decidido vamos por ese demonio
Jenntry, Michael y Stella estaban disfrutando de su día juntos en el centro de Royal Woods. Habían pasado por varias tiendas, probando ropa, tomando helados y riendo a carcajadas con cada broma que Michael hacía. El día estaba siendo perfecto, lleno de pequeñas aventuras y momentos memorables.
Michael (con una gran sonrisa mientras sostenía un par de gafas de sol que acababa de probarse): "¿Qué tal me veo? ¿Parecido a una estrella de rock, o qué?"
Stella (riendo, mientras le ajustaba las gafas en la nariz): "Definitivamente una estrella... pero más bien una de esas que solo salen en comerciales de loción para el sol."
Jenntry (riendo también, mientras tomaba un sorbo de su bebida): "Yo diría que estás listo para una portada de revista... una revista de bromas."
Los tres se rieron, disfrutando de la compañía y de lo despreocupado que se sentía todo. Era un respiro necesario después de los días intensos que había tenido Jenntry, tratando de equilibrar sus nuevas habilidades y la vida cotidiana.
Pero justo cuando Jenntry estaba a punto de responder a otra broma de Michael, su teléfono vibró en el bolsillo de su chaqueta. Sacó el dispositivo y vio un mensaje de Ed. La sonrisa en su rostro se desvaneció ligeramente al leerlo.
Mensaje de Ed: "Jenntry, necesito que vengas a casa rápido. Algo importante ha sucedido."
Jenntry frunció el ceño, intentando descifrar la urgencia en las palabras de Ed. Aunque no especificaba qué había pasado, conocía a su hermano lo suficiente como para saber que no enviaría un mensaje así si no fuera necesario.
Stella (notando el cambio en la expresión de Jenntry): "¿Todo bien, Jenntry? ¿Quién es?"
Jenntry (guardando el teléfono rápidamente y forzando una sonrisa): "Es Ed. Quiere que vuelva a casa. Dice que es algo importante."
Michael (levantando una ceja, curioso): "¿Algo importante? ¿Sabes de qué se trata?"
Jenntry (sacudiendo la cabeza): "No lo sé, pero suena urgente. Probablemente algo relacionado con lo que hemos estado investigando últimamente."
Stella (preocupada): "¿Quieres que te llevemos? No estás sola en esto, Jenntry."
Jenntry (sonriendo suavemente, agradecida por el apoyo): "Gracias, chicos. Pero creo que es mejor si voy sola. Si es algo grande, no quiero ponerlos en medio de esto. Les enviaré un mensaje en cuanto sepa más, ¿vale?"
Michael (poniendo una mano en su hombro): "Cuídate, Jenntry. Sabes que siempre puedes contar con nosotros."
Stella (asintiendo): "Sí, y si necesitas ayuda, estaremos aquí. No dudes en llamarnos."
Jenntry asintió, sintiendo el calor de la preocupación de sus amigos. Les dio un abrazo rápido a ambos antes de dar media vuelta y comenzar a caminar rápidamente hacia su casa. Mientras lo hacía, su mente estaba llena de preguntas. ¿Qué podía ser tan urgente como para que Ed le pidiera que regresara de inmediato? ¿Había descubierto algo nuevo? ¿O tal vez algo había salido mal?
A medida que se acercaba a su casa, Jenntry sentía cómo su corazón latía más rápido, la ansiedad creciendo en su pecho. Sabía que lo que fuera, tendría que enfrentarlo con valentía. Sus poderes, su destino, todo parecía estar interconectado con cada paso que daba. Pero, al menos, tenía a su familia y amigos para apoyarla, y eso la reconfortaba.
Jenntry llegó a casa rápidamente, aún con la energía de la divertida salida con Michael y Stella. Sin embargo, al entrar, notó la tensión palpable en la sala. Gugu y Ed estaban sentados, intercambiando miradas serias, lo que de inmediato alertó a Jenntry de que algo andaba mal.
Jenntry (mirando a ambos con curiosidad y preocupación): "¿Qué pasa? ¿Por qué están así? ¿Qué me están ocultando?"
Ed suspiró profundamente, sacó su teléfono y se lo tendió a Jenntry. Ella lo tomó con cautela y observó la pantalla. Allí estaba la noticia que cambiaría el tono de su día: "Joven encontrado muerto en Royal Woods en circunstancias aterradoras."
Jenntry (frunciendo el ceño mientras leía): "¿Royal Woods? ¿Ese pueblo del que hablábamos? ¿Qué le pasó a este chico?"
Ed (con voz grave, mirando a Jenntry): "El chico del video, Jenntry... Se llamaba Edric Henderson. Lo encontraron en el bosque. No fue una muerte normal, fue algo... horrible."
Jenntry sintió un nudo en el estómago mientras continuaba leyendo la noticia. Las palabras "colgado de un árbol" y "devorado por algo desde adentro" le hicieron sentir un escalofrío.
Jenntry (con incredulidad y horror): "¿Devora... devorado desde adentro? ¿Qué demonios...?"
