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𓏲 Capítulo 3

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— ¿Y qué haremos?— Chaeyoung preguntó, mientras se preparaba para lavarse la cara, abrió el grifo, y directo puso el agua a su cara, para borrar aquel rastro de lágrimas, ¡oh Dios! Se sentía tan mal por llorar ahora, se supone que se había preparado mentalmente durante todo ese tiempo, había preparado un guión diferente, más alegre, con buen mensaje, y ahora no solo había arruinado el ligue de una noche, Ni el discurso patético que se creó, sino también quedó como una llorona frente a una desconocida, una desconocida que ciertamente lo estaba haciendo sentir tan bien, como no sé imaginaba sentir después de aquel quiebre emocional.

Myoui Mina esperó a que Chaeyoung se lavara la cara, en silencio, parada a lado de la chica castaña, tenía los brazos cruzados y estaba pensando seriamente cualquier cosa que su mente divagara.

Chaeyoung al terminar de lavar su rostro, se dió cuenta de que no tenía con que secarse, maldijo internamente y abrió los ojos, no esperó que realmente tuviera enfrente a la rubia, con un cúmulo de toallitas para manos y lo que tampoco esperó fue que la rubia no le cediera tal papel, en su lugar, puso una toalla en su cara, y a toquesitos, para no lastimarle la piel, secó parte de su frente y sus mejillas, obviamente el papel se humedeció al instante, lo hizo bolita y dejándolo de lado, tomó otro papel para pasarlo por sus ojos, un toque ligero, ameno, con la simple intención de secar sus ojos con una caricia, a mismos toques suaves, Mina contempló aquellos orbes avellana que la miraban sorprendidos.

Si somos sinceros, Mina tampoco supó el porque hizo aquello, solo se dejó llevar, es como si su cerebro diera indicaciones y ella rápidamente solo estuviera para llevarlas acabo.

— Digamos que... Hay alcohol, canapés y un buen dj, pista de baile, mi compañía y un fracaso amoroso ¿qué podría salir mal?

Oh. Si lo pintaba de esa forma, muchas cosas podrían salir mal realmente.

— ¿Confías en mi Chaeyoung?— ¿Confiaba en ella? Carajo, claro que sí.

— Más que cualquier persona en esta fiesta, Mina.— y entonces, la nipona con una sonrisa, asomando sus dientes frontales, le ofreció una mano. Inclinó un poco las rodillas, puso una mano atrás de su espalda y dió un giro con la mano antes de ofrecerla, como un galante príncipe, lo hacía con las princesas en las películas.

Chaeyoung amaba las películas de princesas.                                      

— Señorita Chaeyoung, ¿Sería tan amable de concederme todas las piezas musicales de esta noche? — Chaeyoung tocó exageradamente su pecho, como si una actuación de fantasía se estuviera viviendo en la zona.

— Señorita Myoui, pero que codiciosa, ¿Quiere todas la piezas de esta noche? ¿Qué pasa con mis otros pretendientes?— Myoui solo soltó una sonrisa de autosuficiencia, alzó la ceja, un gesto que la hizo endemoniadamente más atractiva, por lo menos diez veces más, Mina no desintió, siguió con la mano estirada hasta que Chaeyoung la tomó sin más.

— Oh. Es que lo que pasa, es que ninguno de ellos es Myoui Mina, bailarina, que canta como los angeles, guapa, talentosa, aries —enumeró todo con los dedos de su mano disponible, que desde hace segundo dejo de estar en su espalda— ah y no olvidemos que con una blackcard a tu disposición, cariño.

Chaeyoung sonrió, con una sonrisa más sincera, asintió muchas veces y parpadeó más.

— Humildad, señores.— aunque si decimos la verdad, Chaeyoung quedó sorprendida desde el primer instante en que la conoció, no sabía si era cantante, o si bailaba, menos si sí había dicha tarjeta, no sabían nada de eso y a pesar de todo, esta chica le parecía fascinante.

— Oh no, para nada, solo soy Mina, simplemente para ti.— dijo con galantería, sintiendo el toque de dos pieles, dos palmas calientes, una contra otra, sosteniendo ambas manos en el aire, la vista fija, una en la otra, la tensión, ay la tensión en el aire, cálida; mariposas y magia.

— Me agrada eso.— ese solo para ti, hacía eso más emocionante.

