62. Tragedia
El día de la revisión por su cuarto mes de embarazo, Magnus estaba ansioso. Amaba escuchar los latidos de sus bebés y verlos. Esta vez sí había leído algunos de los libros que Etta le dio, en éste decía que su nariz y cejas se formarían en este mes y los bebés empezarían a moverse con más libertad, ya quería verlos, los imaginaba como dos pequeños Alexander.
Habían pasado algunos días desde su encuentro desagradable con la mujer del centro comercial. Y aunque había sido una mala experiencia, había llevado al primer "Te quiero" de Alec.
Magnus estaba acariciando aquellos trajecitos azules para sus bebés, los que Jace había comprado, porque aparentemente Jace estaba tan concentrado en su tarea de compras que fue el único que no se enteró de lo ocurrido.
Al principio, Jace le había parecido un poco grosero, pero supuso que fue por lo mismo que Alec. Era situación nueva y nadie sabía cómo reaccionar. O tal vez lo hizo cambiar ver a su hermano feliz. O su propia futura paternidad y su relación con su encadenada... Como sea, Jace ya no parecía juzgarlos e incluso había conseguido los trajecitos que él quería para sus hijos.
Magnus estaba sentado, las pequeñas prendas azules sobre su vientre, mientras esperaba a Alec. Alec y los demás chicos habían salido para un cuestionario de rutina para los encadenados, Magnus también era uno, pero al ser el embarazado, tendría que ir en un día especial.
Izzy y Clary habían aprovechado para visitar a la familia de esta última.
Así que estaban sólo él y Catarina. Afortunadamente, Cat había dicho que no se sintió mal después del empujón provocado por aquella mujer...
—¿M-Magnus? —la voz de Catarina lo sacó de sus pensamientos.
Catarina estaba recargada en el marco de la puerta de la habitación que compartía con Alec. Se veía pálida, había lágrimas resbalando por sus mejillas, y con una mano sostenía su vientre.
Magnus quería correr hacia ella, pero no pudo. El miedo lo hizo congelarse.
—Mags —ella dio un paso vacilante hacia él y entonces Magnus lo vio, había sangre entre sus piernas—. No me siento bien. Me duele... M-mucho...
Un sollozo se le escapó a Magnus mientras se movía por fin. Quería decirle que todos le habían dicho que debía ir al médico. Quería llorar con ella, pero sabía que nada de eso iba a ayudar.
—Todo va a estar bien, todo va a estar bien —Magnus la ayudó a recostarse mientras intentaba no alterarse él tampoco, no le haría bien a sus propios bebés, y empezaba a marcar a Ragnor, después a Alec...
¡Nadie respondía!
Consideró en manejar hasta la clínica, pero no quería arriesgarse. Pensó en llamar al doctor de Catarina, pero él no tenía su número y Cat se veía cada vez peor.
Hizo un último intento al celular de Alec, y cuando no respondió llamó a la única persona que se le ocurrió que podía ayudar: —Etta —la voz de Magnus temblaba cuando ella recibió su llamada—, es una tragedia, creo que está perdiendo al bebé —lo dijo en un susurro, no quería que Cat escuchara eso.
"¡¿Qué?! ¿Te sientes bien? Dime qué pasó. Respira, Magnus, tienes que estar tranquilo y recostarte, no te muevas, no hagas esfuerzos. Yo voy a ir para allá..."
—N-no —Magnus la cortó, su voz y manos temblando—, yo no. Es Cat, es mi amiga... Puedes aun así venir, ¿por favor?
Sintió que pasó una eternidad antes de que Etta respondiera, tenía miedo de que dijera que no, que ese no era su deber. —Por supuesto que sí, cariño. Quédate con tu amiga. No tardo. ¿Están en la casa de los Lightwood?
Después de que Magnus dijo que sí, ella le prometió llegar pronto.
"Por favor, por favor, que las dos estén bien", rogó Magnus en silencio, "Cat y la bebé".
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