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Capítulo 49Tal vez, me gusta / Tal vez, le gusto


Alex se tomó un momento para contestar, no debía parecer que estaba esperando. Luego de unos pocos minutos, lee el mensaje que tenía de Sabrina:

—Lo siento, Alex. Justo llegaron mis padres y me fui a comer.

«Vaya, vaya... Así que elegiste ignorar mis últimos mensajes y responder eso. Lo entiendo, era lo más probable», pensó él.

—¿Y? ¿Que tal estuvieron esos tacos que comiste con tus padres.

—No hace falta ni preguntar, si yo estuve involucrada en la preparación ;).

—Sin pruebas no puedo creerte. 

La próxima vez que nos juntemos con Leo, 

deberíamos de hacer eso.

—Eeey, siii. Me gusta la idea, 

Leo cocina bastante bien. 

Y tú... bueno, eres bueno lavando y limpiando, Alex.

—Nunca probaste mi comida, 

no puedes decir nada de ella.

—Es por que nunca cocinas, 

por lo tanto, estoy segura que no sabes.

—No me gusta hacerlo >.<. Además 

no se puede ser bueno en todo, 

mi fuerte son los deportes y el arte de dar amor, grr...

—Hmmmmmm, puede ser en lo de los deportes. 

En la segunda, no lo se... 

diría que es más de causar problemas por culpa del amor >.>.

Ambos estaban sonriendo mientras se escribían, la pasaban bien mensajeándose. Por lo tanto llego el momento, Alex vio la oportunidad de atacar:

—¿De verdad crees eso? 

¿No piensas que puedo ser una buena pareja? 

¿O dices eso por qué te da miedo ser sincera conmigo?.


Sabrina, no esperaba esas preguntas. Se detuvo por un momentos para leer y pensar.

«Otra vez... No es mi imaginación, Alex, esta un poco extraño. Es mucho mas directo con este tipo de tema. ¿Cuándo empecé a notar esto? ¿Un poco después de que saliera con Daniela?», se preguntaba ella.

Trataba de recordar, quería estar segura de lo que estaba pensando.

«No, un poco antes... Tal vez, empezó unos días luego de que comencé a salir con Seba».

Ahora tenía un poco más de sentido todo, cree que tiene una respuesta.

«Debe ser por que ahora que tengo algo de experiencia sobre relaciones, confía más en mi para hablar de eso. ¿es eso, verdad?», aunque, duró poco ese pensamiento. Recordar el tiempo que paso con Alex las ultimas veces, la hizo dudar. «Pero eso no tiene nada que ver en como actúa. No solo por lo de hoy, otras veces también hubo ciertas actitudes raras.... ¡Ay, Sabrina! ¿Porqué tienes que darle tantas vueltas a todo esto?».

En ese instante le llego un nuevo mensaje, lo cual provoco que volvierá a concentrarse en el celular.

«¿Te dormiste?».

—No, estaba arreglando unas cosas —respondió Sabrina.

—Si, claro. "Arreglando", esta bien que tengas miedo de responderme, 

se que te es difícil admitir lo genial que soy 

y la increíble pareja podría ser para cualquier chica.

—Siempre me sorprende todo el ego que tienes. 

Para que me preguntas, si tu mismo tienes tus propias respuestas.


—Por que de verdad me importa lo que piensas. 

Mucho mas que cualquier otra persona. 

Solo bromeo un poco para que no te sientas presionada 

o te avergüences por no poder responder.

 Claro, se que puede ser difícil hacerle cumplidos a un chico si este te gusta... 

¿No será por eso?.

«¿¡Queeeeee!? Como se atreve a decirme ese tipo de cosas. Bueno, es Alex... pero incluso él no era tan directo con estos temas. ¿Qué esta pasando aquí?», había dado un salto en su cama, no podía creer lo que acababa de leer. «¿Piensa que me gusta de verdad? Ahora que lo pienso... creo que entiendo por que puede llegar a pensar en eso: Lo fui a ver de noche para hablar, siempre le escribo, me meto demasiado en sus problemas, estoy pendiente de él, lo he estado mirando mucho más que antes...¿que más, que más?», 

Ella se puso a enumerar este tipos de cosas para tratar de ver si era su culpa que él pensara de esa manera.