—¿A quien no le agradaría, Chaeng?— Mina siempre fue modesta, a pesar de saber que es guapa nunca se vanaglorió de eso, pero a Chaeyoung le daba gracia y estaba cansada de reprimir que no era tan egocéntrica ante los demás, vamos que es una aries con ascendente en escorpio, ¿que se podían esperar de una ascendente en escorpio?, con 25 años y un mundo de fans fuera, esperando verla asomarse en el balcón.

— Tremendo tu ego, casi me tira — comentó Chaeyoung con juego, a ella le encantaban las personas con estima grande, nada mejor que una persona que se vanagloriaba a si misma.

— No te preocupes, yo me caería primero, para evitar que tú caigas contra el suelo — eso le recordó sin duda a una frase de un libro que le dolió mucho, sonaba bonito a fin de cuentas y no sabía si esas le alocaron el corazón.

— Tan romántica — esta vez no lo dijo con burla.

— Y solo para ti esta noche.— ninguna de ellas dos quería que solo fuera por esa noche, y es que estaban cautivadas la una con la otra

— Interesante, Mina, muy interesante.— dijo a modo de respuesta, viendo el rostro bonito de Mina. Un lunarcito en la nariz, ojos almendrados y grandes, labios con uno más rechoncho que otro, Mina era guapa, una belleza que no parecía real.

— Preciosa, Chaeyoung, muy preciosa — Myoui también se perdió viendo el rostro de la menor, tan detenidamente que se dió cuenta que los labios de Chaeyoung tenían igual que ella una diferencia, solo que invertida, encajarían tan bien

— ¿Qué dices?— preguntó Chaeyoung desviando su vista de los labios de la contraria

— ¿Qué no nos estábamos describiendo?— ojalá y se estuvieran describiendo, puede que lo hacían internamente, eso era lo más probable.

— ¿Me has llamado preciosa, acaso?— dijo con picardía, subiendo las cejas de arriba a abajo, y Mina solo río levemente.

— Oh Chaeyoung, mi mente me ha mencionado que eres hermosa desde que te vi antes de hablar, antes de cruzar siquiera un hola, mi mente ya estaba llevándome a ti.— tan romántica, seguro Nayeon se burlaría de ella en ese momento, sin duda era algo que la chica pelirroja no desaprobaría.

— Coqueta — no, Mina no era coqueta, era tímida, era poco agradable y solo gente selecta era parte de ese humor tan raro que siempre cargaba, Mina casi nunca coqueteaba, lo suyo era algo como estar encerrada todo el día practicando su baile, perfeccionando cada paso, perfeccionando todo y cada uno de sus movimientos.

— Sí, ¿Esto no te gusta?— a Chaeyoung eso le encantaba.

— No si piensas jugar con fuego.— todo mundo usaba esa frase.

— Oh cariño, ¿jugar?, No, lo mío es más admirar el fuego, eso de jugar nunca ha estado en mis planes, así que Chaeng, salgamos de esta baño y brillemos toda la noche.— y es que Chaeyoung tenía brillo y se estaba ocultando en todas esas sobras, tenía brillo y no debía apagarse por alguien muy idiota que no la quiso admirar, por alguien que jugó con fuego cuando claramente se sabe que el fuego debe admirarse

Chaeyoung, aún sin soltar la mano de la rubia, decidió salir a donde la celebración de unión está dando frutos, y no saben, por supuesto que no saben, la forma en la que se sintió en cuanto salió. Toda la valentía se esfumó, su mente loca de ideas, planteó el pensamiento de que todo mundo las veía, ahí, fuera del baño, tomadas de la mano, oh, su mente, su pobre mente que le estaba jugando un juego muy sucio, su pobre mente que en ese mismo momento la hizo sentir tan cohibida

Eres un secreto.

Ay los pensamientos intrusivos, esos que le daban todas las malas espinas, no le gustaba, no le gustaba en lo absoluto.

Pero al ver (o imaginar) a toda la gente mirarlas, tomadas de la mano, como si Chaeyoung fuera merecedora de tal aprecio, la hizo sentir tan cohibida, esto estaba en público, la estaban tomando de la mano en público, se sentía tan mal por eso. Así que sin más, soltó la mano de Mina al instante.

Pobre, tan acostumbrada a la oscuridad en la que alguien de mal corazón la metió, tan metida a sus propios criterios, tan dura con sigo misma

Lo secretos nunca deben salir a la luz.

