mi día nada fuera de lo normal
Lincoln estaba profundamente dormido en su cama, pero su sueño no era del todo tranquilo. Se movía ligeramente, como si estuviera luchando con algo en sus sueños, o quizás simplemente tratando de encontrar una posición más cómoda. La habitación estaba en silencio, salvo por el suave sonido de su respiración y el leve crujido de la cama mientras se movía.
De repente, la puerta se abrió con un suave chirrido, y las gemelas Lola y Lana asomaron sus cabezas con cuidado. Se miraron entre ellas, compartiendo una sonrisa traviesa. Parecía que tenían algo planeado.
Lana (susurrando): "¿Estás lista?"
Lola (asintiendo con una sonrisa): "Totalmente. ¡A la de tres!"
Contando en voz baja, ambas se prepararon. A la señal, las gemelas corrieron hacia la cama y, sin previo aviso, saltaron sobre Lincoln con un grito alegre.
Lola y Lana (gritando al unísono): "¡Despierta, Lincoln!"
El peso de las gemelas y sus risas fueron suficientes para sacar a Lincoln de su sueño abruptamente. Se despertó sobresaltado, parpadeando rápidamente mientras trataba de procesar lo que estaba sucediendo.
Lincoln (medio adormilado, pero sorprendido): "¿Qué... qué está pasando? ¿Lola? ¿Lana? ¿Qué están haciendo?"
Lola (riendo mientras se acomoda junto a él): "¡Buenos días, hermanito! Pensamos que sería divertido despertarte de una manera especial."
Lana (sonriendo mientras se acurruca al otro lado): "Sí, además, ya es hora de levantarse. ¡Tenemos muchas cosas que hacer hoy!"
Lincoln, todavía un poco aturdido pero ya sonriendo, suspiró resignado.
Lincoln (con una sonrisa suave): "Ustedes dos nunca se cansan de sorprenderme, ¿verdad?"
Las gemelas rieron juntas, disfrutando del momento con su hermano mayor, mientras Lincoln se sentaba lentamente, dispuesto a empezar el día con sus traviesas hermanitas.
Lincoln, todavía recuperándose del susto, se estiró un poco mientras miraba a sus hermanitas con una mezcla de cansancio y diversión.
Lincoln (con una sonrisa suave): "Está bien, chicas. Ya bajo, pero necesito cambiarme de ropa primero, ¿de acuerdo?"
Lana (saltando fuera de la cama): "¡Vale, pero no tardes mucho! Tenemos cosas que hacer."
Lola (cruzando los brazos y con una expresión seria, aunque juguetona): "Sí, Lincoln, pero ni un minuto más. ¡Te esperamos abajo!"
Ambas gemelas salieron corriendo de la habitación, dejando a Lincoln solo para que pudiera cambiarse. Él suspiró con una sonrisa, sabiendo que cuando sus hermanas estaban emocionadas por algo, no había manera de frenarlas. Se levantó de la cama, listo para seguir el ritmo de Lola y Lana.
Lincoln, mientras se quitaba la camisa, comenzó a hablar consigo mismo, un hábito que tenía para ordenar sus pensamientos en medio del caos que a veces podía ser la casa Loud.
Lincoln (susurrando para sí): "Bueno, otro día típico en la casa Loud. Apenas me desperté y ya tengo que correr a cambiarme porque... bueno, es el turno de las gemelas de acaparar mi atención hoy. Y no es como si no tuviera más cosas que hacer."
Se puso una nueva camiseta, sacudiendo la cabeza con una sonrisa resignada mientras buscaba unos pantalones limpios.
Lincoln (continuando): "Veamos... primero está el evento de Lana, luego el de Lola, después seguramente Leni querrá que la acompañe a algo, Lori probablemente me pedirá que cuide de los más pequeños... y ni hablar de Luna, Luan y las demás."
Mientras se ponía los pantalones, Lincoln se detuvo un momento, mirando su reflejo en el espejo.