«La forma en que estuve pensando en él o... incluso cuando termine de hablar con mis padres, no podía evitar relacionar las cosas que me dijeron con Alex... ¿Sera que... Alex... me gusta?»

Sabrina empezaba a sentirse algo confundida, además de avergonzado por lo que estaba pensando. Comenzaba a hacerle calor, por lo que se destapó. Tenía toda la cara roja y su corazón latía más y más rápido.

«Es mi amigo, desde que somos niños. Y es muy importante para mí... hacemos prácticamente de todo juntos, desde pequeños. ¡Si! Es por eso, con Leo... con Leo me pasa algo parecido», se excuso con esto ultimo, logrando calmarse un poco. Recordaba los momentos con su amigo pelinegro y como tenía una relacion casi idéntica a la que llevaba con Alex.

«Con Leo, también tuve momentos parecidos. Estos últimos días casi ni pasamos tiempo juntos, a diferencia de Alex, con el cual me escribo más y salimos un par de veces. ¡Si! ¡Si! Es eso. Si recuerdo bien, me paso algo parecido con Leo cuando me miro en medio del interrogatorio por Seba. O lo de la biblioteca o el abrazo o el día que nos mensajeamos».

Sabrina respira hondo y exhaló de manera lenta. Trataba de relajarse, estaba pensando todo demasiado rápido, y trataba de recordar muchas cosas. Todo por unos simples mensajes, pero si estas preguntas sacaban a la luz esos pensamientos, era por que en ella ya tenia esas dudas. Solo la ayudaron a darse cuenta de esto.

«Es parecido con los dos», señalo al comparar a sus amigos. Aunque algo dentro suyo le decía que no era del todo cierto. «O bueno casi, de ser así... si admitiera y digo " y si" admitiera que me gusta Alex, ¿no seria lo mismo con Leo?».

Esto la tranquiliza bastante, al mismo tiempo que dibujaba una sonrisa en su rostro. «Exacto, no hay forma de que me gusten dos personas. Solo, estoy dándole muchas vueltas y dejándome llevar por ciertos momentos».

Volvió a mirar su celular, estaba demorando en responder. Ahora no sabía que poner, pensó tantas cosas y le dio tantas vueltas que se olvido de concentrarse en responder a las preguntas de Alex.

«Quizás... solo me esta molestando, el disfruta de este tipo de cosas. Eso significa que... puedo retrucar la pregunta y así evitar responder».

—¿Lo dices por experiencia? 

Si estas tan interesado en saber mi respuesta, Alex... 

¿no será por qué yo te gusto?

«Toma eso, Alex. Como voy a gozarte cuando cambies de tema... Cierto que así es como debo tratarlo, ahora no tocara más este asunto, de lo contrario sabrá que lo seguiré humillando por huir de su prop...», antes de que termine de disfrutar de su sentimiento de victoria, le llega la respuesta. «Que rápido, pensé que iba a demorar un poco mas».

—Tal vez... ¿Saber Eso afectaría en tus respuestas?

—¿Tal vez? ¿Tal vez? —dijo en voz baja sorprendida. 

«Él no suele bromear con este tipo de cosas... eso quiere decir... ¿qué esta hablando en serio? No le tomo nada responder... a decir verdad... no tendría por que demorar, es solo una pregunta. Si de verdad no me gustase, no tardaría en decirle que no... pero me puse a pensar, como si dudara. creo... que... Ale...>

Otro mensaje de él le llegó en ese momento.

Solo te estoy molestando :P. 

Estoy seguro de que pensaste que no podría responderte y cambiaría de tema. 

No la tendrás fácil si quieres gozarme por huir.

Por cierto, ya me voy a dormir. 

Parece que estas ocupada por lo que tardas en responder, 

nos vemos mañana en la escuela.

—¡¡Alex!! —gritó al terminar de leer el mensaje. 

«No puedo creer que me haya hecho esto... es un idiota, un bobo».

Sabrina dejo el celular a un costado y se recosto en su cama.

