118. La fórmula química del amor «malec»
—Necesito a Alexander. Lo necesitamos —le había dicho Magnus a Etta, sonando desesperado.
—Yo sé que lo amas —ella había intentado calmarlo—, que ambos se necesitan, a ustedes y a sus hijos, y tengo fe en que van a lograrlo, pero...
—¡No! —Magnus insistía—. No entiendes, Ragnor y Raphael están a la espera de un encadenamiento, ¿cierto? Y dentro de unos días habrá nuevas sesiones, tú me lo dijiste...
Etta asintió y esperó en silencio, entonces.
—Unos días más y sus vidas podrían estar arruinadas para siempre o salvadas.
—¿Cómo...?
—Te vi mirar a Cat y rozar su mejilla como por accidente —Magnus sonrió con suficiencia a Etta—. Además, la llamaste "Bonita", la llamas así desde el primer día. No te culpo —se apresuró a decir, tomando las manos de ella entre las suyas, cuando Etta se ruborizó profundamente—, ni te juzgo. Me encantaría verlas juntas y felices. Sobre todo ahora que Cat estará aquí adentro...
Etta negó. Ella también lo quería, pero en el fondo sabía que era imposible. Al menos estar "juntas" como Magnus sugería, siempre podría apoyarla a ella y a su hija, pero...
—Sólo somos amigas, Magnus.
Magnus le dio una mirada de incredulidad.
—Incluso si ella me gustara y estuviera comenzando a sentir algo, y es hipotético, por supuesto...
—Por supuesto.
—Incluso entonces —ella miró mal a Magnus—, incluso entonces no es posible. Conoces las reglas y además apenas nos conocemos y...
Magnus levantó su mano. —Y ese es un comienzo, el que sus caminos se hayan cruzado y ustedes se miraran dos veces. El querer conocerse más. Mira el amor no es espontáneo, sí el interés y la atracción física, pero no el amor, ese lleva tiempo, pero los comienzos son importantes... Yo puedo decirte que, incluso cuando me moría de nervios aquel primer día y quería vomitar, además de sentirme incómodo en mi propia piel, con un cuerpo que no parecía el mío, incluso entonces mirar a Alexander, que a su vez me miraba mal, me hizo sentir algo...
—¿Qué estás diciendo? ¿Y qué tiene esto que ver con tus amigos?
—¡TODO! ¿Es que no lo ves? Que Alexander y yo aprobemos o no, no cambiaría sólo nuestra vida y la de nuestros hijos. Cambiaría el mundo. Tú y Cat, Ragnor y Raphael, y tantos más que guardar sus sentimientos y se obligan a no mirar demasiado a alguien que les parece interesante sólo por ser de su mismo sexo... Etta, si Alexander y yo aprobamos, si demostramos que es posible el amor entre dos personas del mismo sexo, una puerta para todos ustedes se abrirá.
Etta se quedó sin palabras. Era cierto. Si ellos aprobaban, sería posible al menos pedirle a Catarina conocerse, podrían Ragnor y Raphael encadenarse...
—Pero...
—¡No hay "peros"! Necesito hablar con Alexander y que tú muevas tus hilos. Tienes que hacer que mi prueba y la de Alexander sea lo más pronto posible, diles que yo ya estoy lo suficientemente bien. Te juro que ya puedo hacerlo. Y también tienes que lograr que Ragnor y Rapha no sean encadenados hasta que mi prueba esté terminada. Confío en mí y en Alexander y confío en ellos y en su amor. No hay modo de que, si se abre la posibilidad, Ragnor y Raphael no sean encadenados. ¡Son ragnael!
—¿Qué rayos es ragnael, Magnus?
Magnus la miró mal de nuevo. —RAGNor y RaphAEL —dijo, exagerando la pronunciación—, ¡obviamente!
—Obviamente.
—¡Sólo hazlo!
—Vere qué puedo hacer.
* * * * *
Etta no logró que la prueba #malec –nombre que el público le había dado a la pareja de primeros encadenados– fuera inmediatamente, nadie creyó que Magnus estuviera ya en condiciones, pero sí que sucediera después de un fin de semana de recuperación.
Y también, y esto debido a la ansiosa espera del mundo entero –para bien o para mal, ya sea que los apoyaran o no– sobre los posibles encadenamientos entre personas del mismo sexo, que algunos de los hombres en lista de espera fueran contenidos hasta saber los resultados de Magnus y Alec –entre ellos Ragnor y Raphael–.
