𓏲 Capítulo 10
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Mina era una mujer de 25 años que nació en alguna ciudad de Japón, en un año de los noventa (a finales) y que vivió toda su vida siendo una hija única. No hay mucho que hablar de su niñez realmente, solo era una mujer que pasó horas y horas a lado de su madre, cuidando su patio trasero, cuidando de los gatos que su mamá tenía o bueno, los gatos cuidando de ella realmente.
Lo que pasaba con Mina, es que su madre siempre le leyó libros de romance, libros bonitos, cuentos de hadas, su madre la impulsó a seguir su camino de bailarina, incluso cuando de niña todos se burlaban de ella por "hacer actividades de tontos", a ella gustaba de bailar, siempre lo hizo, siempre disfrutó de que el ritmo de la música se metiera en sus venas y guiara a su cuerpo a moverse, también disfrutaba de pasar tanto tiempo con su madre como fuera posible, le gustaba que su madre le enseñara a arreglar cosas, incluso le pidió a Santa Claus una caja de herramientas de juguete que obviamente le llegó, sus padres siempre disfrutaron de tener una niña feliz en casa, una niña que como todas jugaba.
Cómo olvidar que en efecto, ella solo tenía ocho cuando pidió la caja de herramientas, y que al momento de entrar a la escuela y que todas sus amigas contaban sus regalos, las cocinitas, los bebés y todo eso que es considerado como "juguetes de niña" Mina simplemente dijo: "me trajeron una caja de herramientas, papá me deja utilizar el destornillador para arreglar cosas" sus amigas de ese entonces se burlaron de ella y se alejaron por ser una "rara", rara, porque las niñas no juegan con cosas de niño, decían.
Mina se tuvo que salir de esa escuela, cuando mandaron a traer a su madre diciendo que Mina no podía jugar con eso, la directora había dicho que le estaba metiendo ideas erróneas a la niña y que no quería que esas ideas fueran a otras niñas.
Su madre, como siempre tan serena, no agachó la mirada, con la mirada en alto, le dijo a la profesora.
— Qué bueno que me lo dice, así puedo sacar de esta estúpida escuela a mi niña, porque sus juguetes no deben ser motivo para que reciba insultos, es una niña y solo tiene juguetes, yo no veo lo malo en eso; así que no se preocupe, me da los papeles de Mina en este instante y dejará de recibir ayudas de nuestra parte.
Mina cambió de escuela, y el año siguiente, en la navidad posterior, pidió un microhornito y un todo terreno, que por supuesto santa Claus le trajo, y nunca vio problemas en ello, por más que se lo dijeran. Lo que pasaba es que su mamá le decía que no debía dejarse llevar por lo que los demás dijeran, si a ella le gustaba y no perjudicaba a alguien, ella debía hacerlo con orgullo.
Ese mismo año, Mina comenzó en una academia de baile, y sus padres orgullosos asistían en cada presentación, le llevaban flores, a Mina le gustaban las rosas amarillas, así que en cada cumpleaños, Mina recibía rosas que su padre le compraba. Incluso ahora que era una adulta, cada octubre recibía sus rosas muy contenta
Y claro, no podemos olvidar lo que su madre le habló sobre el amor, una tarde, mientras Mina tenía 12 y había confesado a su mamá que un niño la había besado, confesando que el niño no le gustaba, realmente nadie le gustaba, nunca alguien le gustó, a ella solo le gustaba el baile, ni niñas, ni niños.
— Está bien que no te guste alguien Mina, no hay prisa, llegará cuando deba llegar ¿No crees?
— Pero todos mis amigos ya tienen a alguien, Bangchan tiene a June e Irene tiene a Seul...— Mina se tapó la boca, como si hubiera dicho algo que no debía.— d-digo, Irene... Irene está c-con...
— ¿Con Seulgi?— Mina abrió los ojos hasta el tope, mierda, había metido el pie hasta el fondo, su mamá la vió con cariño y palmó el lugar a lado suyo en el sillón, Mina, muy tímida, tomó asiento a lado suyo, sus mejillas rosas y se sentía avergonzada, era la única que sabía de la relación que tenían las dos mayores, ya que Irene era su amiga, y esta un día las descubrió, besándose en la sala de baile. Prometió no decir nada y con el tiempo, las tres fueron amigas, solo tenía 13, e Irene tenía 15, ambas eran parte del mismo equipo de baile en la academia.
— No, No... No, n-nada de eso, ellas son...— ni sabía que decir en ese instante, no sabía por donde desviar el tema.
