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Capitulo 8: Pensamientos

Ese mismo lunes durante el recreo, están los tres sentados conversando. Sabrina comenzó a contar todo lo que paso y lo que le pareció la cita del sábado. Como tenía muchas cosas para decirles, apenas escucharon la campana se fueron a donde están ahora.

Es un lugar popular en la escuela por ser cómodo para pasar los recreos. Debido a que tiene un gran árbol, el cual da buena sombra y lo mantiene fresco. El pasto alrededor está corto y es suave, perfecto para sentarse. Tienes la vista de gran parte del patio de la escuela, hacia el otro lado puedes ver la calle y la gente que pasa frente a la escuela a través de la reja de mayas.

—¿Y? ¿Qué opinan? —Pregunto Sabrina una vez que termina de contar la historia sobre su cita.

—Vaya... incluso pensaste en besarlo.

—En realidad, Alex, pensaba en que hacer si él intentaba besarme, es diferente.

—De igual manera lo hubieras besado, o ¿te da pena decirlo?

—No es eso... ¿Crees qué está mal que nos besemos tan pronto?

—Si no recuerdo mal te dije claramente que debes morderlo si se te acerca. Si no vas a seguir mis consejos ¿para qué quieres más? —expreso de manera burlona.

Sabrina lo mira de manera seria.

—Te estoy preguntando en serio, bobo... —Sabrina lo mira de manera seria.

Luego de decir eso, mira a Leo. Está sentado aquí con ellos, pero pareciera que estuviera en otro lado, ni siquiera mira a Sabrina cuando habla. Escucho todo sin opinar nada.

«¿Estará enojado por algo?, ¿sé qué suele hablar poco, pero lo noto distante ahora. Además, ni me mira».

En eso, Alex empieza hablar e interrumpe lo que está pensando Sabrina.

—Creo que más importante de pensar si está bien o mal, debes saber que tipo de relación quieres con él.

—¿Qué tipo de relación? No es obvio que del tipo romántica.

Alex se ríe de manera exagerada por la respuesta.

—No me refiero a eso, tonta. Si no que estás buscando: pasarla bien y tener alguien para disfrutar el momento o una relación más seria, apuntando a un noviazgo.

—Aaaahh. ¿Y por qué no lo dijiste de esa forma? Todo para presumir que tienes experiencia.

—Como tu maestro en el arte del amor, debo ayudarte a conseguir tus propias respuestas. Si te doy las soluciones a todas tus preguntas te creara un mal hábito... o es lo que suelen decir en las películas. —respondió con el mentón en alto, tratando de parecer sabio.

—Bueno a decir verdad, si voy a estar con alguien debe ser algo serio.

—Entonces, debes ir despacio y ser clara a la hora de hablar de lo que quieres. Por lo general las relaciones que empiezan rápido, también se acaba de esa manera.

En ese momento Alex agarra un poco de pasto con su mano y se lo tira a Leo.

»Estás más raro de lo normal, ¿te sucede algo?

—No, todo está bien —contesta en seco.

—Deberías ayudar a nuestra pobre e ingenua amiga.

—No tengo experiencia en relaciones amorosas, no creo que sirva de mucho lo que pueda decir.

—Eso no importa, Leo —interviene Sabrina—. Lo que de verdad quiero es saber lo que ustedes piensan y creen de todo esto. Quiero que también formen parte de lo que estoy viviendo.

Leo deja de mirar hacia otro lado, por primera vez desde que están ahí cruza miradas con Sabrina.

—Creo que deb...

El sonido de la campana se escucha, interrumpiéndolo.

—¿Tan rápido se acabó el recreo?, creo que nos están robando tiempo.

—Eso es porque hablaste mucho, Sabrina. Tú eres la que nos roba tiempo a nosotros. —Bromeó Alex.

Luego de decir eso se levanta, ayuda a pararse a sus amigos y se dirigen hacia el aula.

Una vez que ingresan en esta, Leo y Alex van directo a sus lugares, Sabrina se queda hablando con Sebastián en la entrada, aprovechando que todavía no ingreso el profesor.

Alex los observa desde lejos y un sentimiento extraño recorre su cuerpo. El profesor ingresa al aula y todos los alumnos toman sus lugares, al instante empieza a dar la clase.

«De verdad que está emocionada, nos contó todo con mucha alegría y entusiasmo. Me gustaría poder hablar así de alguna relación mía, pero todas fueron cortas. O sea, nos divertimos, fueron agradables, muchas chicas eran grandiosas, pero... solo fue eso, algo rápido».

Mientras escribe no puede concentrarse en lo que está dictando el profesor, su mente sigue dándole vueltas a lo que estaba viendo.