«Pero... solo dijo que me estaba molestando... No dijo "es una broma" o "no es cierto". No dice nada sobre si es cierto o no... Bueno, en realidad, dijo "tal vez". No es ni no, ni si. ¿Verdad? ¡Ash! Por que tengo que complicarme tanto con esto... ¡No le des más vueltas, Sabrina! Solo duérmete, mañana le respondes».

Pasaron unos minutos y empezó a moverse de lado a lado. No importaba como se acomodara, no encontraba una posición para dormir. Eso solía pasarle cuando tenía algo en mente o en este caso... a alguien.



12:40 p.m. Leo entraba a su casa como suele hacerlo, con cuidado. Todo estaba oscuro y en silencio. De manera sutil, fue hasta la heladera, sabía que su madre siempre le guardaba para comer, ya que por lo general venía tarde a casa. No tuvo que buscar mucho, rapido encontró un plato separado para él.

«Gracias ma. Siempre eres tan atenta y buena conmigo».

Sin alejarse mucho de la heladera, apoyó el plato en la mesada de la cocina y empezó a comer desde ahí. Le costaba ver un poco lo que tenía delante, pero era mejor así, no quería prender la luz y debía de hacer el menor ruido posible. No quería molestar a sus padres.

«Lastima que no tuve el valor de llamar a Sabrina, hubiese sido lindo hablar con ella a esta hora. Pero no creo que sea buena idea, podría estar durmiendo o con sus padres y seria molesto interrumpir eso».

Mientras miraba alrededor, le era imposible no hacer comparaciones. Recordaba como era comer en casa de Alex o en la de Sabrina. Todos juntos, de manera animada, disfrutando del tiempo en familia. Sin ser pariente de ellos, lo trataban como si lo fuese. Era un sentimiento agradable, cálido, confortable... Todo lo diferente a cuando estaba aquí. Ni siquiera podía hablar con tranquilidad con su propia madre cuando se encontraba su padre.

Una vez que termina de comer, limpió todo y se fue a su habitación. Miraba su celular, casi no tenía batería, pero no podía ponerlo a cargar en casa. No fuese a ser que su padre lo viese por casualidad.

Hoy estuvo escribiéndose con Abril y Karina hasta que ellas se fueron a dormir. El estar aquí, en medio del silencio lo hacen sentir solo y aislado... era un sentimiento del cual nunca se podía acostumbrar, solo esperaba que algún día... este se fuese.

Se acostó en su cama listo para dormir, luego puso su celular bajo la almohada.

«Solo debo aguantar hasta mañana. Estar con ellos lo cambia todo, solo debo pensar en que falta poco para estar con mis amigos»

Y con este pensamiento, no le costo nada dormirse.


Lunes 8:02 A.m. Todos estaban en sus lugares dentro del aula, por lo que el profesor comenzó a tomar lista. Unos segundos después de nombrar a algunos alumnos, es interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose.

—Lo siento por llegar tarde, profe.

—Que sorpresa, es la primera vez que esto sucede. Mientras no se repita, no hay problemas, ve a tu lugar señorita García.

—Si profesor, no volverá a pasar.

Al entrar, sentía la miradas de todos sus compañeros. Pero esto no le importaba, o eso pensaba, hasta que, unos instantes antes de llegar a su lugar, cruzó miradas con Alex. Él la saluda como siempre, de manera animada y con un pequeño gesto con la mano. Sabrina se lo devolvió y se sentó en su asiento.

«Casi me quedo dormida... no pude dormir casi nada anoche. Si no fuese por que mi mamá subió a despertarme a ultimo momento, no hubiese venido», se dijo así misma, dejando escapar un suspiro. 

Empezó a sacar sus cosas de la mochila y a acomodarlas en su pupitre.

«Todo culpa de Alex, y él esta ahí como si nada, sonriendo. Como si nada hubiese pasado. Como si lo que nos escribimos fuese algo normal... Como te detesto en estos momentos Alejandro», eso es lo que pensaba, pero desde que lo vio, no paraba de sonreír y sentirme mucho más alegre.