Gugu (interviniendo con firmeza): "Exactamente, Jenntry. Esto no es obra de un asesino cualquiera. Es un demonio. Algo oscuro está detrás de esto."
Jenntry levantó la mirada de la pantalla, procesando lo que Gugu acababa de decir.
Jenntry (reflexionando, con voz temblorosa): "Primero aquí, y ahora en Royal Woods... No era suficiente con los demonios en nuestra ciudad. Ahora otro pueblo está siendo atacado. Pero, ¿por qué ahí? ¿Qué tiene Royal Woods para que ocurra algo así?"
Ed (con un tono más calmado): "No lo sabemos todavía, pero no es una coincidencia. Algo está conectando estos eventos, y necesitamos descubrir qué es antes de que sea demasiado tarde."
Jenntry (con determinación, mirando a Gugu): "¿Y estás segura de que es un demonio? ¿No podría ser algo más... humano?"
Gugu (asintiendo lentamente, con una mirada sombría): "No hay dudas en mi mente, Jenntry. Los indicios son claros. Esto no es obra de un humano. La forma en que fue encontrado... es típico de algo más oscuro, más antiguo. Un demonio."
Jenntry se dejó caer en una silla, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros. Sabía que no podían ignorar lo que estaba sucediendo, y la conexión entre los eventos en su ciudad y Royal Woods era preocupante.
Jenntry (respirando profundamente): "Entonces, ¿qué hacemos ahora? No podemos quedarnos de brazos cruzados."
Gugu (con un tono firme): "Primero, necesitamos investigar más sobre Royal Woods y su historia. Quizás haya algo que podamos descubrir que nos dé pistas sobre este demonio."
Ed (asintiendo): "Y mientras tanto, debemos estar preparados. Si este demonio se está moviendo de pueblo en pueblo, podríamos estar en la mira nuevamente."
Jenntry asintió, sabiendo que no podían perder tiempo. Estaban en una carrera contra lo desconocido, y no había lugar para la duda o el miedo.
Ed miró a Jenntry con una mezcla de emoción y preocupación. Sabía que necesitaban actuar rápido, y una idea se formó en su mente.
Ed (mirando a Jenntry con determinación): "¿Por qué no usamos uno de tus portales? Podríamos llegar a Royal Woods mucho más rápido y comenzar a investigar de inmediato."
Jenntry levantó una ceja, considerando la propuesta por un momento antes de asentir lentamente.
Jenntry (con un tono decidido): "Tienes razón. Si podemos llegar antes que cualquier otra cosa, tal vez podamos encontrar alguna pista antes de que sea demasiado tarde."
Gugu, que había estado escuchando en silencio, se acercó a ambos con una expresión seria en su rostro.
Gugu (mirando a Jenntry y Ed con preocupación): "Escuchen, esto es peligroso. Si realmente es un demonio, no están preparados para enfrentarlo. Necesito que me prometan que solo van a investigar. No intenten enfrentarlo por su cuenta, ¿entendido?"
Jenntry miró a Gugu, comprendiendo la gravedad de sus palabras, y asintió firmemente.
Jenntry (con seriedad): "Lo prometo, Gugu. Solo vamos a investigar. No haremos nada imprudente."
Ed también asintió, respaldando la promesa de Jenntry.
Ed (con una sonrisa tranquila): "Estaremos bien, Gugu. Sabemos lo que estamos haciendo."
Gugu no parecía completamente convencida, pero sabía que no podía detenerlos.
Gugu (suspirando profundamente): "Muy bien, pero tengan mucho cuidado. No subestimen a este demonio. Si algo parece peligroso, regresen de inmediato."
Jenntry levantó sus manos, creando un portal brillante que zumbaba con energía en el aire. Miró a Ed y luego a Gugu, dándoles una última sonrisa tranquilizadora.
Jenntry (con una voz firme): "Volveremos pronto. Con suerte, con algunas respuestas."
Con esas palabras, Jenntry y Ed atravesaron el portal, dejando atrás la seguridad de su hogar y adentrándose en lo desconocido de Royal Woods.
Lincoln se sentía mucho mejor después de un rato en el evento de Luna. La incomodidad que había sentido antes había desaparecido, y ahora solo quería descansar un poco. Al llegar a su habitación, dejó caer su cuerpo sobre la cama, disfrutando de la sensación suave del colchón bajo él. Sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente, buscando un poco de paz y tranquilidad.
Justo cuando estaba a punto de sumirse en un merecido descanso, un grito aterrador resonó en la habitación.
Lucy (con su tono monótono pero intensamente perturbador): "Lincoln, las energías oscuras están cerca."
Lincoln saltó de su cama con un grito ahogado, su corazón latiendo a mil por hora. Giró hacia donde estaba su hermana menor, Lucy, que se encontraba de pie al pie de su cama, con su habitual mirada seria y sus ojos apenas visibles tras su flequillo negro.
Lincoln (respirando rápidamente y con una mezcla de pánico y confusión): "¡Lucy! ¡Casi me matas del susto! ¿Qué estás haciendo?"