«No es como si fuera malo tener relaciones rápidas, solo que nunca encontré alguien con quien tener una relación larga... Me aburro al poco tiempo, no lo digo por las chicas, también con mis otros amigos. Los únicos con lo que no pasa esto es Leo y Sabrina»

Levanta ambos brazos para arriba y los mueve hacia atrás de manera lenta, a su vez saca pecho y tira su cabeza en dirección a sus brazos para poder estirarse de manera satisfactoria. Se mantiene en esa posición mirando el techo.

«Sabrina es la única chica con la que me he relacionado tanto. Además, de ser la única con la que quiero pasar todo el tiempo, sin importar para que sea disfruto de su compañía. Llevamos 7 años hablándonos, escribiéndonos y juntándonos de manera constante todos los días. Supongo que tendré que buscar alguien como Sabrina para tener una relación seria...»

Se sorprende por lo que acaba de pensar, haciendo que se siente bien de golpe. Debido a que se movió rápido, su silla se arrastró por el suelo haciendo un chirrido. Todos sus compañeros se dan vuelta para mirarlo, él está con una cara de sorprendido.

Al ver que no paso nada sus compañeros vuelven a enfocarse en el pizarrón.

«No puedo creer lo que acabo de pensar... va... lo entiendo: Sabrina me parece una chica linda, me gusta compartir tiempo con ella, puedo pasar horas y horas hablando, no está mal que crea que una chica como ella pero que no es ella pueda ser una buena pareja para mí», Alex suelta su lapicera y su cuaderno para así poder llevar la palmas de su mano a su cara para tapársela como si estuviera avergonzado. «Si lo pienso de esa forma es más raro todavía... estar aquí en la escuela a esta hora no es bueno para mi mente, debo distraerme con otra cosa».

Levantó la mirada y ve en dirección a donde esta Leo. Se encuentra concentrado escribiendo, no sabe que lo están mirando. «¡Eso es!, pensaré en Leo. ¿De verdad voy a dejar de pensar en chicas para pensar en él?», incluso para Alex, esto sonó demasiado raro. «Creo que algo no anda bien conmigo hoy. Bueno, no importa, a lo mío. Con Leo también me llevo bien, puedo pasar horas y horas con él, no me aburro, no importa que hagamos sé que la voy a pasar bien», sonrió al darse cuenta de esto, es bastante parecido a lo que piensa de su amiga, o casi.

«¡Ya sé! Tengo una idea para quitarme la sensación de que fue raro pensar en eso de Sabrina. Si me llevo tan bien con Leo supongo que no está mal que crea que una chica como él pero que no sea él y sea chica pueda ser una buena pa...», su cuerpo reacciona por reflejo y pone cara de asco. Agachó la cabeza como si estuviera derrotado. Se siente más avergonzado todavía. «No puedo ni siquiera imaginar de manera intencional el tener una relación con alguien como Leo, mi cuerpo automáticamente lo rechaza. Creí que de esa forma podría quitarme lo que pensé de Sabrina. Va a ser una clase larga, debo buscar la forma de distraerme y dejar de pensar estupideces»

Mientras tanto unos pupitres a la izquierda esta Leo. Hace un rato noto que Alex está actuando extraño.

«¿Qué le pasa a ese, tonto? Ha estado haciendo caras y moviéndose de forma extraña. No sé cómo se atreve a decirme que estoy raro si se va a estar comportando así». Apoyó su codo izquierdo sobre la mesa y levantó su mano para poder mantener su mentón. Con su mano derecha sigue tomando apuntes. «No es que no quisiera opinar, solo que no sabía que decir. Aparte estaba sorprendido por la forma en que contó todo, no entiendo por qué ella estaba tan emocionada. Cuando Alex cuenta sus historias amorosas nunca se pone así», pensó al recordar lo que le dijo en el recreo.

Él deja de escribir y se distrae mirando por la ventana.

«Además, ¿qué es eso de querer besarlo?, fue su primera cita y ya quería hacerlo. Por alguna razón imaginarme esa situación me molesta», gira un poco su cuello, casi sin cambiar de posición y de reojo miró hacia donde está Sebastián. «No sé que le ve de bueno para hablar de él de esa forma. No tiene nada que destaque. No entiendo... ¿Están emocionante enamorarse? Tal vez... tenga un poco de curiosidad, me gustaría conocer a alguien que me haga sentir de esa manera que describe Sabrina».

Ya no está prestando atención a la clase, ni siquiera escucha lo que habla el profesor. «Sería difícil, no sé que tipo de chica me gustaría. Tampoco es como si tuviera muchas opciones para elegir, la única mujer con la que me relaciono es Sabrina. Las chicas de aquí me tienen miedo y las de mi barrio que muestran algo de interés en mí no me gustan. ¡No quiero tener nada relacionado a mi barrio», se da cuenta de que está perdiendo mucho tiempo, por lo que decide tratar de dejar de pensar y empezar a prestar atención a la clase.

