Capitulo 3: Lo que comenzó el cambio en sus vidas (1/3)
La noche oscura, el cielo está estrellado, no suele haber gente a esta hora y menos por estos lados. Se puede escuchar el ruido del agua correr y los insectos alrededor. Siempre le gusta venir aquí, a la orilla del riachuelo que pasa por esta parte de la ciudad.
Su corazón late de manera extraña, su cuerpo está raro, no entiende como puede tener tantos sentimientos juntos: se encuentra furioso, triste, ansioso, no puede quedarse quieto, por lo que camina de un lado hacia otro. A pesar de todo esto, de algo está seguro, se siente destrozado.
—Ey, me sorprende que me llames a esta hora y me hagas venir aquí —comento apenas lo ve—. Solo lo hago porque eres tú, no me escaparía de casa por cualquiera —dijo sin dejar de dirigirse hacia él.
Ella sabe que algo grave paso por eso vino. Desde lejos pudo notar que él está alterado, suele ser bastante tranquilo. Al acercarse, se da cuenta de que está manchado con sangre, esto hace que se preocupe y se aproxime aún más.
»Tu ropa esta toda sucia, Leo. ¿Estás bien? —pregunto mirándolo de arriba a abajo para ver si está herido.
—¡Tenías razón XXXXX!; ¡Tú, mi padre, los chicos, Tony! Todos ustedes siempre tuvieron razón y yo tam...
Su voz se quiebra, parecía como si fuese a llorar. Sabe que una vez diga esas palabras no hay vuelta atrás. Baja la mirada y respira hondo. Siente que hizo todo lo posible, que de verdad se esforzó, trato de resistir todos los golpes que la vida le dio pero está cansado. Ya no quiere seguir, ya no puede más. Con todo el dolor encima, continuo hablando.
—Yo también lo sabía —murmuro desanimado—. Pero... ¿Sabes?, no quería creerlo. Pensé que si me seguía esforzando y me mantenía a su lado podría escapar... —dijo sin quitar la mirada del suelo—. Mi vida es una basura, y es ella la que quiere que yo viva de esa forma —remarco para terminar.
XXXXX lo mira, está impresionada por la situación, nunca imagino verlo así. No sabe qué decirle o que hacer.
Leo levanta sus brazos y ve de cerca la palma de sus manos, no puede dejar de temblar, siente su respiración agitada, luego la mira ella. Tal vez, inconscientemente quiere que alguien le diga que no se rinda, que siga luchando. Es lo que piensa una parte de él, pero si eso fuese verdad, no habría llamado a XXXXX. Baja sus brazos de manera lenta mientras aprieta sus puños, cierra los ojos con fuerza y...
Abre sus ojos de repente. Mira alrededor de su habitación y busca su ropa de la escuela. No sabe que hora es, pero su cuerpo ya está acostumbrado a despertarse sin alarma. Se levantó de manera silenciosa y se viste sin prender la luz, todo esto para no molestar a sus padres. Toma su mochila, abre la puerta de su habitación con cuidado y se va caminando de manera sigilosa. Cuando pasa por la cocina ve el reloj, son las 5:17 a.m. Sale de su casa y se dirige a uno de los baños de una plaza que está cerca de su casa.
Al llegar, busca un espejo y empieza a prepararse. Saca un cepillo de dientes, dentífrico, un peine y una goma para atarse el pelo. Una vez que termino de hacer todo, se va. Al salir del lugar, se detiene para estirarse un poco y ver su alrededor. «Aún es muy temprano, sigue todo oscuro», sin nada más que hacer, empezó a ir hacia la escuela. Puede tardar entre 45 minutos a 1 hora en llegar.
Como siempre suele salir temprano, no tiene prisa, por lo que va caminando de manera tranquila mientras se va despertando. Además, sabe que la escuela no abre hasta las 7 a.m, así que está acostumbrado a detenerse cerca y hacer algo de tiempo. A veces lo usa para estudiar un poco, con lo mucho que le cuesta esto le viene bien aprovechar ese tiempo libre para tratar de no quedarse demasiado atrás con las materias.
