difícil su curiosidad o la manera en que arrugaba la nariz y fruncia su boca al enojarse y su manera tan delicada y tierna de emocionarse cada que leía , perderse en sus pensamientos, la manera en la que se asombraba con todo a su alrededor y lo distraída que podía ser en algunas ocasiones, su manera tan divertida de ver las cosas o su sonrisa esa que se había borrado desde aquella noche que la había encontrado con Aiden, sólo de recordar esa noche me hervia la sangre y mi coraje hacia ella crecía, no quería que estuviera con él, y me enojaba ver cómo sonreía cuando estaba con él, su manera de tratarlo que era muy diferente a cómo lo hacía conmigo para mi sólo tenía insultos palabras de odio y miradas fulminantes, pero supongo que yo me lo había ganado, aún así ella no me importaba yo lo único que quería era hacerle daño a Aiden y si lo conseguía lastimado a la pequeña mono lo haría por muy idiota que fuera, era más grande mi rencor hacia ese imbécil que había arruinado tanto la vida de Cárter como la mía.
Hally seguía ignorando todo lo que le decía, se miraba extraña más que los días anteriores se miraba distante y cansada, al parecer no se sentía bien y lo comprobé cuando intentó levantarse y por poco cae al suelo, con dificultad se levantó y subió las escaleras, de verdad que se miraba muy mal, en cualquier momento caería, la llamaba pero ella parecía no escucharme.
Ella había subido ya las escaleras, quería irme y no tomarle importancia no me importaba nada de lo que le ocurriera, ¿por que tendría que preocuparme por ella si sólo a sido una molestia desde que llegó aqui? Me quería ir pero por alguna extraña razón no pude, sentía ese vacío en el estómago al verla así, subí las escaleras y al llegar arriba me encontré con Lía y Hally.
—¿Hally estás bien?¿me escuchas?. —pregunto Lía con preocupación falsa. Lo sabía era una hipócrita.
Hally se veía muy mal estaba muy pálida y pronto cayó al suelo, se había desmallado. Corrí hacia donde estaba Hally.
—Hally. —la llame pero ella estaba inconsciente.
La tome entre mis brazos y estaba ardiendo en fiebre, tenía que llevarla rápido con un médico.
—Adam.-dijo Lía con una sonrisa. —mira quien esta aquí, no me digas que ahora te preocupas por la criada está.-soltó con desprecio. Sabía que estaba fingiendo ella un seguía odiando a Hally.
—No tengo tiempo para tus estupideces, Hally necesita un doctor.-cargue a Hally entre mis brazos como si fuera un bebé, se sentía muy caliente debía llevarla urgente al médico.
—¿que es lo que estás haciendo?.-preguntó molesta.
—¿que no es obvio? La llevo al hospital, está muy grave, podría morir.
—¿y de que te preocupas eh? sería mejor que se muriera de una vez. —farfullo con desprecio.
Era una loca, no podía creer que odiara tanto y de esa manera a Hally, no podía entender cómo me había dejado manipular por una arpía como lo era Lía, estaba loca y nadie podía detenerla, pero ya no seguiría su jueguito estúpido.
—Estas loca, eres una maldita enferma. —dije para después irme con Hally, ella estaba muy grave y necesitaba urgente atención médica.
Salí de la mansión lo más rápido que pude y la subí a mi auto, le puse el cinturón de seguridad y me subí para despues encenderlo y manejar lo mas rápido que pude a un hospital, al llegar baje a Hally del auto y la lleve en brazos adentro donde una enfermera me atendió, con otros más pusieron a Hally en una camilla.
—¿Que es lo que tiene?. —pregunto la enfermera empujando la camilla mientras yo la seguía detrás.
—Sé a desmallado y está ardiendo en fiebre.
—No se preocupe, lo primero será bajarle la fiebre.
La enfermera se llevó a Hally mientras que yo me tuve que quedar en la sala de espera. Me sentía de cierta manera mal y preocupado por lo que le pasará a Hally.
