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Extra 2

Freen Sarocha había comenzado su vida de Idol nuevamente, había comenzado a ser Sarocha Chankimha de nuevo, pero esta vez se sentía de manera distinta. No la mal entiendan, amaba con todo su corazón ser Sarocha Chankimha, el personaje que la llevó a ser tan grande en el mundo de la música, el problema es que con el paso del tiempo, antes del descanso, ser esa chica ya era cansado, comenzaba a sentirse vacía, casi superficial, ser una Idol es difícil, sin duda.

Pero ahora, después de unos largos tres años de descanso, descanso donde comenzó a desarrollar la vida tranquila de Freen Sarocha, fue que se dio cuenta que si extrañaba ser Idol, pero sobre todo, había entendido que no eran personas distintas, Freen Sarocha y Sarocha Chankimha eran lo mismo, así es como debían funcionar realmente, no eran distintas una de otra, si bien una era su cara al público, ser Freen Sarocha era solo su lado privado, pero no eran distintas y eso la mantenía tranquila, amando su trabajo, amando que hacía y como lo hacía, era maravilloso ser lo que era, absolutamente lo amaba, pero sobre todo, amaba ya no sentirse superficial y menos sola; Freen había comprobado que en efecto, estar con la persona correcta, hacía sentir mejor la vida.

La gira mundial ya había comenzado en junio. de eso ya habían pasado unos cuantos meses, su Comeback fue el más esperado por todas sus fans, una locura de ventas, vistas y demás, rompiendo récords que no creían romper, realmente eran grandes, pues ahora eran el grupo con la mayor preventa, logrando así tener una fama inigualable, los boletos se vendían como pan caliente en día frío, en 36 segundos se vendieron los boletos de los primeros conciertos en Corea, se terminaban con rapidez realmente en todo el mundo, siendo una gira bastante grande. Freen Sarocha estaba tocando el cielo sin duda tan maravillada, estaba en la cima luego de la cima, todo un éxito, a Freen le iba muy bien.

Y en su vida sentimental, mucho mejor, pues aunque si bien la gira había comenzado hace unos meses atrás, no importó mucho porque al parecer, en la gira de Europa, Rebecca se pegó a Freen para visitar a su familia, sí, no andaban juntas todo el rato por más que quisieran pues sabían que tener espacio para ellas mismas y sus trabajos también era importante, no la acompañó a la gira de Japón, tampoco en todo Corea.

Rebecca solo fue al primer concierto junto con los padres de su novia, que por cierto, la adoraban, se llevaba tan bien con ellos que incluso hasta los gatitos la querían, así de magnífico les iba como pareja, durante la gira solo se llamaban y Freen la bombardeaba con mensajes de cualquier cosa que veía o cualquier gato que se le acercaba, también le mandaba foto de su comida, el outfit, o incluso la típica foto de su ojo.

Rebecca amaba recibir cada una de ellas e incluso muchas las puso de perfil o de fondo de pantalla, a pesar de que Freen no era la mejor fotógrafa del mundo, Rebecca las adoraba. Pero ahora que pasarían un tiempo juntas, por lo menos tres conciertos en Estados Unidos y se verían más tiempo.

Freen estaba encantada de ver la cara de su novia todo el tiempo, amaba verla en todas partes, amaba verla eufórico mientras cantaba sus canciones en los conciertos, verla sentada en algún lugar de la habitación escribiendo sus nuevas letras, la amaba incluso estresada o ansiosa porque algo no le salía como esperaba. Amaba verla, simplemente, sin ninguna razón aparente, con el simple hecho de mirarla Freen ya era feliz, la amaba, amaba verla, amaba sentirla, amaba quererla, la amaba por todo, a veces por nada, la amaba y era tan bonito amarla, cada una agradecida con lo que era llenarse la vida con sus presencias.

Becky aceptó ir a la gira en América porque planeaba tomarse unas largas vacaciones con su familia, mientras su novia cumplía con los conciertos, amaba verla, pero tampoco quería ser tan hostigosa, así que decidió que quedarse con su familia un tiempo no le haría ningún mal, al fin de cuentas, su trabajo era accesible a sus necesidades, escribía, las mandaba a Charlotte o componía y mandaba la pista a su jefa y listo, con eso recibía mucho dinero, disponibilidad y muchos beneficios, era un trabajo magnífico, todo lo que merecía y más.