Lucy inclinó ligeramente la cabeza, manteniendo su expresión imperturbable.
Lucy (calmadamente): "Solo te estoy advirtiendo, Lincoln. He sentido una presencia extraña, una energía oscura, muy cerca de nosotros."
Lincoln parpadeó, aún tratando de calmarse mientras procesaba lo que Lucy acababa de decir.
Lincoln (con una mezcla de confusión y escepticismo): "¿Energía oscura? Lucy, ¿estás segura de eso? A veces creo que te tomas demasiado en serio esas cosas de lo oculto."
Lucy se acercó un poco más, sus ojos serios brillando con una intensidad que hizo que Lincoln se estremeciera ligeramente.
Lucy (con firmeza): "Estoy segura, Lincoln. No es algo que deba tomarse a la ligera. Algo está cerca, y no es bueno. Solo quería que estuvieras alerta."
Lincoln se dejó caer de nuevo en su cama, pasando una mano por su rostro, todavía sintiendo el susto que Lucy le había dado.
Lincoln (con un suspiro): "Está bien, Lucy. Te prometo que estaré alerta, pero en serio, intenta no aparecer de repente así. Mi corazón no lo soporta."
Lucy asintió, como si entendiera, aunque no mostraba ninguna emoción.
Lucy (suavemente): "Lo siento si te asusté, Lincoln. Solo quería protegerte."
Lincoln sonrió débilmente, apreciando el cuidado de su hermana, aunque de una manera bastante espeluznante.
Lincoln (con cariño): "Lo sé, Lucy. Y lo agradezco. Ahora, si no te importa, realmente necesito descansar un poco."
Lucy dio un paso atrás, observando a Lincoln por un momento más antes de darse la vuelta para salir de la habitación.
Lucy (en voz baja): "Descansa, Lincoln. Pero recuerda, mantente alerta."
Lincoln la observó salir y luego cerró los ojos, tratando de calmarse una vez más. Aunque las palabras de Lucy resonaban en su mente, decidió que no dejaría que eso lo inquietara más de lo necesario, al menos por el momento.
Lincoln ya estaba listo para sumergirse en el sueño después del pequeño susto que le había dado Lucy. Su cuerpo se hundía en el colchón, y sus párpados se cerraban lentamente cuando, de repente, la puerta de su habitación se abrió de golpe.
Lori (con un tono de mando): "Lincoln, necesito que vayas a la tienda de Flip."
Lincoln abrió un ojo, apenas consciente, y miró a su hermana mayor, quien estaba parada en la entrada con los brazos cruzados.
Lincoln (con un suspiro profundo): "¿Por qué yo? ¿Por qué siempre yo, Lori?"
Lori levantó una ceja, claramente no interesada en debatir.
Lori (con una sonrisa autoritaria): "Porque soy tu hermana mayor, y lo estoy ordenando. Además, ya casi es hora de cerrar, así que necesitas moverte rápido."
Lincoln se sentó en la cama, frotándose la cara con ambas manos, claramente fastidiado. Sabía que discutir con Lori no llevaría a ningún lado, especialmente cuando ella ya había decidido algo.
Lincoln (quejándose): "Pero, Lori, estaba a punto de dormir... ¿No puede ir alguien más?"
Lori entró en la habitación, ignorando las quejas de Lincoln, y le entregó una lista de compras junto con algo de dinero.
Lori (con firmeza): "Mira, solo serán unas pocas cosas. Aquí está la lista y el dinero. No es gran cosa. Hazlo rápido, y podrás volver a dormir."
Lincoln miró la lista, aún frunciendo el ceño. Era típico de Lori darle tareas de último minuto, y no importaba lo cansado que estuviera, siempre esperaba que él las cumpliera sin rechistar.
Lincoln (murmurando mientras se levantaba): "Claro, porque Flip's es el lugar perfecto para ir justo antes de dormir..."
Lori dio un paso atrás, satisfecha de que Lincoln finalmente aceptara, aunque no dejó de notar su descontento.
Lori (con una sonrisa): "Gracias, Lincoln. Sabía que podía contar contigo."
Lincoln tomó la lista y el dinero, aún sintiendo el peso del cansancio en sus hombros mientras se dirigía hacia la puerta.
Lincoln (murmurando): "Sí, sí, claro... Lo que tú digas, jefa."
Lori ignoró su sarcasmo mientras Lincoln salía de la habitación. Bajó las escaleras y se dirigió hacia la puerta principal, aún refunfuñando para sí mismo. Sabía que la tienda de Flip era un lugar que nadie realmente disfrutaba visitar, pero con Lori mandando, no tenía muchas opciones.
Ya en la calle, el aire fresco de la noche lo despertó un poco. Caminó lentamente hacia la tienda, la lista en la mano, repasando mentalmente las cosas que tenía que comprar.
Lincoln (pensando en voz alta): "¿Por qué siempre me toca a mí? Solo una vez me gustaría que alguien más tuviera que hacer estas cosas..."
