Nana Esme #6
Espero que les guste~
Nota: ¡Termine! XD
Antonio se despertó lentamente, sentándose en la cama en la que estaba durmiendo, abriendo la boca en un amplio bostezo mientras se restregaba ligeramente los ojos, intentando quitarse el sueño. Sa bajo de la cama y camino a paso lento, saliendo de la habitación y yendo por el pasillo.
-¿Mami?- llamo pero no recibió una respuesta. Fue hasta la cocina, viendo a la mujer mayor dándole la espalda, haciendo algo en la mesada. -¿Nana?-
-¡Antonio!- Esmeralda se volteo, sonriendo al verlo. Dejo los platos limpios a un lado para secarlos luego, sacándose los guantes mojados y dejándolos en la mesada antes de acercarse al menor. -¿Dormiste bien?- pregunto con cariño, el niño era adorable en su estado a medio despertar.
-Si...- asintió, mirando a su alrededor, buscando a una persona en particular pero sin encontrarla. -¿Mami?- y miro a la mayor, curioso.
-Oh...- y algo en su corazón se estremeció. No lo diría en voz alta pero aun era algo extraño escuchar como el niño se refería a Mirabel. Su nieta era joven, apenas tenía 13 años y ya tenía un niño pequeño que la llamaba "mami", adorándola como tal. Era extraño pero de alguna manera, adorable al mismo tiempo. -Tu mami fue a comprar unas cosas- le mostro una sonrisa, esperando que su pequeño nieto no llorara por ella.
-Ok- asintió ligeramente. -¿Abrazo?- extendió sus manos hacia su Nana. -¿Por favor?- se acordó de agregar rápidamente.
-Awww, ven aquí cariño- y ella engancho sus manos bajo los brazos ajenos, alzándolo, sintiendo como el niño se apoyaba cómodamente en su hombro, una de sus pequeñas manos acariciando ligeramente la tela de la ropa de la mujer mayor. Nana tarareo una suave melodía, caminando hacia uno de los sillones y sentándose allí con su pequeño nieto en brazos, acariciando suavemente los rizos del niño.
... ... ... ...
Antonio camino de la mano con Mirabel, su emoción solo aumentando al ver al pueblo no muy lejos. No soltó a su mami, no hasta que estuvieron dentro del pueblo y él reconoció la casa de su Nana. Corrió hacia ella luego de que la adolescente le hiciera una seña, su sonrisa agrandándose al verla allí, sentada en un banco justo frente a su casa.
-¡Nana!- chillo, la mujer mayor mirándolo y sonriendo con alegría al verlo.
-¡Pequeño conejo!- apodo recibido por toda la energía que él demostraba tener y por su amor a las zanahorias. Antonio se subió al banco, abrazando a su Nana, sonriendo al sentir como ella lo rodeaba con sus brazos y depositaba un ligero beso en su frente al separarse.
-Hola Nana- Mirabel se acerco, abrazando a la mayor con una ligera sonrisa.
-Hola mariposa- se levanto y le dio un beso igual que como hizo con el niño, sonriendo con cariño al verlos. -Tiene mucha energía- comento, viendo como Antonio corría hacia dentro de la casa, de seguro para dejar su mochila en la habitación donde se quedaban.
-Uff, lo envidio- asintió ella, divertida. Ambas entrando, Antonio saliendo de la habitación con una caja en mano y dejándola sobre la mesa de la cocina, subiéndose a una silla.
-¡Nana, traje muchas fotos de mis amigos animales!- sonrío él, ya quitando la tapa de la caja. -Estaba tristes porque no podían venir pero les prometí contarte todo sobre ellos- estaba emocionado de poder presentarlos y contar sobre ellos, incluso si no era en persona como él quería.
-Veamos esas fotos entonces~- asintió Esmeralda con diversión. -Ve mariposa, puedes darte un baño, luego veremos que comemos- dijo antes de ir a sentarse junto al niño. Mirabel asintió y los dejos solos, supuesta a dejar sus cosas y darse una ducha. -Entonces...- sonrío, viendo la emoción ajena. -...¿con quien empezamos?-
-¡Con Rey!- saco una foto de él montando a su amigo leopardo. -Ama que le rasquen tras las orejas y adora los bocadillos pero los que hace mami son sus favoritos...- empezó a contar, entusiasmado, Esmeralda sonriendo ante cada foto y cada detalle que el niño le contaba. Él es adorable.
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