Pasaron gran parte de la noche tratando de controlar la fiebre que tenía Hally, hasta que por fin lograron bajarsela, la enfermera me había dicho que estaba muy débil y que había sufrido de un resfrío grave que había provocado los dolores de cabeza y fiebre y más debido a que no se había alimentado bien ni dormido lo que tenía que dormir, sus defensas habían bajado y por eso se había enfermado; si ella hubiera seguido así hubiera muerto. Me sentía mal pues ella estaba así en gran parte por culpa mía y la de Cárter, la ves que la habíamos encerrado en el frío cuarto de lavado con la ropa mojada y el día que la había dejado afuera con la tormenta y el frío que hacía, ella se había mojado y estaba empapada y con él aire frío había sido mucho peor, todo eso había provocado que estuviera así, sin mencionar las agresiones y maltratos que le habíamos dado, habían provocado que no estuviera comiendo ni pudiera conciliar el sueño. Todo eso tendría que terminar, no era justo que estuviéramos haciendo eso si llegaría tan lejos, Hally pudo a ver muerto si seguía así. El jueguito de Lía estaba llegando demasiado lejos. Si, yo odiaba a Aiden pero no por ello tenía que pagarlo Hally, ella no nos había echo nada para que nosotros desquitaramos nuestro rencor en ella.
Había sido tan idiota al tratarla de esa manera pero el maldito rencor que sentía no me permitía pensar con claridad yo solo quería que Aiden sintiera la misma mierda que senti yo, pero tampoco podía ser lo mismo que él no podía ser tan maldito como él, yo era mejor que eso.
Oh por lo menos lo era antes de todo eso.
La enfermera también me había dicho de una herida que tenía Hally en su brazo izquierdo, yo no lo había notado debido a que traía un abrigo que cubría su herida no sabía con que se la había echo, la enfermera me dijo que no era nada grave la herida, pues no era muy profunda y que pronto se curaria pero que Hally debía pasar toda la noche y parte de la mañana en el hospital para ver que todo estuviera bien y no volviera a subirle la fiebre. En cuanto Hally se encontró mejor y la habían colocado en una habitación pase a verla.
Estaba acostada en una cama del hospital, tenía puesta una bata celeste y un suero conectado a su brazo, tenía los ojos cerrados y su respiración estaba normal se veían tan tranquila que me costó creer que era ella. Siempre estaba haciendo algo nunca la veía quieta. Me sentía culpable por todo lo que le habíamos echo y aunque de alguna manera quisiera remediarlo creo que sería muy tarde para eso Hally nos odiaba y no la culpaba por eso. Pude ver que tenía una venda en su brazo izquierdo donde estaba la herida no sabía como se la había echo pero creía que de alguna forma había sido nuestra culpa.
Me quede toda la noche con la mono, no quería dejarla sola y tampoco quería llegar a la mansión y tener que lidiar con Lía. Me sentía cansado y mis ojos pesaban estaba sentado a un lado de la cama de Hally en un sofá nada cómodo pero era más el sueño que traia, que me quede dormido.
Me levante debido al tono de mi celular que indicaba que tenía una llamada entrante, tome el celular y conteste la llamada.
— ¿Donde estás?. -preguntó Cárter. —te he estado buscando por toda la mansion Carmen y Lía están preocupadas por que Hally no aparece.-dijo preocupado Cárter.
Que acaso Lía no les había dicho que Hally se encontraba grave y tuve que llevarla al hospital, era una maldita arpía, era una falsa sólo estaba fingiendo preocupación cuando ella perfectamente sabía que Hally estaba conmigo en el hospital.
—Espera Cárter...-lo corte miestras frotaba el puente de mi nariz. —Hally está conmigo.
—¿Que?.-preguntó algo exaltado como ¿molesto?
— Si, ella está conmigo, La tuve que llevar a urgencia en el hospital más cercano de la mansión.
— Voy para allá.-dijo para después cortar la llamada.
Solté un suspiro de frustración y me recarge en el respaldo del sofá estaba cansado no había podido dormir bien.
Observe como Hally empezaba a despertar abriendo lentamente sus ojos, estaba mucho más tranquilo ahora que sabía que estaba bien.
Hally.
Abrí lentamente los ojos acostumbrandome a la luz, me sentía débil y con la garganta seca, y mi cabeza dolía un poco.
—Eres una estúpida por poco mueres, ¿como se te ocurre no comer y dormir?- preguntó con calma una voz que rápidamente reconocí, era Adam.
—Y tú un idiota.-dije en un hilo de voz apenas audible, haciendo que sonriera.
