No he publicado aquí en un tiempo y no tenía ideas xD

Espero que les guste~

Nota: Algo corto y sin mucho sentido :3

Bruno amaba a su familia con todo su corazón y adoraba pasar tiempo con todos ellos pero a veces, en ciertos momentos, no tenía ni idea de que se suponía que debía hacer. Como en esos momentos, cuando su sobrina Mirabel solo corrió hacia él y se abrazo a su pierna con sus cortas extremidades, mirándolo con ojos brillantes y suplicantes. No sabía lo que quería y eso lo hacia sentir nervioso.

-Ammm, ¿se te ofrece algo?- pregunto por si las dudas, nervioso, mirando a la pequeña. Ella lo miro y rio ligeramente, obviamente divertida con su obvia incomodidad. -¿Mirabel?- ella volvió a reír y el podía sentir como apretaba ligeramente su agarre, negándose a soltarlo al parecer. Suspiro y camino, arrastrando su pierna atrapada y escuchándola reír alegremente, dispuesto a buscar ayuda. -¡Julieta!- llamo al verla, aliviado. -¿Me ayudarías?- suplico, mirando a su hermana. Ella los miro, riendo ligeramente al ver a su hija aferrada a la pierna de su hermano, con una gran sonrisa y mirándola con ojos inocentes.

-Ella quiere abrazos, Brunito- sonrío con cariño, divertida por la incomodidad de su hermano.

-Oh...- parpadeo, sin haber esperado aquello. Dudo un poco, limpiando sus palmas con su ruana e inclinándose antes de pensarlo mejor con las manos hacia su sobrina. -¿Abrazo?- ofreció con torpeza. Mirabel sonrío, soltando la pierna ajena para levantarse y estirar sus brazos hacia su tío, dejándose alzar y aferrándose a él apenas tuvo la oportunidad, acomodándose en el hombro del mayor, aferrándose a la tela verde de la ruana con sus pequeñas manos. Bruno la acomodo con manos temblorosas, siempre le daba miedo poder lastimarlas o asustarlas, así que siempre estaba nervioso con sus sobrinos en general. Se relajo lentamente, acariciando suavemente la espalda de su sobrina, sintiendo como ella se acomodaba mejor entre sus brazos. Ho, como amaba a su familia.