Capitulo 32: Regalo/encuentro
Falta poco para el primer recreo. Sabrina terminó el examen antes, por lo que esta esperando a que pasa el tiempo en su pupitre sin hacer nada importante.
«Estuvo bastante fácil, me hubiese ido bien aun sin estudiar ayer. Seguro que a Alex le va bien, pero estoy un poco preocupada por Leo, no recuerdo cuando fue la última vez que estudiamos juntos y no se le da bien hacer eso solo».
Ella trata de mirar de reojo hacia donde esta su amigo, pero no logra ver nada.
«Ya no se nada de él, ni siquiera sabia que no trabajaba más en el almacén. No se nada de esa chica, ni que estuvo haciendo todos estos días. Y las pocas veces que compartimos algo termino todo mal, como cuando salimos todos juntos, lo del viernes o el recreo de ayer».
Inhala hondo y exhala de manera lenta, no quiere estar molesta con sus amigos, quizás está exagerando. No esta de acuerdo con las cosas que pasaron, pero quiere volver a estar con sus amigos como lo hacían antes.
«Aaayy... ¿Cómo hago ahora?, trate mal a Alex e ignore a Leo cuando entre al aula. Va a ser muy incómodo tratar de hablarles como si nada pasara».
En ese instante, toca la campana. Se puede escuchar el sonido de sus compañeros suspirado porque termino el examen. Una vez que todos acomodan sus cosas y entregan sus hojas, empiezan a disfrutar del recreo.
Sabrina se levanta y se dirige a la puerta del aula donde están sus amigos parados. Se apoya contra la pared cerca de ellos sin decir nada. Casi al instante Alex y Leo van a donde esta ella.
—¿Yyyy?, ¿qué tal te fue?
—Creo que bien, ¿a ti Alex?
—Hasta hace un momento estaba seguro de que bien... pero si tú "crees" que te fue bien, seguramente me fue mal. —Trata de parecer triste, de manera exagerada.
—No digas tonterías, seguro te fue bien —responde con una leve sonrisa—. ¿Cómo te fue a ti? —le pregunto a su otro amigo.
—Bien —contesta Leo con seguridad.
A ella le gusta esa respuesta, si él dice eso es porque entendió bien las preguntas y seguro pudo responderlas sin ningún problema. Eso la alegra bastante.
Alex se va sin decir nada, entra al aula, dejando a ellos dos. La situación es un poco incómoda, solo están parados ahí mirando alrededor sin decir nada.
«Vamos Sabrina, di algo. Como normalmente haces: comenta algo sobre el día, cuéntale que viste en una serie o opina sobre el examen...».
Mira al pelinegro de manera disimulada, pero por alguna razón no puede decir nada.
En ese momento, llega Alex de nuevo para salvar la situación. Desde la puerta del aula les hace señas de que se acerquen. Ellos sin entender nada lo siguen, van hasta su pupitre.
—Siéntate, Leo.
Sin saber por qué le está pidiendo eso, él lo mira con cara de sospecha. Seguro esta por hacer alguna tontería, va a seguirle el juego para ver qué pasa.
—Listo, ¿y ahora?
Alex se agacha y saca una caja envuelta con papel de regalo.
—¡Tadaaa! Para ti grandote, de parte de tus rubios preferidos.
Sabrina ve el regalo y es el que iban a darle. Mira a Alex con un poco de sorpresa.
—¡Alex! ¿Abriste mi mochila y revisaste mis cosas sin mí permiso? —recrimina molesta.
—Si y no. No revise nada, solo busque el regalo. Para no esperar tanto y entregárselo ahora.
—No puedes "abrir y revisar" la mochila de una chica, podría tener cosas que no quiero que vean.
—Vamos, vamos, si no importa que encuentre, seguirás siendo mi amiga. No tengas miedo, no creo que me asustes con nada a estas alturas. —contesta de manera juguetona.
—No lo digo por eso tonto, eres un bobo y no solo eso si...
—Emmmm, ¿entonces puedo abrirlo? O tengo que esperar —interrumpe Leo al ver a sus amigos discutir.
—Adelante, ábrelo. Pero recuerda, el pasado es pasado. El futuro es futuro. Y el hoy es un obsequio, por eso se llama presente.
—No creo que sea así la frase de la película del animal que hace kun-fu.