Becky tenía planes realmente simples: ver a Dian un día de esos, y ya después vería que hacer, pero Freen se puso insistente en que la siguiera después de terminar la gira por Estados Unidos, insistente en que de verdad deberían visitar otros países juntas, porque era importante y Freen quería que su novia viera y conociera más lugares, Becky no tuvo otra que aceptar convencida, así que cuando visitaron la ciudad, ese día aprovechó para hacer una cena con Dian, e incluso su esposo, tenían años sin verse y verlo ya ni le afectó, solo le dio un abrazo a quien era su amigo, luego un gran beso a Dian y por último al perro, perro que se llevó mal con Freen, sí, algo al estilo de perros y gatos, fue una escena divertida, Freen adoró la comida de Dian, Daniel también se divirtió a pesar de que Sarocha no lo tomó en cuenta casi mucho, digamos que Freen era rencorosa y aún quería funarlo en twitter.

De eso ya había pasado más de un mes, la gira por Estados Unidos terminó y entonces el martes pasado se habían citado en el aeropuerto de Los Ángeles para darle paso al nuevo país al que visitarían. No hicieron mucho al llegar, y al despertarse, tampoco, pues se habían extrañado tanto que en el poco tiempo disponible del día, decidieron quedarse acurrucadas en la cama del hotel viendo caricaturas en la televisión, al parecer ver Phineas y Ferb era una joya y el top de las citas románticas, al parecer Becky bromeó un poco diciendo que Freen había robado la personalidad de Jeremy, aunque Freen argumentó que era más guapa, luego de ese pequeño momento romántico, se vino el ensayo general, luego la comida, directo al camerino y por último, el esperado concierto, así de rápido pasaba el tiempo, Becky estaba feliz aunque no pudo conocer mucho ese día.

Eran cerca de las doce de la noche, el concierto de Freen había sido una maravilla esa primera noche, La factoría arrasó al ser su primer concierto en años en ese país. Becky estaba eufórica en las gradas, cantó a todo pulmón las canciones del Setlist, gritó como una fan más e incluso se puso a llorar con una fan que estaba a lado suyo, cuando interpretaron una canción triste con Babe, y cuando Freen apareció vestida de blanco, luciendo como un ángel o como una Diosa, mejor dicho, algo divino.

Freen era divina, celestial, maravillosa; Rebecca se quedó sin habla, embobada y engatusada por la belleza de su novia, no podía creer como o cuando es que logró enamorarla, pero ahora que la tenía cerca, ahora que la veía despertar todas las mañanas, se sentía la mujer más afortunada del mundo. Ver a Freen en un escenario fue la mejor sensación de toda su vida, a pesar de que la canción era triste y Freen hacía que la letra doliera mucho, incluso si no estabas triste, incluso si tu novia era la intérprete de la canción y ambas tuvieran una relación tan sólida, no importaba, la canción dolía y punto.

Becky estaba feliz, lo estuvo toda la noche, la vibra era maravillosa, los fans encantadores, estaba más feliz porque algunas de las canciones del nuevo álbum eran escritas por ella y producidas junto con Charlotte, haciendo un trabajo magnífico que les traía demasiado dinero a sus bolsillos, siendo unas genios en todo lo que hacían.
Escuchar a la gente cantando y quedándose sin voz solo para cantar una canción que ella compuso, donde tu nombre aparece escrito y donde recibes crédito por ello era todo un sueño.

Becky quedó enamorada de todas las presentaciones de La Factoría, pues el público siempre era muy bueno, a parte los chicos daban todo de sí para dejar a sus fans contentos, hicieron bromas en el escenario, cantaron, bailaron, se mojaron, también llenaron de confetti el lugar, incluso Freen miró a Rebecca en algunas presentaciones donde las canciones hablaban de ellas. Está de más decir que Becky escribió muchas canciones para Freen, canciones que ella misma interpretaba, Becky estaba cansadísima y solo quería llegar a dormir al hotel en brazos de su amada, estaba cansada de gritar, saltar y ser parte de la víbora de la mar, ser fan eran cansado, ahora Becky lo comprobaba.

—No te duermas, corazón de melón—le dijo Freen, quien extrañamente, iba tan inquieta a lado suyo, tal vez seguía con la emoción del concierto, quizá la adrenalina aún estaba en sus venas transitando por todo su cuerpo, causando que estuviera así.

—Déjame dormir, no estés molestando—se tapó la cara con la gorra que llevaba puesta, pero Freen, quien iba sosteniendo su cabeza en su hombro, le picó la costilla como una maldad, y Becky no fue testigo, pero si la hubiera mirado se daría cuenta que tenía esa sonrisa de conejo que siempre hacía cuando creía hacer una maldad; el piquete de costilla hizo que Becky le soltara un manazo leve y le gruñera—Me despiertas cuando lleguemos—murmuró entre sueños—¡No! Mejor me llevas cargando, sí, eso suena mejor.