Pero que hacía él aquí, esperen ¿donde estaba?, ¿que me había pasado?, sólo recordaba que había subido las escaleras y me había encontrado con Lía de pronto caí al suelo y todo se había vuelto oscuro. Voltee observando dónde me encontraba, estaba acostada en una camilla en una habitación con las paredes blancas, estaba en el hospital, ¿pero que hacía aqui? Que había pasado. Espera que? ¿!Había salido de la mansión!?
— ¿Qué me pasó?.-pregunté recostandome en el respaldo de la camilla.
— Te desmallaste, estabas ardiendo en fiebre así que tuve que traerte aqui.-dijo tranquilo.
—¿Entonces salimos de la mansión?.-pregunte algo nervios y ansiosa.
— Eso es obvio ¿no? Ves cuando te digo que eres una molestia.-dijo divertido.
— Ves cuando te digo que eres un idiota.-dije copiando lo que había dicho, ya mejor y con una sonrisa divertida. El también había sonreído y me miraba de una manera extraña.
De pronto cambio su expresión a una más sería, vi que era lo que miraba, seguí su vista hasta mi brazo vendado que era donde tenía la herida.
—¿Qué te ocurrió en el brazo?.-me miraba ¿preocupado? No no lo creía, solo me había traído aquí por humanidad, no podía dejarme morir o ¿si?
— Ah esto.-dije refiriéndome a la herida de mi brazo levantandolo.-El día de me dejaste afuera con la tormenta trate de volver a entrar por una ventana.
— Pero todas ventanas estaban cerradas.
—Lo sé, pero se te olvidó cerrar las ventanas de arriba.-dije recordando aquella ocasión, casi me caigo del árbol y si estaría en el hospital pero por una lesión en la cabeza, o una pierna rota o un brazo o bueno como sea. —subí a un árbol y trepe hasta una ventana que estaba abierta no alcanzaba a llegar así que tuve que Saltar, la lluvia había echo que estuviera todo mojado por lo cual resbale y me cortará con un tuvo salido, lo bueno es que pude sostenerme y no caer, así entre a la mansión. —termine de explicar.
Adam se notaba algo extraño si no lo conociera hasta podría decir que se sentía culpable y arrepentido, pero no eso era absurdo a él le divertía verme asi. Se miraba algo incómodo al igual que yo por el silencio que se había instalando entre los dos.
—Estaba preocupado por ti.-dijo para después darse cuenta de lo que había dicho, se puso incómodo, se había arrepentido de decir aquello. Eso no me lo esperaba, me tomo por sorpresa pero era obvio que solo jugaba no era cierto, el no podría preocuparse por mi, él me odiaba.
La puerta fue abierta y pude ver cómo de ella entraba Carmen y ¿Cárter? ¿Qué hacía él aquí?
—Oh niña ¿que te ocurrió?.-dijo Carmen preocupada entrando a la habitación y corriendo hacia mi para después darme un pequeño abrazo.
—No te preocupes Carmen ya estoy bien sólo fue una pequeña fiebre, Adam exagero.-dije para tranquilizarla a lo cual Adam soltó un bufido blanqueando los ojos.
—Que bueno que ya estés bien cariño.-me dijo de manera dulce. Y luego se dirigió a Adam. —¿y cuando la darán de alta?
—En unas horas más podremos irnos.-contestó Adam.
Cárter se me quedaba mirando con preocupación no había dicho ni una sola palabra yo tampoco me había dirigido a él, era extraño tener a ambos en el mismo lugar en esta situación después de todo lo que había pasado y de nuestra relación, que solo consistía en odiarnos y lastimarnos.
Aun que en realidad yo no había llegado a hacerles daño. No aún.
Adam arreglo todo para que pudiera salir, llegó a la habitación yo ya estaba lista para irme así que cuando Adam dijo que podíamos irnos salimos del hospital directo a la mansión. Hubiera podido escapar ya que estaba lejos de la mansión pero me encontraba débil y aún no había terminado lo que tenía que hacer ahí, y no podía dejar cabos sueltos.
De regreso a la mansión tuve que irme en el auto de Adam, Carmen se había ido en el auto de Cárter por lo tanto yo estaba sola de nuevo con el pelinegro.y por alguna razón estaba nerviosa.