La cálida mano la sacó de esos pensamientos, la había soltado y eso llamó la atención de la rubia y en cuanto vió la carita, toda llena de pánico, tan metida en su mente, lo único que quiso hacer fue que viera las cosas de otra manera, una manera más libre, más iluminada.

Le tomó la mano, pero no solo eso, oh no, Mina se permitió a si misma acercarse más a la castaña, solo dos pasos y poniéndole una mano en el hombro, con toda certeza, con toda confianza, ante la atenta mirada de Chaeyoung, quién se preguntaba qué pasaba, solo le pudo susurrar.

— Tienes que dejar de pensar demasiado— un susurro leve.

Una mente que piensa demasiado, una mente que es peligrosa, no para el mundo, sino para si misma, una mente que puede dañar, destrozar y matar.

— Déjate llevar esta noche ¿Si?— Chaeyoung solo pudo asentir, metida en esa burbuja en la que Mina la metió.

Esa burbuja en donde Mina era protagonista y todas esas sombras que la invadían se iban una a una, solo basto un toque a su hombro, para alejar a diez fantasmas que la invadían, con nombre de inseguridades.

Se fueron a una mesa, una vacía a donde Chaeyoung indicó, no había nadie todo mundo estaba en la pista de baile, bailando ridículamente, divirtiéndose y pasándolo en grande, los novios también estaban ahí y Mina ya no pudo mirar de la misma forma a aquella mujer que bailaba feliz con el apuesto chico, la muy desgraciada tenía buenos gustos, Mina debía aceptarlo.

Chaeyoung y el novio de nombre desconocido eran bellos, y la muy idiota había tenido a ambos, no tenía envidia por el chico, pero si por Chaeyoung, la chica había hasta llorado por ella, por Dios, si ella tuviera alguien así a lado, jamás la haría llorar, y menos la dejaría ir.

Pocos minutos después, justo cuando Chaeyoung salió de aquel enrollo mental, volviendo a ser quien debía ser esa noche, una canción, de las favoritas de la castaña sonó.

— ¡Amo esta canción! — ambas gritaron al mismo tiempo, y al ver esta acción ambas soltaron una carcajada estruendosa. Fue una risa ruidosa, que ni el ruido de los parlantes opacó, más de una persona volteo a verlas, con curiosidad, con molestia, por simple interés, pero alguien, gracias a eso se fijó en dos chicas, sentadas en una mesa, en la tercera fila, la madrina, todos reconocían a aquella madrina de palabras tan emotivas.

Todos conocían a la mejor amiga y esta vez estaba con una acompañante.

— ¿Vamos a bailarla? — propuso Mina al instante.

— ¿Qué dices?— no es que Chaeyoung fuera sorda, le encantaba escuchar las cosas dos veces para cerciorarse que dijeran lo correcto y ella no tuviera errores al contestar.

— Bailemos, amamos esta canción.— que divertido que ambas amaran esa canción, que raro era eso, ambas tenían esa canción en todas sus listas de Spotify, y era grandioso.

— Si, pero...— divagó un poquito más cohibida, bailar ante todos no era un plan que disfrutaría y menos si todos estaba ahí en la pista.

— Vamos Chaeyoung, si, sí sí, ¿porfi? — Chaeyoung negó, no podía no podía, no podía.

— Mina, es que... Bueno, es una canción en donde debemos tomarnos de la mano y eso, ¿No es incómodo?— Chaeyoung había aprendido que era incómodo, era incómodo que la tomarán de la mano ante un público atento, estaba tan acostumbrada a otras cosas, fingiendo que eso había sido amor, cuando nunca lo fue realmente y nunca lo sería jamás, un amor que se esconde no es amor, y eso ya todos debían saberlo, porque cuando una emoción se siente, esa no puede ocultarse ni detrás de una montaña.

— Amm, nop.— dijo segura

— ¿Para ti no es incómodo?— porque para todas, tomarme de la mano es incómodo—Ya sabes, tomarnos de la mano con toda esta gente mirándonos

— ¿Tomarte de la mano? Puff, no. ¿De dónde te sacas eso?— Mina ansiaba sentir tal tacto, ansiaba, lo ansiaba locamente, esa palma cálida.