—No, no me vengas con eso, te he cargado dos noches antes y roncas como oso.—protestó Freen—Además, tú ni me aguantas para cargarme, eso no es justo.

Se quejó Freen haciéndole drama, aunque sabía que si Becky se dormía, ella sin ningún problema la cargaría en brazos y lo llevaría a su habitación, la arrullaría y luego la arroparía para que nada le molestara su dulce sueño.

—Yo si te he cargado, no digas que no.—Becky se levantó rápido, para debatir con ella, siempre funcionaba, si Freen quería que Becky no durmiera, solo debía debatir un rato con ella.

—Ah sí ¿Cuándo?—preguntó haciéndose la desentendida

—Mmm...—pensó con un dedo cerca de la boca—¡En Australia! Cuando viste la araña patona en el local al que fuimos, esa que era chiquita e inofensiva, sí, ese día gritaste tan fuerte que me trepaste encima y...

—Becky, ese día estabas sentada y solo me recargué en ti.—la calló Freen, ya que recordarlo era vergonzoso.

—Bueno, pero ¿la vez en la que querías ver al gato que se trepó al árbol y que no quería bajar?—preguntó mirando a Freen quien solo giró los ojos.

—Mi amor, ese día no me cargaste, solo pusiste el banquito y me dejaste a mi suerte.

Becky soltó una risa pequeña, bien, tenía razón, esa vez solo le dio el banco y dejó que Freen tomara al gatito, que por cierto este gatito le cayó en el rostro y eso provocó que Freen se cayera del banco y fuera de pompas al suelo.

—¿Y la vez que Rufina te iba a tirar?—preguntó, debía haber algún momento en que ella la hubiera cargado ¿cierto?

—Cielo, ese día solo detuviste mi cabeza con tu rodilla, porque yo ya estaba en el suelo.

Sí, en efecto, la capibara era muy inquieta, así que un día que iban a bañarla, Rufina corrió por la casa, empujó a Freen quien iba a atraparla, y la tiró hacia atrás, Becky solo alcanzó a darle un rodillazo en la cabeza evitando que se golpeara, aunque la terminó golpeando más.

—Pero no me vas a negar que la vez en que estabas en la sala de entrenamiento, yo te cargué.—La camioneta en la que iban, dio una vuelta, la ciudad de noche aún estaba despierta, Freen estaba muy feliz.

—Sí, mi amor, pero ese día las piernas te temblaron demasiado y juntas fuimos de cara al piso, ese día me sangró la nariz horrible y mi bello rostro pagó las consecuencias.

—Pero te cargué—argumentó Becky —además, ese día yo también me golpeé.

—Fueron como dos segundos, mi vida. Y aparte, solo te golpeaste las rodillas en la colchoneta, porque a los segundos te rodeé y te caíste encima de mi—era verdad, ese día Becky fue a dar al pecho de Freen porque rodó de modo que no lastimó a Becky para nada.

—Lo di todo.—sonrió orgullosa.

—Bueno, bueno, el punto de esto es que no te duermas—pidió Freen mientras acariciaba su cabello con cariño, Becky se acurrucó de nuevo en el cuello de Freen, dispuesta a volver a dormirse.

—Dame cinco razones lógicas antes de que te pateé el trasero—preguntó con voz dulce

—No, no, no—Freen besó su coronilla—mejooor, espera solo dos calles más y listo ¿Va?

—Bien, pero si no me convences duermes en la ducha—dijo Becky y se quedó mirando a la ventana mientras el chófer manejaba por la ciudad.

—BecBec, no vives sin mis abrazos nocturnos—Freen le pasó la mano por los hombros en un abrazo cálido.

—Podría hacer el sacrificio—murmuró, aunque era mentira.

—¿Dormirás sin mis besitos?—de hecho vivió sin sus besos el tiempo de la gira, y también por Japón, vaya, sí que los extrañaba.

—Puedo hacerlo.—dijo con gallardía.

—¿Y sin que te cante una canción al oído mientras te quejas porque no te dejo dormir?—Freen le sonrió y Becky suspiró.

—Sí, eso es un premio

Aunque se quejara, amaba a la Freen hiperactiva que cantaba canciones a las tres de la mañana solo porque el insomnio la abordaba o la adrenalina no la dejaba dormir.

—Ah, ya está, con que tú puedes vivir sin mi—bufó fingiendo molestia —listo, me marcho a dormir en medio de Billy y Babe, ellos no son tan malos como tú.