«Si tengo que imaginar una relación con una chica... sería algo como lo que tengo con Sabrina. Creo que me gustaría conocer a alguien como ella».

Al mismo tiempo, la protagonista de los pensamientos de sus amigos se encuentra escribiendo en su cuaderno, no es de distraerse con lo que pasa alrededor. Tiene buena concentración y disfruta de las clases. Es toda una nerd con orgullo y seguridad. Pero, en ese instante un papel todo apretado cae encima de su cuaderno. Ella se sorprende, aun así, no le da mucha importancia. Agarra el papel y lo guarda en el bolsillo para tirarlo después. Piensa que alguno de sus compañeros debe estar intentando molestarla, esto no servirá para distraerla.

Unos segundos después, cuando vuelve a concentrarse para escribir, otro papel cae de igual forma. Esta vez levanta su cabeza buscando al culpable para mirarlo con odio y hacerle caras para que no moleste.

No demora mucho en encontrarlo, Seba la está mirando y le hace señas de que abra el papel. Empezó a hacerlo, leyendo lo que dice.

¡No me ignores!, lee el otro mensaje.

Se ríe por la situación, ella nunca se había mandado papelitos durante clases con nadie, por eso no la cazo a la primera. De inmediato, saca el papel que guardó en el bolsillo y lo abre.

¿Quieres ir a dar unas vueltas después de la escuela?.

Sonríe de nuevo, emocionada por la propuesta. Mira a Sebastián y moviendo la cabeza le da la señal de que "sí". Él le responde levantando sus pulgares en señal de "bien".

«Sé que me dijeron de ir lento, pero tener otra cita no es algo malo, es para seguir conociéndonos», piensa mientras usa su mano para jugar con su cabello.

En ese momento, Cae otro papel, ahora que sabe como funciona lo habré al instante.

Espero con ansias que termine las clases, tengo muchas ganas de pasar tiempo contigo :).

Al instante pone su mano para taparse un poco la cara y su boca, no quiere que la vea sonriendo tanto por algo tan simple.

«Aaawww, que tonto. Yo también quiero pasar más tiempo con él, pero es difícil decir eso, me da mucha vergüenza. Es extraño, con Alex y Leo siempre pude decirles cosas lindas y no me provoca esa sensación. Supongo que por eso estoy tan emocionada, todo lo que hago con Sebastián me hace sentir sentimientos nuevos».

Las horas pasan y llega el momento en que el timbre de la escuela suena. Es curioso como un simple ruido puede sacar tantas sonrisas al mismo tiempo. Todos se levantan y empiezan a irse. Los cuatro van caminando por el pasillo... así es cuatro personas. Leo comenzó a hacerse la idea de que ahora será de esta forma muchas de las actividades que hagan, con un nuevo integrante al grupo.

—Está última clase fue todo un sufrimiento —dijo exagerando una expresión de agonía y dolor.

—Vi que hiciste muchas caras raras, Alex ¿no entendías lo que el profe explicaba? Sabes, puedo compartirte de mi sabiduría si la necesitas. —La última frase la dijo en tono de superioridad y burla, mientras mira a su amigo de manera degradante.

—Sé que esperas ansioso el día que te pida ayuda en los estudios, Leo. Pero no, no era eso.

—¿Entonces?

—Un problema con una chica supongo.

Al escuchar eso al instante interfiere Sabrina.

—Vaya, vaya, vaya... por lo general eres tú quien le da problemas a las chicas. Pero estas de suerte. Sabes, puedo compartirte de mi sabiduría y amplio conocimiento sobre el amor si lo necesitas —dijo en tono de superioridad y burla, mientras mira a Alex con una mirada degradante.

—Ahora veo su verdadera naturaleza. Les di de comer, los alimenté y ahora atacan a su maestro, debería darles vergüenza. Tienen suerte que ahora tengo que irme con el grupo de fútbol. Mañana les daré su merecido sermón.

Se despide moviendo la mano y se aleja yendo hacia el otro lado.

Luego de caminar un rato, Leo habla.

—¿Tienes planes para hacer ahora, Sabrina?

—A decir verdad... Sebastián me invito al centro a pasear.

Él se sorprende, no esperaba esa respuesta. Pensó que iban a pasar la tarde juntos como siempre suelen hacer los días que Alex tiene fútbol.

—Ah, ya veo...

Un silencio incomodó rodea al grupo.

—Puedes venir si quieres Leo —Sebastián trata de romper el hielo con la invitación.

—Es verdad, no es como si no pudieras venir con nosotros.

—No, no te preocupes. Ustedes ya habían quedado en hacer eso. Aprovecharé para volver a casa y estudiar un poco.

Luego de caminar un poco más juntos, se despiden y se separan.

«Hace mucho tiempo que no vuelvo temprano a casa, aprovecharé para pasar tiempo con mi madre».


Fin del capitulo 8

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