— ¿Novias?— Mina estaba en pánico, digamos que la mayoría no reaccionaba muy bien al momento de hablar de parejas diferentes, aunque bueno, eso de ser "diferentes" solo era algo que la sociedad había asignado para categorizar a las parejas heterosexuales como "normales". — no hay nada de malo con decirlo, Mina, a esa edad, es normal que estén en búsqueda del romance, aunque tú aún eres una nena
A Myoui no le importó mucho que le dijera nena en ese instante, lo unico que le importaba era lo que su mamá decía.
— No me refiero a eso— murmuró moviendo sus deditos con nerviosismo, no sabía de cómo hablar ese tema que por cierto le llamaba mucho la atención, pues toda la vida en la escuela, le habían dicho que era mujer y hombre, la familia feliz, no sabía que había otra forma de amar hasta que las conoció a ellas.
Digamos que a Mina nunca le importó mucho los temas amorosos, nunca hubo un niño que le gustara, menos una niña, pero era comprensible, ella acababa de entrar en la pubertad el año pasado, veía a todos los chicos estar tras de las chicas, o las chicas detrás de los chicos, incluso ella entraba entre la lista de las niñas más guapas del instituto. Pero jamás nunca le había llamado la atención aquello, hasta que se sintió casi obligada y aceptó aquel beso baboso que le dio el niño cuando ella tenía once y de ahí jamás quiso volver a acercarse a nadie de la misma forma.
Pero cuando descubrió que sus amigas se besaban fue como si la venda de los ojos se le cayera, las mujeres también podían amar a otras mujeres y los hombres a otros hombres, entonces ¿Por qué lo veían tan incorrecto? ¿En que les afectaba?
— ¿Entonces?— cuestiono su mamá atrayéndola a sus brazos, la abrazó y con una mano le sacudió el cabello en forma cariñosa.
— Que son dos mujeres — murmuró de nuevo, con las mejillas rosas. Su mamá la separó en seguida, y la miró con el ceño fruncido.
— Mina, yo no te he enseñado a ser juzgona, juzgar a la gente por quien decide amar es muy tonto — la regañó, si bien toda la gente llenaba de malas ideas la cabeza de la demás gente, ella se había encargado de que su hija no fuera una homofóbica idiota, y que Mina recalcara que "eran dos mujeres" la hacía sentir mal, porque no la había educado bien.
— ¿N-No está mal, mami?— dijo con voz tímida.
— Por supuesto que no, Mina. Amar, es sin importar género, esos son prejuicios tontos, todos podemos amar a quien se nos de la gana. Aunque debemos comprender cosas sobre este tema, así que ¿Los quieres saber?
— Sí, mamá.— dijo con los ojos brillando de alegría, ese tema ya le llamaba un poco la atención si salía de la boca de su madre.
— Bien, podemos amar a quien se nos venga en gana, sí, pero para todo hay límites, Mina. Y para amar también hay etapas, por ejemplo: yo adulta, no me puedo "enamorar" de un menor de edad, ¿Lo entiendes? y eso no se puede porque simplemente son etapas diferentes, y con etapas me refiero a la famosa madurez, un adolescente no tiene la madurez mental y física de mantener una relación con un adulto, eso no está bien, porque a fin de cuentas, un adulto se está aprovechado de la inmadurez, nunca sale bien eso, mi amor.
— Entiendo — dijo Mina tomando toda la intención posible.
— Existen muchos tipos de amor, ¿Sabes?, El primer amor, es el que activa todo esos sentimientos por primera vez, te causa cosquillitas en la panza, te explota el mundo de colores, es bonito, inocente. Pero no es el único amor, porque puedes tener muchos amores en la vida. Existe el amor unilateral, y ese es cuando solamente uno solo ama, sin ser correspondido y es completamente válido que no te correspondan, es completamente válido que a la otra persona no llames su atención y eso no da motivo a ser un insistente pesado, debemos aceptar que eso no será para nosotros y salir de ahí. Así que si alguna vez alguien, ya sea chica, o chico o cualquiera que sea su género, te llega a gustar, y a esa persona no le gustas, simplemente no insistas, es incómodo e incomodar gente no está bien, al igual que no está bien que te incomoden, ¿Bien?
Mina asintió.