Lincoln (hablando con su reflejo): "¿Cómo logras hacerlo, Lincoln? Es como si fueras el chico para todo. Pero bueno, ellas cuentan conmigo, y aunque sea un poco pesado tener que ir casi a diez eventos de mis hermanas en un solo día... aún así, las apoyo."
Sonrió ligeramente, un poco más decidido.
Lincoln (poniéndose los zapatos): "Sí, porque eso es lo que hace un buen hermano, ¿verdad? Estar ahí, sin importar qué tan cansado esté. Y aunque a veces desearía tener un descanso, sé que mis hermanas harían lo mismo por mí... bueno, la mayoría."
Se estiró un poco, ya casi listo para bajar.
Lincoln (con una sonrisa aliviada): "Vamos, Lincoln. Es hora de enfrentar otro día en la casa Loud. Nada que no hayas hecho antes. ¿Qué podría pasar esta vez?"
Terminó de abotonarse la camisa, se dio una última mirada en el espejo y, con un suspiro, se preparó para salir de su habitación y enfrentarse al bullicio de su gran familia.
En otra parte del bosque, la atmósfera era mucho más tensa y seria. Varios oficiales de policía caminaban cuidadosamente entre los árboles, algunos con linternas en mano, iluminando los rincones más oscuros del bosque, mientras otros revisaban el suelo en busca de alguna pista. Habían pasado tres días desde que Eric Henderson, un joven de 17 años, desapareció sin dejar rastro, y la preocupación en el aire era palpable.
Oficial Jenkins, un hombre de mediana edad con una mirada cansada, se acercó a Detective Ramirez, quien revisaba unas notas en su libreta.
Oficial Jenkins (con tono preocupado): "Han pasado tres días, Ramirez, y todavía no tenemos nada. Ni una señal, ni un rastro. Es como si el chico se hubiera desvanecido en el aire."
Detective Ramirez (suspirando y cerrando la libreta): "Lo sé, Jenkins. Los padres de Eric están desesperados. Dicen que nunca se ha ausentado tanto tiempo sin avisar. Algo no está bien aquí."
Mientras los oficiales conversaban, más personas se sumaban a la búsqueda. Voluntarios del pueblo, amigos de la familia de Eric, todos se movían con una mezcla de esperanza y temor. Entre ellos estaba Laura Henderson, la madre de Eric, quien hablaba con uno de los oficiales, tratando de mantenerse firme.
Laura Henderson (con voz temblorosa): "Oficial, por favor, dígame que van a encontrar a mi hijo. Eric nunca haría esto. Nunca se iría sin decirnos nada."
Oficial Blake (tratando de consolarla): "Señora Henderson, estamos haciendo todo lo posible. Tenemos a todos nuestros hombres buscándolo. No vamos a parar hasta que lo encontremos."
Mientras tanto, otro grupo de oficiales inspeccionaba el área donde se encontró el teléfono de Eric, que fue hallado con la pantalla rota y una imagen borrosa que mostraba algo extraño, algo que ninguno de los presentes podía explicar.
Oficial Carter (mostrando el teléfono a Ramirez): "Esto fue lo único que encontramos, detective. El teléfono estaba en el suelo, con la pantalla rota. Y esta imagen... no sé qué pensar de ella. Parece una sombra, pero no estoy seguro."
Detective Ramirez (mirando la pantalla con el ceño fruncido): "¿Una sombra? ¿En medio del bosque? Esto no tiene sentido... pero es todo lo que tenemos. Debemos seguir buscando."
El grupo continuó su búsqueda, cada paso acompañado por el crujido de las hojas bajo sus pies y el susurro del viento entre los árboles. La tensión aumentaba con cada minuto que pasaba, y aunque nadie lo decía en voz alta, todos compartían la misma inquietud: ¿qué le había pasado realmente a Eric Henderson? Y más importante aún, ¿qué era esa cosa que aparecía en la imagen del teléfono?