—Ignora a Alex, ya sabes como se pone cuando se emociona. ¡Ábrelo, Leo!
Con una pequeña sonrisa en el rostro lo abre, una vez que quita el envoltorio, ve que es la caja de un celular.
—Wow, no creo que pueda aceptar esto. Debió ser caro.
Levanta el celular y lo mira por todos lados. Lo sostiene con mucho cuidado, no se esperaba este tipo de cosas de parte de ellos. Está muy contento pero trata de disimularlo.
—Es uno de los más económicos y tiene todo. Es conocido como el celular de las mamas luchonas.
No entiende mucho a que se refiere su amigo con eso, pero sonríe de igual manera.
—Lo compramos junto con Alex, no te preocupes por eso. Ahora vamos a poder estar más comunicados.
—Eso me agrada, gracias, chicos.
—aaaww, abrazo en grupo.
Alex abre los brazos, rodea a Sabrina y Leo para hacer un abrazo en grupo. Luego, empiezan a explicarle como usarlo, ya que él nunca tuvo un celular.
Al mismo tiempo, en uno de los pasillos de la escuela.
«Bien, solo debo girar aquí y estaré cerca de su aula. Ya caminé hasta aquí, no puedo echarme hacia atrás», pensó Karina mientras está apoyada en la pared, tiene el celular en su mano y lo mira para disimular. «¿Por qué tiene que ser tan difícil hablar con un chico? Sería mejor si pasa como en los libros que me gustan: él me ve parada sola y viene a hablarme de manera segura, o que alguien empiece a hacerme bullying y él como es tan bueno detrás de ese aspecto de chico malo, no puede permitir eso, haciendo que venga a mi rescate... ¿dónde hay unos acosadores en esta escuela cuando se los necesita?», Suspira mientras fantasea con maneras de encontrar con su crush.
Sin darse cuenta se distrae demasiado, más lo que le tomo ir hasta ahí. La campana suena, interrumpiendo sus pensamientos y haciendo que se sienta un poco decepcionada por perder la oportunidad de ir a hablarle
«Bueno, que no cunda el pánico, aún quedan 2 recreos más. Es algo difícil de hacer a la primera, ahora ya estoy preparada mentalmente y sé cómo me voy a sentir. Esta fue una prueba, para reunir información y a la siguiente cumplir el objetivo. ¡Si! Eso es».
Un tiempo después, el segundo recreo empieza. El profesor sale del aula, y unos momentos después empieza a sonar una música a todo volumen.
"Me gustan grandes, me gustan gordas,
Me gustan grandes, me gustan gruesas.
Llenitas si, con ese algo..." ¹
Leo saca rápido el celular de su bolsillo y empieza a tocar todos los botones, no sabe como apagarlo. Todos en el aula empiezan a reírse. Sabrina mientras se ríe se acerca a ayudar a su amigo y apaga la alarma.
—¿Por qué empezó a sonar así? —pregunta Leo sin entender que paso.
—Alex debió configurar para que suene esa canción cuando agarro tu celular y te explicaba. Hablando del burro, aquí viene.
—Fue mucho más divertido de lo que pensé, la reacción de Leo sin saber que hacer fue lo mejor. —comenta aún riéndose Alex.
—Ahora que lo pienso fue divertido, estás mejorando con tus chistes.
—¿Estas... alabando una de mis bromas? ¿Te sientes bien? —Lo mira extrañado
—Por lo general tus bromas y tus chistes son malos, por eso nunca las alabe.
Sabrina ve con alegría la situación, estaba preocupada por no poder pasar el día bien con sus amigos por estar enojada, pero todo parece normal. Si, le molesta que Leo se haya escapado, pero prefiere no decir nada a arruinar el ambiente de nuevo.
»¿Cómo hago para silenciar todo? No quiero que suene cuando esté en casa.
Aún faltan muchas cosas por enseñarle, por lo que van a usar este recreo para explicarle lo más que puedan.
Por su parte Karina marcha decidida, apenas toco la campana salió a cumplir su objetivo. No tiene muchas cosas que hacer en los recreos, es poco sociable por lo que no está con sus compañeros y suele pasarlos en la biblioteca leyendo algo. Tiene una sola amiga, pero no es de esta escuela, están en contacto por celular y suelen juntarse dos o tres veces por semana.
