27. Futuro
Capítulo 27
Futuro
— ¿Mónica?
Miré a la chica de cabello pelirrojo frente a mí. Seguí limpiando el arco asegurándome de que quedara reluciente.
— ¿No deberías estar con tus amigas?
—Creo que te debo una disculpa—volví a mirarla con incredulidad. Esto tenía que ser una broma—No he tenido el tiempo de decírtelo y creo que éste es el momento.
—No debes hacerlo—me mantuve seria. Aunque la perdonara por lo que dijo (Que no pasaría) seguiría cayéndome mal—Es obvio que eres muy ilusa pero es porque eres joven—sonreí con falsedad.
—Te prometo que me mantendré alejada de ti, de Demian...
—No es necesario, créeme—no iba a decirle la razón—Regresa con tus amigas.
— ¿Todo está bien?—miré a Ben que estaba junto a mí con el ceño fruncido— ¿De nuevo está molestándote?
—Quería disculparse, ¿Qué te parece?—dejó salir una carcajada que ganó la atención de algunos cazadores—Tu hermana me dijo que acabaste con los exámenes de la escuela. ¿Todo bien?
—Excelente—sonrió con orgullo—Papá está más tranquilo y regresará la semana que viene.
—Valió la pena perderse algunas batallas—di palmaditas a su brazo.
—Espero no volver a hacerlo aunque he estado pensando en algo...
— ¿Qué?
—Quiero ir a la universidad pero a la misma vez quiero estar aquí—se sentó sobre la mesa de cristal cruzándose de brazos—No le he contado a nadie porque sólo me confundirán más.
Dejé el arco junto a él al igual que pañuelo que había usado para quitarle algunas manchas. Suspiré mirándolo. El chico estaba confesándose conmigo. Sentía cierta alegría y alago que Benedikt confiara en mí. Llevaba conociéndolo desde hace mucho. Sonreí de lado antes de hablar.
— ¿Quieres que sea honesta contigo?
—No, quiero que me digas lo que harías en mi lugar.
—Ben, nunca fui a la universidad, apenas terminé la secundaria y era porque sentía una obligación...
—Entonces sólo se honesta, no lo sé—se encogió de hombros— ¿Qué le hubieses dicho a Millan?
—Demian y yo nunca pensamos en eso...
—Pero sabían que algún momento el niño les diría algo parecido—me interrumpió de nuevo. Tenía razón aunque no quisiera admitirlo— ¿Le dirías que abandonara sus estudios o que los siguiera?
—Creo que debes seguirlos—sonrió un poco—Ve a la universidad, enfócate en tu carrera y cuando termines puedes llevar una doble vida. Puedes tener dos trabajos. Uno normal en el día y otro al que ya estás acostumbrado por la noche.
Al parecer no lo había pensado.
—Pero la carrera dura años, no puedo estar tanto tiempo sin algo de acción.
—Podrías aceptar algunas en vacaciones—busqué otra solución—Pero debes hablar con tus padres.
—No creo que Selene esté de acuerdo...
—Selene tampoco fue la universidad, ¿Quieres seguir estudiando?
—Por supuesto.
—Entonces debes hacerlo.
—Supongo—suspiró para luego sonreírme—Gracias, Moni.
Demian apareció por el apartamento al mediodía del día siguiente, le había pedido que pasara a recogerme para comprar unas cosas después de mentirle sobre mi auto dañado. La verdadera razón era otra, necesitaba hablar con él.
— ¿Por qué no estás lista?—señaló al verme cruzada de brazos y con el pijama puesto.
— ¿Cuándo pensabas decírmelo?
— ¿Qué cosa?—frunció el ceño.
—Sabes de que hablo—mantuve el tono tranquilo—No puedes quedarte aquí.
— ¿De qué...?—su rostro se tornó uno serio. Rodeó los ojos negando con la cabeza— ¿Te lo dijo Dominic?
—No—contesté de inmediato—Selene suele dejar salir algunas cosas sin darse cuenta—suspiró mirándome— ¿Cuándo pensabas decírmelo?
Hubo unos minutos de silencio. Demian se acercó a mí deteniéndose a pocos metros de distancia.