En el centro de mando improvisado, los oficiales seguían examinando la imagen en el teléfono de Eric, intentando descifrar qué era esa figura oscura que se veía en la pantalla rota. Detective Ramirez y Oficial Jenkins intercambiaban opiniones, mientras que los demás oficiales revisaban los alrededores en busca de cualquier pista adicional.
Detective Ramirez (frunciendo el ceño mientras observa la pantalla): "Esto no tiene sentido. ¿Una sombra? ¿Qué clase de sombra puede provocar algo como esto?"
Oficial Jenkins (suspirando): "No lo sé, Ramirez. Pero tenemos que encontrar respuestas rápido. Cada minuto cuenta."
De repente, un grito desgarrador rompió la calma del bosque. Era un grito lleno de angustia y terror, que resonó en todo el área, haciendo que todos los presentes se detuvieran en seco. Laura Henderson, la madre de Eric, había encontrado algo y su grito llenó el aire, helando la sangre de todos los que lo escucharon.
Laura Henderson (gritando con desesperación): "¡Eric! ¡No, Dios, no! ¡Eric!"
Los oficiales reaccionaron de inmediato, corriendo hacia la dirección de donde provenía el grito. Los corazones de todos latían con fuerza mientras se apresuraban, temiendo lo peor. Cuando llegaron, la escena que encontraron fue mucho peor de lo que cualquiera podía haber imaginado.
Eric Henderson estaba colgado de un árbol, pero de una manera completamente antinatural. Su cuerpo estaba mutilado, con partes faltantes, como si algo lo hubiera devorado desde adentro. Su rostro estaba desfigurado por el dolor y el terror que había experimentado en sus últimos momentos. La vista era aterradora, y varios de los presentes tuvieron que desviar la mirada, incapaces de soportar lo que veían.
Detective Ramirez (con la voz entrecortada): "Dios mío... ¿Qué le pasó?"
Oficial Jenkins (mirando con horror): "No lo sé, pero esto... esto no es obra de un animal. Esto es algo más."
Laura Henderson cayó de rodillas, sollozando incontrolablemente, mientras los oficiales intentaban consolarla. La escena era desgarradora, y el bosque parecía envolverse en un silencio aún más profundo, como si el mismo lugar estuviera en shock por lo ocurrido.
Detective Ramirez se acercó con cautela, tratando de mantener la compostura mientras inspeccionaba el cuerpo de Eric. Lo que vio lo dejó sin palabras. No había rastros de un ataque animal común, ni señales de lucha. Era como si algo completamente desconocido hubiera hecho esto, algo que no podían entender.
Oficial Carter (acercándose lentamente): "Ramirez... ¿qué hacemos ahora?"
Detective Ramirez (respirando profundamente): "Tenemos que asegurar la escena y llevar el cuerpo para una autopsia. Pero... esto no termina aquí. Tenemos que descubrir qué le pasó realmente a Eric. Algo está ocurriendo en este bosque, y no podemos ignorarlo."
Los oficiales comenzaron a trabajar en asegurar el área, pero el ambiente estaba cargado de una tensión indescriptible. Todos sabían que algo oscuro y peligroso estaba en el bosque, algo que acababa de cobrar su primera víctima de una manera brutal. Y mientras la noche caía lentamente, el temor de que esto solo fuera el comienzo se apoderó de cada uno de ellos.
Laura Henderson estaba inconsolable. Su cuerpo temblaba mientras su esposo, Tom Henderson, intentaba sostenerla, pero su dolor era demasiado grande. Sus lágrimas caían incesantemente, y entre sollozos desgarradores, repetía el nombre de su hijo una y otra vez.
Laura (sollozando): "Eric... mi bebé... ¡Eric! ¿Por qué? ¡Dios mío, por qué!"
Tom la abrazaba con fuerza, tratando de darle consuelo, pero él mismo estaba al borde del colapso. La pérdida de su hijo los había destrozado por completo. Laura se negaba a moverse, aferrándose al lugar como si al quedarse allí pudiera revertir lo sucedido.