Al caminar se siente un poco rara la ropa interior que tiene, no está acostumbrada a usar de ese tipo. Pero esa sensación le da más confianza, la hace sentir que ya es una mujer por usar ese tipo de cosas, y como tal, no debe tener miedo de hablarle a un chico.
«Bien, ya casi llego... un poco más y estoy frente a su aula, ¡lo estoy logrando!», pensó mientras no despegaba la mirada del piso y no dejaba de caminar.
No iba a detenerse como hizo el recreo pasado, debe ir directo para poder hacerlo. A pesar de que no levanta la mirada, lo sabe, ya está cerca. Su corazón empieza a latir más rápido, empieza a sentir que tal vez, no es tan buena idea. «¿Qué tal si digo algo tonto, o rechaza darme su número y quedo mal frente a todos? Bueno... no es como si tuviera una reputación que mantener, pero sería mucho más vergonzoso», poco a poco. Baja la velocidad y sus ánimos. «¡No! Debo pensar positivo. ¡Yo puedo!».
Al fin esta por pasar frente al aula. De manera disimulada levanta la mirada, no ve a Leo ni a ninguno de los chicos con los que suele pasar los recreo. Sigue sin detenerse, se siente un poco aliviada a la vez que decepcionada. En ese instante, pasa por la puerta del aula y lo ve junto a sus amigos. Están sentados hablando, pero esta adentro. No puede hablar con él de esa forma, por lo que sigue su camino. Se dirige a un lugar donde sentarse en el patio de la escuela.
«Aaah, tanta preparación y tanto para que no sirviera para nada... no puede ser que le esté dando tantas vueltas a algo tan simple».
Saca su celular y le escribe a su amiga.
—Lo intenté, pero no pude hablarle. Misión fallida. —
Envía el mensaje y suspira mientras mira el cielo.
«Es una linda mañana dentro de todo, deber...», casi al instante le llega la respuesta, interrumpiendo sus pensamientos. De manera rápida, revisa su celular y es su amiga.
—No te preocupes, bella. No te rindas, este año vamos a tener nuestro amor de secundaria antes de que terminemos la escuela. Eres bastante lista y no conozco a nadie que sepa tanto de historias románticas como tú, piensa en algo que puedas hacer.
«Tiene razón, no debo intentar hacer esto de la manera normal. No soy buena para eso, pero leí muchas historias de amor y seguro puedo sacar algo de ahí. No sé que haría sin ti, Laura».
Rápido con una sonrisa en el rostro y motivada de nuevo le responde a su amiga Laura. Es como si un pequeño rayo de luz la iluminara, cada vez que piensa en no intentar nada algo aparece y le dice que siga adelante, que tal vez tiene una oportunidad... ¿Será este la historia de su primer amor? Cree que el destino así lo quiere.
La escuela acabó, todos se están saliendo de esta. Algunos más contento que otros debido a que ya empezó la semana de exámenes. Apenas toco la campana para dar la señal de que se fueran, Karina acomodo todo rápido, se despidió de sus compañeros y se fue lo más rápido que pudo a la entrada. El plan es sencillo, cruzarse con Leo afuera y caminar un par de cuadras juntos. De esta forma podrá hablar de manera natural y al despedirse podrá pedir su número.
«Es uno de los clichés más comunes, encontrarse afuera de la escuela y coincidir para caminar de regreso a casa. Es tan simple, pero no se me hubiese ocurrido si no fuese por mi amiga, ¡gracias!».
De lejos observa por donde vienen los demás chicos, él al ser un poco alto y tener el pelo atado resalta demasiado, por lo que no será difícil verlo. Por alguna razón no está tan nerviosa, si algo emocionada, pero este tipo de situación le resulta más cómoda.
Revisa su celular para ver la hora, no porque necesite saber, solo para hacer algo mientras está ahí esperando. Está atenta a su alrededor, mira hacia todos lados sin perder la concentración y prestando mayor atención a la entrada del colegio. Quizás se apuró demasiado al salir, pero es mejor esto a que se le escape, piensa con una pequeña sonrisa en el rostro. Pero nota algo al estar parada ahí, su sonrisa, de manera rápida desaparece. Toda la emoción y el ánimo con el que estaba también, pero antes de irse escribe en su celular.
—Volví a fallar (ಥ﹏ಥ), no pude hacerlo —le aviso a Laura.
Luego guarda su celular y sin decir nada, se va.