—No puedes—Rebecca le tomó la mano

—Que sí.—insistió la pelirroja

—Que no.—dijo Becky con calma—Número uno: decir que no puedo vivir sin ti, me hace codependiente, pero sabemos que te amo tanto, que a pesar de que seamos seres distintos, yo sin ti me sentiría incompleta.

>>Número dos, si te vas a otra habitación, entonces no podré escucharte hablar de todo lo que te hizo feliz en el día, y eso me hará sentir triste. Y número tres, Babe te correrá a patadas por querer abrazar a su novio y robárselo, así que mi amor, no tienes otra opción que venir a mis brazos. Ni siquiera con Jane porque Irin es celosa y seguro se entera y te patea lejos.

—Eres una manipuladora—suspiró Freen, realmente ambas estaban bromeando, Freen miró por la ventana y se sintió feliz, habían llegado— por eso te amo, ahora, ven mi vida, ya hemos llegado.

—¿A dónde?—Becky no sabía dónde estaban, pero sin duda no se parecía en nada al hotel.

—¿Qué no ves?—Freen tenía demasiado obvio donde estaban, Becky no, aun así, se bajaron del auto, una temerosa, la otra ilusionada.

—Hay mucha gente—murmuró Becky al ver que había demasiada gente rodeando lo que sea que había en aquel local.

—Ese es el punto, donde más gente ves, es donde mejor calidad hay, anda acerquémonos—le tomó la mano. Freen había aprendido de memoria lo que diría.

—Amor... —los ojos de Becky se abrieron sorprendidos—¿Esto es lo que yo creo que es?

—Exacto, mi vida. —los ojitos de Freen brillaron al oler lo que se cocinaba—¿Recuerdas la vez que te dije que te traería algún día a cambiar la opinión acerca de la comida mexicana? Bueno, mi amor, bienvenida, hoy te adentraras al mejor manjar que podrás probar.

—Pero...

No sabía que decir, pero aún recordaba la promesa como si fuera ayer que se la hizo, suspiró, realmente las promesas junto a Freen valían la pena, Freen le había enseñado que las promesas si se cumplían con la persona indicada, aquel que mantenía su palabra, era la indicada para entregarle el corazón, sin duda alguna.

—Pero nada, cielo. Iré a pedir las órdenes, espérame.—soltó su mano, un momento, se acercó al señor que estaba ahí atendiendo y en un español casi perfecto pidió —me puede dar cuatro tacos de pastor, por favor.

Cuando se los entregaron, el puesto estaba tan lleno que no había asiento en ningún lado.

—¿Comeremos paradas?—preguntó Becky, jamás había comido parada.

—No, no, comeremos aquí, en la banqueta—se sentó en el piso, Becky la siguió porque siempre lo haría, siempre la seguiría.—quiero ver tu cara al probarlos, así que adelante, pruébalos.

Becky olió el plato, olía delicioso, tanto que su estómago rugió, lo llevó directo a sus labios y le dio una mordida de prueba. Fue lo mejor que hizo, pues realmente sus pupilas se dilataron, sus papilas gustativas se maravillaron, sabía riquísimo la combinación de un todo en su boca, de verdad quedó completamente enamorada, tanto así que se comió en seguida los dos tacos que le tocaron, y luego pidieron más.

Becky se comió ocho tacos y una orden de otros tacos, con dos refrescos, se comió dos de asada, uno al pastor, dos de longaniza y tres de carnitas, la orden de tacos de canasta fue un extra, Freen estaba encantada de ver a Becky comer. Estaban en su última orden, a nada de pagar para irse al hotel, cuando una señora parada ahí, esperando su orden de comida, estaba hablando con otra, y le dijo.

—"Entonces mañana hay fiesta aquí a la vuelta, es de mi sobrina, allá la espero—Freen supo que la palabra fiesta indicaba algo, así que le preguntó al chófer, en inglés, que significaba lo que dijeron las señoras.

—Significa que mañana habrá una fiesta por aquí, señorita—le tradujo, Freen asintió, miró a Becky y le sonrió.

—BecBec, ya sé qué haremos mañana—ambas se miraron cómplices, sería la primera vez que Becky se colaría a una fiesta, pero de Freen no sería la última.

Ay dios, realmente Freen amaba meterse en celebraciones ajenas y esa siempre sería su tradición, que mejor que hacerla con el amor de su vida.

✨✨✨✨✨✨

Ahora sí aquí concluye la historia, no se olviden de darse una vuelta por el perfil del autor y si encuentran alguna historia que quieran que sea adaptada nos pueden decir.

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