Tom (con la voz quebrada): "Laura, por favor... tenemos que irnos. No podemos quedarnos aquí. Eric... ya no está aquí."
Pero Laura apenas podía escuchar sus palabras. Su mente estaba atrapada en un ciclo de dolor y desesperación, recordando cada momento que había pasado con su hijo, cada risa, cada abrazo. Ahora, todo lo que tenía eran recuerdos, y el dolor de saber que no habría más.
Los familiares de Eric comenzaron a llegar al lugar, cada uno mostrando su propio dolor de manera diferente. Algunos lloraban en silencio, otros no podían contener sus lamentos. La noticia de la muerte de Eric había golpeado a la familia como un huracán, dejando a todos sin aliento y con el corazón roto.
Tía Martha, la hermana de Laura, abrazó a su sobrina Sophie, mientras intentaba contener sus propias lágrimas.
Tía Martha (con la voz temblorosa): "No puedo creerlo... nuestro Eric. Era tan joven... tan lleno de vida."
Sophie, apenas pudiendo hablar, susurró: "¿Por qué, tía? ¿Por qué le pasó esto a él?"
Mientras tanto, los oficiales continuaban trabajando en la escena. Detective Ramirez había dado la orden de bajar el cuerpo de Eric del árbol con el mayor respeto posible, sabiendo que la familia estaba viendo cada movimiento. Oficial Jenkins y Oficial Carter subieron al árbol con cuidado, usando guantes y herramientas para asegurarse de no dañar más el cuerpo.
El proceso fue lento, casi ceremonial, mientras los oficiales bajaban a Eric. Cada paso estaba cargado de un peso emocional inmenso. El silencio se apoderó del área mientras los familiares observaban con lágrimas en los ojos. Era como si el mundo entero se hubiera detenido en ese momento.
Cuando finalmente el cuerpo de Eric tocó el suelo, una ola de dolor recorrió a la familia. Laura, viendo a su hijo así, rompió en un llanto aún más fuerte, mientras Tom intentaba calmarla, aunque él también estaba llorando.
Detective Ramirez (con voz suave, dirigiéndose a la familia): "Lo llevaremos al forense para que podamos entender mejor qué le pasó. Les prometo que haremos todo lo posible para encontrar respuestas."
Los familiares asintieron, aunque sus rostros reflejaban la desolación. No había palabras que pudieran aliviar el dolor en ese momento. La muerte de Eric había dejado un vacío que nada podría llenar, y la sensación de que algo oscuro y peligroso había arrebatado a su ser querido era aterradora.
Mientras los oficiales comenzaban a llevar el cuerpo de Eric al vehículo, la familia se quedó atrás, abrazándose unos a otros, tratando de encontrar fuerza en su unión. La tragedia los había golpeado de manera implacable, y ahora solo les quedaba esperar respuestas y, eventualmente, buscar justicia para Eric.
Con Lincoln
Lincoln estaba en uno de los eventos de su hermana Luna, disfrutando de la música en vivo que su banda estaba tocando. La energía en el lugar era contagiosa, y Lincoln, junto con su familia, estaba emocionado, moviéndose al ritmo de las canciones. Los amigos de Luna lo estaban dando todo en el escenario, y la multitud aplaudía y vitoreaba con entusiasmo.
Lincoln (pensando mientras aplaudía): "Wow, Luna y su banda realmente lo están haciendo increíble. Es genial verlos disfrutar tanto en el escenario."
Luna, en su elemento, se veía radiante, y Lincoln se sintió orgulloso de su hermana. Todo parecía ir bien, pero de repente, algo cambió. Lincoln comenzó a sentir un peso en su cuerpo, como si una fuerza invisible estuviera apretando cada músculo. Su cabeza empezó a sentirse ligera, y el sonido de la música comenzó a desvanecerse, dejando solo un pitido constante en sus oídos.
Lincoln (pensando, confundido): "¿Qué me está pasando? ¿Por qué me siento así?"