—No tenía importancia.
— ¿Enserio? ¿Qué en Canadá te estén solicitando no es de importancia?
—No quise decirlo así, Mónica...
—Ni se te ocurra decir que quieres quedarte por mí—fui a la cocina con él siguiéndome.
— ¿Por qué? Es la verdad—noté su confusión—Todos saben que volvimos. ¿Por qué no puedo ser honesto también?
Me giré mirándolo decidiendo apoyarme del mesón. No quería que fuera tan honesto conmigo, si admitía frente a mí quedarse por esa razón caería como tonta y aceptaría. Quería tenerlo a mi lado pero también quería que regresara a Canadá.
—Es obvio que algo grande está esperándote, ¿Por qué la mansión de allá te solicitaría?
—Porque terminamos lo que debíamos hacer aquí—señaló acercándose—Dom había pedido unos dos meses más. Era el plazo límite para quedarnos. Quieren que regresemos porque nuestro hogar es allí. Si me mudé fue por algo.
—Acabas de decirlo, tu hogar es allí—recalqué.
—Sí pero tú estarás aquí—le reproché con la mirada—Vamos, Mónica. Es obvio que no dejarás Chicago, no dejarías a tu padre.
—Debes regresar.
—Mónica—escuché un gruñido de su parte.
—Si no lo haces pueden venir a buscarte, ordenarían que te llevaran al aeropuerto y conociendo a la madre de Selene, no tendría otra opción—le recordé mirando sus ojos azules—Nos volveremos a ver. ¿Acaso crees que no? ¿Es eso lo que temes?
—Te dejé sola por cinco años, ¿Quieres que repita lo mismo?
—No te estoy pidiendo que sea por mucho tiempo.
—Cierto, sólo me pides que te deje aquí cazando vampiros sola—fue sarcástico. Bufó—Es una gran idea. ¿Sabes? Algunas veces tienes una rara forma de mostrarme cuanto me amas.
—Sabes que te amo.
—Entonces ven conmigo—rodeé los ojos cansada de lo mismo— ¿Ves?
—No iré en estos momentos.
— ¿Por qué? ¿Por qué no? Santos ya no está, murió—tomó mi rostro entre sus manos—Estamos en paz.
—La paz no suele durar por mucho.
—Dame una razón por la que no quieres ir.
—Tengo muchas cosas aquí, no puedo renunciar tan rápido a todo—me excusé abrazándolo—No te preocupes, cuando esté lista haré la solicitud a Canadá. Estaremos juntos, lo prometo.
—No hagas promesas. Siempre que alguien dice eso ocurre lo contrario.
Sonreí un poco sintiendo sus brazos a mi alrededor. Besó mi frente manteniéndome así por un largo rato.
— ¿Estás segura de lo que estás haciendo?—preguntó con duda mi padre.
—No, realmente no—sonrió un poco. Lleve un bocado de pastel de moras que él había preparado. El favorito de mamá y mi favorito— ¿No sería egoísta si lo retuviera aquí?
—La palabra egoísta no aplica si él quiere quedarse.
—Le prometí que volvería a verlo y no mentí—me apresuré a decir con la boca llena. Al tragar proseguí—Iré a Canadá pero no ahora.
—Hagas lo que hagas estoy seguro de que te saldrá bien—tomó mi mano sobre la mesa. Me sentí mejor escuchando esas palabras—Tu madre estaría orgullosa de ti.
—Lo sé—sonreí de lado jugando con el pequeño pedazo de pastel—Algunas veces quisiera tenerla aquí sólo para saber qué pensaría o que haría.
—Sólo es miedo, es todo—volví a mirarlo—Sabes de que hablo. Tienes miedo a perder de nuevo lo que quieres—sentí un nudo en la garganta negando con la cabeza—El miedo es algo que domina a cualquier criatura, vampiro o no. Sólo no dejes que te controle, ¿Sí?
No tenía miedo. Sólo quería ser precavida o cautelosa, ¿Qué tenía de malo? Demian regresaría a Canadá, todo volvería a la normalidad y cuando llegara el momento me iría a verlo. Sí. Era muy sencillo pensarlo, sólo debía convencerme en la última parte.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro