Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 53: Un buen hombre / Soñando despierta


Son un poco más de las 10 p.m. Leo está en la entrada de su casa, se detuvo delante de la puerta para escuchar si su padre se encuentra, antes de entrar. Todo está en silencio, por lo que decide seguir. Apenas entra, pisa unos pedazos de vidrio que hay en el suelo, son de un botella de cerveza rota. Luego levanta la mirada y puede ver que la mesa esta tirada, al igual que unas sillas. Su madre esta barriendo a un costado, al ver a su hijo se esfuerza un poco por sonreír y saludarlo.

—¿Qué paso? ¿Esta todo bien? —le pregunta, mientras se acerca a ella.

—Sí, no es nada —responde en voz baja.

—¿Estas bien? ¿No te hizo nada?

—Estoy bien. No me hizo nada.

Al escuchar esto se tranquiliza bastante. Mira a su madre para ver que este bien y al no notar nada raro, empieza a ayudarla con la limpieza.

—¿Él esta aquí?

—No, acaba de salir.

—¿Y cual fue la excusa para hacer este desastre?

Su madre acomoda una de las sillas y se sienta, se toma unos instantes en silencio. Leo, sigue limpiando. La mira de reojo, parece que esta cansada.

—¿De verdad estas bien? —insistió Leo, que le preocupa un poco el animo de ella.

—Sí, hijo. Solo estoy un poco mareada, puede ser los nervios. Estoy un poco preocupada por tu padre.

«¿Qué? ¿Preocupada por él?», pensó, Leo. Le molesta está respuesta.

—De verdad no lo entiendo... ¿Cómo puedes sentir algo por alguien como él?

—Es un buen hombre, solo... solo tuvo mala suerte —responde al instante su madre, con una leve sonrisa.

«¿Un buen hombre? Esa basura... ¿Un buen hombre?», Leo se detiene y mira con enojo a su madre.

—¡No tiene nada de bueno! No tengo ni un buen recuerdo con él. Ni diciendo algo positivo o animándome. Ni siquiera lo vi hacer algo bueno por ti, tú eres la que tiene mala suerte por estar con alguien como él. ¿Por qué sigues a su lado? ¿Por qué no te vas? Podemos tener algo mejor en cualquier otro lugar que no sea aquí. No tienes por que soportarlo más, so...

—En realidad... es él quien me soporta —interrumpió ella—. Quizás... si ves un poco de como era tu padre, podrías entenderlo un poco y verías que es un buen hombre. —Gloria se levanta, mientras continua hablando—. Aun tengo cartas suyas de cuando éramos jóvenes, solía ser muy romántico. Están guardadas en mi habitación, déjame que te las muestre.

Unos segundos antes de que vaya a buscar las cosas, se escucha como abren la puerta. Gabriel entra, Gloria agacha la cabeza y continua limpiando. Leo por su parte imita a su madre. Él no les dice nada, ni los mira y se dirige directo a su habitación.

—Supongo que será en otro momento —susurra Gloria.

«¿Ver cartas? ¿Entenderlo? ¿De qué esta hablando mi madre? No necesito entenderlo, lo conozco y se lo basura que siempre es. Nunca voy a cambiar lo que siento... ¡Lo odio! Todo lo que esta relacionado con mí padre me molesta, no quiero escuchar nada sobre él... ojala... desapareciera de nuestras vidas».

Leo, aprieta con fuerza la escoba mientras barre, está muy molesto. Le enoja mucho la actitud tan buena que tiene su madre con respecto a su padre. No soporta esto, no lo soporta. Pero lo único que puede hacer es aguantar.


Quien piensa de una manera similar es Abril. No llega al extremo de odiar a su padrastro pero no lo soporta, no quiere verlo y le gustaría que no estuviese con ellos.

Hace unos minutos termino de comer con sus padres, después subió a su habitación, le puso la traba a la puerta, apago la luz y se acostó en su cama con los auriculares puestos.

«Se que es un poco egoísta pensar así, pero... me molesta ver a mi madre feliz junto a ese tipo. Ya no la escucho llorar, ni gritar, ni discutir... salvo cuando la hago enojar», esto ultimo le saca una pequeña sonrisa.

Al instante, se sienta en la cama, quitándose los auriculares, luego cierra los ojos con algo de fuerza, lleva sus manos a su orejas y respira hondo. 

«Mamá ya te olvido, lo se. Es como si nunca hubieses existido para ella. Tengo miedo de que me pase lo mismo y te olvide papá. Por eso no quiero relacionarme con la pareja de ella... No lo necesito. ¡Nadie ocupara tu lugar!».