Miró a su alrededor, viendo a su familia y al resto de la multitud disfrutar del espectáculo, pero sus voces y los aplausos parecían distantes, como si estuviera en una burbuja. El pitido en sus oídos se intensificó, y una sensación de mareo lo invadió.
Lincoln (sintiéndose cada vez más desorientado): "No puedo quedarme aquí así. Necesito... necesito salir un momento."
Con esfuerzo, Lincoln se abrió paso entre la multitud, sintiendo cómo sus piernas se volvían cada vez más pesadas. Su respiración se aceleró mientras intentaba mantener la compostura. Finalmente, logró llegar a los baños del lugar y se apoyó en el lavabo, mirando su reflejo en el espejo.
Lincoln (murmurando para sí mismo, jadeante): "Vamos, Lincoln... respira. Solo... solo es un poco de estrés o algo. No es nada grave."
Abrió el grifo y dejó correr el agua fría, inclinándose para mojarse la cara. El agua fría contra su piel fue un alivio momentáneo, pero el pitido en sus oídos no desapareció del todo. Cerró los ojos, intentando concentrarse en su respiración, esperando que el malestar pasara.
Lincoln (pensando, tratando de calmarse): "¿Por qué me siento así? ¿Será que estoy sobrecargado con todo lo que ha pasado últimamente? No puedo dejar que esto arruine el evento de Luna."
Poco a poco, Lincoln comenzó a recuperar el control de su respiración, aunque la sensación de pesadez en su cuerpo y el pitido en sus oídos seguían presentes. Sabía que no podía quedarse mucho tiempo en el baño, pero también sabía que necesitaba unos minutos más para calmarse antes de regresar con su familia.
Lincoln (hablándose a sí mismo en voz baja): "Solo unos minutos más. Luego volveré con los demás... no quiero preocuparlos."
Mientras el agua seguía corriendo, Lincoln continuó salpicándose la cara, esperando que el malestar se desvaneciera por completo.
Lincoln estaba inclinado sobre el lavabo, con las manos cubriéndose la cara mientras el agua fría seguía cayendo, pero algo comenzó a sentirse extraño en su lado, justo en el área donde su fuerza solía sentirse más poderosa. Era una presión, una especie de presión invisible que no podía identificar, y no importaba cuánto intentara ignorarlo, simplemente no desaparecía. A pesar de que el baño estaba vacío, Lincoln sentía como si alguien estuviera cerca, una presencia inquietante que lo observaba desde las sombras. Miró alrededor, pero no había nada, nadie.
Lincoln (pensando, algo confundido): "¿Qué es esto? No puede ser... Esto no es normal. ¿Será por todo el estrés? No... algo no está bien."
El pitido en sus oídos volvió a intensificarse, junto con esa sensación rara en su costado, como si algo estuviera justo allí, esperando. Estaba comenzando a sentirse atrapado, y lo peor de todo era que no tenía idea de qué estaba pasando. Intentó tranquilizarse, pero fue en ese momento cuando escuchó la puerta del baño abrirse de golpe, interrumpiendo sus pensamientos.
Lynn Sr. (con voz preocupada desde la entrada): "Lincoln, ¿estás bien? Lucy me dijo que te miraba extraño y que te veías un poco pálido. ¿Qué sucede?"
Lincoln, sorprendido por la entrada repentina de su padre, se enderezó rápidamente, limpiándose el rostro con la toalla y tratando de disimular la incomodidad que sentía. No quería preocupar a su familia, especialmente a su papá, por lo que intentó mantener la calma, aunque su corazón latía más rápido por la tensión.
Lincoln (con voz nerviosa, forzando una sonrisa): "Ah, papá... sí, estoy bien. Solo, ya sabes, un poco cansado. Creo que todo esto de los eventos me está pasando factura. Es solo un pequeño mareo. Nada grave."
Lynn Sr. frunció el ceño, observando a su hijo con algo de preocupación. No parecía completamente convencido, pero también conocía lo terco que podía ser Lincoln cuando quería mantener las cosas bajo control. Después de un breve momento, su padre dio un paso hacia él y le puso una mano en el hombro, dándole un pequeño apretón.