Unos momentos después, los cuatro mosqueteros están saliendo de la escuela. Pasaron los recreos explicándole a Leo como usar su celular, crearon un grupo para mandar mensajes donde están ellos tres. Fue mucho más difícil de lo que pensaban, es obvio que nunca tuvo un celular por lo que todo es nuevo para él. Parece un viejo que le están enseñando alguna app nueva o alguna plataforma virtual moderna.
—Supongo que Sabrina te seguirá contando y explicando cosas, yo me voy a unir a ustedes después de que termine de jugar al fútbol con los chicos.
—Sí, no tengo problemas. Podríamos pasar la tarde juntos y ponernos al día, ¿no crees, Leo —responde ella.
—Lo siento, pero tengo planes para hoy.
—¡Wow! —reacciona sorprendido Alex—, señor popularidad, ¿eres el mismo Leo de siempre?, ¿ahora tendremos que sacar turno para pasar tiempo contigo?
—Ahora podemos estar en contactos por celular, es más fácil hacer planes. Seguro empezaremos a pasar más tiempo juntos como antes —contesta él.
—Si ya tienes planes, no hay nada que hacer. Otro día será —dijo Sabrina sin mucho ánimo, le hubiese gustado pasar la tarde con su amigo.
En ese momento, llegan a la entrada de la escuela, una vez que salen por esta una chica se acerca a donde están ellos.
—Hola, Leo
Él la mira con algo de sorpresa.
—Hola, Abril, ¿qué estás haciendo aquí?
Ella saluda a sus amigos con un pequeño gesto y responde.
—Bueno... no podía esperar más para verte y vine a esperarte aquí.
El pelinegro no sabe qué decir, ni que hacer. Al ver que todos están en silencio, prefiere cambiar el tema y presentarlos.
—Abril, ellos son mis amigos. Sabrina, Alex y Seba. Ella es Abril.
—Mucho gusto Abril, me sorprende que Leo tenga una amiga aparte de nosotros —dijo Alex de manera animada y con un tono de broma.
Por su parte, Sabrina y Seba solo la saludan.
—Me alegro de conocerlos, pero...
En ese momento antes de terminar la frase, Abril se mete entre medio de Sabrina y Leo. Lo toma del brazo y lo mira directamente.
—... hoy se los voy a robar, tenemos planes. ¿Vamos, Leo?.
—Sí.
Luego de responder, de manera suave él se mueve para hacer que lo suelte. Una vez que lo hace, se despide de sus amigos y empieza a caminar a su lado. Justo cuando empiezan a irse, Abril mira directamente a Sabrina con una sonrisa, de igual manera que la última vez. Al estar más cerca se puede ver mejor lo que intenta expresar, como si ella hubiese ganado y se quedó con el premio. Definitivamente, esa chica le molesta.
Alex ve este gesto, lo vio muchas veces entre mujeres cuando compiten y más cuando se trata de amor. Él cree que Abril lo hizo porque debe pensar que Sabrina está con Leo, por eso la está desafiando. No importa cuál sea la verdadera razón, sabe que no terminara bien.
—Eeemmmm, yo me tengo que ir a jugar al fútbol, nos vemos después, ¿si?. Suerte Seba.
Se despide, de manera sutil. Por lo general haría alguna broma o realizaría algunos comentarios sobre la chica, pero hasta él sabe que es mejor no meterse cuando pasa este tipo de cosas. Esto deja a la pareja sola. Ambos siguen caminando en silencio.
Por su parte, Leo tiene curiosidad de que harán hoy.
—¿Hacia dónde vamos?
—Ahora a ningún lado, solo quería estar a solas contigo, por eso vine en esta dirección.
No le gusta lo que dijo, no cree que sea bueno apartarse así de sus amigos.
—Si quieres seguir pasando tiempo conmigo, tendrás que acostumbrarte a mis amigos. Si le das una oportunidad seguro te agra...
—Hoy... me gustaría pedirte un favor —interrumpe
—Dime cuál.
—Puede que parezca tonto, pero es algo que quiero hacer mucho tiempo y ahora que estas tú, puedo hacerlo.
Leo escucha con atención su petición, le parece algo rara. Al comienzo duda de hacerlo, pero al ver la forma en que se lo pide Abril, termina aceptando.
Fin del capítulo 32
¹ : Parte de la canción de Madagascar 2. Específicamente, cuando aparece "Moto moto"
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