* * * * *
[No quiero el mundo...]
—Te juro que vamos a lograrlo —Alec le había prometido a Magnus por teléfono cuando le contó su idea—. Y tal vez sea egoísta de mi parte, pero lo hago por ti y no por el mundo. Lo siento, sé que tú tienes un corazón noble, Magnus, y sólo buscas el bien, y te amo por eso; pero yo no, claro que quiero contribuir si puedo, pero si me dieran a elegir entre el mundo y tú... Serías tú, mi amor, tú y mis hijos.
[...Te quiero a ti]
Magnus había sentido lágrimas cálidas resbalar por sus mejillas y algo extraño en su estómago, su vientre ya no abultado, que seguramente serían "mariposas".
—Te amo, Alexander. Te amo tanto. No sé qué haré si...
—Sshh —y Alec no aguantaba más, quería tenerlo frente a él y poder envolverlo en sus brazos, apretarlo y nunca dejarlo ir—. No lo digas. No es posible, no va a suceder. Tú y yo, Magnus Bane, hasta el final.
* * * * *
[Mi sueño eres tú]
—Alexander —había dicho Magnus el día de la última llamada, el día anterior a su prueba—, quiero decirte tanto y no encuentro las palabras. Como eso, ¿sabes?, cuando sueñas algo y tienes las imágenes en tu cabeza y son tan tan claras, pero cuando quieres explicárselo a alguien más no encuentras cómo hacerlo... Creo que es porque tú eres mi mejor sueño...
—No —Alec lo había interrumpido—, no es un sueño, Magnus, es la realidad. Eres mi deseo hecho realidad. Te veo mañana, mañana por fin vuelves a donde perteneces. Conmigo, Magnus Bane.
[No. Somos una realidad]
Alec no podía verlo sonreír, pero sí escuchar la sonrisa en su voz: —Aku cinta kamu, Alexander.
—Aku cinta kamu, Magnus.
* * * * *
*Día de la prueba #malec*
Magnus no entendía por qué algunos cables seguían conectados a él cuando salió de la habitación del hospital.
—Es para medir algunas de tus reacciones, Mags. No es importante. Tú sólo confía.
Magnus frunció el ceño, pero siguió avanzando. Y fue entonces cuando sintió como si el suelo por el que caminaba se hubiera movido.
Ahí, a unos metros de él, estaba el amor de su vida.
Fue como si se hubiera mareado o estuviera temblando. Etta tuvo que ayudarlo, pero incluso cuando le preguntó a ella nunca dejó de mirar a Alec: —¿Cómo...? ¿No se supone que no podría volver a verlo hasta saber si aprobamos o no?
Sintió como si estrujaran su corazón cuando vio cómo Alec era retenido cuando quiso venir a ayudarlo.
Y sólo entonces notó que él también tenía conectados algunos cables.
Su corazón estaba acelerado y las personas que registraban sus reacciones en la habitación lo sabían.
La fórmula química del amor la llaman: Dopamina. Serotonina. Oxitocina.
Son los compuestos químicos que nuestro cuerpo libera cuando nos enamoramos y esta era la primera prueba de ellos –aunque no lo sabían–: querían ver sus reacciones cuando se reencontrarán, querían leer en sus corazones, pero eso no bastaba porque bien podrían acelerarse por miedo o nervios, entonces sumarían las reacciones químicas de ambos cuando se vieran.
Magnus sintió que podía volver a respirar conforme se acercaba a Alec, que el mundo era incluso más brillante y claro.
—¡Sin hablar! —les gruñó uno de los hombres que llevaba a Alec cuando ya estaban a un par de metros de distancia.
Sólo se miraron.
Y entonces dos puertas contiguas se abrieron.
Alec entró a la primera habitación y Magnus a la segunda. Estaban tan cerca y a la vez tan lejos. Los niveles de ambos descendieron al instante.
PRIMERA PRUEBA: ✔
* * * * *
SEGUNDA PRUEBA: ¿?
(Que para ellos fue la primera)
Ambos recibieron una hoja con una sola instrucción: "Escribe un breve ensayo sobre tu vida con tu encadenado. Explica qué significa él para ti".
—Tienes 15 minutos —fueron las instrucciones para ambos.
Los dos cerraron los ojos –lo que también estaba siendo monitoreado– y después comenzaron a escribir.
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