Siempre que hace eso, disfruta de los recuerdos de su padre. Es una pequeña caricia para su alma, así es como lo siente. En ese momento, recuerda cuando iba caminando de la mano con Leo y empieza a sonreír de oreja a oreja.

«Su mano... es grande, un poco dura, pero muy cálida. Como tiene que ser la mano de un hombre, parecida a la de mi padre. Los otros chicos con los que salí y que nos tomamos de las manos, parecían las de una chica de lo suave que son».

Abre los ojos, aunque no puede ver nada, ya que esta todo oscuro. Quita las manos de sus orejas y agarra su celular, busca la foto que tiene con Leo.

De chica le gustaba, era típico amor de niños. Pero cuando lo vio peleando bajo el puente, fue como si recibiera un flechazo de cupido. Es el tipo de chico que le gusta y que nunca pudo encontrar: Fuerte, bueno para pelear, intimidante, frío, pero tierno con la persona que quiere y sobre todo que no se deja influenciar por el resto.

Es una pequeña coincidencia que esto concuerde a como es su padre, pero ella no sabe esto.

Deja de mirar las fotos en su celular, se pone los auriculares y mientras escucha música revisa diferentes paginas de Internet para hacer tiempo antes de dormir.

«Tenia muchas ganas de pasar tiempo con Leo, pero era necesario hacer eso frente a Sabrina. Tengo que mejorar un poco mi relación con ella antes de hablarle... Fue difícil rechazar la oferta de pasar tiempo con ellos..., pero es lo que tenia que hacer».

Al pensar en esto, no puede soportar más y le escribe a Leo.

—Tú, yo, mañana. De paso puedes darme la ropa que te preste. 

¿Te gusta la idea, Leo?

«¡Bien! De seguro mañana pasare la tarde con él. Eso significa que... Tendré que buscar una excusa para reunirme a solas con Sabrina el miércoles o jueves. Piensa Abril, piensa».

No conoce mucho a Sabrina, tiene una idea de como puede ser por lo poco que vio y las cosas que le contó Leo de ella. Si juega mal sus cartas y Sabrina rechaza su invitación puede ser algo muy malo. Lo peor es que le avise a Leo que ella se quería juntar con su amiga para hablar de algo privado y este se moleste. Puede tomarlo como que es muy metida o rara, y algo así seria difícil de olvidar. Pero... si sale bien, estaría mucho mas cerca de juntar a Alex y Sabrina, dejando a Leo para ella. Es un riesgo que tiene que tomar, por lo que debe ser cuidadosa.

«Ella parece del tipo de chica que intenta ayudar y no cuenta los problemas de los otros, por lo tanto... si le digo que necesito ayuda con algo relacionado a Leo, podría funcionar», con ese ultimo pensamiento parece que llego una idea. «¡Ya se! No tiene que ser algo mío sobre Leo. Tiene que ser algo de él, algo que piense que ella no sabe y yo si... Seria algo así como un problema de su amigo que no quiere contar y con el que esta luchando. Estoy segura de que no evitara eso, ahora solo tengo que ver un día que no vaya a pasar con Leo o con Alex».

Esa sensación de que todo marcha como ella quiere es lo que mas disfruta sentir. El ver como lee a las personas y todo resulta como lo predice le da una satisfacción. Y mucho mejor ahora, antes de dormir, de esta forma puede descansar bien.


En otra parte de la ciudad, Sabrina recién termina de comer. De todas formas, se queda un rato con sus padres, están tomando un poco de te para bajar la comida.

—Es como debe de ser, después de todo eres mi hija, ¿verdad, Sabrina?

Su padre le habla, pero ella esta con su mente ocupada en otro asunto.

—¿Eh? No escuche de que hablabas, perdón.

—Estas bastante distraída. Ya terminaste la semana de exámenes, deberías estar relajada. ¿En qué estas pensando?

—Lo estoy, solo me distraje un momento.

—Durante la comida estuviste igual. ¿Acaso paso algo con tus amigos? Pensé que se iban a quedar a comer como solían hacerlo.

—No, no, no. Esta todo bien. Alex tenia planes con su padre y Leo esta pasando más tiempo con su madre, por eso se fueron.

—Se nota que están creciendo, cada uno tiene sus responsabilidades. Antes no se separaban para nada, eran tan tiernos.

—Aun seguimos siendo muy unidos —responde Sabrina, tratando de sonar segura.

—Es bueno tener unas amistades así. El día de mañana seguirán relacionándose de esa forma, aunque solo se vean una vez por semana. Aprovechen que son jóvenes y tienen un poco mas de tiempo libre. Pero no me descuides los estudios.

—Estas hablando como un anciano, aun eres joven, papá.

—Es culpa de tu madre, me contagia la vejez.