Lynn Sr. (con tono calmado, pero firme): "No tienes que hacer todo por los demás, hijo. Si te sientes mal, puedes descansar. Nadie te obligará a seguir en los eventos si no te sientes bien."
Lincoln bajó la mirada hacia el lavabo, sintiendo una mezcla de alivio y culpa. Sabía que su padre estaba preocupado, pero también sabía que no podía simplemente abandonar a sus hermanas en medio de todo. Ya había pasado por mucho, y ahora que parecía que las cosas finalmente se calmaban, no quería ser el que arruinara el día.
Lincoln (suspirando, tratando de calmar a su padre): "De verdad, papá, no es nada. Solo necesito un momento. Te prometo que estaré bien. Solo un poco de agua y unos minutos para recargar energía."
Lynn Sr. (mirándolo por un momento con duda, pero asintiendo lentamente): "Está bien, hijo. Si dices que puedes seguir, entonces confío en ti. Pero si en algún momento necesitas un descanso, no dudes en decírmelo."
Lincoln asintió, agradecido por la comprensión de su padre, aunque sentía un peso en el estómago. La sensación rara en su lado no desaparecía, y su cuerpo no respondía como debería. Sin embargo, no quería preocupar a nadie más. No quería ser el centro de atención, ni arruinar el día de Luna, quien claramente estaba disfrutando del evento con sus amigos y compañeros de banda.
Lincoln (sonriendo levemente, forzando un poco): "Gracias, papá. Ahora... me siento mucho mejor. Voy a regresar. Solo dame un momento más."
Lynn Sr. (dándole una palmada en la espalda): "De acuerdo, hijo. No te olvides de descansar cuando lo necesites. Vamos a disfrutar de la música, ¿de acuerdo?"
Lincoln asintió de nuevo, mirando a su padre mientras este salía del baño, aún preocupado, pero respetando el deseo de su hijo de seguir adelante. Lincoln, por su parte, tomó una respiración profunda, intentando calmar su mente y el peso extraño que sentía en su cuerpo.
Lincoln (pensando mientras salía del baño): "Solo un poco más... solo tengo que aguantar. ¿Qué me está pasando? ¿Por qué me siento tan raro?"
Mientras caminaba de regreso al lugar donde estaba su familia, no podía sacudirse esa extraña sensación que lo acompañaba, ni el misterioso pitido en sus oídos. No quería preocupar a nadie más, pero algo en su interior le decía que debía descubrir qué estaba pasando. Sin embargo, por ahora, solo podía seguir adelante y esperar que todo esto desapareciera por sí solo.
En la forense, el ambiente seguía siendo tenso, pero algo menos agobiante que en el bosque. Los oficiales Jenkins, Carter y el Detective Ramírez se encontraban de pie, observando atentamente el trabajo del forense mientras este revisaba minuciosamente el cuerpo de Edric, dispuesto sobre la mesa de autopsias. Las luces frías del lugar iluminaban la escena, destacando cada detalle, y el sonido de los instrumentos médicos y el suave susurro de las hojas en los expedientes creaban una atmósfera solemne.
Forense (en voz baja, con una expresión seria, mientras tocaba las heridas del cadáver): "Las lesiones son... inusuales. No hay evidencia clara de un ataque animal. Las laceraciones son más finas, como si hubieran sido hechas por algo más preciso, algo que no parece humano. Y la forma en que el cuerpo fue colgado... esto no es algo que un asesino normal haría."
Detective Ramírez (acercándose, frunciendo el ceño): "Entonces, ¿qué estamos viendo aquí, Forense? ¿Qué nos estás diciendo? ¿Un ritual? ¿Algún tipo de mensaje?"
Forense (levantando la mirada, con una seriedad palpable): "No lo sé, pero la disposición del cuerpo y la ausencia de sangre alrededor del lugar... Hay algo profundamente desconcertante en este caso. Como si lo que quiera el responsable no sea simplemente asesinar, sino enviar una señal. Pero no puedo identificar un patrón claro... al menos no aún."