Leo estaba preocupado hasta recién. Ella nunca llegaba tarde, incluso le escribieron con Alex, pero no respondía. Pero ahora que la vio entrar estaba contento y no solo por verla, pudo notar como se saludaron con Alex. Sus amigos ya arreglaron sus diferencias, lo que significaba que iban a volver a pasar tiempo los tres. Solo tenía que esperar al recreo.


Apenas comenzó el primer recreo, ella se levantó y se fue rápido. No debía perder el tiempo, no solo lo sabía, si no que estaba segura de lo que tenía que hacer. Era algo extraño, sentía mucho la miradas de los chicos y chicas, era algo agradable por ahora. Por lo general cuando caminaba nadie la notaba, ella estaba acostumbrado a eso. Sentirse linda y atrapar miradas era una sensación demasiado buena, esto la ponía aun más contenta por la decisión que tomo con Laura.

Luego de caminar un poco llegó hasta donde quería. Pudo ver a Leo saliendo del aula, junto a otros chicos que estaban alrededor de la puerta, pero esto no iba a detenerla y sin pensarlo fue directo hacia a él.

—¡Hola, Leo! —lo saludo con una gran sonrisa.

Él se sorprendió al verla tan rápido, recién empezaba el recreo.

—Hola, Karina, buen día.

Ella agachó la cabeza algo avergonzada y armándose de valor, empezó a hablarle:

—Vine por que... quería decírtelo en persona: gracias por acompañarme ayer, la pase muy bien y pensé que seria bueno agradecértelo con un pequeño regalo. ¡Toma!

Estira su mano para dale una pequeña caja, del tamaño de sus manos. Esto toma por sorpresa a Leo, que no sabía bien como reaccionar, era una situación extraña para él. Nunca se esperó ver a una chica que venía a hablarle tan temprano con sus compañeros  alrededor, además de tener que recibir un regalo. No podía evitar pensar "¿no suele ser a Alex al que le pasa este tipo de cosas?"

Sin perder más tiempo, recibió el regalo que le daba Karina.

—Gracias, no era necesario pero es un lindo gesto. ¿Qué v...

—De verdad quería hacerlo —interrumpió ella y lo miró directo a los ojos—. Espero poder repetirlo. Nos vemos después. —De manera rápida, sin esperar una respuesta de Leo, se fue.

«¡Lo hice, lo hice!», repetía emocionada Karina.

Su corazón latía de manera rápida, sentía que estaba caminando demasiado rápido lo cual podía ser extraño. No lograba levantar la mirada por la vergüenza que tenía, pero... se animo a hacer lo que quería.

«De esta forma... seguro me vera diferente. Va a pensar que "tal vez me gusta"».

Sus compañeros, Alex y Sabrina, Estuvieron en primera fila para ver y escuchar todo. Estaban incluso mas sorprendidos que Leo.

—¿Esa era Karina? ¿La chica de ultimo año que suele usar anteojos y pasa mucho tiempo en la biblioteca? O sea... ¿la misma chica que saludaste hace unos días?

—Si, Alex.

—¡Wow! No se que más decir. Vino a darte un regalo y se fue... ¡wow!

Sabrina por su parte observaba en silencio como Alex hablaba sobre lo que paso con Leo.

«¿Esa chica también esta interesada en Leo?», pensó mientras no quitaba la vista de sus amigos. «O sea... "También" me refiero por Abril. ¿Qué paso estos últimos días? ¿Desde cuando Leo tiene tantas amigas? Incluso... llego al punto de cambiar su apariencia para llamar su atención... es... bastante obvio que lo hizo por eso, si viene a verlo al aula y presumir su nuevo look. ¿Que tan distanciada estoy de Leo?, que siento que me perdí muchas cosas de él... es... un poco frustrante». 

Una extraña sensación en su pecho apareció. Le molestaba, pensar en todo esto y darse cuenta de todos los cambios que había en su relacion con su amigo no le gustaban. 

La mirada de Abril y Karina hacía Leo era parecida, Sabrina se acababa de dar cuenta de esto y por alguna razón que ella no entendía le desagradaba recordar eso.


Fin del capitulo 49

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