Se encogió de hombros, resignado a su destino. Mientras avanzaba hacia la tienda de Flip, intentaba mantener el ánimo arriba, sabiendo que cuanto antes terminara, antes podría volver a su cama.
Mientras Lincoln caminaba hacia la tienda de Flip, decidió romper la cuarta pared para hablar con los espectadores, como solía hacer cuando quería compartir sus pensamientos.
Lincoln (mirando a la cámara, con una expresión de resignación): "Se estarán preguntando por qué mis padres no dijeron nada sobre esto, ¿verdad? Bueno, la respuesta es simple... No están en casa."
Hizo una pausa, ajustando el dinero y la lista en sus manos mientras continuaba su camino.
Lincoln (suspirando): "Sí, Lori está a cargo esta noche. Mis padres tuvieron que salir para hacer... algo. No estoy muy seguro, la verdad. Dijeron que tenían que ir a buscar o comprar algo importante, pero, sinceramente, no escuché bien esa última parte. Estaba demasiado concentrado en intentar no quedarme dormido."
Hizo una mueca, recordando cómo había estado a punto de dormir antes de que Lori lo interrumpiera.
Lincoln (encogiéndose de hombros): "Así que, aquí estoy, camino a la tienda de Flip en lugar de estar descansando en mi cama. Porque, claro, ¿quién necesita dormir cuando tienes a Lori dando órdenes?"
Volvió a mirar hacia adelante, ajustando su paso mientras se acercaba a la tienda.
Lincoln (con una sonrisa cansada): "Pero bueno, ¿qué se le va a hacer? Así es la vida en la casa Loud. Siempre hay algo que hacer, incluso cuando solo quieres descansar."
Con un último suspiro, Lincoln centró su atención en el camino, listo para cumplir con la misión que Lori le había encomendado, aunque no estuviera particularmente entusiasmado con ello.
En otra parte, Jenntry y Ed estaban en el bosque donde había ocurrido el trágico incidente con Edric Henderson. Ambos se movían con cautela entre los árboles, sus ojos recorriendo cada rincón en busca de algo que pudiera darles alguna pista sobre lo que realmente había sucedido.
Ed (mirando a su alrededor con atención): "Vaya, este lugar está lleno de policías y curiosos. No vamos a poder acercarnos mucho sin que nos detecten."
Jenntry (asintiendo mientras se detenía detrás de un árbol): "Sí, parece que llegamos un poco tarde. Con todo este alboroto, será difícil encontrar algo que los oficiales no hayan visto ya."
Ambos se mantuvieron en silencio por un momento, observando cómo los oficiales inspeccionaban la zona, marcando áreas con cintas de advertencia y hablando entre ellos. La tensión en el aire era palpable, y el bosque, que normalmente debería estar lleno de sonidos naturales, estaba sumido en un silencio inquietante.
Ed (mirando a Jenntry): "Quizás sea mejor que nos retiremos por ahora. No vamos a encontrar nada útil con todos ellos aquí, y tampoco queremos levantar sospechas."
Jenntry (suspirando, pero asintiendo de nuevo): "Tienes razón. No podemos arriesgarnos a que nos descubran. Pero aún necesitamos encontrar más información sobre lo que pasó. Esto no es solo un asesinato común."
Ed (pensativo): "Podríamos dirigirnos al pueblo. Tal vez alguien haya visto o escuchado algo que pueda darnos una pista. Además, los rumores siempre corren rápido en lugares pequeños como este."
Jenntry (considerándolo): "Buena idea. Siempre hay alguien que sabe más de lo que aparenta. Y si lo que ocurrió aquí está relacionado con esas cosas que hemos visto antes, es probable que haya dejado rastro en algún lado."
Ed (sonriendo levemente): "Exacto. Y con nuestra suerte, seguramente encontraremos algo que los demás hayan pasado por alto. Pero primero, salgamos de aquí antes de que alguien nos vea."
Jenntry asintió una vez más, y ambos se dieron la vuelta, alejándose del área antes de que los oficiales pudieran notar su presencia. Mientras se dirigían hacia el pueblo, su determinación se reforzaba, sabiendo que estaban un paso más cerca de descubrir la verdad detrás de este misterio.
Lincoln estaba en la tienda de Flip, con el carrito de compras en una mano y la lista de Lori en la otra. Con un suspiro, comenzó a recorrer los pasillos, recogiendo cada artículo con cuidado. Sabía que tenía que revisar bien cada cosa, ya que Flip, como siempre, trataba de vender productos casi en mal estado.
Lincoln (mirando una caja de cereal con una mueca): "No puedo creer que Lori me haya mandado a hacer esto. Siempre es lo mismo con Flip, tengo que revisar que nada esté podrido o roto. Es un milagro que esta tienda siga en pie con la calidad de cosas que vende."
Se detuvo frente a un estante de latas de sopa y comenzó a revisarlas una por una, asegurándose de que no estuvieran abolladas ni a punto de expirar. Mientras lo hacía, su mente vagaba, pensando en lo aburrido que era estar ahí, solo, haciendo las compras para su hermana mayor.
Lincoln (murmurando para sí mismo mientras ponía otra lata en el carrito): "Esto es tan aburrido... Podría estar haciendo cualquier otra cosa en casa, pero no, aquí estoy, atrapado en la tienda de Flip, cuidando que no me estafe con productos malos."
Pasó al siguiente pasillo, donde estaban los productos frescos. Se inclinó sobre una caja de frutas y comenzó a examinar las manzanas, buscando alguna que no estuviera golpeada o pasada. La rutina le resultaba tediosa, y no podía evitar sentir que el tiempo pasaba más lento en ese lugar.
Lincoln (suspirando mientras seleccionaba una manzana): "Al menos podría haber algo interesante sucediendo aquí. Pero no, solo soy yo, este carrito, y un montón de cosas que Lori me obligó a comprar."
Continuó su tarea con paciencia, aunque el aburrimiento se apoderaba de él con cada minuto que pasaba en la tienda.
Lincoln estaba aliviado de finalmente haber terminado su ronda de compras. Con el carrito lleno de todos los productos de la lista de Lori, caminó hacia la caja, listo para pagar y regresar a casa. Flip, como siempre, estaba en la caja registradora con su actitud tacaña y su sonrisa algo forzada.
Lincoln (suspirando al acercarse): "Bueno, al menos ya terminé. Solo falta que Flip no me haga un drama con el cambio."
Flip comenzó a pasar las cosas por la caja con su característico desinterés, mirando por encima de su hombro mientras lo hacía, como si estuviera demasiado cansado para ser educado. Lincoln no estaba tan emocionado por la idea de que fuera el turno de pagar, porque ya conocía los trucos del dueño.
Flip (con voz distraída, mientras seguía pasando los productos): "Mmm... sí, bueno, parece que has traído todo. Pero... ¿estás seguro de que no necesitas algo más? ¡Nunca sabes cuándo podrías quedarte sin algo! Como, por ejemplo, estas galletas... ¡están en descuento! Si compras un par más, te hago un buen precio."
Lincoln (pensando para sí mismo): "No, no quiero más galletas. Solo quiero irme a casa..."
Pero, como de costumbre, Lincoln sabía que Flip iba a tratar de inventar alguna excusa para evitar darle su cambio de manera justa.
Lincoln (con una sonrisa forzada mientras saca el dinero de su bolsillo): "Está bien, Flip. Aquí está el total. No necesito más galletas, solo dame el cambio para poder irme."
Flip miró el billete que Lincoln le dio y comenzó a hacer una serie de comentarios y excusas, como si no quisiera darle el cambio justo.
Flip (mirando el billete de Lincoln): "Hmm... ¿estás seguro de que este billete no está un poco dañado? Podría considerarlo falso. ¿No tienes otro? Ah, y también... parece que hay un pequeño error en el precio de las manzanas. Tienes que considerar que hay una oferta especial si compras más... Bueno, pero claro, no quiero hacerte un problema."
Lincoln frunció el ceño y se pasó la mano por la frente, ya acostumbrado a las excusas de Flip. Este era un juego que él sabía cómo jugar.
Lincoln (desesperado, pero manteniendo la calma): "No, Flip. Lo que ves es lo que es. Solo dame mi cambio, por favor."
Después de un par de intentos más de Flip por estirarlo, finalmente, el dueño de la tienda entregó el cambio de manera un tanto renuente. Lincoln respiró aliviado al tomarlo.
Lincoln (con una sonrisa nerviosa mientras guardaba el cambio): "Gracias, Flip. ¡Hasta luego!"
Flip (con su típica sonrisa falsa): "¡Siempre un placer, Lincoln! ¡Vuelve pronto! Y no olvides las ofertas de galletas, eh..."
Con eso, Lincoln finalmente se dio la vuelta y salió de la tienda, ahora con la sensación de que, por fin, podía volver a casa. Se sentía como si hubiera logrado sobrevivir a una misión casi imposible.
Lincoln caminaba por la calle, ya aliviado de haber terminado las compras para Lori. El viento fresco de la tarde le acariciaba la cara, y pensó que, por fin, después de un largo día, podría relajarse. Pero algo empezó a sentirse raro. Algo en su interior se comenzó a mover, como una presión creciente en su pecho, que rápidamente se convirtió en incomodidad. Como si una sombra oscura estuviera acechando, acercándose poco a poco, aunque no podía ver nada.
Lincoln (pensando para sí mismo, con un suspiro): "No puede ser... otra vez..."
Un sudor frío comenzó a acumularse en su frente, y el extraño zumbido en sus oídos, que le resultaba tan familiar, comenzó a resonar más fuerte. La misma sensación que había experimentado en el concierto de Luna. Su corazón empezó a latir más rápido, y sus piernas, aunque intentaban moverse, se sentían pesadas, como si la gravedad las estuviera atrayendo hacia el suelo.
Lincoln (tratando de calmarse, hablando en voz baja): "No puede ser. No... no otra vez."
Volteó hacia atrás de manera furtiva, esperando no ver nada, convencido de que tal vez estaba paranoico. Sin embargo, al mirar, vio a alguien a lo lejos, caminando por la misma acera. Al principio, pensó que era solo un transeúnte común, tal vez alguien que también caminaba por la ciudad, tal vez uno de los típicos chicos que se aprovechan de las distracciones ajenas. Pero cuando esa figura se acercó más, la tensión en su cuerpo aumentó.
Lo que vio fue... algo imposible. El ser que caminaba hacia él no era humano. No era un hombre ni una persona común. Era una criatura, algo que no encajaba en este mundo, una presencia que perturbaba el aire mismo.
Era alto, mucho más alto que una persona promedio, y su piel era grisácea, casi como si estuviera hecha de piedra o algo igualmente macabro. Lo que más lo perturbó fue la deformación de su cuerpo: sus piernas parecían torcidas y alargadas, como si no tuvieran una estructura normal. Su piel, marcada por estrías y pliegues extraños, no solo tenía un tono poco natural, sino que se movía de una forma extraña, como si algo viviera debajo de ella. Su rostro era imposible de describir sin que su propia mente se rebelara contra lo que veía. Sus ojos eran completamente negros, sin iris ni pupilas, un abismo que parecía consumir toda la luz a su alrededor. Y su boca... esa boca se llenaba con una fila de dientes largos y afilados, casi como si estuviera diseñada para desgarrar.
Pero lo peor era lo que parecía ocultarse dentro de esa figura. Por debajo de la piel, algo se movía. Algo más... una entidad que, de alguna forma, estaba dentro de la criatura, como si estuviera poseyendo su cuerpo o controlándolo desde las sombras. Los pliegues de la piel se contraían y expandían, dejando entrever algo que no debería estar allí, como una energía oscura que lo alimentaba.
Lincoln dio un paso atrás, completamente paralizado por la visión. El horror le recorrió cada fibra de su ser. Aunque había oído rumores de criaturas extrañas en Royal Woods, nada lo había preparado para esto. Esta cosa, esta... cosa que tenía enfrente, no era de este mundo. No podía serlo.
Lincoln (gritando internamente, sin poder moverse): "¡No... no es posible!"
La criatura no se detuvo. Siguió caminando hacia él con una calma macabra, como si estuviera disfrutando de la agonía que veía en los ojos de Lincoln. El aire se hacía más denso a medida que la distancia entre ellos disminuía, y Lincoln, con el corazón en un nudo, sintió que algo en su interior se rompía.
Lincoln (dudando, susurrando): "¿Qué eres? ¿Qué quieres de mí?"
La criatura no emitió sonido alguno, pero Lincoln pudo sentir la amenaza en el aire. Era como si cada parte de su ser estuviera gritando que debía huir, pero su cuerpo no respondía, como si estuviera atrapado en un trance. La visión del ser frente a él le estaba anulando la capacidad de pensar con claridad. Sólo sabía una cosa: no estaba preparado para enfrentar algo así.
De repente, la criatura extendió una mano hacia él. Sus dedos eran largos, retorcidos y completamente desproporcionados para el tamaño de su cuerpo, como si fueran ramas de un árbol que crecen de manera errática. Pero lo que realmente le heló la sangre fue lo que ocurrió a continuación.
Por debajo de la piel de la criatura, algo se movió. Algo se retorció, como si un monstruo estuviera alojado dentro de su ser. El terror lo invadió, y todo en su cuerpo le gritaba que debía correr, que debía escapar de allí antes de que fuera demasiado tarde.
Lincoln (gritando, pero sin poder moverse): "¡No... aléjate!"
Pero la criatura no reaccionó. Simplemente siguió avanzando, y Lincoln sintió que su pecho se comprimía aún más. No entendía lo que pasaba. ¿Cómo podía haber algo tan monstruoso en su ciudad? ¿Cómo podría existir algo que desafiara la lógica y la razón? La imagen de la criatura lo perseguiría por mucho tiempo, y el miedo en sus ojos era inconfundible.
La criatura lo miraba, observaba su miedo con una calma que hacía que la situación fuera aún más espantosa. Lincoln intentó dar un paso atrás, pero fue inútil. La criatura se acercó, y él sólo pudo cerrar los ojos, esperando lo peor.
Lincoln sentía que su cuerpo no le respondía, que sus piernas no podían correr lo suficientemente rápido, pero algo en su interior lo empujaba a seguir. La criatura había soltado un grito, uno tan aterrador que hizo que la piel de Lincoln se erizara de inmediato. Un sonido indescriptible, como si la misma oscuridad se hubiera materializado y se estuviera desgarrando. El eco de ese grito resonaba en sus oídos mientras él giraba sobre sus talones y comenzaba a correr, sin mirar atrás.
Lincoln (pensando mientras corría, respirando con dificultad): "¡No puedo dejar que me atrape! ¡Tengo que llegar a casa!"
