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5. Oscuridad

Capítulo 5

Oscuridad

Ben pasó a recogernos cuando su madre había llegado. Dejé la flecha y el arco en su puesto al igual que Demian quien no me miró más durante un buen rato, agradecí para mis adentros ese gesto. En minutos estábamos camino a los edificios, el auto de Selene era de un rojo intenso por lo cual todos preferimos escoger el mío que era tan oscuro como la noche.

Dominic y Selene eran los más indicados para atacar en primera persona, manejaban la estaca con habilidad, eran buenos en defensa, Benedikt también lo era pero el chico aún intentaba descubrir con que se desenvolvía más. Demian y yo siempre intentábamos eliminar todo peligro alrededor, en algunas ocasiones éramos nosotros los que cubríamos las espaldas de los demás.

Las flechas, sobretodo las puntas solían ser bañadas en agua bendita. Era increíble lo que podía hacer, si eran vampiros nuevos actuaba de inmediato. Una simple flecha en el corazón era letal para ellos, claro, tomó muchos intentos y algunos años saber donde disparar. Demian lo había dicho una vez cuando intentaba hacer que mejorara. Si se trataba de vampiros con experiencias y muchos años entonces la situación era difícil, si después de tres flechas seguía intacto, era la única ocasión donde podía insertar la estaca. Aquello era lo más recomendado.

Demian siempre intentaba conservar las flechas al usarlas pero como odiaba cuando el chupasangre no caía rendido. Me reproché mentalmente mientras conducía, en cada pensamiento que tenía solía aparecer su nombre.

"Vamos, Moni, cinco años no fueron sencillos y lo sabes. Todos lo ven como un excelente cazador mientras a ti sólo te miran con lástima"

La voz de mi cabeza tenía razón. Mordí mi labio intentando despejar mi mente.

—Así que estas personas tienen dos semanas viviendo con terror—escuché a Dom desde atrás.

—Sí—afirmó Selene junto a mí. Los tres chicos se encontraban en los asientos traseros. Benedikt iba en medio algo incómodo, por el retrovisor encontré a Demian mirándome. De inmediato aparté la vista fingiendo estar neutra—Estoy segura de que son vampiros recién convertidos.

—Opino lo mismo, esta mañana en las noticias encontraron otro cuerpo más entre los callejones—me uní a la conversación—Estaban destrozados y completamente rasgados, sólo los nuevos asesinan por deporte.

— ¿Tenían sangre los cuerpos?

—Hasta ahora no se ha dicho lo contrario—Ben se encogió de hombros.

—Esto será sencillo—Dominic parecía emocionado por comenzar. Mantuve las luces apagadas entrando a la zona de edificios, me oculté entre ambas estructuras donde la oscuridad reinaba. No había nadie en las calles, todo estaba solo y en silencio. Ben había dicho que después de las siete nadie salía. Miré mi celular, eran casi las nueve.

Bajé del auto abriendo la cajuela recogiendo mi arco y flecha, Dominic y Selene creaban un plan. Cuando el brazo de Demian rozó el mío tuve una buena actuación, cerré la cajuela sintiendo el frío de la noche. Los guantes de cuero negro protegían mis manos, a diferencia de los del chico de ojos azules, estos eran completos, los suyos dejaban ver sus dedos y sus nudillos.

—Hay algunos callejones como este en toda la zona—señaló Ben hablando bajo—Podemos separarnos para revisarlos, las calles permanecen con luz, los vampiros deben atraerlos a la oscuridad para que nadie sospeche hasta la mañana.

—De acuerdo—Demian asintió.

— ¿Y si ocurre algo y estamos separados?—miré a Dom y luego a Sel.

— ¿Tienes un celular no es así? Mantenlo en silencio pero vibrando—señaló. En ocasiones como esta Benedikt era un buen líder, incluso más que su hermana—Si no encontramos nada, el primero que llegue aquí avisa a los demás.

—Bien, iré con Dominic—reproché con la mirada a Selene. Ella no se percató del gesto, ¿No había prometido ella misma no dejarme sola? Los tres se alejaron caminando en direcciones distintas, Demian me miró y rodeó los ojos pasando a mi lado. Lo seguí en silencio.

La noche se mantenía fría, pequeñas gotas comenzaron a caer cuando entramos por un nuevo callejón. Cubrí mi cabeza con la capucha de mi chaqueta, Demian hizo lo mismo manteniéndose alerta de cualquier cosa. Su espalda era lo que podía ver. Era gracioso e incómodo como ambos debíamos trabajar juntos después de tanto, por una parte debía admitir que sentía curiosidad por saber que había hecho en Canadá. Lo de las chicas estaba demás, desde que lo conocí siempre ha tenido a muchas a sus pies.