—Ajam... siempre tuviste alma de viejo, es solo que antes cuando no lo eras se veía tierno. Ahora... solo... es normal —respondió la madre de Sabrina al escuchar el comentario.

—Un momento... Pensé que Sabrina estaba bromeando con lo de que parezco viejo, si tu lo dices de esa forma es por que piensan eso de verdad... no me mientan, ¿Tengo actitudes de anciano?

Las dos mujeres se miran y se quedan en silencio.

—Listo, su silencio lo confirma. Desde mañana, voy a ir al gimnasio, saldré a correr y haré algún deporte.

—Dos veces al año dices eso y nunca lo haces —dijo riéndose Sabrina.

Él se toma unos momentos para pensar en lo que le respondieron, como si estuviera comprobando si es cierto, no tarda mucho en hacerlo.

—Creo que tienes razón... mejor ni me esfuerzo, total ya tengo una sexy y ardiente pareja... Además de una hija linda, estudiosa y responsable. Sera mejor no cambiar nada, así todo sigue igual.

—Es una buena excusa, papá. Estas mejorando en esa parte.

Sabrina termina su te y lleva a enjuagar la taza. Luego, se despide de sus padres y se va a su habitación, ya es tarde. Una vez en esta, se pone su pijama y se dirige al espejo para darse el ultimo vistazo antes de acostar. Al verse, sonríe, esta bastante contenta por lo de hoy. Al final pudo pasar la tarde con sus amigos recordando muchas cosas que hicieron y esto la ayuda a tener un respuesta a su problema.

«Con lo de hoy al fin pude entender por qué estuve pensando tanto en el tonto de Alex... mientras recordamos todo lo que hacíamos de chicos, me di cuenta que siempre fui mucho mas unida a él. Con Leo no teníamos como comunicarnos, y había veces que se desaparecía. En los momentos que no estaba, solía hablar más con Alex, a la vez que nos escribíamos mensajes, y el que vivamos cerca también ayuda a todo esto».

Mientras va pensando, se acuesta en la cama, pone la alarma en el celular y se pone en posición para dormir.

«En resumen, cuando Leo se aleja un poco, siempre me termino juntando con Alex. Eso es lo que ha estado pasando... al no poder pasar tiempo con Leo, busco mucho más a Alex. Por eso, cuando paso tiempo con Leo, no tengo ni un pensamiento sobre Alex».

Sin darse cuenta, se desvía del tema principal y empieza a compararlos.

«Son bastante diferentes: Leo, es bastante callado, suele ser muy compañero, es un poco tierno cuando quiere ayudar o hacer algo lindo, no es muy sociable o por lo menos no lo era. Es muy diferente cuando esta a solas conmigo... mucho más... dulce, deja de tener esa actitud distante y se vuelve hablador. Alex por su parte habla demasiado, es raro que no llegue a ser molesto, es bastante agrandado, orgullo y vanidoso. Busca relacionarse con los demás, une a las personas para que no queden solas, las integra. Tiene su manera de arreglar las cosas, muchas veces las empeora pero siempre intenta hacer algo, le gusta tomar la iniciativa con todo y nunca se aleja de mí, le gusta que participe en casi todo lo que hace, eso es algo muy lindo que tiene».

Ya casi se queda dormida, esta bastante cansada por lo de ayer. Sumando a que ahora esta tranquila, no tiene ninguna duda existencial que resolver por lo que su mente no va a jugarle en contra. Esta casi como si soñara despierta.

«La mirada de Leo... por momentos se vuelve... muy atrapante. Es como si no quisiera que me deje de mirar de esa forma, a la vez que quiero seguir mirándolo... es una sensación extraña, me hace sentir que no le importa nada ni nadie más, solo quiere estar conmigo», en ese momento recuerda cuando el la miraba en la biblioteca. «Ojala me mirara de esa forma seguido»

«Y el tonto de Alex, si hablara menos y sonriera mas seria lo mejor. Tiene esa sonrisa tan linda, siempre acompañada con sus expresiones alegres, da gusto verlo y tenerlo cerca... Lastima que arruina todo eso hablando tantas estupideces, seria lindo que estuviera cerca en silencio. Algo así como cuando estábamos afuera del shopping... a veces... puede ser un chico lindo y...»

Su teléfono empieza a vibrar, tiene una llamada. Esto hace que se levante de golpe, para ella es como si se hubiese dormido. Recuerda a medias lo que estaba pensando, casi como si lo hubiese estado soñando. Por lo que siente algo de vergüenza, siente que es un poco raro pensar así de ellos. Pero no tiene tiempo de seguir distraída con eso, tiene una llamada.

«¿Quien es a esta hora?».

Al agarrar su celular, un pequeña sonrisa aparece en su rostro, es Alex.

Fin del capitulo 53

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro