Relajarse
Espero que les guste~
Camilo sabía que si alguien lo llamaba para que lo ayudara, era para usará su don y se transformará. Siempre era lo mismo. Transformarse en madre para cuidar de un bebé mientras la madre original descansará durante el día. Transformarse en algún señor para cubrirlo y que el original no tuviera que ir a ningún lado. Transformarse en alguien más para ayudar a mover cosas o incluso colgar algo. Siempre era lo mismo, lo llamaban para cambiar y cubrir a alguien.
Llegaba un momento en el que se sentir cansado, casi entumecido, sin querer volver a cambiar y cubrir a nadie, incluso si eso significaba ganarse un mala mirada y crítica de parte de su abuela. Así que simplemente se alejo a paso rápido del pueblo y entró en Casita, caminando directamente hacia la única puerta no brillante y no mágica de toda la casa, tocando un par de veces, entrando al recibir permiso. Ahí estaba su prima Mirabel, recostada cómodamente en su cama, con un libro abierto entre sus manos.
-¡Camilo!- sonrió al verlo, cerrando el libro para prestarle atención y algo en el pecho de Camilo se aflojó un poco.
-Hola Mira...- se rasco ligeramente la nuca, un poco nervioso. -...¿te importa si...?- hizo un gesto, esperando que ella entendiera.
-Tuviste un día largo, ¿Eh?- ella sonrió con cariño, dejando su libro en la pequeña mesa a su lado, para después abrir y estirar los brazos hacia él. -Ven aquí, primo- Camilo no dudo en acercarse, dejándose caer sobre ella, quien se quejo por el peso repentino. Él se acurrucó contra el costado ajeno, abrazándola, permitiéndose a sí mismo relajarse lentamente. Mirabel era la única que nunca le pedía que se transformará, que siempre lo recibía con los brazos abiertos, en especial si se sentía cansado y sin ganas de seguir usando su don. Ella no le decía nada, simplemente lo abraza y acariciaba su cabello, tarareando una melodía con tranquilidad que lo hacía sentirse somnoliento hasta el punto entrar a un ligero sueño. Podía hacerlo porque Casita les avisaría si alguien venía para que él pudiera irse antes de que lo restarán por estar en la guardería. Así que solo cerró los ojos y se aferro a ella, relajándose por completo.
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