Nuestra boda no había sido la gran cosa, fue más una pequeña reunión, sabía que mi madre me hubiera pedido que pensara mejor las cosas. Tenía apenas 19. Su matrimonio con papá había sido menos precipitado que el mío.

Apunté hacia la basura, había escuchado que algo se movía pero sólo eran ratones.

— ¿Segura que estás lista para aceptar una misión?—noté su mirada burlona que me dirigía.

— ¿Te preocupas por mí?—levanté una ceja.

—No, me preocupo por mí—aclaró—No quiero ser niñera esta noche.

—Eso pasa cuando eres el más viejo del grupo—me encogí de hombros pasando a su lado. Sentí su mirada de sorpresa y enojo, Demian era muy delicado con la edad, en sí, todo para él era delicado. Ahora es que pienso como pude enamorarme de él.

—Por lo menos no soy el histérico del grupo—fruncí el ceño sin entender— ¿Enserio, Mónica? ¿Ibas a cambiar de misión sólo para no verme?—sonrió con arrogancia—Gracias por la importancia.

Estaba segura de que la señora Jones le habría dicho algo.

—Eres un idiota—fue lo único que pude decir. Rió bajo negando con la cabeza. Antes de seguir discutiendo preferí seguir el camino de antes, las gotas se hicieron más constantes comenzando la lluvia. Selene estaría furiosa por su cabello, podía imaginar a Dominic queriendo dejarla sola. Benedikt se había llevado una estaca y un arma tan humana como nosotros, le había colocado un silenciador después de aplicar agua bendita a las balas. Hubiera ido con él. Era el más joven del grupo, si algo le pasaba su madre moriría.

"Creo que Ben ha demostrado que puede defenderse solo"

Un sollozo se hizo escuchar a mitad de un callejón, era pequeño, dulce e indefenso. Entrecerré mis ojos para ver mejor, junto a unas bolsas negras estaba acurrucada una niña. Sus cabellos caían por su espalda en rulos, temblaba por el frío. Sentí una mano apoderarse de mi muñeca. Demian sabía lo que iba a hacer, lo ignoré soltándome, escuché una maldición de su parte.

— ¿Qué haces aquí sola, pequeña?—susurré. Me agaché junto a ella, tenía su rostro oculto entre sus piernas— ¿Dónde están tus padres?

—No lo sé—siguió sollozando.

—Oye, tranquila—acaricié su cabello— ¿Quién te trajo aquí? Una niña como tú no debe estar sola y menos en este lugar.

—Mónica—miré a Demian. Apuntaba con el arco y la flecha hacia la niña, le reproché con la mirada. ¡Era una niña inocente! ¿Qué demonios hacía? Negué con la cabeza regresando mi atención a la pequeña.

— ¿Sabes dónde queda tu casa, cariño?—usé un tono más dulce. Asintió sin verme—Puedo llevarte, vamos, te congelarás aquí afuera—de inmediato se aferró a mi cuello rodeándolo con sus bracitos. La cargué incorporándome de nuevo.

— ¿Qué demonios estás haciendo?

—Esta niña necesita nuestra ayuda, no te preocupes, yo me hago cargo de ella—tomé el arco con mi otra mano. Salí del callejón sin darle tiempo a decir algo, mientras caminaba a plena vista de la calle comenzaba a sentir que algo no estaba bien. Me detuve a los minutos bajo uno de los focos— ¿Dónde queda tu casa?

No obtuve respuesta, de repente no había nada en mis brazos. Confusa y sorprendida miré alrededor encontrándome sola. Mi celular comenzó a vibrar, antes de revisarlo se apagó. Gruñí intentando encenderlo pero no funcionaba, no era por la lluvia, estaba segura. El foco donde estaba parada se apagó también.

Escuché una risita que me provocó escalofríos. Me apresuré en devolverme, Demian debía estar en el callejón. Sentí un nudo en la garganta, él no estaba ahí. Intenté encender el celular, ¡¿Por qué no encendía?!

— ¿Qué está pasando?—susurré intentando pensar. Insistí con el celular hasta que el aparato respondió.

— ¿Dónde demonios te habías metido?—su voz me hizo sentirme aliviada. Demian me miraba furioso— ¿Y la niña?

—Yo...—no supe que decir ni cómo explicarlo—Ella desapareció.

— ¿Qué?

—Sí, ella...simplemente...

—Olvídalo—me interrumpió—Ben acaba de enviar un mensaje, encontró un cuerpo, vamos.