Unas horas después, acaban de abrir la escuela y debe ser el único estudiante que entra junto con el conserje. Como ya se han visto varias veces, se saludan de manera amistosa. Una vez adentro, va directo hacia su aula y se sienta en su lugar, al lado de la ventana. «Me gusta estar en la escuela. No es que disfrute el tener que estudiar, los trabajos o las clases... es solo que aquí puedo pasar tiempo con Alex y Sabrina. Es la única razón por la que vengo».
Ahora debe esperar a que lleguen. No es alguien expresivo, pero siempre espera con ansias la llegada de su amiga, por lo que de manera inconsciente, suele desviar su vista de la ventana hacia la entrada del aula, para así lograr ver cuando ella llegue.
Así paso el tiempo y el momento que tanto esperaba llego:
-Holaaa, buen diaaa —saluda con una sonrisa y de manera animada al abrir la puerta.
«Tan alegre como siempre. No hay día que no espere con ansias el momento en el que vas a entrar», pensó al escucharla y tratando de no sonreír.
—Es bueno verte tan temprano —Dijo Sabrina mientras camina hacia él.
Dejo de mirar hacia la ventana y se giró para ver a Sabrina que se había acercado para hablar con él. Le respondió de manera poca expresiva.
—Hola, Sabrina. «No importa cuanto tiempo pase a tu lado, nunca deja de asombrarme como brillas».
—Las mañanas tranquilas son lo mejor. Además, el clima está lindo y es agradable escuchar el sonido de nuestros compañeros hablando a lo lejos ¿no crees, Leo?
—Sí, hay que disfrutar de la tranquilidad antes de que llegue él...
—Que malo, pero seguro que si no viene lo extrañas —le dice de una manera burlona y con una pequeña sonrisa.
«Claro, después de todo vine a esta escuela para poder pasar más tiempo con ustedes», pensó, pero no va a decirlo, solo sonrío levemente y luego respondió.
—No debí nombrarlo, lo hice aparecer —dijo para molestar a su amigo que acaba de entrar. «Te tardaste, me gustaría que vinieran más tempranos».
—¡Bueeeenaaaaas! ¿De qué están hablando? —Entro de manera entusiasmada y se detuvo enfrente de ellos. Sin siquiera darles tiempo a responder siguió—. Seguro hablan de lo mucho que me quieren y que sus mañanas no serian lo mismo sin mí.
—Ya quisieras, idiota —respondió Leo.
—Buen día, Alex —lo saludo ella.
Sabrina fue a dejar su mochila y ellos siguieron hablando.
—Te dejaré pasar el insulto por ahora, ya que es muy temprano y es normal estar de mal humor.
—Siempre eres tan considerado, Alex —respondió de manera sarcástica.
—Hablemos de lo importante, —susurro al acercarse, como si le estuviese contando un secreto—, ¿estás listo para lo de hoy?
—Claro. Será lo primero que iremos a hacer al salir de la escuela.
—Esa es la actitud.
Unos segundos después, llego Sabrina y siguieron hablando de otras cosas. No es nada importante, solo están pasando el rato hasta empezar la clase. Lo cual no tardo en suceder, la campana sonó haciendo que Alex y Sabrina fueran a sus lugares.
Durante las clases, tiene que esforzarse mucho para concentrarse. No es que no quiera hacerlo, pero le cuesta demasiado seguir el ritmo. Incluso "aprendió a tomar notas" o por lo menos lo intenta, ya que mucho de lo que escribe, luego le resulta difícil entender el porqué señalo ciertas partes. Prefiere tener que estudiar solo o con sus amigos, en el aula tratando de seguir el ritmo del profesor hace que se pierda mucho y se frustre.
Luego de un tiempo escribiendo, empieza a sentir que ya no puede continuar. «¡Que ganas de dibujar! Es lo único divertido que se puede hacer con una hoja y lápices. En vez de estar... ¡No! ¡Concéntrate! Si te distraes, luego tendrás que gastar más tiempo en ponerte al día. ¡Aprovecha la clase!», con esta pequeña motivación, consiguió aguantar un poco.
Ya está acostumbrado a pasar este pequeño sufrimiento, es algo normal. Ya que la escuela es bastante exigente y él ya sabe soportarlo. Lo que no sabía, es que esta por llegar el momento en que comenzó el cambio en sus vidas (1/3)...
—Para armar la siguiente tarea deben conseguir una pareja. Tienen hasta la próxima clase para entregar el trabajo y presentarlo frente al resto.
—¡Oooh, profe! ¿¿No pueden ser grupos de tres?? —se quejó la mayoría.
—El total de la clase da un número par. No permitiré ningún grupo de tres. —Afirmo, ignorando la queja de sus alumnos
Pocos segundos después que el profesor dijo eso, vio como Alex puso su pupitre al lado de él y al instante lo rodeo con su brazo izquierdo. Leo pudo ver como Sabrina se volteaba para verlos y ponía cara de desilusión.
—¿Qué estás haciendo? No te me pegues tanto —dijo sacando el brazo de Alex y ve como sus amigos pelean a la distancia haciéndose caras.
—Alegrando tu día, ¿no te sientes afortunado de que te haya elegido? — lo miro mientras mueve sus cejas de arriba a abajo.
—Debes esforzarte más si quieres lograr eso —respondió apartando la mirada—, por ahora estás haciendo todo lo contrario.
-Oohh, una pareja ingrata, ¿acaso prefieres a Sabrina? —pregunto haciendo un pequeño puchero—, ¿o es por qué soy hombre? —continuo hablando de manera animada—. El amor entre hombres es igual de bueno, tienes que actualizarte.
Leo sonríe ante los comentarios de su amigo. Pero no le sigue las bromas.
—Tratemos de adelantar todo lo que podamos, así podemos ir a tú casa a ver la serie.
—No podría estar más de acuerdo, ves... no es imposible nuestro amor.
Empiezan a hacer el trabajo, adelantando todo lo que pueden hasta que termine la clase. Aunque a Leo no le toma mucho tiempo empezar a distraerse y al ver hacia adelante puede ver a Sabrina con Sebastián. «¿Por qué hablan y se sonríen tanto?, ¿no deberían estar haciendo el trabajo?».
Le es imposible no levantar la mirada y ver en la dirección donde están ellos. Trata de hacerlo de manera disimulada sin que Alex lo note. «¿Qué me pasa?, ¿por qué mis ojos se mueven en esa dirección...? No sé, hay algo que me molesta».
Adelantaron lo más posible del trabajo hasta que termino la clase. Luego sin perder tiempo se acercan hasta su amiga.
—¡Al fin! —exclamo animado mientras se estiraba—, no veía las horas de que terminaran la escuela. ¿Sabes lo qué significa, Leo? —miro a su compañero de manera cómplice.
—Claro, ir a estudiar a la biblioteca y seguir disfrutando del encierro en la escuela. ¿Verdad, Alex? —respondió mirándolo de la misma forma.
Ambos comenzaron a reírse. Sabrina que está cerca de ellos, sabe que lo están haciendo para molestarla.
—Son unos tontos, ustedes también tienen que terminar el trabajo, les vendría bien venir conmigo.
—Ni hablar, nosotros haremos el trabajo en mi casa. Pero antes veremos el capítulo que se estrena de nuestra serie, ya casi termina y está en su clímax.
—¿La serie es más importante qué su querida amiga, Alex? —los miro de manera tierna, tratando de dar lástima.
—Obvio que sí —contesto al instante, ignorando lo que intenta hacer su amiga—. El último capítulo quedo en la mejor parte, no puedo esperar para verlo —agrego.
—Lo siento, Sabrina, estoy del lado de Alex. —dijo Leo—. Además, pueden quedar otro día para hacer el trabajo, sabías que hoy es cuando salen los capítulos nuevos.
—Ya arreglé con Sebastián, me había olvidado lo de la serie — miro al piso con tristeza y empezó a sobreactuar—. Váyanse, olviden nuestros 7 años de amistad, ahora sé que todo lo que vivimos fue una mentira, solo quiero que me recuer...
—Adiooosss. —Se despidió Alex sin darle tiempo a que termine su drama—, disfruta de tu tarde en la biblioteca. Trataré de no spoilearte por celular lo que pasa. —Le dio la espalda mientras seguía moviendo su mano.
Dicen eso mientras le dan la espalda y la despiden moviendo su mano.
«Que lastima, iba a ser más divertido si ella venía también. ¿Debería decirle a Alex que nos quedemos?».
Sigue caminando al lado de Alex mientras salen de la escuela.
«Todavía no entiendo por qué me molesto verlos hablar y sonreír durante la clase. ¿Será qué me estoy volviendo cómo Sabrina?», no está muy convencido de eso por lo que sigue buscando una razón a lo que paso. «Tal vez por eso al darme cuenta de que está perdiendo el tiempo en vez de hacer los deberes me hizo sentir eso», Leo sonríe conforme con ese pensamiento, le ayuda a quitarle importancia a la situación.
—¿Vamos a la casa de tu padre o la de tu madre? —pregunto enfocándose en su amigo—. Ey, ¿me estás escuchando? —insistió al no escuchar respuesta.
Leo no le da mucha importancia a que no le responda, sabe que su amigo suele distraerse con el celular o en sus pensamientos. Solo es cuestión de esperar un poco de tiempo.
Luego de un rato sigue ignorándolo, Leo ya aguanto demasiado esto y le pega un golpe en el hombro.
—¡Ay! ¿Qué haces, idiota? ¿Quieres qué te golpeé? —dice al mismo tiempo que se soba donde le duele.
—Quisiera que lo intentes, con gusto te daría una paliza. Tal vez así me escuches.
—Aah, emm... lo siento, estaba pensando.
—Lo sé, me di cuenta después de la cuarta pregunta que te hice y no me respondiste. ¿Qué es lo qué te tiene distante? —pregunto Leo
—Un problema con una chica —dijo haciendo un pequeño puchero.
—No lo sé, Rick, parece falso. Por lo general eres tú el que le da los problemas a las chicas.
—¡Ey! Eres mi mejor amigo ¿no deberías estar de mi lado?
—Soy tu mejor amigo, por eso te lo digo de esa forma.
Todo parecía normal en su día. Alex siguió caminando con Leo, bromeando y charlando como siempre. No sabían que ese fue el primer cambio en sus vidas (1/3), el cual desencadenaría todos los problemas que vendrían más adelante...
Él Baja sus brazos lentamente mientras aprieta sus puños, cierra los ojos con fuerza y se concentra en escuchar la voz de XXXXX.
—Sabes mejor que nadie que lamentarse por las cosas que pasan no sirve de nada.
Leo escucha como se acercan las pisadas de XXXXX en el pasto, a la vez que siente como su voz también se aproxima. Sabe lo que va a pasar, no importa que tanto se prepare, lo que viene le va a doler demasiado, pero es por eso que la llamo. No quiere escapar más y ella le dirá lo que necesita para dejar de lado la mentira que estuvo viviendo. Puede sentir la respiración de ella, ya esta a su lado.
»Leo... tú no perteneces a su mundo.
Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, sintió un pinchazo en su corazón. Sin decir nada abrió sus ojos y con una mirada triste se enfocó en ella, que continuo hablando.
—Pero tú... puedes llegar lejos en nuestro mundo —remarco—. Estaré a tu lado, no estarás solo —agrego con una mirada tierna y una leve sonrisa.
XXXXX abraza a Leo, una de sus manos pasa por su cintura y otra por su cabeza, empujando la parte de atrás de esta para que se apoye en su hombro.
«Toda mi vida me lleva siempre a esta dirección, no voy a escapar más. Viviré el estilo que la vida quiere que viva», Pensó él mientras se relaja en los brazos de ella.
Fin del capítulo 3
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