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Si somos sinceros, ni Mina ni Chaeyoung eran alguien que besaban a la primera, no eran seres que simplemente besaban en la primera cita (tampoco es como si tuvieran muchas citas, si somos lo suficientemente sinceras) ellas solo eran dos chicas introvertidas sumergidas en las vidas cotidianas.

Mina era una exigente chica que bailaba y creaba coreografías, cantaba y a veces componía canciones, no era su fuerte eso de componer, pero a veces en rato de inspiración lo hacía, realmente sus canciones nunca eran románticas, lo suyo era hablar de la vida, los retos de ella y la felicidad.

Mina era una introvertida que disfrutaba de los días libres con la naturaleza, las vacaciones acampando en el bosque y las noches, viendo algún anime o dorama que le recomendaban sus amigos. No tenía muchos amigos, realmente solo tenía dos amigas fuera del mundo de la fama en el que se manejaba y dentro del mundo de la fama tenía a Nayeon y Momo, también a la novia de Nayeon que era una buena tipa, y ni que decir de Jihyo, aunque veía muy poco a la australiana, cuando lo veía eran buenos días siempre, Jihyo era una compositora, productora y cantante que vivía en Estados Unidos, buena amiga de la agrupación a la que formaba parte, por así decirlo, Jihyo fue quien creo las bases para que Minamo existiera.

Pero bueno, siguiendo con Mina, en tiempos de gira, ella solo disfrutaba de la gastronomía, los sitios turísticos y la televisión nacional de los países (por eso se enteró de la existencia de bodas gitanas), no salía mucho, menos a divertirse en clubs, solo algunas veces se colaba en fiestas y siempre las criticaba, pero no se quedaba más que eso, a pesar de que Mina no era muy romántica, le encantaba ver a gente uniendo su vida para lo que parecía un por siempre (aunque bueno, sabemos que no en todos los casos), a pesar de que Mina no buscaba el amor, Mina lo realizaba demasiado, no era una romántica como Momo, pero tampoco el tema le era tan indiferente, trató de buscarlo más tiempo del que creyó; realmente a lo largo de su vida, tuvo dos citas, y ninguna resultó bien. Podía decirse que Mina era un asco en eso del lado romántico.

Al igual que Chaeyoung.

Chaeyoung era una mujer común y corriente, con personalidad introvertida y encerrada en sus paredes. Chaeyoung trabajaba en una cafetería de la ciudad que era bastante transitada, junto con su compañera Sana, (una chica universitaria que se mantenía a ella misma) Chaeyoung trabajaba duro, en la cafetería por las tardes y vendía sus letras de canciones a una amiga (algo aprovechada) que le compraba las canciones solo para malbaratarlas, no es como si le importara mucho, realmente ya no quería saber mucho de esas canciones que alguna vez escribió sobre esos malos ratos, en los que la ansiedad y el corazón roto eran los temas principales.

La vida de adulto siendo solo una adolescente también fue parte de sus letras. Dejar todo atrás, sin ningún ahorro, sin ningún plan, no fue muy buena idea, tampoco es como si se arrepintiera mucho, no fue buena idea, pero bueno, su autonomía era valiosa y no la cambiaría por pocas malas experiencias.

Su vida amorosa por lo tanto era un chiste, era nula y poco existente, no tenía citas, Chaeyoung nunca había tenido una cita de verdad, ella no había tenido nada romántico realmente, su experiencia solo fue Somi, hombres antes o mujeres después que no eran importantes, solo unos idiotas más a la lista. Sus citas (que realmente no lo eran) eran en el café donde trabajaba, un coqueteo barato y un café gratis de por medio.

Así que ninguno de los dos besaba a la primera en la mayoría de veces, y Mina, aunque realmente si había besado antes a la primera (solo una vez), no es como lo hizo esa noche, digamos que los ligues de un solo rato no llevaban siempre besos, si somos sinceros, a Mina no le gustaba mucho el contacto de boca con boca porque era muy personal para ella, pero esa noche, cuando Mina pidió besar a Chaeyoung, se sintió como todo un sueño fantástico en el que despertar no debería ser opción.

Sin embargo los pulmones pidieron aire en un ardor por la falta de una respiración faltante. El aire atorado en los pulmones queriendo salir, pero el ritmo de los labios danzando uno sobre otro, era más importante que respirar en ese momento, porque en ese momento podía caerse el mundo y eso no era importante, más importante era probar el sabor de la bebida de Chaeyoung en la boca, más importante era rozar y probar los labios de Mina .