Una chica incluso más joven que Sel y yo se encontraba en el suelo. Esta vez el cuerpo no estaba destrozado, había una mordida en su cuello, no había rastro de sangre porque estaba tan vacía como su mirada. Ben había escuchado un grito, corrió hacia el pero al llegar era tarde. Se sentía culpable por esa chica.

—No fue tu culpa—insistió su hermana. La lluvia se había detenido aunque lloviznaba.

— ¿Crees que los vecinos la hayan escuchado?—Dominic miró al chico.

—No lo sé, al parecer no.

Miré los edificios. Aquello no estaba siendo nada sencillo. No como creía, primero la niña, su desaparición, el celular, las luces. Algo no encajaba allí. Había algo que ignorábamos. Demian me miró unos minutos, estaba viéndome más de lo debido.

—Eso es imposible, alguien debió escuchar—Sel mordió su labio pensativa.

—Nadie te dará información si llegas a tocar una puerta—le recordó.

—Lo que sabemos es que esto no lo hizo un vampiro nuevo—señalé interrumpiéndolos—Nada haremos ahora pero debemos hablar con tu madre.

—De acuerdo—asintió suspirando— ¿Qué haremos con el cuerpo?

—No podemos hacer nada, por la mañana los vecinos se darán cuenta—miré a Demian dudosa. Ninguno de los dos había dicho nada sobre la niña—No es justo que sus familiares no sepan de su muerte.

—Eso es cruel—se quejó Sel.

—No, tiene razón—Dominic suspiró. No le gustaba la idea—Me parece justo.

—Regresemos entonces a la mansión—Ben se colocó en marcha seguido de su hermana. Aquella decisión de Demian no me gustó, ¿Desde cuándo sentía lástima por los familiares de la víctima?

— ¿Vienes?—Dominic lo miró.

—En un momento.

Su primo vino hasta mí rodeando mis brazos con su hombro, miré de reojo al de ojos azules, sonrió de lado sin apartar la vista de mí. Regresé mi atención a Dom.

— ¿Estás bien?

—Algo confusa pero creo que bien—admití. Sonrió divertido—Sobreviví a la primera noche.

—Eso significa mucho—ambos reímos un poco—Pero hablando enserio, ¿Cómo has estado? ¿Te sientes realmente bien?

—He mejorado, por eso regresé—suspiré rodeando su cintura con mi brazo. El arco y las flechas permanecían en mi espalda. La mirada dulce de Dom me hizo saber que él veía algo más.

—No has mejorado, ni tú ni Demian lo han hecho—susurró sólo para nosotros.

—Él está mucho mejor que yo, créeme.

— ¿Qué te hace pensar en eso?—frunció el ceño.

—Porque así es él, nada sucede, nada pasa y nadie sabe nada.

—Mónica, tú eres la única que ha llegado a conocerlo en realidad—recordó sin quitar sus ojos de mí. Suspiré pesadamente—Sabes que es cierto, Demian la ha pasado tan mal como tú, ambos perdieron a Millan, era parte de ambos—asentí sabiéndolo perfectamente—No digo que se den una oportunidad, es complicado hacerlo pero ambos comparten el mismo dolor. Deberían entenderse mejor.

Quise decir algo pero sólo logré quedarme callada. Hablar con Demian siempre era complicado, no sabía que tanto cambió en estos cinco años.

Cuando llegamos a mi auto, alguien nos esperaba. Miré sorprendida y confundida a un furioso Demian que venía en mi dirección. Sentí que iba a golpearme, incluso cuando sabía que no era capaz lo sentí. Tomó con brusquedad mis brazos.

—Cuando te diga algo intenta obedecerlo, ¿Quieres?

— ¿Qué estás diciendo? Estás lastimándome—intenté soltarme pero se aferró a mí— ¿Cómo llegaste tan rápido?

—Oye, Demian, déjala—Dominic logró quitármelo de encima. Toqué mis brazos haciendo una leve mueca de dolor— ¿De qué estás hablando? Hace minutos hablaste con ella, ¿Cómo llegaste primero que nosotros?

— ¿Qué?

—Estábamos hablando sobre el cuerpo que encontró Benedikt—explicó Selene confusa.

—Estuve más de media hora buscándote como idiota, mi celular murió y tuve que esperar en el auto—sus ojos azules eran oscuros por la rabia—Todo por tu estúpida necesidad de ayudar a la niña.

— ¿Qué niña?—esta vez Ben pedía respuestas.

Fruncí el ceño sin comprender. Él me había sonreído antes de irme, se quedó con el cuerpo de la chica, ¿Cómo es que...? La respuesta llegó a mi cabeza, ¿Podía ser posible?

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