Jenkins (cruzando los brazos, observando el cuerpo con cautela): "Lo que tenemos aquí es mucho más que un asesinato. El hecho de que lo encontraran colgado de un árbol, con partes del cuerpo faltantes... eso es algo que no encaja. Las heridas son... limpias, casi quirúrgicas."
Carter (con voz más nerviosa, pero tratando de mantenerse profesional): "Esto... esto no tiene sentido. Todo esto parece sacado de una película de terror. La forma en que fue encontrado, cómo lo dejaron... ¿realmente estamos buscando a una persona aquí, o estamos buscando... algo más?"
Detective Ramírez (mirando fijamente al cuerpo, reflexionando): "No puedo dejar de pensar en lo que dijo la madre de Edric. 'Mi hijo está muerto, pero esto no fue un simple asesinato'. Quizás tenía razón. Algo más grande está en juego aquí. Y lo que más me preocupa es que este caso podría ser solo el principio."
Forense (suspirando, limpiándose las manos con un paño): "Necesitamos más pruebas. Esto no es solo un asesinato, como dije. Si queremos encontrar al responsable o entender qué sucedió, necesitamos más evidencia. Lo que tenemos hasta ahora es solo una parte del rompecabezas. La autopsia nos dará más respuestas, pero aún hay muchas incógnitas."
Mientras el forense comenzaba a tomar muestras y a trabajar en el análisis más detallado del cuerpo de Edric, los tres oficiales permanecían en silencio, procesando lo que acababan de ver y lo que había sucedido hasta ese momento.
Jenkins (después de un largo silencio, con una mirada preocupada): "Esto es mucho más grande de lo que pensaba. Y la madre... se fue demasiado rápido. Es difícil culparla por no poder quedarse, pero ¿qué pasa si ella sabe algo más? ¿Qué pasa si todos estamos perdiendo algo de vista?"
Carter (mirando hacia el suelo, pensativo): "Eso no lo había considerado... Tal vez esté relacionado con lo que ocurrió antes. Este no es el primer caso extraño en Royal Woods. Hay algo más sucediendo aquí. Y si todo esto conecta... ¿dónde comienza a encajar todo?"
Detective Ramírez (con un tono firme, mirando a ambos oficiales): "Todo esto no tiene sentido, pero debemos mantener la calma y trabajar con lo que tenemos. El testimonio de la madre, las lesiones en el cuerpo de Edric, todo eso tiene que significar algo. Pero lo más importante ahora es que no podemos permitirnos pensar que esto es solo una casualidad. Esto es un mensaje, un aviso. Y quien haya hecho esto, no va a detenerse aquí."
Jenkins (asintiendo): "Vamos a necesitar todo el apoyo posible, Detective. Y lo que se venga, tenemos que estar listos. Algo está pasando, y no creo que sea algo normal."
Carter (con una expresión de preocupación, mirando al cuerpo una vez más): "Estoy empezando a pensar que la gente en esta ciudad tiene más secretos de los que imaginamos. Y esto... este caso... no es una simple desaparición. No hay nada simple aquí."
Detective Ramírez (desviando la mirada hacia la ventana de la forense, pensativo): "Lo sé. Pero tenemos que ir paso a paso. No tenemos tiempo para teorías. Ahora mismo, necesitamos encontrar más pruebas. Y si alguien sabe más, debemos asegurarnos de que nos lo cuenten, sin importar lo que les cueste."
Los tres oficiales permanecieron en silencio por un momento más, la atmósfera en la sala cargada de una sensación palpable de incertidumbre y tensión. Los eventos recientes, la desaparición de Edric, su muerte y el misterio que rodeaba su asesinato, eran solo el principio. Algo oscuro se estaba desmoronando en Royal Woods, y ellos serían los encargados de descubrirlo, aunque estuvieran empezando a darse cuenta de lo difícil que sería enfrentarse a lo que vendría.
Fin del capítulo
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