Espero que les guste~

Nota: No tengo hermanos, así que se me hace algo difícil escribir sobre ellos pero me esforcé ^_^

Petición de: Carmensandiego230

La relación entre Isabela y Mirabel ha sido tensa desde que la menor tiene memoria. No puede recordar como empezó o por qué pero siempre fue así, con Isabela mirándola de reojo con superioridad y molestia usualmente, soltando comentarios hirientes cada vez que podía, y Mirabel contestando al poder armarse de valor, optando por ignorarla la mayor parte del tiempo y rodando los ojos ante cada comentario, negándose a mostrar cuanto dolían. Las cosas eran así, nada parecía aliviar la tensión entre ellas, ni su mamá ni su papá pudieron tener éxito en que se llevarán bien. Hasta que la magia se fue y Casita se derrumbo, con eso, algo de la tensión entre ambas también desaparecía. No todo pero era un comienzo.

Ambas, en las semanas en la que la casa estaba en construcción, no sabían exactamente como relacionarse sin pelear. Isabela soltaba algunos comentario solo por costumbre y Mirabel no dudaba en contestar, empezando una pelea sin sentido y que solo se detenía cuando las separaban a la fuerza.

Era cuestión de tiempo que ambas llegaran a un limite, así que nadie se sorprendió cuando empezaron a los gritos, llenas de resentimiento y molestia. Isabela soltó todo los sentimientos que había acumulado en los años, odio por tener que ser perfecta, envidia por la libertad que ella quería, molestia por haber buscado la aprobación de su abuela para todo que lo hacia, vergüenza por no haber defendido a su hermana menor. Mirabel también soltó los sentimientos acumulado, la envidia por toda la atención y cariño que había querido, molestia por todas los comentarios que la mayor había dicho en el pasado, tristeza por sentirse abandonada, resentimiento por las miradas de superioridad que había recibido.

Fue mucho pero pareció servir, tragarse tantos sentimientos no era sano para ninguna y desahogar todo aquello fue lo mejor que podían hacer. Solo entonces, algo cambio entre ella. Se calmaron, ya no había tantos comentarios y casi no había peleas entre ellas, pudieron hablar sin mirarse con molestia, se empezaron a conocer, a quererse como familiar, prometiéndose no volver a guardar sentimientos de ningún tipo en el futuro.

Y cuando la casa se restauro, cuando la magia volvió, ambas se negaron a volver a lo que era y continuaron la buena relación que había logrado desarrollar en unas pocas semanas, ayudándose mutuamente y a toda la familia.