Todo el camino a la casa fue silencioso nadie dijo nada y en parte lo agradecía no tenía muchos ánimos de conversar, todo el camino me la pase mirando por la ventana y me sentí bien de a ver salido de ese lugar aunque no había sido de la mejor manera ni el momento aún tenía la esperanza de poder salir de ese lugar sin que nada me lo impidiera y así no volver a ser encerrada nunca más.
Al llegar a la casa lo primero que hice fue bajar del auto de Adam y entrar a la mansión dirigiéndome a la habitación, quería descansar.
Había pasado toda la mañana en la habitación y había algo que no dejaba mi mente ¿por que se habían tomado tantas molestias conmigo? Que hasta Cárter había ido a verme y Adam se había quedado toda la noche conmigo. Se supone que me odiaban ¿no?
—Hola mono.-dijo Adam tocando la puerta que ya se encontraba abierta. —¿puedo pasar?
Sonreí negando con la cabeza. —Pasa.
Paso y cerró la puerta para después sentarse en la cama donde me encontraba, a un lado de mi.
—¿cómo te sientes?-preguntó.
—Acaso te importa.-Mi caractera era muy difícil de entender. Llegue a creer que era bipolar, pero no quería bajar mi guardia con él aunque me había llevado al hospital aún sentía que no podía confiar en él y en cualquier momento me haría más daño. Tal ves el sólo estaba fingiendo amabilidad para después verme vulnerable y volver a hacer lo mismo.
—Tienes razón no me importa. —dijo frío.
Quedamos en un silencio incómodo y sentía algo de nervios sólo queria que se fuera y así poder estar sola y descansar un poco.
— Sabes no estava fingiendo en realidad me preocupe por ti.-tenía la mirada baja pero cuando dijo eso lo mire y él ya estaba mirándome directo a los ojos y cuando hacía eso provocaba que me pusiera nerviosa.
No sabía que decirle, ni como reaccionar, estaba diciendo que le importaba lo que me pasará ¿de verdad él no estaba fingiendo? Tal vez existía la remota y pequeña posibilidad de que él no me odiase tanto como creí.
—Hally necesito hablar contigo....-la puerta se abrió y de ella había aprecido Cárter que rapidamente se calló al ver que yo no estaba sola. —lo siento ¿interrumpo algo?.-preguntó Cárter algo incómodo.
—No, nada, no te preocupes pasa.
—Necesito hablar contigo a solas.-dijo Cárter, Adam se paró de la cama entendiendo que debía irse y lo agradecí pues no sabía que decirle después de lo que me había dicho.
—El doctor te recetó unas vitaminas que tendrás que tomarlas junto con éstas pastillas para el dolor de cabeza.-dijo Adam, me dio una caja con pastillas junto con un frasco pequeño con más pastillas. —me voy.-dijo para después salir de la habitación, dejándome sola con Cárter.
—¿que es de lo que quieres hablar conmigo?.-pregunte algo intrigada.
Cárter entro y se sento en donde estaba sentado Adam hace unos segundos.
—¿quería saber cómo te sientes?.-preguntó.
—Ya estoy bien, pero no creo que solo hayas venido para saber cómo estaba si has querido hablar conmigo a solas. —dije, yo no era de tantos rodeos y le dije las cosas como pensaba. Al punto, no tenía por que inventar que le importaba si estaba bien o no.
—Bien, la verdad es que quería pedirte una disculpa por todo lo que te he echo en gran parte que estés así es por culpa mía y de Adam.-de verdad se veía arepentido pero no estaba muy convencida si decía la verdad o sólo estaba mintiendo.
—No es tan fácil como pedir una disculpa.
—Lo sé y de verdad lo siento.
—Que bueno que lo sientas, por culpa de ustedes tuve que ir de urgencias al hospital. Ahora lo único que quiero es estar sola y descansar un poco. —dije para que entendiera que no podía perdonarle sólo así, fueron muchos maltratos y abusos de su parte no quería bajar la guardia con ellos y tal vez sólo estaban jugando.
—Lo entiendo.-sé levanto de la cama y salió de la habitación. —descansa.-dijo antes de cerrar la puerta.
Estaba muy confundida de verdad que no entendía a estos chicos, no sabia si debía perdonarles y hacer como que todo estaba bien, pero la verdad era que no, nada estaba bien, todo iba de mal en peor. Tenía tantas cosas en la cabeza que con todos eso pensamientos me quede dormida.
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