Con cada paso que daba, sentía que sus pies chocaban con el suelo, que el miedo se apoderaba más de él. Miraba a su alrededor mientras esquivaba los obstáculos de la calle, las cajas de cartón, los botes de basura, y las aceras irregulares. Pero no importaba cuán rápido corriera. La criatura seguía ahí, siguiéndolo a una velocidad aterradora, sin esfuerzo, como si estuviera caminando en cámara lenta, pero a pesar de ello, siempre estaba justo detrás de él.
De repente, el sonido de algo cayendo lo interrumpió. Se dio cuenta de que en su prisa había soltado todo lo que había comprado en la tienda, y las bolsas se desparramaron por el suelo. Sin embargo, no podía detenerse a recogerlas. No importaba. Las cosas, el dinero, todo eso dejaba de importar en ese momento. Solo había una cosa que Lincoln quería hacer: escapar.
Lincoln (sin aliento, jadeando): "¡No! ¡No puedo parar!"
Pero el monstruo no se detenía. El grito que había soltado parecía resonar en el aire, arrastrando a Lincoln aún más profundamente en el pánico. Sintió su corazón golpear contra su pecho con una fuerza tal que pensó que podría romperse. Miró atrás una vez más, y vio cómo la criatura avanzaba con una calma perturbadora. El horror en sus ojos no desaparecía, el ser seguía a su ritmo, casi disfrutando de la persecución.
Lincoln (pensando, casi a punto de colapsar): "No puede ser... esto no es real. Esto no es real."
Sus músculos ardían mientras corría, pero algo dentro de él seguía empujándolo. Los edificios pasaban rápidamente a su lado, la luz de las farolas se desdibujaba en su visión mientras su cuerpo respondía solo por pura adrenalina. Desvió su mirada una vez más al frente, su mente estaba completamente centrada en llegar a su casa, a su refugio.
Pero, para su horror, la criatura no dejaba de perseguirlo. Podía oír sus pasos, los que resonaban pesadamente detrás de él, como si estuviera pisando el mismo suelo, aunque no podía ver la sombra del ser. Todo lo que sentía era el terror recorriéndole la columna vertebral, el ardor en sus piernas, el miedo que apretaba su pecho. Sin embargo, las piernas de la criatura no se apresuraban, parecía que estaba jugando con él, acortando la distancia sin ningún esfuerzo.
Lincoln (gritando en su mente, tratando de mantener la calma): "¡¿Por qué?! ¿Qué quieres de mí?!"
De repente, cuando menos lo esperaba, el aire a su alrededor pareció volverse denso, pesado. Como si algo lo estuviera comprimiendo. La criatura, con sus ojos oscuros y abismales, se encontraba ahora mucho más cerca, y Lincoln, desesperado, hizo un giro brusco, buscando un refugio cercano. Las casas pasaban volando a su alrededor, pero la criatura seguía en su cola, como si nunca fuera a parar.
Sin previo aviso, un fuerte viento lo empujó hacia atrás. Lincoln luchó por mantenerse en pie, pero el miedo y el cansancio lo hicieron caer. Los restos de las bolsas de compras estaban esparcidos por el suelo, pero no podía enfocarse en eso. Solo pensaba en levantarse lo más rápido posible y seguir corriendo. Se incorporó de nuevo con agilidad, casi sin pensarlo, y sin mirar atrás, continuó corriendo, sintiendo cómo las piernas le ardían, pero sin poder frenar.
Sabía que si no lograba escapar, lo alcanzaría. Pero, por alguna razón, algo dentro de él, alguna fuerza de voluntad o pura supervivencia, seguía impulsándolo.
Lincoln (murmurando, con voz quebrada): "¡Tengo que salir de aquí... tengo que salir de aquí!"
A lo lejos, en el horizonte, vio las luces de su casa. El final de su carrera estaba cerca. Sabía que no podría correr mucho más, pero la imagen de su hogar le dio un pequeño respiro. Solo tenía que llegar allí.
Mientras tanto, la criatura no parecía cansarse. Cada paso que daba era más cercano, más peligroso. Lincoln podía sentir la presión de su respiración, la angustia de su corazón palpitando rápidamente. Sintió que el suelo bajo sus pies empezaba a vibrar con los pasos de la criatura. Ya no había tiempo.
Lincoln (sin aliento, entre sollozos): "¡No voy a dejar que me atrapes!"
Y sin más, sin pensarlo ni un segundo, Lincoln alcanzó la puerta de su casa, dándole un último esfuerzo para abrirla. Justo cuando la criatura estaba a punto de alcanzarlo, la puerta se cerró de golpe tras él. Pero el miedo seguía en su pecho, porque sabía que algo más, algo mucho más grande que cualquier cosa que hubiera visto antes, estaba al acecho.
Lincoln se encontraba completamente deshecho en el suelo, abrazándose a sí mismo mientras el llanto no cesaba. Sus sollozos eran fuertes y desesperados, como si intentara liberar todo el miedo y la confusión que lo abrumaban. No podía dejar de pensar en la criatura, en su rostro retorcido, en la sensación de ser perseguido, y en cómo todo lo que había vivido en esos momentos lo había dejado sin fuerzas.