Siempre se dice que los besos nos hacen sentir mariposas, pero cuando besamos a alguien no importante en nuestras vidas, los besos solo eran roce de labios y lengua, intercambio de saliva y un acto que realmente no se sabía el porque se hacía, o como por qué se convirtió en una muestra de afecto, no se sabía bien el porque besar era tan importante para la mayoría de humanos, pero eso no importaba mucho, cuando ambas bocas estaban unidas y el sabor de sus labios eran casi adictivos el uno para el otro.

Aunque si somos sinceros, nunca nadie habla realmente del porque los besos se tomaron tan idealizados y es que cuando conoces a alguna de esas personas especiales en nuestras vidas, los besos son algo que se siente diferente, es como si globos estuvieran explotando en su estómago, y está vez no era hambre, no era magia, pero era mejor que eso; la vida real tiene cosas buenas a veces y uno de esas cosas era Myoui Mina y sus besos.

Lástima que nada es para siempre y el beso terminó, no supieron si fueron horas, días, segundos, el tiempo fue lo de menos en ese momento en el que se separaron, y aún con las manos sobre la otra, se miraron a los ojos, ojos del mismo tono oscuro y brillante que parecía tener tanta vida y energía en ese momento .

Chaeyoung vió estrellas infinitas.

Y Mina, un lugar donde quería pertenecer.

El corazón de Chaeyoung, por fin después de un tiempo tan oscuro sacaba rayos de sol potentes que alumbraban todo dentro de sí, era como rayo de sol después de una tormenta de nieve, un rayo calientito, esperanzador.

Y es que Chaeyoung estuvo en esa cajita de dolor en donde su corazón estuvo tan roto, tan herido, tan lastimado, Chaeyoung tuvo el corazón roto.

Tuvo.

Ya no lo tenía, ya no se sentía herida

Ya no era: "Son tiene el corazón roto" ya en ese mismo instante era un "Son tuvo el corazón herido" porque una extraña, de la cual no sabía nada, una extraña que sin dudarlo le limpio las lágrimas, una extraña que hizo más por ella que cualquier ser que creyó amar antes, esa extraña, la había besado y con ese beso, junto pedacito por pedacito de corazón y comenzó a pegarlo sin que se lo pidiera.

Myoui Mina había hecho que aquel corazón desecho volviera a sentir de nuevo.

Somi un día la hizo sentir un fuego encandecente que con el tiempo, para su desgracia, este se consumió, Somi y Chaeyoung fueron más que secreto, fueron fuego, un fuego que prendía cerros, un fuego que se extingio, cenizas quedaron y mentira es que de la cenizas fuego resurgirá, porque de cenizas tenemos solo ruinas de lo que fue y ya nunca más será.

Lo que pasaba es que no deberíamos levantar las cenizas para pretender volver a encender la llama, las cenizas a fin de cuentas debemos barrarlas, y desecharlas, para así poder comenzar de nuevo.

El amor se debería sentir como tu canción favorita a las ocho de la mañana, en un día de tu estación favorita, con el sol apenas dando, la canción sonando en tus audífonos favoritos o a todo volumen en la radio; y Mina en ese momento se sentía como pretty boy de The neighbourhood, una mañana de septiembre a todo volumen en un viaje a playa. No había otra manera para describir lo que Mina le hacía sentir, porque ya no solo eran nervios y sudoración de manos, no eran elefantes en el estómago, Myoui Mina ya era como su canción favorita.

Y para Mina, sentía a Chaeyoung como I wanna be yours de Arctic Monkeys, no había otra forma de decirlo.

Para cuando la sonrisa no pudo borrarse de sus rostros, para cuando sus ojos ya se miraban un paso más adelante, cuando se decían todo lo que por algún motivo sus bocas no podían comunicar, ya era tarde, ya se habían enamorado, la misma noche en la que se conocieron, con el cielo morado casi oscuro, inmeso, fascinante, no había nada más bonito que eso, o creo que sí, sí había algo más bonito.

Para Mina era Chaeyoung.

Y para Chaeyoung, no había nada más bonito que Mina.

Ni siquiera el mismo cielo, con brillantes luceros y un sin fin de estrellas, no había nada más ante aquellos ojos, no existía nadie más, absolutamente nadie.