— Existe el amor que no es posible, y hay muchooos libros de romance que lo explican y son por muchas, muchas cosas. Pero eso sí Mina, nunca, nunca, nunca te metas en relaciones ajenas, ni debes dejar que alguien con una relación se te acerque en plan amoroso, eso no está bien, la infidelidad no es algo moral ni necesario. Eso destruye no solo relaciones, si no también confianza, y autoestima de las personas. Así que cuanto tú llegues a tener una pareja y esa persona te llegue a engañar, ojalá y espero que no, debes saber de inmediato que no hay segundas oportunidades, porque tú saldrás más herida, créeme. Y sobre todo Mina, escucha bien, esto es importante, jamás jamás jamás hagas lo que no quieres recibir, ¿Lo entiendes? Todo debe ser recíproco, no debes dar demasiado si la otra persona te da migajas, no las mereces, no mereces ser segunda opción, tú mereces el mundo entero y a alguien que esté dispuesto a dartelo, así mismo tu no debes dar migajas, si estás con alguien debes tratar a esa persona como te gustaría ser tratado, y sobre todo la confianza y el respeto debe ser la clave al igual que la comunicación, eso ayuda mucho, así no hay mal interpretación.
— ¿Mamá?— preguntó Mina
— Dime, bebé.— ante los ojos de su madre siempre sería su bebé.
— ¿Cuánto tiempo duras en amar a una persona?— su mamá le sonrió con mucho cariño y le acaricié las mejillas.
— Cariño, para el amor no hay tiempo que lo definas, puede durar años, meses, días, horas, segundos. ¿Por algo existe el amor a primera vista no?— amor a primera vista... Ya todo el mundo no creía en eso.
— ¿Existe el amor a primera vista?— su mamá asintió, jamás lo sintió, pero no dudaba que existiera.
— Yo te amé en cuanto te vi,— Mina sonrió.
— Ese es amor fraternal, tu eres mi mamá, debías amarme en cuanto me vieras.
Su mamá aún no podía explicarle que no todas las mamás amaban a primera vista, algunas tardaban más, y era válido.
— Ah mira, el amarte tanto te está volviendo engreída — bromeó.
— Yo no tengo la culpa de ser bonita — siempre tan humilde.
— Eres hermosa mi amor, como un hermoso lucero en cielo, el más grande.— le dió un beso en la cabeza— así que recuerda, no hay nada, nada de malo con amar a alguien de tu mismo sexo, nadie debe decirte como debes amar y a quien ¿Okey?
— Entendido Mami.
— Así que dale mucho apoyo a tus amigas, ellas deben quererse mucho, son muy valientes ¿Sabes?
— ¿Por que?— ella volvió a sonreír, la misma sonrisa que Mina portaba.
— Porque ellas de estan atreviendo a algo que no muchos aceptan, siendo tan jóvenes. Invítalas un día a casa, debo tener el honor de conocerlas— Mina asintió contenta con todo lo que su madre le había dicho.
Dos años después, Mina descubrió que las mujeres le atraían más que los hombres, y un poco más fue cuando besó a aquella primera mujer que por más que quiso, jamás pudo ser especial, de verdad lo intentó, intentó que con ella tuviera eso que no podía encontrar, ese amor que todo mundo buscaba, pero no lo logró.
Luego debutó, subieron como espuma, conoció mucha gente a lo largo de su no muy larga vida, gente guapa, gente con la que se supone que podía conectar, conoció a más mujeres, besó a más gente, estuvo con personas, coqueteo de una sola noche. Incluso alguna vez estuvo con un chico, al tratar de buscar eso que no había encontrado, estaba cansada de que buscar y que nada apareciera, no había conexión. Incluso Nayeon y Momo habían tenido relaciones serias desde que se conocían, Momo se había enamorado como seis veces ya, incluso Nayeon salía con Jeongyeon, una de sus productoras. Pero ella no había conocido nada, a nadie.
Sin saber que en un continente distinto, en una ciudad tan grande, quien sería aquel amor brillante en su vida, estaba envuelta en unas sabanas, llorando desconsoladamente con la noticia de que quién ella conocideraba su "gran amor", se casaría.
Por supuesto que los astros eran sabios. Pues ese día, a ambas en sus cartas astrales, les advertían que no era el fin, pues el comienzo estaba cerca y el comienzo fue un ocho noviembre, un año después, cuando una curiosa Mina quiso comer gratis en una boda, terminando por criticar el vals con canciones de Ed Sheran y una Chaeyoung, que estaba por entrar a un colapso nervioso al casi decir su discurso de madrina, terminando por reír como una loca ante el comentario del vals poco original.
Aveces, el amor estaba donde menos lo esperas. Donde menos lo imaginas y no hay un tiempo para definirlo como amor, solo lo sientes y ellas dos, esa noche, ya lo habían sentido.
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