Las lágrimas caían sin parar, y aunque sus hermanas no sabían exactamente qué le había ocurrido, algo dentro de ellas les decía que no era algo normal. Cuando comenzaron a escuchar sus sollozos, todas se miraron rápidamente, preocupadas. Sabían que algo estaba mal, y no era como otras veces, donde Lincoln simplemente estaba molesto o frustrado. Este llanto era diferente.
Lori, la mayor de ellas, fue la primera en acercarse al cuarto de Lincoln. Su corazón latía acelerado mientras corría hacia la habitación, seguida de cerca por sus otras hermanas: Leni, Luna, Luan, Lynn, Lucy, Lola, Lana y Lisa. La preocupación era palpable en sus rostros, y ninguna de ellas sabía qué hacer o qué esperar.
Cuando llegaron, la puerta estaba ligeramente abierta. Sin dudar, Lori la empujó con suavidad, encontrando a Lincoln en el suelo, abrazado a sí mismo, sus ojos rojos por las lágrimas. Sus hermanas se quedaron quietas por un momento, observando la escena con asombro y angustia. No podían creer lo que veían.
Lori (acercándose rápidamente y agachándose junto a Lincoln, con una voz preocupada): "Lincoln, ¿qué pasa? ¿Por qué estás llorando así?"
Lincoln no respondió, solo sollozó más fuerte. Su rostro estaba lleno de miedo, como si no pudiera encontrar las palabras para expresar lo que había vivido. Sus hermanas se miraron entre sí, sin saber qué hacer, pero sabían que tenían que calmarlo y averiguar qué había ocurrido.
Leni (con suavidad, acercándose a Lincoln): "Lincoln, por favor, cuéntanos qué pasó... No tienes que guardarlo para ti."
Luna (preocupada, con tono más firme): "¿Estás bien, hermano? ¿Alguien te hizo algo?"
Luan (con una sonrisa nerviosa, intentando aligerar el ambiente): "Vamos, Linc, no tienes que asustarte. ¿Quién te hizo esto?"
Pero Lincoln no podía responder. Su cuerpo estaba tan tenso de miedo que ni siquiera podía hablar. La única respuesta que daban sus labios era el llanto incontrolable que se desbordaba de él. Lynn, la más directa, se acercó con su característica actitud enérgica, tratando de ayudar de la mejor manera posible.
Lynn (con preocupación pero con su tono enérgico): "Lincoln, ¡habla con nosotras! ¡Dinos qué pasó! Te conocemos, sabes que siempre te ayudaremos."
Sin embargo, el miedo seguía apoderándose de él. No podía dejar de recordar la criatura, esa figura monstruosa que lo había perseguido y aterrorizado. El simple hecho de pensar en ello le hacía temblar aún más.
Lucy (misteriosa como siempre, en voz baja): "Algo raro está pasando, ¿verdad? Lo puedo sentir."
Lola, con su usual forma de ser, aunque un poco asustada, se acercó también.
Lola (suavemente, al ver el estado de Lincoln): "¿Es algo relacionado con esa criatura que viste? No sé qué pasó, pero sabemos que no estás solo."
Lana (de manera sincera y preocupada, como siempre): "Lo siento mucho, Lincoln... Pero no te preocupes, nosotras estamos aquí."
Lisa, la más lógica, estaba observando la situación, intentando encontrar alguna pista que pudiera ayudar a entender lo que había sucedido.
Lisa (pensando en voz alta): "Quizá haya alguna forma de entender qué le pasó. Hay algo extraño aquí, no puede ser solo un mal sueño."
Pero las palabras no llegaban a Lincoln, no por falta de amor, sino porque el miedo era tan grande que lo mantenía en un estado de total confusión. Finalmente, Lori, con un tono más suave y cálido, se acercó aún más a él y lo abrazó con fuerza.
Lori (en tono tranquilo, acariciando su cabeza): "Lincoln, no estás solo. Nosotras estamos aquí para ayudarte, y no tienes que decirnos nada si no lo quieres. Pero recuerda que siempre estamos a tu lado, ¿vale?"
Finalmente, con el abrazo de su hermana mayor, algo en el interior de Lincoln se calmó, aunque no desapareció por completo. Su respiración comenzó a regularse un poco, aunque todavía se sentía desbordado. Solo pudo asentir, sin poder hablar mucho más, y su llanto comenzó a disminuir lentamente. A pesar de todo el miedo y las imágenes aterradoras que todavía rondaban su cabeza, se sentía un poco más seguro al estar rodeado de sus hermanas.
Lori (con suavidad, mirando a sus hermanas): "Parece que necesitamos averiguar qué está pasando. Lincoln necesita nuestra ayuda, y no vamos a dejar que pase por esto solo."
El amor y la preocupación de sus hermanas envolvían a Lincoln mientras, poco a poco, él comenzaba a sentir que no tenía que enfrentarse solo a lo que había vivido. Pero el terror seguía latente en su corazón. ¿Qué había sido eso que lo persiguió? Y lo más importante... ¿estaba a salvo ahora?
Fin del capítulo
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