Somi, estaba fastidiada por no encontrar a Chaeyoung, la guerra había parado y su fiesta se había arruinado, su esposo estaba contento y todos en general dementes, aunque la sonrisa de Dan le hizo menguar un poco el enojo que sentía, le hizo sentir más tranquila y menos psicópata, aunque Dan era el calmante que su corazón necesitaba para estar bien, su excusa para ser feliz, era su felicidad y si él estaba bien, ella lo estaría sin dudarlo ni un solo segundo. No por algo le había dedicado older de 5 Seconds of summer, porque Dan se sentía de esa forma. Dan era la canción favorita de Somi.

Aunque esta tenía una conversación con Chaeyoung, una conversación pendiente que por algún momento, desde que se despertó esa mañana no dejaba de dar vueltas en su cabeza, una conversación, una explicación y una disculpa.

Por eso mismo la buscaba tanto, la buscó en el baño, debajo de las mesas, en el carrito del pastel, detrás de las bocinas de sonido, en general por todo el salón, pero no la encontró, así que muy irritada le preguntó a Axel por ella y su paradero, pero el muy idiota solo dijo que si la veía la mataba, lo dijo entre dientes como una amenaza que no daba miedo por la cara llena de pastel, apostaba que eso quedaría pegajoso al igual que todo el traje suyo, aunque en ese momento no estaba en momento de pensar en trajes pegajosos así que pegó la vuelta y bufó ya que no le resolvió aquel problema sobre el paradero de quien era su mejor amiga, no sabía donde estaba y eso le aturdia mucho.

Cuando salió a buscarla al patio, para ver si no estaba en la alberca, fue cuando las vió.

Aquella extraña, de la cual su nombre desconocía estaba ahí de nuevo, nuevamente mirando a Chaeyoung como la estrella más brillante, la veía como si fuera agua en un desierto, o la cura a una enfermedad de zombies, la veía como el último libro en la librería o como se ve a la pc de tu Bias y eso le molestaba, Somi era egoísta.

Y es que al ver a la distancia a su mejor amiga, con los ojos brillantes, tan brillantes como si fueran cristales al rato de sol, mirando a esa chica, que era guapa, y parecía buena persona, su corazón dolió un poco, dolió apenas un dolorcito leve y chiquito, que incomodaba poco porque esa mirada alguna vez hace tanto tiempo que se borraba de a poco en la memoria de ambas, le pertenecía a Somi.

Algo dentro de ella dijo de forma egoísta un "pude haber sido yo", pero no lo era y tampoco quería serlo ya, era egoísta, pero en ese momento... Se sintió menos culpable.

Cuando Somi rompió el corazón de Chaeyoung lo hizo sin mala intención, se quiso salvar el pellejo, y se dejó vencer por miedo, pero nunca lo hizo por malicia. Los planes de Somi no eran molerle el corazón a golpes, pero lo hizo, y justificación justa no había. Somi solo tuvo miedo y por miedo dejó aquella ancla que la mantenía de pie.

Nunca la amó, pero sí la quiso, y cuando dijo aquellas palabras antes de irse del pequeño apartamento de Chaeyoung, se sintió casi morir. Sabía que la destrozaría, pero no era algo que ella quería, jamás quiso herirla, pero desde aquel momento en que la besó, supo que aquel beso sabía a tragedia.

Chaeyoung fue su ancla, pero Dan era su puerto.

¿Acaso esta extraña era el puerto de Chaeyoung?

Se acercó a esas dos que se miraban con una sonrisa clara, no quería molestar, pero Somi era impertinente, siempre estaba en el lugar incorrecto haciendo todo incorrecto, siendo tan desperfecta como siempre lo había sido, siempre cagaba los momento de Chaeyoung y este no fue la excepción.

— Chaeyoung — la coreana se quedó tiesa y Mina pudo mala cara, molesta, más con la persona que la había interrumpido.

Son, si quitar las manos de los hombros de Mina, contestó.

— ¿Si?— se sentía flotar, volar en un mundo de nubes, se sentía como estar sumergida en el colchón más suave y esponjoso, se sentía como un mundo donde el rosa hacia siempre presencia.

— ¿Podemos hablar?— de que podían sí podían, el problema es que ninguna de los dos sabían que exactamente saldría de esa plática.

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