— Es que, bueno, son prejuiciosos, aquí todos lo son y...— todos, ¿Qué era un todos? No se sabía, solo se sabía que todos andaban a sus rollos y nadie pelaba por mucho tiempo a ambas.

— Debería de importar un pepino si su moral lo permite o no, mis ganas dicen que debo tomar tu mano, jalarte a la pista y bailar todo lo que ese DJ ponga. Aunque si tú no estás cómoda con eso, podemos pedir una ronda de alcohol y platicar a gusto aquí.

— Eso me gusta más.— no, ella quería bailar hasta que los pies le dolieran y los males se olvidarán.

— Bien.— Mina hizo una pausa para llamar al mesero quien cinco minutos después puso un cóctel en la mesa y una copa de vino— Por amor a Gea, ¿Quién carajos se les ocurrió poner esta flor en un lugar tan cerrado?

— ¿Qué dices?— estaba distraída y no escuchó el comentario a la flor blanca de olor penetrante y dulce, dulce que dolía la cabeza.

— Es que esta flor, huele tanto a perfume raro que me está mareando de solo verla, es horrible, de verdad que si, una flor horrible.— Mina odiaba esa enorme flor.

— Huele demasiado— concedió la castaña, si, olía mucho y en un rato se marearía, estaba segura

— Demasiado es poco.— Chaeyoung asintió, tomó el cóctel en las manos y miró la pista, todos bailaban, todos reían, joder con su mala suerte — ¿Chaeyoung?

—¿Si?— dijo antes la tímida voz de Mina.

— Critiquemos a la novia

—¿Se qué hablas?.— frunció el ceño y aguantó la risa.

— Será divertido, tu hablas mal de ella, yo lo hago, nos burlamos de sus malos pasos de baile, que son malísimos por cierto, le robamos al novio porque es muy apuesto y tenemos una relación poliamorosa los tres, aunque bueno, yo no podría no tener preferencias y tú serías mi favorita, por lo tanto él nos dejaría y sufrimos un poco, porque seríamos lo más top del momento, pero mientras tú y yo sigamos juntos, nuestro shipp seguirá vivo, así compraremos una casa, nos casamos y tenemos tres perros, si perros, los perros me gustan mucho...— lo dijo con tanta seriedad, en tono tan diplomático que parecía tener razón, la forma en la que Chaeyoung la miró, tan concentrada, como si fuera una propuesta de negocios.

— También podemos tener un gato — aceptó de repente.

— Y un conejo.— Mina amaba los conejos.

— Un cuyo— con sus mejillas redonditas, todos lindos

— Una capibara — Mina le pondría Rufina

— Un guajolote— todo grande y ruidoso.

— Un ajolote.— tierno, muy tierno, Chaeyoung asintió, sí, quería un ajolote rosita con ojitos y sonrisa, eran tan tiernos esos animalitos.

— Dos vacas— para que les diera leche, queso y nata, ya se imaginaba todo una vida.

— Seis gallinas — para tener huevos frescos y ricos.

— No, mejor cuatro gallinas y dos gallos.— era tan tentadora la oferta.

— Los gallos son molestos, Chaeyoung.— ella tuvo un gallo en su adolescencia.

— Piénsalo, a uno le podemos poner Claudio.— si, por el gallo del meme que dice "matemáticas hijo"

— Opino que el otro se llame bartolito— Chaeyoung soltó la carcajada, una estruendosa, que anunciaba que amaba esta plática.

— Alguien ve caricaturas de niños...— canturreó contento en forma de burla, Mina tenía las orejas calientes

— Tengo una sobrina, Chaeyoung.— Chaeyoung abrió los ojos con sorpresa.

— ¿Tienes hermanos?— Chaeyoung tenía un solo hermano, mayor a ella, con vida bonita en los suburbios.

— No, solo era para justificar el porque conozco a ese gallo bartolito.— Mina a veces, solo a veces para contener el estrés, veía caricaturas de niños en canal abierto.

— Aww, una bebé grande.— se burló la menor y Mina alzó los hombros.

— Tú bebé cuando quieras— tan coqueta con ella, descarada

— Pide otro trago, por fa.— pidió la menor haciendo un puchero lindo .

— Los que gustes, cielo.— ay, que bonito sonaba ese cielo de su boca y es que Myoui era como un sueño y Chaeyoung, esta vez no quería despertar.

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